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El gobierno de Baja California desvió
mil 432 millones de pesos destinados a DIF, Issstecali, Seguridad Pública,
programas sociales, obra pública, educación y hasta en la compra de desayunos y
despensas del DIF, según detectó la ASF a través de diez auditorías practicadas
a los recursos federales que la administración estatal recibió en 2016. Hay
otros 204 millones de pesos que no fueron ejercidos
En tan solo diez auditorías
realizadas a fondos federales que el Gobierno del Estado de Baja California
recibió en 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó mil 432
millones 351 mil 698 pesos en daños al erario público.
Se trata de dinero que la
administración de Francisco Vega de Lamadrid recibió y gastó, pero no en los
programas para lo que estaban destinados y no pudo comprobar en qué lo utilizó.
Estos desvíos se realizaron
principalmente desde la Secretaría de Planeación y Finanzas, entonces
encabezada por Antonio Valladolid, quien hoy se encuentra en la lista de
diputados plurinominales del Partido Acción Nacional (PAN) y desde la
Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE), cuando
Manuel Guevara la dirigía.
Además, la ASF detectó
subejercicios por 204 millones 883 mil 839 pesos, dinero desperdiciado por el
gobierno estatal, al no ejercerlo en los rubros de seguridad pública,
asistencia social, proyectos de desarrollo regional e infraestructura social.
El gobierno de Baja
California quitó dinero programado para Issstecali, Seguridad Pública,
asistencia social, DIF, Conalep, docentes y obra pública para gastarlo en
aviadores, servidores públicos no capacitados para sus puestos, en aumentos no
autorizados de salarios, sobrepagos y otros destinos no conocidos.
Todo esto forma parte de los
hallazgos que el órgano fiscalizador publicó el 20 de febrero de 2018, en su
tercera entrega de la revisión a la cuenta pública 2016.
OBRA PÚBLICA Y SANEAMIENTO FINANCIERO, DE DONDE MÁS
DINERO DESAPARECIÓ
El principal daño a la
Hacienda Pública federal se ubica en la aplicación de los programas Fortafin
(Fortalecimiento Financiero), Fonmetro (Fondos Metropolitanos) y Fortalece
(Fortalecimiento de la Infraestructura Estatal y Municipal) para llevar a cabo
256 proyectos de infraestructura y apoyar el fortalecimiento financiero del Estado
e impulsar la inversión en entidades federativas.
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Por estos tres fondos, en
2016, el gobierno de Baja California recibió mil 443 millones 623 mil 600
pesos, de los cuales mil 020 millones 623 mil 600 pesos estaban destinados
exclusivamente a obra pública.
Del monto total, la ASF
determinó recuperaciones probables por 760 millones 373 mil 300 pesos, dinero
que fue depositado a las cuentas de la administración estatal, pero no
invertido en los proyectos designados ni pudo ser localizado.
Gran parte de esa cantidad se
encuentra en los 446 millones 414 mil 077 pesos que formaban parte de Fortafin,
recurso destinado al saneamiento financiero “que no fueron erogados o
vinculados con compromisos y obligaciones formales de pago”.
Del mismo programa, tampoco
pudieron ser localizados otros 233 millones 769 mil 649 pesos que no se
reintegraron a la tesorería federal.
En los 256 proyectos de
infraestructura que se aprobaron con estos recursos, destaca la rehabilitación
de la vía férrea Tijuana-Tecate con más de 107 millones de pesos de inversión y
el suministro de infraestructura en interconexión para los municipios por 99
millones 999 mil pesos.
“Los proyectos ejecutivos no
estaban totalmente definidos, existen retrasos en la ejecución de las obras, y
en razón de ello no se proporcionaron los beneficios previstos a la población”,
explica el ente fiscalizador en su documento final.
Entre las anomalías respecto
a infraestructura detectada por los auditores, está la desaparición de 14
millones 863 mil 200 pesos del Fondo Metropolitano, los cuales no fueron
transferidos desde el gobierno estatal a las cuentas de Tijuana y Mexicali.
El gobierno de “Kiko” Vega
tampoco demostró haber realizado la apertura de las cuentas bancarias y las transferencias
de los recursos para el pago de las empresas contratadas, señala el documento.
Además, de 24 millones 302
mil 200 pesos para proyectos del mismo fondo, “únicamente se había pagado un
monto de 6 millones 166 mil 200 pesos, por lo que existen recursos no ejercidos
por 18 millones 136 mil 45 pesos que no se reintegraron a la Tesorería de la
Federación”, se especifica en una de las solicitudes de aclaración.
En otro rubro para obra
pública, Baja California recibió 110 millones 880 mil pesos dentro del programa
de Proyectos de Desarrollo Regional, del cual se detectaron 3 millones 879 mil
600 pesos en probables recuperaciones y un subejercicio (recursos no ejercidos)
por un millón 478 mil 276 pesos.
Al fiscalizar seis obras ya
concluidas, la ASF determinó que la rehabilitación de vialidades en la colonia
Fraccionamiento San Pedro en Mexicali, constituye un probable daño al erario
público por 2 millones 863 mil pesos, dado que ese proyecto “no atendió las
necesidades de la población objetivo”.
Además, al revisar las
cuentas bancarias en las que la Federación transfirió los recursos
correspondientes a ese programa, el ente fiscalizador detectó rendimientos
financieros por un millón 15 mil 700 pesos que no fueron utilizados.
304 MILLONES PARA ISSSTECALI SIN LOCALIZAR
En 2016, Baja California
recibió 19 mil 777 millones 616 mil 700 pesos en participaciones federales, de
los cuales 15 mil 986 millones 178 mil pesos consistieron en recursos líquidos
para ser administrados y ejercidos de manera directa.
La ASF revisó el 60 por
ciento de estos recursos transferidos a la administración de Vega de Lamadrid.
Como resultado, el primer
daño a la Hacienda Pública consiste en 304 millones 187 mil 005 pesos que
debieron depositarse al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores de Gobierno y Municipios del Estado de Baja California
(Issstecali) por concepto de beneficio de seguridad social a los empleados de
gobierno.
“Sin embargo, (el gobierno de
Baja California) no presentó la documentación comprobatoria que acredite el
pago del beneficio, ni la autorización correspondiente”, explica el documento.
Otros 4 millones 475 mil 859
pesos se destinaron a pagos de aviadores, 395 plazas que no se encontraron
autorizadas por el Congreso de Baja California, pero que recibieron un pago.
Además, se pagaron 13
millones 853 mil 800 pesos a 70 servidores públicos del gobierno estatal que
“no contaron con la documentación que acreditara el perfil requerido para
cubrir la plaza bajo la cual cobraron”.
Brenda Ruacho de Vega y Manuel Guevara.
De igual forma, la ASF halló
pagos superiores a los establecidos en el tabulador para 504 servidores
públicos, quienes en conjunto devengaron 4 millones 877 mil 100 pesos por
encima de lo autorizado.
Las irregularidades en pagos
a trabajadores continúan. Se destinaron 827 mil 037 pesos a ocho servidores
públicos que ya se encontraban dados de baja de sus puestos de trabajo,
mientras que la Secretaría de Planeación y Finanzas no proporcionó evidencia
del pago de un millón 657 mil 916 pesos en beneficios a empleados.
PAGOS INCOMPLETOS A PROFESORES
De los 11 mil 75 millones 884
mil 100 pesos que el gobierno de Baja California recibió para el pago de nómina
educativa y gasto operativo en 2016, la ASF revisó una muestra del 94.2%, esto
es 10 mil 435 millones 843 mil 900 pesos.
En los pliegos de
observaciones a esta cuenta, el organismo fiscalizador determinó un probable
daño a la Hacienda Pública federal por 322 millones 866 mil 028 pesos, monto
que el Instituto de Servicios Educativos y Pedagógicos (ISEP) utilizó para
pagos de nóminas complementaria y de honorarios, cuotas y aportaciones de
seguridad social, conceptos no autorizados para derogar de este fondo federal.
También en materia de
educación, la ASF halló aviadores. “Con la visita física de una muestra
aleatoria de 309 centros de trabajo se identificó que el ISEP realizó pagos a
10 personas por un millón 90 mil pesos que no se acreditó que laboraron
efectivamente en los centros de trabajo”.
De manera adicional, el
gobierno estatal recibió 311 millones 695 mil 400 pesos para el Programa de
Escuelas de Tiempo Completo, el cual en 2016 operó 488 planteles con una
matrícula de 79 mil 177 alumnos.
En este caso, la Auditoría
localizó un daño a la Hacienda Pública por 6 millones 767 mil 700 pesos,
correspondiente a las retenciones del Impuesto Sobre la Renta a personal
directivo, docente y de honorarios como parte de un programa de apoyo
económico.
“El ISEP no acreditó haber
retenido ni enterado el Impuesto Sobre la Renta (ISR) por los salarios de los
trabajadores del personal o contar con la autorización otorgada a la ampliación
de la jornada laboral pagada con recursos del Programa de Escuelas de Tiempo
Completo”, determinó la ASF.
ENTES EJECUTORES
Para la realización de 35
programas, en 2016 el Gobierno Federal destinó 2 millones 354 mil 529 pesos al
gobierno de Baja California dentro del Programa Entes Ejecutores.
Entre ellos, el Programa
Nacional de Prevención del Delito (Pronapred), subsidios para la implementación
de la reforma al sistema de justicia penal, programas de salud y educativos.
La anomalía más grave entre
estos programas corresponde al Programa de Prevención y Control de Sobrepeso,
Obesidad y Diabetes, ya que en los estados de cuenta bancarios no se identificó
la transferencia del recurso por 6 millones 723 mil 200 pesos.
No solo eso, sino que el
gobierno estatal presentó tres cuentas liquidadas como presunta evidencia de
los pagos con fechas del 4 y 15 de marzo, así como del 23 de mayo.
De igual forma, la ASF
detectó que Planeación y Finanzas transfirió los recursos destinados a
programas de salud materna, sexual y reproductiva; vigilancia epidemiológica;
prevención y control de enfermedades y programa de vacunación, hasta dos meses
después de lo establecido.
MÁS DAÑOS EN SEGURIDAD PÚBLICA
De los 307 millones 792 mil
200 pesos que la administración estatal recibió para ejercer en seguridad
pública, la ASF detectó recuperaciones probables por 2 millones 442 mil 100
pesos y 69 millones 55 mil 821 pesos en recursos no ejercidos, lo cual
representa el 22% ciento de los fondos disponibles en 2016.
Por ejemplo, se determinaron
2 millones 84 mil 900 pesos en daños a la Hacienda Pública federal “por pago de
servicios profesionales no contemplados por la Ley de Coordinación Fiscal, por
no cobrar penas convencionales y por no amortizar los anticipos otorgados”.
A esto, la ASF sumó el
incremento de índices delictivos de 2016 a 2015: 6.8% en robo a negocios;
6.7% en robo de vehículos; 5.3% en
homicidios; 4.6% en secuestro y 3.5% en robo a transeúntes.
Esto sumó una incidencia
delictiva del 27.6%, mientras que la Auditoría también observó una
sobrepoblación del 31.6% en centros penitenciarios.
135 MDP PARA DIF, CONALEP Y ASISTENCIA SOCIAL
DESPERDICIADOS
Además de los más de 69
millones de pesos no ejercidos en Seguridad Pública, la ASF detectó otros 131
millones 296 mil 188 pesos no utilizados dentro del Fondo de Aportaciones
Múltiples (FAM) del total de 485 millones 766 mil 300 pesos que el gobierno
estatal recibió en 2016.
El FAM se encarga de dotar de
recursos al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), a la
Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y para infraestructura
educativa.
Este subejercicio equivale al
28.4% de los recursos transferidos y persistió hasta el 31 de agosto de 2017,
más de medio año después de lo estipulado para su aplicación. Este desperdicio
de recursos se torna aún más grave al considerar que los recursos del FAM 2016
representaron el 98.5% del financiamiento de las acciones de asistencia social,
que se canalizan a través del DIF.
Además de ello, la ASF
encontró una anomalía en el contrato para el suministro de insumos alimenticios
para los paquetes de desayunos escolares y despensas que entrega el DIF,
firmado por un monto de 135 millones 83 mil pesos.
Lo anterior debido a que se
entregó por medio de adjudicación directa en la que “no se aportaron los
elementos suficientes, así como la documentación que acredite los criterios en
los que se sustentó la excepción a la licitación pública”.
El contrato, en poder de
ZETA, se firmó el 25 de abril de 2016 con el proveedor Express Fruit,
representado legalmente por José Luis Martínez Montalván y propiedad de José de
Jesús González Valencia y Carlos Alberto Barcena Coqui.
Por esta adjudicación
directa, la ASF emitió una promoción de responsabilidad administrativa
sancionatoria para que Contraloría realice investigaciones pertinentes y en su
caso, inicie el procedimiento administrativo correspondiente por las
irregularidades de los servidores públicos responsables.
Asimismo, la ASF detectó un
subejercicio por un millón 805 mil 868 pesos en el Fondo de Aportaciones para
la Educación Tecnológica y de Adultos (FAETA). Como parte de este programa, en
2016 se destinaron 130 millones 855 mil 800 pesos a Baja California y
representaron el presupuesto total del Colegio Nacional de Educación
Profesional Técnica (Conalep) del Gobierno del Estado de Baja California.
“Al 31 de diciembre de 2016 y
31 de mayo de 2017, existían recursos no devengados por 13 millones 304 mil
pesos y un millón 751 mil pesos, respectivamente, así como rendimientos
financieros no devengados por 54 mil pesos, que totalizan un millón 805 mil pesos
pendientes de devengar al 31 de mayo de 2017”, se detalla en el documento.
Además del daño al erario
público federal, la ASF concluye que “el gobierno del Estado de Baja California
no ejerció con oportunidad los recursos del fondo”, aseveración que contrasta
con el 30.4% de deserción en los alumnos y el 57.3% de estudiantes que no
obtuvieron su certificación como profesionales técnicos en el Conalep.
Por último, existe un
subejercicio de un millón 247 mil 868 pesos en los recursos del Fondo de Infraestructura
Social para las Entidades (FISE).
En este rubro, la Secretaría
de Desarrollo Social del Estado recibió 41 millones 139 mil 800 pesos en 2016
para destinar a 59 obras de agua potable, alcantarillado, drenaje, letrinas,
urbanización, electrificación rural y de colonias pobres, así como para
infraestructura básica del sector salud y educativo.
Desperdiciar más de un millón
de pesos, según lo detectado por la ASF al cierre de su auditoría el 31 de
julio de 2017, “originó que la población objetivo no recibiera los beneficios
programados”.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / INÉS GARCÍA RAMOS/
LUNES, 26 FEBRERO, 2018 12:00 PM)
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