CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
En 1992 Pemex se fraccionó y se crearon sus subsidiarias.
Ernesto Zedillo autorizó
inyectar nitrógeno a Cantarell y aunque eso aceleró la extracción de crudo al
principio, ahora el yacimiento produce poco.
Fox cedió gran parte de la flota
recurriendo a la renta, con la empresa Oceanografía. También vendió los
vehículos de Pemex.
Calderón, además, vendió auto
tanques buques de carga, casas, llantas, válvulas, tornillos.
Peña Nieto no tuvo límites:
licitó tramos de construcción de ductos o vendió cientos de kilómetros de
éstos; ofreció al mejor postor la planta petroquímica de Escolín; logró vender
grandes secciones de la de San Martín Texmelucan; se deshizo de terrenos, casas
y hasta rieles; y vendió la plataforma Chemul a precio de ganga: de 22 millones
de dólares (su valor real) la malbarató en 6 millones de pesos.
Además, en 2016 se realizó un
recorte de 100 mil millones de pesos (mmdp) en el presupuesto de Pemex para
buscar el superávit en 2017. No lo logró. En su informe a la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores reportó una pérdida de 352 mmdp. Su pasivo laboral sumó
184 mmdp.
Y entregó a empresas de 17
países el derecho a explorar y explotar el petróleo, todo gracias a una reforma
energética que no bajó el precio de las gasolinas ni el de la energía
eléctrica. Al contrario.
(PROCESO/ JESUSA CERVANTES/ 19 MARZO, 2018)
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