El conglomerado brasileño
tiene un largo historial de negocios en México, al igual que su filial Braskem,
y es posible ver sus actividades a través del portal de Transparencia del
gobierno mexicano.
En 2014, el año que usa la
Corte en Brooklyn como ejemplo de la corrupción en México, Odebrecht ganó la
licitación de Pemex, a través de su filial Tag Pipelines-, del tramo dos del
colosal desarrollo del gasoducto Los Ramones, que recorre los estados de Nuevo
León, San Luis Potosí y Tamaulipas. El contrato fue de 935 millones de dólares.
No existe en esta documentación ningún indicio de que este es el contrato por
el cual se pagó el soborno.
Sin embargo, por las fechas
señaladas, los documentos de la Corte neoyorquina sugieren que se dio durante
la licitación del gasoducto Los Ramones, ganada por Tag Pipelines, que desde un
principio levantó oposición y críticas por que el proyecto llevaba un
sobreprecio de 60 por ciento, así como la exigencia que se frenara al entonces
Seecretario de Energía en el Gobierno de Felipe Calderón, Jordy Herrera, que
conoció con detalle la obra cuando fue previamente director de Pemex Gas y
Petroquímica Básica, el área que supervisó Los Ramones. Nunca pasó nada. Cuando
Herrera dejó el cargo en Pemex, lo sustituyó Alejandro Martínez Sibaja, quien
fue el primer funcionario que removió bruscamente José Antonio González, cuando
sustituyó a Lozoya en la dirección general de la empresa. Oficialmente,
Martínez Sibaja pidió su jubilación.
Los documentos de la corte
neoyorquina no identifican a ningún funcionario corrupto, pero personas que
conocen a ex empleados de Pemex estrechamente vinculados al ex director de la
empresa, Emilio Lozoya, señalaron que uno de los más nerviosos por el escándalo
de Odebrecht es Froylán Gracia García, coordinador ejecutivo de la Dirección
General en la administración anterior. En este espacio se publicó en octubre de
2015 que una investigación en la Secretaría de Energía -que nunca fue
reconocida oficialmente- buscaba comprobar acusaciones en su contra por actos
de corrupción. La PGR también ha recibido información en los dos últimos años
de que el ex director de Procura y Abastecimiento, Arturo Henríquez Autrey,
presionaba a empresarios para que pagaran montos multimillonarios específicos
que, dijeron a las autoridades, se entregarían a Lozoya. El ex director de
Pemex ha reiterado en varias conversaciones a lo largo del tiempo, que las
imputaciones son falsas y que sus colaboradores nunca participaron de actos de
corrupción. Tampoco hay acciones en su contra.
La ruta de la corrupción de
Odebrecht en México iba a ser dibujada por sus ejecutivos cuando se acercaron a
la PGR, en busca de una negociación fuera de tribunales. De acuerdo con
personas que fueron informadas de lo que quería intercambiar la empresa
brasileña para que les permitieran seguir trabajando en México, eran detalles
de cuánto dinero invirtieron en campañas políticas en Veracruz y Tamaulipas, en
qué años y a quiénes. La relación de la empresa con funcionarios veracruzanos
en particular, es estrecha. La embajadora en Brasil, Beatriz Paredes, incluso
le organizó una visita a Sao Paulo al ex Gobernador Javier Duarte, para hablar
con los ejecutivos del emporio de la construcción latinoamericano.
Lo que ha pasado con la
corrupción de Odebrecht en México es un misterio. Dejaron de buscar un acuerdo
de colaboración con la PGR, pero tampoco han tenido problemas para seguir
trabajando en este país. En todo caso, a diferencia de lo que sucede en
Latinoamérica, donde van apareciendo más políticos involucrados en su
corrupción, en México no pasa nada.
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/
Raymundo Riva Palacio/ 17/02/2017 | 01:00 AM)
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