Un nuevo motín ocurrido ayer
en el Penal de Cadereyta dejó dos reos muertos -cuatro extraoficialmente-, esto
sumado a los sucesos de los últimos meses en los tres centros de reclusión del
estado dan muestra del poco control que mantienen las autoridades al interior
de estos
“Ellos (los funcionarios) son culpables
de los actos que se llevan a cabo en el interior de los penales: extorsión,
abuso, muerte, humillaciones”.
Denuncia anónima
Publicada en una manta
El vocero de seguridad estatal, Aldo
Fasci, reconoció que la falta de recursos y personal han hecho que no se
garantice la seguridad dentro de los penales de Nuevo León
Pese a que en teoría, desde
su designación en febrero de 2016, Juan Antonio Caballero Delgadillo, comisario
de la Agencia de Administración Penitenciaria, tiene la obligación de
garantizar la seguridad y el buen funcionamiento de los penales en Nuevo León
esto no ha sido así, para muestra las dos víctimas oficiales más recientes
dentro del Penal de Cadereyta -aunque extraoficialmente se habla de cuatro-, a
causa de disturbios registrados este martes.
Desde su llegada al cargo,
Caballero Delgadillo debió poner en marcha un proyecto de control en los tres
reclusorios de la entidad para garantizar
el óptimo manejo de las cárceles, pero pareciera que ha ocurrido todo lo
contario: el sistema penitenciario nuevoleonés es un desastre.
Incluso, sus fallas no han
tenido repercusiones serias a su persona.
Los hechos recientes en el
Penal de Apodaca y Cadereyta exhiben su mal desempeño.
Además, según el Reglamento
Interior de la Secretaría de Seguridad Pública, en el artículo 34 fracción
octava, se advierte que el funcionario a cargo debe “ordenar la elaboración y
presentar a las instancias correspondientes, manuales, instructivos y demás
instrumentos jurídicos, técnicos y de guarda y custodia que resulten necesarios
para normar la actividad penitenciaria y la adaptación de adolescentes, así
como vigilar la observancia de los mismos”.
Pero esto pareciera ser letra
muerta en los tres penales de Nuevo León, pues los internos han mostrado tener
su propio “reglamento penitenciario”.
Las cárceles nuevoleonesas
exhiben una nula vigilancia, un autogobierno, graves violaciones de los
derechos humanos y sexuales, y hasta múltiples masacres. Es decir, los internos
pueden tomar el control sin ningún problema, y esto quedó exhibido en el motín
ocurrido el lunes en el Penal de Cadereyta, aparentemente en protesta por la
corrupción de algunos funcionarios carcelarios.
El vocero de seguridad del
Gobierno independiente, Aldo Fasci Zuazua, reconoció que la seguridad no está
garantizada en los penales de Nuevo León por la falta de recursos y personal.
Agregó que la solución al
problema de los centros penitenciarios sería concluir la construcción del penal
que se tenía proyectado en el municipio de Mina.
EL TOPO CHICO TIENE DIRECTOR CUESTIONADO
Ricardo Tejeda de Luna,
director del Centro de Prevención y Readaptación Social Topo Chico, cuenta con
una trayectoria oscura.
Organizaciones civiles
denunciaron que Tejeda de Luna, quien tiene carrera militar, está acusado de
abuso, maltrato, tratos inhumanos y
denigrantes, extorsiones y violaciones a derechos humanos.
Durante su cargo en el Centro
de Reinserción Social de Tuxtepec se le relacionó con actos de extorsión a los
reos para evitar que fueran trasladados a otras cárceles. Además, fue
denunciado de violaciones y traslados ilegales de detenidos a otros centros
penitenciarios de Oaxaca.
EXHIBEN CORRUPCIÓN
Ante lo ocurrido el lunes en
el Penal de Cadereyta, las inconformidades de reos y custodios salieron a
relucir, denunciando actos de corrupción, falta de equipo para disuadir en
motines, abuso y funcionarios ligados al crimen organizado.
En redes sociales elementos
de Fuerza Civil señalaron a mandos del CERESO de Cadereyta de “doblar las manos
ante los reos”, pues los internos traían radios policiales, y solicitaban a los
funcionarios carcelarios que retiraran el apoyo.
“Dos penitenciarios
(retenidos) llegamos por ellos y no quisieron salir, refiriendo que los reos
los protegían. ¡Sálganse!, ¡sálganse!
Les exhortamos en varias ocasiones, a lo que se negaron y comenzaron a subir a
la azotea del edificio.
“Ahí nos gritaron que nos
fuéramos del lugar, o sea que pedo con esos batos, posteriormente a los
penitenciarios los toman como rehenes. Todos los que estuvimos cerca de las
llamas de los colchones quemándose, vimos la realidad de los corruptos de los
altos mandos, que no sirven para nada”, dijo un usuario de facebook, quien se
identifica como Ignacio Zaragoza.
Además, circuló una manta
-que no estaba firmada- denunciando a funcionarios del área de penales del
Estado de actos de corrupción y abusos. Se les acusaba de ser cómplices de dos
integrantes del crimen organizado que se supone manejan tanto el Penal del Topo
Chico como el de Apodaca.
“Ellos (los funcionarios) son
culpables de los actos que se llevan a cabo en el interior de los penales:
extorsión, abuso, muerte, humillaciones.
“Esos funcionarios son parte
de la corrupción y reciben numerosas gratificaciones económicas para que estos
tengan impunidad”, rezaba el cartel.
En la manta se incluyó el
nombre de Humberto Marroquín, director del Penal de Apodaca; Miguel Ángel Vigil
Solís, jefe de seguridad; y José Alberto Ortiz Gallegos, subjefe de seguridad.
CABALLERO SABÍA DE “AUTOGOBIERNO”
Cabe recordar que el
excomisario en jefe de los tres penales, Jesús Fernando Domínguez Jaramillo, y
la exdirectora del Topo Chico, Gregoria Salazar Robles -quienes son procesados
por la masacre de 49 reos de esa misma prisión-, aseguran que Juan Antonio
Caballero Delgadillo, tenía conocimiento que los internos de la delincuencia
organizada tomaron el control en el interior de dicho penal.
Eso desató el tráfico de
drogas, el cobro de piso y que algunos prisioneros tuvieran privilegios en sus
celdas.
Inexplicablemente, el
funcionario estatal no fue procesado por la Procuraduría General de Justicia.
REGRESAN LOS DISTURBIOS, MUEREN DOS
Dos reos muertos y 13 lesionados fue el saldo que dejó un
motín registrado este martes en el Penal de Cadereyta.
Por segunda ocasión en esta
semana, las alertas de las corporaciones policiacas se encendieron pasadas las
17:00 horas al reportarse nuevos disturbios en dicha cárcel por una aparente
riña.
Aunque los primeros informes
señalaban que los reos volvieron a protestar quemando colchones y sábanas, lo que generó una columna de humo que se
apreciaba desde la carretera Monterrey-Cadereyta, el vocero de seguridad de la
entidad, Aldo Fasci Zuazua, dijo que
todo se debió a que algunos internos siguieron manifestándose
en un área conflictiva.
(REPORTE INDIGO/ JESÚS PADILLA/
Miércoles 29 de marzo de 2017)
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