FOTOS: CUARTOSCURO.COM
Presuntos miembros del clan mafioso de
los hijos de “El Chapo”, quienes sostenían una guerra interna contra Dámaso
López, hoy detenido y encarcelado en México, compraron de manera masiva una
edición de Ríodoce, donde se publicó una entrevista, firmada por Javier Valdez,
con un emisario de Dámaso que contradecía la versión de “Los Chapitos” otorgada
a Ciro Gómez Leyva. Semanas después, ante la aprehensión de Dámaso López, el
periodista redactó un reportaje donde después de hacer una reseña de la vida
criminal del capo, refiere que fuentes le confiaron que no veían al hijo de
Dámaso como el sucesor de la célula criminal. Los dos reportajes son analizados
para deslindar responsabilidades. El móvil del crimen fue su trabajo como
periodista, de eso no cabe duda: Ríodoce
Culiacán, Sinaloa.- A Javier
Valdez lo estaban vigilando. Lo espiaban. Sus asesinos sabían qué ruta tomaba
todos los días al salir de las oficinas del semanario Ríodoce, ubicadas en un
edificio de tres plantas en color gris, de ventanas plateadas, en la esquina de
Francisco Villa y Teófilo Noris, Colonia Jorge Almada.
Sabían que estacionaba su
vehículo, un Toyota Corolla color tinto, de reversa en el pequeño
estacionamiento del edificio, y que salía a mediodía los lunes después de la
junta para analizar temas administrativos y planear la semana laboral.
“Sabían que Javier tomaba la
misma ruta, a todos nos vigilaban”, suelta uno de los integrantes del equipo de
reporteros del medio. Era la misma rutina para el autor de “Los Morros del
Narco” y “Narcoperiodismo”, como también para el resto de los periodistas.
De acuerdo con la
reconstrucción que ofreció el mismo medio, Valdez Cárdenas salió minutos
después de las 12:00 pm del lunes 15 de mayo en la unidad citada, propiedad de
la empresa. Avanzó rumbo al sur por la Teófilo Noris hasta alcanzar la Avenida
Ramón F. Iturbe, dio vuelta hacia el Oriente para virar una cuadra y tomar la Vicente
Riva Palacio. Al pasar frente a una guardería, sujetos encapuchados lo
interceptaron y lo bajaron a empellones de su carro.
Ahí mismo le dispararon en el
abdomen y en el rostro. Según el parte forense, fueron doce tiros soltados a
corta distancia, un perito comentó que al parecer alcanzó a meter las manos
porque tenía los dedos reventados debido a laceraciones de bala. Le dieron el
tiro de gracia.
Perpetrado el asesinato, los
sicarios escaparon en el vehículo de Javier, dejando atrás el cuerpo a mitad de
la calle, boca abajo, con el sombrero panamá mal acomodado, manchado de sangre.
“Escuchamos el ruido como de
golpes fuertes en la redacción, pero no sabíamos que eran las balas que estaban
matando a Javier; hasta que llegó corriendo un empleado de un local a avisar
que era él”, narra otro integrante del equipo riodocesano.
“¡Javier!, levántate, bato,
que haces ahí”, fue lo único que se le ocurrió gritar al ver su cuerpo en un
lago hemático que quemaba el chapopote, ese que siempre decía Valdez Cárdenas
que le gustaba sortear en la ciudad, la memoria del asfalto que cronicó en sus
textos.
Minutos más tarde, a las
12:35 pm se reportó que en la Avenida Aquiles Serdán, entre la calle Cristóbal
Colón y Bulevar Francisco I. Madero, entre la barda de un domicilio y un poste
del alumbrado público, quedó abandonado el Toyota Corolla.
Ríodoce confirmó que la
computadora de Javier, así como su teléfono celular, no se encontraba en la
unidad; fueron hurtados por los delincuentes. Según los testimonios recabados
por policías, del Corolla descendieron dos sujetos que portaban capuchas, pero
no lograron establecer hacia dónde emprendieron la huida.
FISCALÍA DE
“UTILERÍA”
Con el cuerpo del veterano
periodista tendido -también corresponsal del diario La Jornada en Sinaloa- el
fiscal del Estado, Juan José Ríos Estavillo, se apersonó en la escena para dar una
apresurada declaración a los reporteros.
Señaló -y lo reiteró el
miércoles 17 de mayo en una conferencia- que la línea principal a seguir es la
del trabajo periodístico de Valdez Cárdenas, y en segundo lugar el despojo del
vehículo, aunque aclaró que era la más débil.
“Todo lo que tiene que ver
con el trabajo que realizaba Javier Valdez entrará dentro de la investigación,
eso incluye las publicaciones”, dijo.
Ríos Estavillo comentó que
existen varias cámaras de vigilancia urbana en el trayecto que posiblemente
tomaron los responsables, que pudo ser el Bulevar Gabriel Leyva Solano o
Francisco I. Madero rumbo al Oriente, hasta alcanzar Aquiles Serdán.
“De las cámaras, hay alguna
serie de imágenes que obvio no son claras o no apuntan las cámaras al lugar
donde corresponden”. Excusó además que solo el 9 por ciento de las cámaras
están en funcionamiento.
Al día siguiente la Fiscalía
General llevó a cabo la reconstrucción de los hechos; se sabía además que muy
temprano ese lunes Valdez Cárdenas había pasado por el café Bistro Miró a tomar
un café y un vaso con agua, como acostumbraba. Los empleados y clientes del
local, tras el homicidio, dejaron la mesa número 9 sola y un sencillo homenaje
con un par de flores y un periódico.
Fuentes extraoficiales de seguridad
señalaron que investigarán también la línea de futuros reportajes que preparaba
el periodista, en virtud del robo de la computadora personal que cargaba en el
vehículo.
Esa mañana, en la cuenta de
Facebook de Valdez una empleada del café había subido una foto del también
escritor con una máscara del personaje de Darth Vader. “Gracias por seguirnos
el rollo…”, escribió.
LAS HIPÓTESIS
Según el posicionamiento de
Ríodoce tras el asesinato de su cofundador, titulado “Hoy nos pegaron en el
corazón”, el ataque a Valdez Cárdenas no provino de otra parte más que del
crimen organizado.
“No tenemos ninguna duda: el
origen del crimen de Javier Valdez está en su trabajo periodístico relacionado
con los temas del narcotráfico. No sabemos de qué parte, de qué familia, de que
organización provino la orden. Pero fueron ellos”.
Javier había construido gran
parte de su narrativa periodística con temas del crimen organizado, con textos
en los que narraba historias no solo de víctimas; también de la entramada
relación entre los capos y sus esbirros, sus complicidades, sus historias de
surgimiento y caídas.
Cada semana, desde que
estalló la guerra al interior del Cártel de Sinaloa, con la ruptura entre los
hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Dámaso López Núñez, Ríodoce cronicaba los
entresijos de las disputas. Fue uno de los primeros medios en dar a conocer el
asalto de un grupo de los Beltrán Leyva a la comunidad de La Tuna, en junio de
2016, así como la profanación de la casa de doña Consuelo Loera López, madre
del capo extraditado. El tema cobró relevancia internacional con Joaquín Guzmán
en pleno proceso de extradición a Estados Unidos.
También en dar a conocer la
liberación de “Los Chapitos” o “Los Menores” tras el secuestro en el
restaurante La Leche de Puerto Vallarta, Jalisco, en agosto del año pasado,
hecho que sacudió al Cártel de Sinaloa por las repercusiones que tendría en
cuanto a violencia.
Pero a partir de la ruptura
declarada públicamente a través de una carta el 8 de febrero de 2017, enviada
al programa de televisión de Ciro Gómez Leyva, los grupos criminales se subieron
a los medios informativos.
En la misiva firmada
presuntamente por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, acusaban a
López Núñez de citar a una reunión junto con Ismael Zambada García en un lugar
innominado de Sinaloa, para montar una celada mortal. Pero -según la carta- sus
pistoleros fallaron y solo los dejaron heridos.
Días más tarde, Ríodoce fue
contactado por un enviado del grupo de Dámaso López Núñez para desmentir la
versión y dar a conocer la propia. El 19 de febrero, el semanario publicó el
titular: RESPONDE DÁMASO: “No disparé a los Guzmán; soy amigo del ‘Mayo’”.
En la nota, firmada por
Valdez Cárdenas, relataba que López Núñez afirmaba a través de su enviado que
era falso que citara a una reunión, al igual que la intención de atentar contra
sus vidas.
Explicaba además que la
reunión entre los hijos de Guzmán y “El Mayo” se había realizado el 4 de
febrero en la comunidad de Paredones, en la zona rural del norte del municipio
de Culiacán, sin que se presentaran incidentes.
Javier Valdez relataba (consultar
http://riodoce.mx/narcotrafico-2/no-dispare-a-los-guzman-y-soy-amigo-del-mayo-zambada-damaso)
“Señaló (el enviado) que Los
Menores no han respetado los acuerdos y los han provocado violentamente desde
hace alrededor de un año, preparándose con gente y equipo, como parte de un
golpe de Estado en contra de López Núñez, “aprovechándose de mi buena fe, con
alevosía y ventaja, y ellos han corrido la versión de que la DEA me apoya, pero
no es cierto. Tengo orgullo y sé respetar los códigos”.
— ¿Rompió Dámaso con El
Mayo?, preguntaba el veterano periodista.
— No, claro que no. El señor
Zambada es una fina persona, a quien se respeta y respetará siempre.
— ¿Está Dámaso fuera del
Cártel de Sinaloa?
— Él y el grupo que dirige es
amigo del señor Zambada y la lógica y los hechos hablan más que mil palabras.
— ¿Amigo del Mayo y enemigo
de Los Chapitos?
— Iván, Alfredo y su tío
están enfermos de poder, pero es a través del abuso como hacen amigos forzados.
Los apoyan más por miedo que porque sea lo correcto. Él (Dámaso) es amigo del
Mayo pero también amigo del señor Joaquín Guzmán. Y el señor Guzmán lo dejó
donde está ahora y siempre se valora lo poco que le pudo servir a él y a sus
hijos. No se puede decir que Dámaso es enemigo de Iván o Alfredo, aunque sabe
que están desubicados y en cualquier momento pueden reflexionar y madurar.
Ellos no quieren a Dámaso, pero Dámaso ha dicho que no puede ser enemigo de los
hijos de una persona “a la que quiero y aprecio”.
— ¿Esto se puede resolver?
— Todo se soluciona con una
buena plática. Solo nos hemos defendido, pero jamás los hemos provocado. Ellos
tienen un año provocando al Licenciado. Provocándonos.
LA REACCIÓN DE LOS NARCOS
La reacción por parte del grupo
de “Los Chapitos” se concretó cuando el periódico era repartido esa madrugada,
al coordinar un operativo de varios vehículos y jóvenes que a punta de billetes
compraron poco más de cinco mil periódicos de Ríodoce. Sobre el secuestro de la
edición del semanario, al ser consultados por colegas, tanto el director Ismael
Bojórquez Perez como el mismo Valdez atribuyeron el incidente a “cosas normales
que pasaban”.
En esa misma edición se
publicaba un amplio reportaje sobre las empresas secretas del ex diputado
priista Óscar Lara Aréchiga, acusado en Andorra de lavado de recursos por el
orden de 16 millones de dólares.
Dos días más tarde, otro
periódico quincenal, La Pared, que traía el mismo tema en portada, recibió
presiones para entregar toda la edición de 3 mil ejemplares para evitar su
circulación. Los distribuidores de la revista, al salir de la impresa de
Noroeste, fueron abordados por jóvenes que usaban gorras con la inscripción
#701, los cuales informaron que iban a adquirir toda la edición, como había
sucedido con Ríodoce.
Luego del suceso, los
editores de La Pared optaron por dejar de publicar el impreso, pero recibieron
presiones para publicar una última edición a favor de “Los Chapitos”.
Ambos secuestros no fueron
denunciados públicamente hasta el 30 de marzo, tras el asesinato de la
periodista Miroslava Breach, de Chihuahua.
En su columna “Observatorio”
del diario Noroeste, el periodista Alejandro Sicairos Rivas advirtió que lo
anterior no era un suceso que se debía dejar de lado, “yo hablé con Javier y le
llamé la atención sobre lo que habían publicado del Dámaso, pero me dijo que lo
publicaron porque era un tema de interés periodístico”.
De acuerdo con fuentes
extraoficiales, ésta podría ser las primeras hipótesis en torno al homicidio
del autor de “Los Morros del Narco”.
LA ÚLTIMA PUBLICACIÓN DE NARCO
Sumergido el mes de abril en
la guerra entre facciones de Sinaloa y con La Pared fuera de circulación,
Ríodoce se mantuvo contando los acontecimientos que inundaban la entidad, hasta
que el 2 de mayo todo dio un vuelco: la Procuraduría General de la República
(PGR) y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) anunciaban el arresto de
Dámaso López Núñez “El Licenciado”, en un lujoso departamento de la colonia
Nueva Anzures en la capital del país.
Con su detención, señaló la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO), se frenaba la alianza entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
y el grupo de Dámaso. Le siguieron arrestos de la estructura de “El
Licenciado”, como su operador financiero en la Ciudad de México, un líder de
pistoleros detenido en Costa Rica, Sinaloa; así como un socio de Dámaso López
Serrano “El Mini Lic”, de nombre Luis Enrique Verdugo Barraza, hijo del
fallecido Lamberto Verdugo Quintero “El Güero Verdugo”. El lugarteniente de “El
Mini Lic”, era ahijado del “Mayo” Zambada.
Días después la SEDENA
anunció el arresto de un grupo de escoltas de “El Mini Lic” en el Estado de
México, que salieron libres al no integrarse adecuadamente la carpeta de
investigación.
El 7 de mayo, el semanario
sinaloense publicó en portada una fotografía de López Núñez escoltado por
militares, saliendo del edificio de departamentos, con el título “LA FIESTA DE
LOS MENORES”.
El reportaje principal de la
edición número 745 se titulaba “Preso Dámaso, el hombre que quiso suplir al
Chapo”. Firmado por Javier Valdez también, se trataba del perfil criminal de
López Núñez, desde sus inicios en la Procuraduría como ministerio público hasta
coordinador en la Policía Judicial del Estado, su brinco al penal federal de
Puente Grande, donde trabó amistad con “El Chapo”
(http://riodoce.mx/narcotrafico-2/preso-damaso-el-hombre-que-quiso-suplir-al-chapo).
De igual manera, contaba los
últimos acontecimientos de la guerra con los hijos de Guzmán Loera y las líneas
que llevaron a su arresto en la Ciudad de México.
Al final, retomando fuentes
del Valle de San Lorenzo, Javier describió cómo los pobladores de Eldorado,
sobre todo de Portaceli, rancho de donde era originario, recordaban las fiestas
como las últimas que “El Licenciado” patrocinó en diciembre de 2016.
Ahí elaboró un perfil sobre
su hijo y posible heredero, Dámaso López Serrano.
“A él le gusta mostrar una
que tiene cachas de oro e incrustaciones. Sabe de camionetas de lujo y de
paseos y huateques. Su padre y su familia nacieron en Portaceli, una de las
comunidades más grandes de la región, tienen negocios en la agricultura local y
prácticamente todos los salones de fiestas. Nada qué ver con el capo en
ciernes, el sucesor del Chapo o de su padre. Nada.
“Cuando hablan de él, es por
las fiestas o por el cotorreo. Antes venía con su gente para acá, para los
pueblos, pero ahora que se puso feo ya no vienen. Él solo anda en fiestas y
gasta lo de su papá, pero no se dice que haga trabajos de esos, de los narcos.
Nada de eso”, afirmó uno de los habitantes del Valle de San Lorenzo, quien por
seguridad pidió el anonimato.
Muchos saben que ya no está
aquí, que por órdenes del Licenciado, mucho antes de que fuera detenido, fue
sacado de la región, o quizá del estado o tal vez del país.
“No lo vemos como alguien que
puede ocupar la posición de jefe, como su padre. Él anda de paseo”, manifestó
otro.
En el diario La Jornada, al
día siguiente de la detención del capo, Valdez Cárdenas retomó la entrevista
con el enviado de Dámaso y realizó el perfil criminal del capo.
En la última edición de
Ríodoce, el domingo 14 de mayo, Valdez
Cárdenas ya no tocó el tema del narco, se enfocó en un relato publicado
en su columna “Malayerba”, donde describía la vida de un joven adicto en un
centro de rehabilitación, sumergido en la red del narco. Se titulaba “El
Licenciado”, y algunos tras su muerte trataron de ver que se relacionaba con
López Núñez, aunque el relato era sin nombres, como era el formato de las
Malayerbas.
Y LA PROTESTA SE ALZÓ
De alguna manera, Javier
Valdez -como lo decía siempre- cargaba la amenaza consciente, solo por el hecho
de narrar el mundo atroz que dejaba el narco a su paso. “Reportear en Culiacán
es hacerlo con el culo en la mano”, solía decir en entrevistas.
Según Carlos Lauría,
presidente del Comité de Protección a Periodistas, organismo que le dio un
Premio al Valor en 2011, manifestó que Javier había señalado que sería bueno
salir de Culiacán por un tiempo, mientras las “cosas se enfriaban”. En ese
sentido también se pronunció el sindicato de La Jornada. Sentía el clima hostil
y tenso en la guerra que libraban “Los Dámasos” y “Los Chapitos”.
La reacción no solo nacional
sino con eco internacional tras la muerte del periodista, cimbró al gremio. Al
día siguiente, las expresiones de concretaron en una ola de manifestaciones
públicas de sus colegas y activistas sociales en la República.
En Culiacán, más de 200
personas, entre ellas alrededor de la mitad de reporteros, empezaron con un
plantón en la escalinata de Catedral en el Centro de la ciudad, pero ante tanta
indignación e inmovilización del Gobierno del Estado y de la Fiscalía General,
se improvisó una marcha que tomó rumbo a Palacio de Gobierno.
Con gritos y pancartas de
justicia, bajo una tenue llovizna que anunció un verano adelantado, los
manifestantes tomaron la calle principal de la ciudad y justo donde Javier cayó
abatido por las 12 balas, se realizó un homenaje con lectura de sus textos.
El contingente continuó a la
explanada de Palacio. Nadie se esperaba que un grupo de más de 200 personas
tomara por asalto el edificio de tres plantas donde despacha el gobernador
Quirino Ordaz Coppel.
La decisión era clara: no
moverse hasta que Ordaz Coppel diera la cara, y así era expresado en gritos.
Casi a la fuerza, los periodistas y activistas irrumpieron por las escaleras
hasta llegar a las puertas del despacho de Quirino, las cuales no se abrieron.
Solo salió el secretario particular para informar que el mandatario recibiría
al contingente en el auditorio de Palacio.
Ahí, periodistas como
Alejandro Sicairos, también cofundador de Ríodoce; Marco Vizcarra, Bernardino
Chávez, Gabriela Soto, entre otros, exigieron en representación al gremio,
acciones concretas a realizar.
“No queremos más excusas,
gobernador, ustedes desde que llegó al cargo solo nos ha dado excusas, y nunca
hemos visto a nadie gobernar en el tercer piso (despacho), nada más hemos visto
a un títere”, expresó Vizcarra.
Asediado por preguntas que no
pudo contestar, otros pidieron su renuncia, a lo que Quirino solo planteó
emprender las acciones que los periodistas propusieran:
1) Una fiscalía especial del caso.
2) Una mesa de seguimiento integrada por
periodistas.
3) Seguridad para el personal de
Ríodoce.
Sin embargo, a pesar del
compromiso, Juan José Ríos Estavillo, fiscal de Sinaloa, señaló que entre 15 y
20 investigadores fueron asignados al caso, que se trabaja con un grupo de la
PGR que también colabora y que de inmediato brindó protección a la familia de
Valdez Cárdenas y los miembros del semanario.
Las medidas cautelares, dijo,
también incluyen seguridad física a las instalaciones de Ríodoce, así como a reporteros
y directivos. Sobre el tiempo para dar resultados y aprehender a los
responsables, ni el fiscal ni el gobernador se comprometieron en un periodo
corto, como tampoco lo hicieron a renunciar si no se esclareciera el caso.
EL PERIODISMO ESPAÑOL ALZA LA VOZ POR MÉXICO
Madrid, España.- La bandera
de México, que día con día ondea orgullosa frente al Congreso de los Diputados
de España, brilló por su ausencia el jueves 18 de mayo. Curiosamente, la
tricolor que corona la legación diplomática de nuestro país en Madrid, fue
guardada en un cajón la tarde en que un centenar de periodistas españoles
convocaron una concentración de apoyo al gremio en México. Escondida, el asta
sin bandera fue testigo de la indignación por el flagrante ataque a la libertad
de expresión en nuestro país. Porque este día se apostaron, frente a la
Embajada de México en Madrid, representantes de los Colegios Profesionales de
Periodistas de Cataluña, Galicia, Murcia, Andalucía, País Vasco, Rioja,
Castilla y León, Navarra y Asturias; de medios de comunicación como Público,
Contexto, El Español, El Independiente, Infolibre, Eldiario.es, entre otros; y
decenas de periodistas a título personal, para solidarizarse con los compañeros
y familiares de Javier Valdez y de los otros 126 periodistas asesinados en
México desde el año 2000.
Megáfono en mano, el doctor y
catedrático de Comunicación Política, Víctor Sampedro, en calidad de vocero de
los convocantes, dio lectura a un manifiesto en el que se resaltó que “la
violencia contra los informadores en México es un crimen que nos afecta a todos
y a todas, denunciar la impunidad que la ampara es una responsabilidad
ineludible. Los Colegios Profesionales de Periodistas, como representantes
legales de la profesión, condenamos rotundamente esta situación y exigimos a
las autoridades mexicanas que actúen para ponerle freno. Asesinar al periodista
no mata la verdad”.
FOTO: cortesia
Cuestionados por ZETA,
coincidieron que los últimos asesinatos de periodistas en México les hicieron
despertar.
“Lo que siento es no haber
estado antes. Creo que estamos reaccionando tarde, porque México se ha
convertido en un Estado fallido sobre todo para todas las cosas que tienen que
ver con la libertad de expresión”, señaló Joaquín Estefanía, periodista,
columnista y ex director del diario El País. La escritora Rosa Montero enfatizó
que esta manifestación es “contra la impunidad con que están siendo
perseguidos, aterrorizados y asesinados los periodistas en México, porque
creemos que el gobierno no ha tomado realmente medidas para protegerlos”.
Como apuntó la veterana
periodista Soledad Gallego, columnista de Cadena Ser, esta manifestación busca
no solo “llamar la atención”, sino que se materialice en hechos concretos, como
una petición al gobierno español y al Congreso de los Diputados “para que
adopten una moción, una resolución pidiendo al gobierno mexicano que actúe para
impedir lo que está pasando. Es lo que nuestros compañeros de Sinaloa nos han
pedido”.
La decena de corresponsales
mexicanos en Madrid agradecieron el apoyo de sus colegas ibéricos. “Cualquier
apoyo para denunciar la situación que se está viviendo en México, sobre todo en
estos momentos en que hay mucho dolor en el gremio, en la prensa, en mi
periódico, donde desgraciadamente hemos perdido a dos compañeros en dos meses,
cualquier tipo de apoyo desde el exterior sirve”, comentó cabizbajo Armando
Tejeda, corresponsal de La Jornada, periódico del que Javier Valdez era también
corresponsal en Sinaloa; así como Miroslava Breach, asesinada en marzo en Chihuahua.
“La indignación ya rebasó las
fronteras del país, ya está instalada fuera de México, como reclamo para que
las autoridades de México ya den una respuesta a tanta impunidad”, apuntó
Alejandro Gutiérrez, corresponsal del semanario Proceso en España.
Palabras y muestras de
indignación que se produjeron a una distancia prudencial de la Embajada de
México, ya que la Policía Nacional desalojó a los periodistas que se habían
concentrado en un principio a las puertas de la misma.
Después de la lectura del
manifiesto y de llamar en un par de ocasiones al timbre, esperando que algún
representante de México en España lo recibiera, Miguel Mora, director del
diario digital Contexto -Ctxt-, se limitó a deslizar el papel por debajo de la puerta.
Lourdes Téllez
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /
INVESTIGACIONES ZETA LUNES, 22 MAYO, 2017 12:00 PM)
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