La revista The Economist se va duro y a
la cabeza. En su columna “Bello”, maltrata a todos: a Andrés Manuel López
Obrador, objeto de sus constantes críticas, lo llama mesiánico y llorón. A
Vicente Fox y a Felipe Calderón los califica de decepcionantes. Dice que el PRI
perdió votos y no garantiza un triunfo el siguiente año y que el Presidente
Enrique Peña “es ampliamente maltratado, principalmente por su fracaso en la lucha
contra la delincuencia violenta y la corrupción desenfrenada”.
El editorial, titulado “el coco de
México (The Bogeyman of Mexico) concluye en que México necesita buscar al
candidato menos peor.
Ciudad de México, 10 de junio
(SinEmbargo).– Andrés Manuel López Obrador es visto por los mexicanos como el
retador único y potente rumbo a las elecciones de 2018 y ha adquirido un
seguimiento leal entre los votantes más pobres, especialmente en el centro y el
sur, por oponerse a “un sistema político corrupto y una economía crónicamente
mediocre, prometiendo revisar el TLCAN [Tratado de Libre Comercio de América
del Norte] y revertir las políticas económicas globalizantes que México ha
adoptado en los últimos 30 años, plantea un editorial de The Economist.
Sin embargo, el influyente
semanario inglés también destaca que AMLO preocupa a los mercados financieros y
actualmente al de divisas por lo que califica como “mesianismo” y “gritos
infundados” de fraude, lo que le ha valido que algunos sus antiguos simpatizantes
de la clase media le den la espalda.
“Después de perder por poco
las dos elecciones presidenciales, se separó del partido de centro-izquierda de
la Revolución Democrática (PRD) debido a su apoyo a las reformas modernizadoras
del señor Peña [Enrique Peña Nieto]. En 2014 se crea el Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena), cuyo único propósito es promover a su líder”,
considera la publicación.
En meses recientes, plantea,
la fluctuación del peso mexicano frente al dólar se asemeja a un electrocardiograma
durante un ataque de pánico. La moneda cayó un 15% después de la victoria de
Donald Trump, quien prometió desechar el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte que une México, Estados Unidos y Canadá. El peso se ha recuperado
desde entonces, con el aumento de las esperanzas de que la administración de
Trump reconocerá el beneficio mutuo del TLCAN. “Pero hay otra pesadilla que
preocupa a los mercados de divisas: la noción de que Andrés Manuel López
Obrador, un populista de izquierda que de alguna manera se asemeja a Trump,
ganará la elección presidencial dentro de un año”, destaca.
El editorial de The Economist
se refiere los recientes sucesos en la elección del Estado de México, una
entidad donde nació y gobernó el actual Jefe del Ejecutivo federal.
Tras bambolearse en mayo,
cuando las encuestas sugirieron que la candidata de López Obrador podría ganar
la gubernatura del Estado de México, el mayor de los cuatro estados que
celebraron elecciones el 4 de junio, el peso ganó un 2.5% cuando los resultados
marcaron una estrecha victoria para el gobernante Partido Revolucionario
Institucional (PRI) del Presidente Enrique Peña Nieto. Ese alivio, sin embargo,
puede estar fuera de lugar, dice la revista, pues aunque los resultados finales
pueden tardar semanas, en general el resultado dio a López Obrador motivos de
alegría.
En El Estado de México, que
contiene el 13% del electorado nacional y fue gobernado por Peña, la candidata
de AMLO, la profesora Delfina Gómez, obtuvo el 31% de los votos. El PRI ganó,
con un 34%, una entidad que nunca ha perdido, pero su voto disminuyó en 28
puntos porcentuales con respecto a las últimas elecciones de 2011. Lo retuvo,
según sus oponentes y algunos analistas, sólo con la compra a gran escala de
votos, dice el semanario.
En los 11 escenarios de encuesta
atribuida a Los Pinos gana AMLO en 2018, y el PRI quedaría tercero
AMLO dirige la mayoría de las
encuestas de opinión para las elecciones presidenciales y eso se debe en gran
parte a los defectos de sus rivales, afirma.
“Por un lado, el señor Peña
es ampliamente maltratado, principalmente por su fracaso en la lucha contra la
delincuencia violenta y la corrupción desenfrenada. La derrota en el Estado de
México habría sido catastrófica para él; pero la estrecha victoria allí (y
posiblemente en Coahuila, un estado más pequeño) no le basta para imponer al
candidato de su partido en la elección presidencial”.
Por otro lado, añade, la
aceptación del conservador Partido Acción Nacional (PAN) se redujo por las
decepcionantes presidencias de Vicente Fox y Felipe Calderón, entre 2000 y
2012. “Peor aún, el partido se divide entre las ambiciones presidenciales de
Ricardo Anaya, su joven presidente nacional, y Margarita Zavala, la esposa de
Calderón”, dice.
Fox tuvo violencia, Calderón la disparó
pero, en 5 años, las cifras de EPN auguran cierre de terror
En este contexto, añade,
parece inevitable que López Obrador gane el próximo año. Lo que antes era un
sistema de tres partidos se ha fragmentado y el vencedor, destaca, será el
candidato que sea el mejor para forjar alianzas.
“En eso, AMLO tiene un récord
mixto. En el Estado de México, si hubiera llegado a un acuerdo con sus antiguos
compañeros en el Partido de la Revolución Democrática (cuyo candidato obtuvo el
18 por ciento), Morena habría ganado con facilidad. Pero López Obrador ‘quiere
subordinación, no unión’, y busca ‘empleados, no aliados’, se quejó un
dirigente del PRD”.
La Constitución de México no
permite una segunda vuelta electoral (muchos comentaristas políticos creen que
debería cambiarse, pero probablemente no pueda llegar a tiempo para el concurso
del próximo año), comenta The Economist.
En 2012, Peña Nieto ganó con
sólo el 38 por ciento de los votos y su sucesor puede necesitar menos del 30
por ciento.
“En ausencia de una segunda
vuelta, los mexicanos votan tácticamente. Refiriéndose al Estado de México,
Enrique Ochoa, presidente nacional del PRI, agradeció ‘a los que votaron por
nosotros aunque no fuimos su primera opción’. Continuó: ‘Juntos paramos el
avance del populismo autoritario’ y ‘lo haremos de nuevo con éxito en 2018’.
Pero la revista dice que si
el PRI puede ser el portador estándar de una coalición anti-AMLO el próximo año
lo anterior es cuestionable, aunque alguien puede hacerlo.
“Un candidato exitoso no sólo
necesitará argumentar que ‘México no merece ser Venezuela’, como dijo el señor
Ochoa, sino también presentar una visión de un cambio democrático positivo.
México todavía tiene unos meses para encontrar a esa persona”, concluyó.
Gobierno de EPN no busca ayudar a
Venezuela sino dañar a AMLO al compararlo con Chávez, dice WP
(SIN EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / JUNIO 10,
2017, 4:30 PM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario