FOTOS: cortesia
Con amenazas y muerte, el Cártel Jalisco
Nueva Generación ya controla el 80 por ciento del territorio criminal, aseguran
investigadores del Estado, mientras en el Cártel de Sinaloa, el nuevo escenario
provocó una pugna interna entre hermanos, cuando René Arzate fue empoderado
criminalmente desde Sinaloa, y su hermano Aquiles reducido en sus áreas de
influencia delictiva. Al tiempo, la Policía Municipal, la única que hacía
trabajo de inteligencia luego que el Ejército regresara a los cuarteles con
Peña Nieto, y la Estatal Preventiva bajara el desempeño con la llegada de
Francisco Vega, se ha replegado desde que Marco Sotomayor es secretario de
Seguridad. En el reordenamiento criminal, van 148 asesinatos entre el 1 de
enero y el 9 de febrero. Ante la impunidad ahora los criminales amenazan a las
corporaciones y disparan a policías
El crecimiento de las zonas
de influencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el pleito entre los
hermanos Arzate García con el consecuente cambio de mando local en la mafia de
Sinaloa y el repliegue de la Policía Municipal
de Tijuana, son las causas identificadas por las autoridades del aumento
en el baño de sangre que grupos delictivos protagonizan principalmente en Tijuana,
pero impacta también en Rosarito y Ensenada.
La reorganización de la
estructura criminal en las ciudades, y de hecho en el Estado, con la
participación del CJNG y las pugnas internas de la organización criminal de
Sinaloa, mantiene vialidades y áreas públicas de estos municipios evidentemente
libres y a disposición de los criminales, luego que agentes municipales fueron
los últimos en evadir la ofensiva contra los grupos delictivos.
Los militares fueron sacados
por orden del Presidente Enrique Peña desde enero de 2013, mientras la Policía
Estatal Preventiva (PEP) redujo el combate y búsqueda de los traficantes que
encabezan las células delictivas en Baja California, con la llegada de la
administración de Francisco Vega de
Lamadrid a partir de diciembre de 2013.
Y mientras poco se ha
esperado de la Policía Ministerial del Estado, la única corporación que en
Tijuana por lo menos hacía trabajo de inteligencia y de combate a la
criminalidad, la Municipal dejó de hacerlo a partir de la llegada de Juan
Manuel Gastélum Buenrostro a la alcaldía, y con él, Marco Antonio Sotomayor en
calidad de secretario de Seguridad Pública Municipal.
“También está el hecho de que el Nuevo Sistema
de Justicia Penal en sus condiciones actuales es inoperante”, expuso un
investigador, ya que los homicidas tienen que ser detenidos en flagrancia para
que se queden.
Apenas el martes 31 de enero
un hombre fue asesinado en las calles Constitución y Coahuila de la Zona Norte
de Tijuana, la Policía Municipal detuvo al presunto responsable Giovanni
Gochez mientras tiraba la pistola, pero
al final el juez decidió no vincular.
De igual manera recuperó la
libertad el hombre aprehendido la mañana del lunes 6 de febrero, cuando dos
ladrones que participaron en el robo violento de un teléfono celular,
decidieron que no habría consecuencias si en la huida se enfrentaban a balazos
con los agentes que los perseguían; uno de los sospechosos fue capturado por
los atacados, pero el Ministerio Público estimó que no había elementos para
judicializar.
Como resultados de la
reinante impunidad, están los 103 asesinatos violentos en enero, más los 45 homicidios ocurridos en los primeros
nueve días de febrero en Tijuana, y la ejecución a balazos en Ensenada el
martes 7 de febrero del abogado Jaime Palafox Toscano (nota en esta edición),
que obligó a recordar el ataque perpetrado en contra del también licenciado en
Derecho, Guillermo “El Titi” Ruiz en Tijuana.
Los hechos muestran que los
criminales actúan como si ya hubieran negociado con el gobierno y estuvieran
seguros que nada les va a suceder; el mismo martes 7, un hombre fue acribillado de carro a carro
por la mañana, mientras circulaba por el Bulevar Díaz Ordaz, una de las zonas
más concurridas de Tijuana. No hubo detenidos.
LOS RESPONSABLES
Consultadas por ZETA, las
autoridades identifican como responsables de las muertes recientes en la pugna
de cárteles que ha tenido su mayor número de víctimas en la Zona Norte:
Por el Cártel de Sinaloa, a
Alfonso Arzate como cabeza y por debajo de él, a Iván “El Turbo” y / o “El
Arcángel”.
Y como gatilleros a sujetos
identificados como “El Aguacate”, Ángel Martínez Arizmendi, Jesús Adrián “El
Picado” y “El Venadito”, este último involucrado en el asesinato de Karla Toral
el 1 de febrero en los departamentos Aranda, donde dos hombres más quedaron
heridos.
Por el Cártel Arellano Félix
(CAF), “Los Monitos”, Roberto Toscano Rodríguez “El Tosco” y su hermano
Ladislao.
Así como Ignacio Cervantes y
Enrique Martínez. Y tras un mensaje de amenaza recibido por los cuerpos
policiacos el 7 de febrero, las autoridades agregaron en este grupo a un
“Arturito”.
Y por el CJNG, al ya fichado Juan José Pérez Vargas “El
Piolín” y Juan Hernández Quintero “El Tortas”, sobre quien pesa una orden de
aprehensión.
De esta célula, la Policía
Municipal detuvo el 9 de febrero a
Raymundo Hidalgo Mendoza “El Primo” con 20 envoltorios de cristal.
LOS HERMANOS PELEADOS
De acuerdo a información en
poder del Grupo Coordinación, parte del recrudecimiento de la pugna tiene que
ver con una división entre los sinaloenses a partir de una reorganización
interna.
Alfonso Arzate “El Aquiles”,
quien encabezara la operatividad de una de las principales células del cártel
sinaloense, fue relegado por su hermano René Arzate “La Rana” desde finales del año pasado.
“La Rana” emparentó con un
lugarteniente de la mafia sinaloense y quedó mejor ubicado que su hermano mayor
en el organigrama delictivo, y éste no reaccionó positivamente, al final tuvo
que recibir órdenes de las cabezas criminales desde Sinaloa para ceder, pero
sus jefes mafiosos se aseguraron que obedeciera enviándole sicarios desde aquel
Estado para que lo apoyaran.
Esa es la versión que han
dado algunos detenidos, pero las evidencias y detenciones -pocas- indican que
en los homicidios siguen recurriendo a adictos y gente inexperta, matones desechables.
Ahora su hermano René -con
alerta del gobierno de Estados Unidos- controla la llegada de aviones, lanchas
y el trasiego de droga por mayoreo desde Ensenada, por Rosarito y hasta Tijuana
rumbo a Estados Unidos.
Y “El Aquiles”, quien
controlaba criminalmente Tijuana y la Zona Costa, ha tenido problemas en conservar a sus
reclutas y vendedores, debido al pleito interno. En la reorganización van de
todas las estructuras.
“Se le están volteando.
Algunos que eran ex CAF y se habían alineado con amenazas, ahora que los de
Jalisco están acuerpando a los que operaron con los Arellano, están regresando
y uniéndose con los de Jalisco”, confió un investigador a ZETA.
CRECIMIENTO DEL CJNG-CTNG, ENFRENTAMIENTO POR ZONA
NORTE
Además, a quienes no aceptan
cambiarse y dejar Sinaloa, los matan, según explicó un integrante del Grupo
Coordinación:
“Los que se hacen llamar
Cártel Tijuana buscan y visitan a los distribuidores y vendedores de calle, les
ofrecen reclutarlos y si no aceptan, los matan, muchos de esos son los que
asesinan dentro de sus casas, más o menos el 30 por ciento de los muertos”.
También los acribillan en los
puntos de venta, “…en este mes, en la última semana, en Avenida 5 de Mayo y
Calle Baja California en Zona Norte, han
matado a tres”, refirió un elemento de la Procuraduría. Según reportes
policiacos, entre el 3 y el 9 de febrero
hubo ocho víctimas de homicidio en esa zona. “Ahí los muertos son de
ambos bandos”.
El viernes 3 encontraron a un
hombre ejecutado y su cuerpo dentro de un tambo, y ayer jueves 9, otro cadáver
en un tambo.
Sobre ese primer cuerpo los
matones dejaron un mensaje firmado por el “CTN”, en el que advertían: “Ángel,
Pancho y Chino vamos por ustedes”.
Desde las áreas de
inteligencia advirtieron haber detectado presencia del Cártel Tijuana Nueva
Generación (CTNG) “como en el 80 por ciento del territorio de Tijuana, y no es
que ya estén establecidos, pero sí lo están peleando. La gente de Sánchez
Taboada- zona de mayor influencia del
CJNG- está saliendo a vender en otras áreas, esta semana, el lunes 6, en el
doble asesinato en Abarrotes y Papelería Los Cochis en la colonia Santa Cruz,
uno de los muertos era narcomenudista de la Sánchez Taboada”, informaron desde
el Estado.
El efecto ha llegado al punto
que en la zona de influencia de “Los Uriarte” -de Sinaloa, parientes de Raydel
López Uriarte “El Muletas”-, algunos de sus gatilleros y narcomenudistas “se
están dedicando al robo con violencia, y éstos son más peligrosos porque son
los que no la piensan dos a veces para disparar cuando alguien se resiste al
asalto”.
AUTORIDAD REPLEGADA Y AMENAZADA
Con 45 asesinatos en febrero,
el que solo se conozca públicamente de la consignación de un presunto homicida,
Julio César Ramírez Buelna, por un asesinato en Villas del Campo y que un segundo
presunto ejecutor, Roberto Cruz Ramos, haya sido prácticamente linchado por
vecinos de la Presa Rural tras asesinar a Jesús Díaz, evidencia el poco trabajo
de la autoridad.
Además, Cruz fue liberado por
el juez del caso, con el argumento que fue judicializado en el hospital y no le
leyeron sus derechos.
“Se los leyeron, el documento
no estaba firmado porque no estaba en condiciones de firmar”, alegaron
inútilmente en el Ministerio Público.
En enero, con 103
ejecuciones, hubo seis expedientes judicializados y tres vinculaciones a proceso. Pero es la violencia desatada en la
Zona Norte la máxima evidencia que las fuerzas del orden están retrocediendo.
Los cadáveres sin homicidas
detenidos se acumulan, pese a que el área está catalogada irónicamente como
“zona segura” y es un espacio donde el Ayuntamiento concentra tres veces más
policías que en el resto de las delegaciones, con agentes turísticos,
uniformados de a pie y otros grupos activos.
Incluso a pesar de los pobres
resultados, las autoridades están siendo amenazadas.
La tarde del martes 7 de
febrero, un operativo coordinado de policías municipales y militares tuvo lugar
en la Zona Norte donde, además de
establecer ocho filtros, entraron en un número similar de cuarterías y dieron
respuesta a 28 denuncias ciudadanas recibidas al número 089.
Ante la ausencia de órdenes
de aprehensión, detuvieron a poco más de cien personas por faltas, delitos que
no ameritaban prisión y temas de narcomenudeo.
Este operativo, donde la intención era enviar
el mensaje de “sabemos dónde están”, se hizo en respuesta a la amenaza de
muerte que un presunto criminal realizó a la central de radio a las 7:25 am,
ese 7 de febrero:
“Una demanda a las fuerzas de
la Zona Norte es que la gente que se queda en la unidad panel ahorita que se
acaba de acabar el turno, se está pasando de vergas con mi gente y para que
queden pruebas voy a matar a su puta madre a dos, tres de ahí, va a haber
vergazos hoy antes de las seis de la tarde, van a llover vergazos al gobierno
para que quede muy claro de quién es el callejón Coahuila, no quiero que toque
a mi gente, soy ‘Arturito’”. Esa noche ningún policía fue atacado.
Ante la falta de resultados y
el reclamo de diversos sectores de la Iniciativa Privada, el 8 de febrero, el
alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro anunció remociones y, al día siguiente,
dio a conocer el cambio de los comandantes de región, pero sin dar nombre de
los oficiales salientes y entrantes.
DEL ÚLTIMO PASO ATRÁS
Consultados, miembros del
grupo coordinación que integra a los tres órdenes de gobierno, consideran que
la forma de trabajo del recién estrenado secretario de Seguridad Pública
Municipal de Tijuana, Marco Sotomayor, es en extremo técnica:
“Es muy de escritorio, llegó
con el discurso del Nuevos Sistema, del respeto a los Derechos Humanos y los
jefes delegacionales, los policías de calle se están aprovechando para
justificar y no trabajar, no agarran a nadie, ya ni de narcomenudeo para buscar
información”.
Aseguraron también “falta de
supervisión”, ya que hay registros de hasta tres homicidios en periodos cortos
de tiempo en una misma zona y nadie es detenido, “eso no es posible sin
complicidad oficial”, reclaman.
“La Policía de Tijuana es muy
complicada y muy grande, si (Sotomayor) no se pone serio y enérgico, se lo van
a comer”, y advirtieron que si no controla a la corporación, seguramente
alguien más lo hace.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN
IMPRESA /INVESTIGACIONES ZETA/ LUNES, 13 FEBRERO, 2017 12:00 PM)
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