Foto: Internet
'Betting on zero', disponible en Netflix,
cuenta cómo la empresa de suplementos alimenticios exprime a los inmigrantes
latinos
Julio Ulloa, de Ecuador,
tenía un negocio de construcción en Estados Unidos que funcionaba muy bien. En
2012, un representante de la empresa de nutrición Herbalife tocó su puerta
ofreciéndole la oportunidad de generar más ingresos. Le dijo que con la
comercialización de suplementos podía ganar entre 20.000 y 80.000 dólares al
mes. Empezó a meterse de lleno en el negocio. Cambió la construcción por un
club nutricional que promocionaba la marca y compraba mercancía valorada en miles
de dólares. “Mi proveedor me decía: ‘Cuanto más gastas, más ganas”. A medida
que pasaban los meses, los artículos dietéticos no se vendían y sus deudas
seguían creciendo, hasta que la inevitable verdad le golpeó. El sueño americano
de riqueza con un trabajo fácil y sin peligro fue una ilusión.
“Fue una oportunidad para saber cuál es el
lugar del dinero en el denominado sueño americano a través del lente que
refleja el conflicto corporativo y una historia que tiene ramificaciones en
todo el mundo y que conecta con las vidas del ciudadano de a pie”
Ulloa vio como le “robaron
sus sueños”. A él y a cientos de miles de latinos que perdieron en Estados
Unidos desde 8.000 a 22.000 dólares por apostar por los productos de Herbalife.
El documental Betting on zero, de Ted Braun, recupera estas historias y la
encrucijada del multimillonario de fondos de inversión Bill Ackman para
destapar el modelo de negocio de Herbalife como la estafa piramidal más grande
de la historia.
En medio de un fuego cruzado,
las historias de la comunidad latina se introducen en un filme que busca
retratar el sueño americano sin final feliz. “Fue una oportunidad para saber
cuál es el lugar del dinero en el denominado sueño americano a través del lente
que refleja el conflicto corporativo y una historia que tiene ramificaciones en
todo el mundo y que conecta con las vidas del ciudadano de a pie”, explica el
realizador vía telefónica.
Braun dice que fue difícil
hilar las distintas partes de la historia, sobre todo ante la negativa de
Herbalife de participar en el documental. El realizador llenó ese vacío con
material de archivo de entrevistas e intervenciones públicas de los directivos.
Esto, junto a las aportaciones de exdistribuidores, ayuda a explicar cómo
funcionan las empresas multinivel. El relato es satisfactorio intelectual y
emocionalmente. “Se volvió una obligación poner a la audiencia en los zapatos
de muchas personas envueltas en estos complicados conflictos. Era muy
importante para mí que vieran y entendieran cómo era el mundo desde el punto de
vista de los distribuidores y ejecutivos de Herbalife”, afirma Braun.
El millonario Bill Ackman en
un fotograma de la cinta.
CENSURA, POLÉMICA Y AMENAZAS
El documental, que recibió
una mención especial del jurado en el festival de Tribeca a mejor investigación
cinematográfica en 2016, no estuvo libre de polémica. Braun denuncia que
Herbalife, con presencia en 95 países y una red de 3.2 millones de
distribuidores, boicoteó una proyección del filme en la Galería Nacional de
Retratos, en Washington, en octubre. El director dice que la abogada Heather
Podesta y los socios de su firma de cabildeo compraron 173 entradas, la mitad
de la sala, y dejaron los asientos vacíos durante la exhibición.
Este y otros ataques han
complicado la difusión de Betting on zero. A pesar de los intentos de sabotaje,
el filme logró mantenerse como el documental más visto en iTunes durante las
primeras tres semanas de su lanzamiento en abril y ahora quiere ampliar su
audiencia con su estreno en Netflix.
En el documental, Herbalife
es acusado de enfocar su negocio en la comunidad de inmigrantes y de llevar su
modelo a países en vías de desarrollo. A raíz de esto, la activista latina
Julie Contreras y el grupo de exdistribuidores estafados por la empresa fueron
intimidados por simpatizantes de la compañía, amenazándolos con denunciarlos
para que fueran deportados si seguían adelante difamando a la empresa.
Según Braun, muchas de las
denuncias hechas por el colectivo de Contreras fueron tomadas en cuenta en la
investigación que realizó la Comisión Federal de Comercio de EE UU, en la que
encontró cuatro faltas de prácticas comerciales y engañosas. Por tal motivo, se
le ordenó a la compañía pagar 200 millones de dólares a casi 350.000 personas
que perdieron dinero en la adquisición de suplementos nutricionales, además de
reestructurar su modelo de negocios. “En todo momento mantuvimos nuestra
independencia con el filme. No mentimos con ninguna de las partes mostradas en
este documental y trabajamos asiduamente para entregar una obra que no sea solo
abogacía y que invitaba a que entiendan toda la situación”, finaliza.
(VANGUARDIA / EL PAÍS/ 09 DE JUNIO 2017)
No hay comentarios:
Publicar un comentario