Una comunicación directa,
coloquial, sencilla, recomiendan los expertos a los políticos en funciones de
gobierno.
Se trata con ello de acercar
al político con las personas de la calle, agobiados por sus problemas
cotidianos y que frecuentemente ven al político muy distante de su mundo.
Sin embargo, como todo tiene
un límite, recomiendan no traspasarlo para lograr el clic que necesita la
relación gobernante-ciudadano.
Este, que es el ABC de la
comunicación política, muchas veces los políticos lo desconocen e interpretan
como estar a tono con los interlocutores y eso los lleva a vulgarizar esa
relación para poder generar empatías
inmediatas.
Pero lo que no sabe ese tipo
de gobernante, es que con esa actitud
deteriora la figura de gobierno. La vuelve algo chabacano, motivo de cualquier
meme y termina por la pérdida de todo respeto que, ojo, no se trata solo del
gobernante en turno, sino lo que permanece por encima de colores y anagramas
partidarios.
Fernando Pucheta en su
relación con los gobernados raya en la vulgaridad y eso se dimensiona a través
de los medios y redes de comunicación masiva, y es que el alcalde mazatleco
actúa como si fuera el propietario de la marca Mazatlán. Que puede hacer y
decir lo que se le antoja sin consecuencias. Bueno, no tanto, como veremos.
No se trata solo de quien lo
interpela en el momento de la tala de árboles en el Centro Histórico de
Mazatlán, sino de la audiencia que escucha sorprendido con la frase
desafortunada de “sólo la mía les gustó”, una expresión fálica, propia del
ambiente de los arrabales y el sexo interminable que en boca del gobernante
delata su origen, sus preferencias, su mal gusto, su verbo procaz.
Pero hay algo más, no
entiende que no entiende, él está en un cargo electo y si seguimos su expresión
vulgar es responsable de lo que suceda en Mazatlán y más en un tema tan
sensible como es el de la ecología.
Talar árboles es un asunto de
interés público y si es eso está reglamentado, claro que a la población le
interesa que su alcalde haga valer su autoridad para proteger la ciudad del
vandalismo de las empresas constructoras, él se debe a ellos, no como parece
ser el empleado de las constructoras que tiene hecho un desastre esta área de
la ciudad sin que se vea el protagonismo del alcalde; en ese sentido se le
extraña a Alejandro Higuera que hacia valer su investidura y peleaba porque no
se dañara la infraestructura.
Me explica uno de esos
constructores taladores, que del corte de árboles estaba enterado el alcalde,
que no se hiciera tonto, que lo que pasaba es que no quería que le fuera
afectar sus pretensiones reeleccionistas en el 18 y por eso salía con la
ofensiva frase de “solo la mía les gustó”. Lo cierto es que ya le afectó tanto
por sus expresiones que lo presentan como un alcalde grosero, altanero e
irresponsable; como también porque asume que hay vacío de gobierno, que las
decisiones no pasan por su escritorio sino que las ejercen personas no electas;
es el caso del hermano del gobernador, quien da órdenes a personal del
ayuntamiento, cuando es un constructor que evidentemente al tener obra pública
se encuentra en conflicto de interés, y finalmente, esa ausencia ante los
acontecimientos del Centro Histórico se ha hecho patente cuando le renuncia
Elsa Bojórquez, directora de Ecología, quien en un acto de dignidad
profesional, no aceptó recibir órdenes del ya hermano incómodo del gobernador
para justificar la tala de árboles.
En definitiva, se dice que en
política no hay vacíos, que todos los hoyos se llenan inmediatamente, y
Fernando, que quiere ser reelecto, está mostrando que hoy no sirve a los
ciudadanos mazatlecos, mucho menos servirá para continuar en el cargo luego de
2018, que la Hora Municipal no lo hará continuar en el cargo y que los
ciudadanos porteños quieren un alcalde de verdad, no de frases coloquiales
lastimosas y penosas. Vamos, vergonzantes.
(RIODOCE/ ERNESTO HERNÁNDEZ
NORZAGARAY/ 12 JUNIO, 2017)
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