En
México, la relación de los políticos con los intelectuales no ha sido fácil,
pues el púlpito, el micrófono, la pluma o el aula son vistos o usados como
factor de poder e influencia.
José
López Portillo, acuñó al respecto aquella frase de “no les pago para que me
peguen”.
Octavio
Paz, siempre vio con recelo la cercanía con el príncipe y como protesta por la
matanza del 68 renunció a la embajada en la India.
No
hace mucho, a raíz de sus comentarios sobre la muerte de Juan Gabriel, fue
linchado el comentarista del programa de Foro TV “Final de Partida” y escritor
Nicolás Alvarado. Incluso sus expresiones respecto al “Divo de Juárez”, le
valió su salida de la dirección de TvUNAM.
Por
cierto su compañero de programa Julio Patán, quien escribió “El libro negro de
la izquierda mexicana”, en donde dada espacio a Juan Ignacio Zavala, quien
renunció a su militancia panista y para mejores señas cuñado de Felipe
Calderón, estratega de la campaña de Josefina Vázquez Mota en 2012, columnista
de Milenio y director de comunicación social de la PGR con Ernesto Zedillo, fue
tundido en las redes por pedir la xenofóbica expulsión del país del académico
de la UNAM y militante de Morena John Ackerman y la petición de su salida “por
pendejo”, iba ganando a la suya en Change.org.
Uno
de los casos más patéticos ha sido el del Apostol de América, José Vasconcelos,
quien dio gran impulso a la educación pública como ministro de instrucción de
Alvaro Obregón y quien al final de sus días terminó promoviendo al fascismo.
Otros
casos fueron los de Vaclv Havel, dramaturgo reconocido, quien llegó a la
presidencia de la República Checa y el del novelista Mario Vargas Llosa, quien
perdió la presidencia de Perú con “El Chino” Alberto Fujimori.
INTELECTUAL Y POLÍTICA: LAS RUPTURAS
La
revolución cubana fue otro asunto paradigmático en la relación entre los
intelectuales latinoamericanos y su comandante en jefe Fidel Castro Ruz. A raíz
del ataque a Bahía de Cochinos en 1961 por mercenarios financiados por E.U. y
su declaración de socialista el régimen fue mimado por la intelectualidad, pero
a partir de la represión al poeta Heberto Padilla en 1971 y la censura a su
libro “Fuera de juego” por la dirección cubana, se fracturó el apoyo al
gobierno castrista. Escritores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y
Mario Benedetti, continuaron siendo fieles a Fidel, mientras Mario Vargas
Llosa, Jorge Edwards, Octavio Paz y Guillermo Cabrera Infante, a los que se
fueron sumando mucho más, rompieron con la revolución y sus líderes.
Ese
proceso de ruptura no se detuvo y ya en el nuevo milenio, el nobel José
Saramago, dijo al respecto “Hasta aquí llegué” y Eduardo Galano, escribió “Cuba
duele”, en donde rompen lanzas con el régimen con el que habían simpatizado por
décadas.
LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN
En
“El político y el científico” Max Weber, delimitó ambas actividades. En su
ensayo “La política como vocación”, el autor habló sobre los políticos
profesionales y sus quehaceres.
Lo
anterior parecen olvidarlo diversos santones que pretenden desde la tribuna
–programas de t.v., redes sociales, páginas de periódicos, etc.— y escudados en
la libertad de expresión, que incluye la de crítica, así como la libertad de
información y el derecho a ser informados por parte de las audiencias de los
medios de comunicación, crear un tribunal de la moral política, cultural o
intelectual.
El
comentario viene al cuento cuando ciertos análisis publicados por el académico
metido a periodista Jesús Silva Herzog-Márquez y el periodista Raymundo Riva
Palacio, dos de los pesos pesados del periodismo mexicano, lo cual nadie les
regatea se fueron duro y a la cabeza en contra del Peje, el puntero en las
encuestas rumbo a la presidencia, los que le valió cierta réplica, con cierta
razón, del tabasqueño, respecto de sus columna “AMLO 3.0” y “Los hijos de
Andrés Manuel”, respectivamente, lo cual alborotó el avispero, unos en defensa
de los intelectuales y otros del político morenista.
O
sea unos y otros, en lugar de debatir y mostrar tolerancia ante la diversidad
de ideas se rompieron las medias. Lo cual al final no es totalmente malo en la
incipiente democracia.
Ya
antes el Peje había sostenido sonados desencuentros con periodistas, como Pepe
Cárdenas, que abrió la puerta para torpedearlo y evidenciarlo como autoritario.
Años
antes, Enrique Krauze, lo tildó de “mesías tropical” en un ensayo notable y
Federico Reyes Heroles, en su columna del año pasado “El farsante y su
público”, fue más allá y refiriéndose a AMLO, anotó que “El farsante lo degrada
todo: de una encuesta a una institución de interés público como lo es un
partido. Lo que toca se transforma en farsa. El farsante lo degrada todo: de
una encuesta a una institución de interés público como lo es un partido. Lo que
toca se transforma en farsa”.
López
Obrador, es ante todo, más allá del liderazgo carismático que ejerce o su
caudillismo o como quiera llamársele, un político profesional de tiempo
completo desde hace años, casi desde que fue presidente estatal del PRI de
Tabasco, cuando era su mentor Enrique González Pedrero, quien gobernaba esa
entidad, luego se sumó a la Corriente Democrática en 1987 al lado de Cuauhtémoc
Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, fundó el PRD y después Morena.
Es
sana la discrepancia, de eso no hay duda. El político es un hombre de poder y
el intelectual de las ideas. Tampoco es obligatorio en estar de acuerdo en
todo. Es correcto hablar de las inconsistencias y contradicciones del político
y el Peje, suma algunas.
Voltaire,
hablaba de la defensa a ultranza de la libertad de expresión, aunque no se
estuviera de acuerdo con el otro.
“O
gana ahora o no gana nunca. Si no gana nunca, la izquierda no tiene otro líder
que pueda llenar su lugar”, comentó el politólogo Lorenzo Meyer del Colmex.
EL PAÑUELITO BLANCO DEL PEJE TODO TEFLÓN
En
su referida pieza Silva-Herzog, describió el sectarismo morenista y su
pragmatismo de recoger de todo y en la segunda Riva Palacio, escribió sobre el
papel de los retoños del Peje en el partido fundado por su padre al que
calificó casi como una monarquía. Nada nuevo.
“No
aguantan nada”, replicó el morenista, a quien se acusa de perder los estribos
con facilidad, lo que incendió a sus detractores. Mínimo 10 artículos se
publicaron en un breve lapso en su contra en respuesta a las 10 palabras de su
respuesta, declaró.
En
gira por Querétaro Manuelovich, quien ha tomado a chiste los señalamientos del
apoyo Ruso y Venezolano a su campaña, se disculpó por la polémica que levantó
al calificarlos de conservadores con apariencia de liberales y se autocalificó
como un liberal puro y con dimensión social y democrática.
Al
cierre de la precampaña en Zacatecas López Obrador, habló de elaborar un nuevo
plan educativo y derogar la Reforma Educativa del Pacto por México, llegando al
poder como un guiño a la inteligentia magisterial del SNTE y de la CNTE, las
mayores organizaciones sindicales de intelectuales del país, que van por el
espurio Juan Díaz de la Torre, según el laboralista Carlos de Buen.
LA MÍTICA MAFIA CULTURAL
Mario
Benedetti en algún momento de su vida sacó a la luz la existencia en México de
un grupo de intelectuales que pretendían dictar la línea en la materia
cultural, incluso incrustándose en la estructura cultural del gobierno.
En
ese grupo detectaba al poeta Octavio Paz como máximo santón y al novelista
Carlos Fuentes, como su sacritán, o algo así, escribió el uruguayo y autor del
célebre texto “Táctica y estrategia”.
En
1990 en el encuentro “Experiencias de la libertad” organizado por la Revista
Vuelta el peruano Mario Vargas Llosa, soltó aquello de que México era la
dictadura perfecta, lo cual hizo saltar a Paz, el organizador del evento de su
asiento.
También
los choques entre dos de los principales grupos de intelectuales, unos
aglutinados en torno a Paz y otros alrededor de la revista Nexos, capitaneados
por Héctor Aguilar Camín y señalados por el poeta como muy cercanos al gobierno
de Carlos Salinas de Gortari y a quienes acusó recibir apoyo gubernamental para
la organización del Coloquio de Invierno, al cual el premio nobel acusó de
excluir personas e ideas, en un artículo que tituló “La conjura de los
letrados” publicado en la Revista Vuelta No. 185 del año 1992.
A
nivel individual fueron memorables los duelos verbales de Paz con Carlos
Monsiváis, uno de los impulsores pioneros del movimiento gay, entre diciembre
de 1997 y enero de 1998 en las páginas del semanario Proceso.
“En
los números 57 y 58 de la revista Proceso, el poeta Octavio Paz (…) dictamina,
devela, aclara, corrige, regaña, nos informa sin reticencias el estado actual
de nuestras corrientes ideológicas y de la sinrazón de un país que carece de
proyectos ajenos al por él instituido o sugerido (…)” y “El talento de O.P. con
ser universal no es omnisciente aunque él suela pretender dogmáticamente el
monopolio de la discrepancia. Por lo menos, así lo expresa su insistencia en
descalificar al adversario en turno, por el simple procedimiento de distorsionar,
inventar o despojar de cualquier contexto a sus razonamientos.” escribió Carlos
Monsiváis en diciembre del 77 en respuesta a Paz. De ese pelo era el debate
entonces entre esos figurones de la cultura.
Y
si algo hermana a dos de los principales intelectuales mexicanos como Enrique
Krauze y Jesús Silva Herzog-Márquez, es su identificación o pertenencia al
grupo de Paz, pues el autor de “Por una democracia sin adjetivos”, hizo vida
intelectual en la Revista Vuelta fundada por Paz y Chucho, escribe regularmente
en Letras Libres, la heredera de Vuelta y que fundó Krauze.
EL INTELECTUAL ORGÁNICO
Antonio
Gramsci, fue quien identificó a cierto tipo de intelectual al servicio del
poder, cuya función es apoyar con sus ideas, teorías y tesis, incluso crítica
contra los adversarios, lo cual le da una función preponderante dentro del
séquito y la corte del príncipe ante quien están a su servicio.
Algo
así como el papel que juega actualmente, como antes lo hizo con Cuauhtémoc
Cárdenas y después con Vicente Fox, “El Güero” Jorge Castañeda, al lado de “El
Cerillo” Ricardo Anaya, precandidato presidencial del Frente PAN-PRD-Movimiento
Ciudadano y de quien colaboradores de Anaya, se quejan por la preferencia que
le da y lo que hizo expresar al gobernador de Baja California Kiko Vega, que a
ver cuántos votos y recurso aportaba “El Güero”.
El
jefe Diego es otro de los apoyos intelectuales de Anaya y basta leer algunos de
sus artículos en la prensa para saberlo.
Y
si algo se dice de Anaya, es que ya logró sus dos objetivos: desbancar a Meade
del segundo lugar y dividir al PAN. Alejado más de 10 punto del puntero, eso le
da al Peje para bromear, perdonar y santiguar.
En
el PRI, dicho papel de intelectual orgánico lo desempeña sin lugar a dudas Luis
Videgaray, el mentor de Pepe Meade, como igual lo jugó con Enrique Peña Nieto,
desde el Estado de México.
INTELECTUALES ORGÁNICOS ALDEANOS: GURÚS,
ASESORES, CHAMANES Y DEMÁS.
En
Guaymas el rol del intelectual orgánico de los prohombres del poder local,
llámense dirigente de partido, candidatos, empresarios o líder y jefe de algo,
lo han venido desempeñado, a diferencia de otros lugares, algún que otro
periodista atrevido, grillo experimentado, profesionista o maestro, quienes han
jugado el papel de mentores de diversa figuras políticas emergentes o
consolidadas, asesores de todo, guías espirituales, chamanes políticos,
motivadores, etc.
Y
dichos especímenes locales para lucimiento personal por ahí se aparecen en
algún café porteño departiendo con su asesorado, sin faltar la consabida
fotografía pa´l face o pa´la nota.
En
ese afán, a quienes se les da desplegar dicho papel de servir al héroe o al
gran hombre, como describen Carlyle y Emerson, el culto que se prodiga a las
grande personalidades, se les ha visto o se les puede ver muy pegados al hombre
de poder e influencia, al estilo Rasputín con el Zar Nicolás II, Otilio Montaño
con Emiliano Zapata, Joseph Córdova Montoya con Carlos Salinas o Vladimiro
Montesinos con Alberto Fujimori, por mencionar algunos casos emblemáticos del
fenómeno.
En
Guaymas, dicho rol, a veces fingido, en ocasiones auténticamente, lo han
ejecutado incluso con resultados negativos para el jefe del clan político,
benefactor y patrón, en calidad de pupilo.
Gentes
como Leonardo “Cenizo” Dévora, quien se vendía como gran santón de las
mapacherías priístas, con lo cual encandilaba a los legos en materia electoral
y sacaba raja en cada comicios.
“El
Tigre” Jaime Escobar, durante mucho tiempo fue reconocido como el ideólogo del
priísmo porteño.
Alfonso
“Poncho” Ayala, durante mucho tiempo se las dio de influyente asesor de
personalidades como “El General” Oscar Ulloa y Marco Antonio “Morroño” Llano,
hasta su derrota n el 2000 ante Bernardino Cruz Rivas.
El
médico Francisco “Pancho Riatas” Hirata, consolaba al “Bebo” Carlos Zataraín,
en los momentos difíciles y lo orientaba políticamente, aunque el Zata siempre
fue fiel al jefe de su grupo Julio Ramón Luebbert Duarte y antes a Florentino
López Tapia.
Diego
Matus Félix, maestro de periodistas guaymenses de la vieja guardia y amigo
íntimo de vagancias de Faustino “Tinito” Félix, asesoró a varios alcaldes y al
líder cooperativista Florentino “Don Flor” López Tapia, en sus tiempos dorados
del sector social de la pesca. Alguna vez Eduardo Bours, siendo gobernador, lo
mandó con Bulmaro Pacheco, a la sazón secretario de gobierno, a pasearse por
todos los comederos de Hermosillo, para que vieran los grillos que no estaban
peleados.
Comparado
con Diego Matus, Jorge Carrizales, ha quedado en remedo de asesor de políticos.
El
licenciado Francisco Flores Calleja, en algún momento llegó a comentar que
tenía bajo contrato a un periodista para que le enseñara política. El nombre de
su sensei nunca lo dijo.
Entre
los más recientes “talentos” y “espíritus cortesanos”, tenemos al ingeniero
Javier Ballesteros con Fray Ivo Toneck y actualmente muy cercano al
precandidato independiente a la alcaldía Ernesto Uribe Corona, aunque
disputando el puesto con Vicente Castanedo, gurú electoral pluripartidista y lo
mismo “orientó” al “Negro” Librado Navarro, a Sara Valle que a José Luis Marcos
León Perea, los tres derrotados.
Ballesteros,
rompió con el alcalde Lorenzo De Cima, al salir del Comité de Festejos en forma
accidentada y con señalamientos de por medio.
En
la administración de César Lizárraga Hernández, todos le consultaba al
consultor Jesús “El Negro” Saldaña, quien incluso influía sobre Francisco “Pío”
Ponce, a quien trataba como empleado suyo. Últimamente “El Negro”, buscaba una
candidatura por el PRD.
Con
Otto Claussen, su principal “genio”, era y es, el abogado Francisco “Chuquito”
Carrasco, quien fue el cerebro gris de su administración o sea el poder detrás
del trono.
Antonio
Astiazarán, buscó ser más profesional en sus manejos y contrató a algunos
asesores que lo orientaban en cada paso que daba como alcalde, aunque su guía
en materia financiera lo fue Gastón Villaseñor Lozano, puesto que repitió con
el Otto. El Toñito, quien fue adoptado en sus inicios por Armando López
Nogales, mutó sus afectos en 2003 para con el clan Bours y luego se apegó a
Miguel Ángel Osorio Chong y últimamente a Luis Miranda, a cuyas órdenes trabajó
cuando fue titular de la SEDESOL.
En
Movimiento Ciudadano Juan Gabriel “Chino” Cinco, se vende como “maldito” y se
dice influyente en algunas iglesias cristianas locales.
En
el PRD, como en Morena, el PT, el PVEM, el PANAL y en el PAN, pululan
aspirantes a santones. Roberto Palafox “El Pipas”, quiso sin éxito ser el gurú
de Rodolfo Lizárraga, quien lo catafixió por Sara Valle.
Manlio
Fabio Beltrones, cuando fungía como gobernador consultaba con regularidad a su
primo Martín Rivera de la Calle 15 para que le tirara las cartas.
Si
nos atenemos a quienes jugaron el rol de asesores, guías y gurús de los
políticos en turno, pocos “blancas palomitas” o gentes de buena fe, se podría
explicar parte del desastre.
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