Foto: Cristian Torres
Un verdadero desorden prevalece en el
seno del Tribunal Superior de Justicia del Estado, donde ausencias de
magistrados han mermado el desempeño ideal de las salas y en el mismo órgano
colegiado, cuyas soluciones solo han empeorado el panorama. La elección del
magistrado Gustavo Medina Contreras por el Congreso del Estado, deja entrever
una estrategia definida para pasar por encima de los amparos interpuestos por
aspirantes, quienes ya presentaron los primeros recursos de inconformidad
Presiones políticas
provenientes del exterior, además de ajustes y reajustes desde el seno del
Tribunal Superior de Justicia del Estado, mantienen un complicado panorama en
el órgano colegiado más importante del Estado, donde existe una sala
desintegrada, amparos contra designaciones, licencias cuestionables y la falta
de magistrados numerarios y supernumerarios.
Funcionarios reconocen la
urgencia de solucionar la incertidumbre jurídica, pero en cada movimiento
existe un evidente choque de poder que provoca más problemas, o bien,
soluciones a cuentagotas.
El último conflicto fue la
designación del magistrado Gustavo Medina Contreras, quien suplió al licenciado
Raúl González Arias -retirado al cumplir los 70 años-, ya que, previo a su
elección, se ostentaba como magistrado supernumerario en la Cuarta Sala en
materia penal y al moverlo a la Segunda, prácticamente “fue cubrir un hoyo
destapando otro hoyo”. Además dejó al Tribunal Superior con solo dos suplentes.
Ante esto, la jueza Lourdes
Molina interpuso un recurso para revisar el actuar del Congreso del Estado en
la designación -que a su juicio es ilegal-, puesto que hicieron caso omiso al
mandato judicial que les impedía elegir un nuevo magistrado en tanto no se
resolvieran las dos suspensiones.
El diputado Luis Moreno,
quien se abstuvo de votar por considerar que existía una violación a la
suspensión definitiva, culpó al Poder Ejecutivo de generar inestabilidad con su
intervención de la toma de decisiones del Congreso del Estado y el Poder
Judicial, al cabildear y forzar la votación para elegir magistrados afines.
DESIGNACIÓN ILEGAL, MOLINA; CONGRESO JUSTIFICA
La semana de la elección en
la que resultó ganador Gustavo Medina Contreras, fue visto más en los edificios
del Poder Ejecutivo y Legislativo que en el propio. La premisa coincide con el
hecho de que fue la mayoría panista del Congreso la que lo eligió para cubrir
la vacante de González Arias, quien se desempeñaba en la Segunda Sala del Poder
Judicial. Medina ya era magistrado, era supernumerario y cubría la ausencia de
Perla Ibarra, a quien le concedieron una licencia para desempeñarse como
procuradora.
La justificación de pasar
encima de dos suspensiones sobre el proceso de selección de magistrado, con el
hecho que los tres suplentes estaban ocupados y se requería de nombrar a un
magistrado para tener uno disponible, se fue al suelo. Ahora también hace falta
un magistrado suplente.
En entrevista telefónica, la
jueza Lourdes Molina, quien obtuvo dos suspensiones definitivas para impedir la
designación de magistrados por parte del Legislativo, consideró que la elección
de Medina es injustificada, ya que la falta de integrantes en el Pleno
permanece igual.
Foto: Cortesía.- Toma de protesta del
magistrado Gustavo Medina Contreras
Molesta por el movimiento, el
cual consideró meramente político, señaló que la elección de cualquier otro
aspirante habría solucionado las ausencias e incluso justificarlo, pero con el
respaldo a Medina Contreras, el problema prevalecerá en el Juzgado Federal.
Explicó: “¿Cómo van a
justificar que Medina ahora despachará en la ponencia de Raúl González Arias? y
entonces, ¿quién va a despachar la ponencia de Perla del Socorro Ibarra?, pues
sabemos que le otorgaron una segunda licencia por tres años; entonces ella
tiene ese permiso, esa licencia, que se le vence hasta que termine la
administración del actual gobernador”.
Por ello, la juzgadora
interpuso un recurso de violación a la suspensión definitiva con el Juzgado
Quinto de Distrito, donde señala que el Juez Federal no emitió una modificación
o sentencia al juicio que se lleva a cabo.
Afirmó que una situación así
debe notificarse a las partes y al no hacerlo es evidente que no se consultó en
ningún momento al Juez Federal para modificar los alcances del recurso legal.
Reconoció que el Juez podría
modificar la suspensión, pero justificó su recurso argumentando que en “su
texto no se advierte que el legislador hubiera conferido tales facultades a la
responsable; de ahí que al no haber informado la autoridad judicial al órgano
de control constitucional sobre el levantamiento del embargo, para que éste
determinara lo conducente y en su caso, le dejara a salvo o no su facultad para
ejecutarlo, al no agotar dicho procedimiento y proceder motu proprio a hacer
entrega de la constancia de depósito, sin haberse revocado, modificado o negado
la medida, con tal proceder incurrió en desacato a la misma”.
La inconformidad del amparo
600/2017 va dirigido a los diputados José Félix Arango, Victoria Bentley
Duarte, Raúl Castañeda Pomposo, Andrés de la Rosa, Ignacio García Dworak;
Mónica Hernández, Miguel Antonio Osuna Millán, Alfa Peñaloza, Sergio Tolento;
Carlos Torres Torres, María Trinidad Vaca, Eva María Vásquez, Iraís Vázquez
Aguiar; Claudia Agatón, Job Montoya, Víctor Manuel Morán y Roció López
Gorosave, quienes votaron a favor de dicha decisión.
Por su parte, el director de
Consultoría Jurídica del Congreso del Estado, Anwar Ramos, aseveró que la
decisión de iniciar con el proceso legislativo se derivó ante una sentencia
emitida por el mismo Juzgado Federal, quien notificó que podrían continuar con
la selección.
Esto fue confirmado por el
magistrado Salvador Juan Ortiz, quien agregó que a raíz de dicha resolución fue
que solicitaron al Congreso concluir con el proceso de selección.
Ambos indicaron que el
argumento fue poner el bien común por encima del particular, pues la falta de
selección de magistrado impedía la integración de una sala, repercutiendo así
en la impartición de justicia.
Consideró que en condiciones
normales, los magistrados supernumerarios ocuparían estos puestos, pero debido
a que los tres se encontraban en funciones, la ponencia quedaba vacante.
Ramos Gaona dijo que los que
se consideran afectados están en su derecho de inconformarse, pero que la
resolución vendrá -a su juicio- en las mismas condiciones.
Sobre la cantidad de trabajo
y la urgencia de poner a operar dichas salas, dijo que la situación era
crítica, lo que motivó a la decisión. Sin embargo, la jueza Lourdes Molina negó
que exista una sobrecarga de trabajo en esa Sala y señaló que el nombramiento
saturará una Sala Penal, que es más delicada y con mayor carga de trabajo.
El diputado Luis Moreno,
quien se abstuvo de votar, que a su juicio existen suficientes elementos para
que la Justicia Federal de marcha atrás a la decisión del Poder Legislativo,
pues consideró que se ignoraba una suspensión definitiva.
Aunque dijo desconocer si
hubo una sentencia o resolución en favor del Congreso, comentó que tiene
conocimiento de la vigencia de la suspensión y del amparo, y que su omisión
podría tener repercusiones legales severas para los diputados.
“Estoy casi seguro que la
justicia le va a dar la razón a la juez que se está inconformando”.
NUEVO JALONEO EN EL TRIBUNAL DE JUSTICIA
El día miércoles, el nuevo magistrado
numerario Gustavo Medina Contreras y probablemente el que permanecería más de
15 años en el cargo -sumándose su periodo de supernumerario de cuatro años y
medio y su periodo regular-, llegó al Pleno del Tribunal Superior para recibir
adscripción a la Sala correspondiente.
Era el único punto en la
sesión extraordinaria que fue sometida a votación y aprobada por unanimidad. No
parecía haber motivos para iniciar un intenso debate, pero ocurrió. El
magistrado Salvador Juan Ortiz solicitó el cambio de Sala de Víctor Manuel
Fernández Ruiz de Chávez, ante la sorpresa de la mayoría de los integrantes.
La intención era moverlo de
la Quinta a la Cuarta Sala en materia penal, lo que provocó dudas por parte de
varios magistrados quienes tenían conocimiento de una suspensión definitiva en
favor de su compañero que ocupa el cargo vacante de Carlos Cataño.
Ruiz de Chávez argumentó que
la suspensión lo ubicaba supliendo a Cataño, y no la de Perla del Socorro
Ibarra, quien se ausenta del cargo desde el inicio del Gobierno de Francisco
Vega de Lamadrid. Cabe mencionar que su regreso al cargo solucionaría todos los
problemas.
Los magistrados Marco Antonio
Jiménez Carrillo y Emilio Castellanos reclamaron que cuentan con la facultad de
mover a cualquier magistrado a la Sala que la mayoría crea conveniente, pero
Ruiz de Chávez comentó que la suspensión era vinculante y lo protegía no solo
del Consejo de la Judicatura y del Congreso del Estado, sino también del Pleno.
Ahí se desató el debate.
Armando Vásquez sugirió que
no empeorará el panorama y se dejará a Ruiz de Chávez en su Sala y que a Medina
lo mantuvieran en la Cuarta, pero esto provocó molestia en Medina Contreras,
quien -pese a que según su currículum tiene experiencia sobrada en casos
penales- exigía ocupar la Segunda Sala Civil.
Magistrados levantaron la voz
argumentando que, tanto movimiento retrasaría aún más el trabajo en el Tribunal
de Justicia. La situación llegó al grado que el magistrado Jiménez Carrillo
invitó a Ruiz de Chávez a desistirse de su amparo por ética profesional.
Fue José Luis Cebreros quien
interrumpió para reclamar que el problema es crítico y que no se había
dimensionado, pues no solo se ve afectado el trabajo de una Sala, sino queda
incompleto un Pleno, lo que impide a la sociedad recibir justicia pronta y
expedita.
Comentó que era necesario
reconocer los errores que se había cometido y sugirió que la única solución era
el regreso temporal de Raúl González Arias en lo que se decide cómo solucionar
este problema.
Aseveró que existe
jurisprudencia que permite extender el periodo en tanto no exista una elección
o que un magistrado numerario pueda ocupar la responsabilidad, y aprovechó para
acusar al Consejo de la Judicatura de provocar este problema, lo que fue tomado
como ofensa por la compañera Miriam Niebla que defendió la decisión tomada en
su momento.
En el mismo sentido, Cebreros
reclamó que una sala penal desintegrada era más grave que una civil, pues en
esta última atiende temas alimenticios y de paternidad, o bien, negocios, pero
en la primera decides la libertad de una persona.
“Pregúntenle a un interno
cómo es pasar, no dos meses, un día en prisión”, expuso Cebreros, quien además
desestimó la intención de algunos magistrados de pedirle una opinión al Juez
Federal sobre los alcances del amparo, ya que no son instituciones de consulta,
además de estar imposibilitado por el principio de imparcialidad, pues si
emitiera una opinión, anunciaría una posible sentencia.
Esta solicitud fue impulsada
por María Esther Rentería y por los magistrados de la Cuarta Sala, pero los
argumentos de José Luis Cebreros, de Jorge Armando Vásquez y Víctor Vázquez,
los hicieron comprender que el mover a Fernández Ruiz de Chávez representaba
una violación a la suspensión; por lo que optaron por pedir informes al
jurídico y pedir una copia del amparo para revisarlo a detalle. Mientras tanto,
el cambio quedó en el aire.
Esto quedó sustentado en la
lectura de la suspensión definitiva, donde específicamente dice que Fernández
Ruiz de Chávez cubriría la vacante de Carlos Cataño en la Quinta Sala, siendo
beneficiado por ser quien ocupa la suplencia.
Para Lourdes Molina, la
intención era clara, mover a Fernández Ruiz de Chávez a cubrir la vacante de
Perla del Socorro Ibarra y dejar libre el espacio de Carlos Cataño, para así
solicitar la designación de un magistrado en dicha ponencia, argumentando
afectaciones al bien común, por encima de los particulares. Pretendían aplicar
la misma dosis que con González Arias, lo cual fue sugerido también por Ramos
Gaona.
LO POLÍTICO POR ENCIMA DE LA JUSTICIA
Tanto para la jueza Lourdes
Molina como para el diputado Luis Moreno, no hay otra forma de comprender estos
ajustes más que por cuestiones políticas, la primera considerando que un grupo
de magistrados pretende apoderarse del Tribunal de Justicia; mientras que el
segundo asegura que el Poder Ejecutivo busca extender su hegemonía hasta el
Judicial.
Gustavo Medina Contreras,
quien fue secretario de la Cuarta Sala cuando Perla del Socorro Ibarra se
ostentaba como magistrada, es una persona cercana a personajes del Poder
Ejecutivo y el “mayoriteo” panista para designarlo confirma las sospechas.
Expresó que con estos
nombramientos se genera un total descrédito en el ejercicio de la democracia y
se siguen manchando las instituciones, sobre todo, el Poder Judicial.
Por su parte, Molina dijo que
la nueva administración del Poder Judicial ha demostrado que no importa la
institución, sino el interés de grupo, sin importar por encima de quién pasen.
De igual manera denunció que, así como ocurre en la designación de magistrados,
ocurre con los jueces.
El magistrado presidente,
Salvador Ortiz, comentó que el motivo de la designación de carácter urgente era
la necesidad de cubrir la vacante en la Segunda Sala que, según comentó, lleva
entre 10 y 15 casos semanales. Sin embargo, en las salas penales se llevan
mucho más, por lo que para Molina, la justificación y el movimiento que
realizaron no atrae ningún beneficio para la ciudadanía.
Será esta semana cuando se
emita la convocatoria para ocupar el espacio vacante de supernumerario y el del
magistrado Félix Herrera, quien el mes de agosto cumplirá los 70 años.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /EDUARDO VILLA LUGO/ LUNES, 19 MARZO, 2018
12:00 PM)
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