“A
los invasores deberían explicarnos, desde un principio, que invadir al Ejido es
más caro que comprarles el lote. Esto es garantía de echarte más de diez años
de pleitos sin servicios, y al final pagas más del doble, o lo pierdes todo”
(José
A. Morales, invasor de Caribe Bajo)
Cabo
San Lucas, Baja California Sur- Es un hecho que las invasiones no las inventó
Narciso Agúndez en Los Cabos, ya existían desde antes. Lo que sí es cierto es
que Narciso Agúndez las hizo parte de su programa de gobierno; las potenció,
las protegió e hizo de ellas un lucrativo y corrupto negocio económico para sus
incondicionales. Y con rendimiento político. Su víctima preferida fueron los
ejidos, tanto el de San José del Cabo como el de Cabo San Lucas. La Ballena, de
San José del Cabo, y Los Caribes (Alto y Bajo), en San Lucas, son ejemplos de
despojos ejecutados desde el poder (lo de Cangrejos fue otra cosa, un turbio
negocio que ya lo analizaremos). El modus operandi delincuencial es sencillo:
Un líder aventado con impulso inicial de un político, “recaudando mochadita por
cabeza”, mete a un grupo de “necesitados” en un terreno baldío del Ejido. Ante
la falta de reacción de la autoridad a las denuncias ejidales y sostenidos en
precario con servicios mínimos se va consolidando el asentamiento. Entonces,
los invasores traspasan los terrenos a terceros, verdaderos necesitados, o
especuladores que quieren hacer buen negocio a costa de las propiedades
ejidales. Negocio millonario que ya Narciso dejó desde que le encerraron a
Catarino Flores. Ya tiene heredero, El diputado Ernesto Ibarra, nuevo asociado
político de su hijo Christian.
Lucrar
con una invasión da para varias elecciones a políticos sin escrúpulos y
acarreadores. Primero prometes título (y das despensas), luego le vas
escalonando a pipas de agua (y das despensas), electricidad (y das despensas),
pavimentado de calles (y das despensas), hasta llegar a la dotación de parques y
escuelas (y das despensas). Bien administrada (y con muchas despensas), una
invasión sirve hasta para tres elecciones. Es lo que intenta ahora en su
precampaña la “lideresa aventada” Gaby Montoya en nombre de su “líder político”
y pre-pre candidato verde, Ernesto Ibarra: ofrecerle los terrenos “gratis” a
los invasores (y despensas). Para ello cuenta con el apoyo del caradura Roberto
Salazar, funcionario priista del INSUS (antes CORETT) y activista político a
favor de Ibarra-Agúndez.
LÁSTIMA, MARGARITO.
El
problema para ellos es que los ejidatarios ya se aprendieron la operación y ya
no se dejan. Los de San José ya metieron al bote al César Uzcanga “El Carnal”,
y recuperaron La Ballena, cobrando directamente por medio de su inmobiliaria a
los invasores. Los de San Lucas ya metieron al bote a Catarino Flores, y están
regularizando directamente, por medio de la empresa Los Zalates, los terrenos a
los invasores. Se acabó la grilla de las invasiones, ahora el esfuerzo será a
base de otras promesas (y dando despensas).
Y
si, Roberto Salazar, el delegado del INSUS, miente, y con todos sus dientes. En
anexos al comunicado de prensa que nos hace llegar la empresa Los Zalates de
Cabo queda en completa evidencia que” SEDATU
NO TIENE EN PROCESO NINGUN EXPEDIENTE DE EXPROPIACION DE TERRENOS DEL EJIDO
CABO SAN LUCAS”. Pura mentira este cuate.
(PENINSULAR DIGITAL/ JULIO MARTÍNEZ
ROJO/ 26/01/2018)
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