Un año después del asesinato
de 17 campesinos guerrerenses en el vado de Aguas Blancas apareció públicamente
en ese mismo sitio el Ejército Popular Revolucionario (EPR). Era el 28 de junio
de 1996; es decir hoy hace 20 años. A ese brazo armado del Partido Democrático
Popular Revolucionario, Emilio Chuayffet, entonces secretario de Gobernación,
lo llamó “pantomima armada”.
En estas dos décadas, el EPR,
con base social en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, pero con acciones
propagandísticas en Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Guanajuato y Estado de México,
se ha especializado en lo que denomina operaciones quirúrgicas contra el “poder
político y militar de la burguesía”.
En el documento fundacional
del EPR, del 3 de junio de 1994, en el cual se anuncia su existencia y
formalización de sus operaciones armadas, se advierte que esa organización nace
de la fusión del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del
Pueblo-Partido de los Pobres (PROCUP-PDLP), de ideología marxista-leninista y
maoísta en su acción revolucionaria.
Semanas después se hizo
público que a esas organizaciones se sumaron otros 13 grupos armados, con un
objetivo fundamental:
“Bajo la dirección del
partido y con el apoyo de todo el pueblo, enfrentar y destruir el poder militar
de la burguesía y derrotar todo intento intervencionista del imperialismo, para
la consecución de los objetivos históricos del proletariado: la toma del poder
político, la instauración de la dictadura del proletariado y la construcción
del socialismo, teniendo además la tarea de convertirse en salvaguarda
principal de la sociedad socialista y de la defensa de la patria”.
Una de las últimas
actividades del EPR se dio a mediados de noviembre de 2014, cuando algunos
artefactos explosivos se accionaron en la tienda de autoservicio Soriana de
Ecatepec, Estado de México, donde no hubo víctimas, pero sí muchos destrozos.
Desde antes de existir el
EPR, las organizaciones que le dieron vida a ese grupo que se autodefine como
“revolucionario”, como el Procup, que se fundó en 1964, y el PDLP, que surgió
en 1967, autoridades gubernamentales los han vinculado con la lucha
magisterial. El Partido de los Pobres fue fundado por el profesor Lucio Cabañas
Barrientos, y desde hace 36 años, cuando nació la Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación (CNTE), se asocia a estos grupos, sobre todo en los momentos de
protestas callejeras.
Ante los hechos de
Nochixtlán, Oaxaca, del 19 de junio, donde se enfrentaron policías y maestros
de la CNTE y sus simpatizantes, con saldo de ocho muertos y decenas de heridos,
el EPR lanzó un comunicado en el cual señaló que “ante el terrorismo de Estado
no podemos hacer eco a la ‘paz’ a la que llaman los empresarios y políticos de
oficio”.
El grupo “revolucionario” que
bajó de la montaña guerrerense al vado de Aguas Blancas hace 20 años presentó
un grupo de 38 combatientes, hombres y mujeres, armados con fusiles AK-47 y
AR-15, encapuchados y con uniformes color verde olivo para leer el Manifiesto
de Aguas Blancas; en su más reciente comunicado sobre los hechos en Nochixtán,
del pasado día 22, el EPR señaló:
“Voceros oficiosos del Cisen
y cancerberos del capital insisten con dolo y perversidad sobre los vínculos de
la guerrilla con la CNTE, en específico con nuestro ejército”.
El grupo armado afirmó en
este comunicado: “¡Estamos presentes! en todo México, y en la medida que somos
pueblo organizado nuestra acción revolucionaria encuentra múltiples formas de
expresión. Organizarnos y luchar por erradicar la explotación y la opresión no
es delito, es un deber ético moral y una decisión producto de la conciencia de
ser, estar y hacer pueblo congruentemente.
“Todos los que somos pueblo
explotado y oprimido, nuestro deber político moral es brindar la solidaridad a
las causas populares de mil maneras y formas a las causas populares, ¡porque si
reprimen a uno, respondemos todos!”
La prensa que estuvo en el
vado de Aguas Blancas dio cuenta de la primera aparición pública del EPR. Ahí,
uno de los integrantes del grupo dijo:
“Compañeros y compañeras presentes:
somos combatientes del Ejército Popular Revolucionario y estamos aquí para
rendir un homenaje a nuestros compañeros caídos el 28 de junio en la masacre
que se realizó en este lugar. Traemos una ofrenda sencilla, hecha con plantas
del campo, de este campo que vio pasar a nuestros compañeros que trabajaban
duramente día con día, con esas plantas que los veían pasar cuando se dirigían
a arrancar su lucha por sus demandas legítimas de justicia, democracia y
libertad. Esas plantas sencillas que fueron testigo del cobarde asesinato que
se cometió aquí, en este lugar que hoy recordamos”.
Después de haber dejado la
ofrenda, dos eperristas hicieron honores a la Bandera de México, que mostraron
junto con la del EPR, como preámbulo a su rápida desaparición, disparando 17
veces sus armas, en memoria de los caídos el 28 de junio de 1995.
De hecho, después del
asesinato de los 17 campesinos, que pertenecían a la Organización Campesina de la Sierra del Sur
(OCSS), poco se recordó que el grupo de víctimas iba a una marcha para
protestar por la desaparición de Gilberto Romero Vázquez, uno de sus
compañeros.
El mismo día de su aparición
en Aguas Blancas, a las 20:00 horas, el EPR reivindicó su primer acto armado,
mediante otras unidades, llamando acciones de propaganda armada revolucionaria.
Una de ellas ocurrió en el
kilómetro 40 de la carretera federal Chilpancingo-Acapulco. Ahí, un
destacamento del EPR instaló un retén que paró a los vehículos para dar lectura
y repartir panfletos del Manifiesto de Aguas Blancas. Ahí no hubo “novedad”,
según el parte del EPR.
Donde si hubo balazos ese
primer día de la aparición del EPR fue en el retén en la carretera federal
Iguala-Chilpancingo, cerca del poblado de Zumpango, también en Guerrero.
“Al repartir y estar leyendo
desde la plataforma de un tráiler el Manifiesto de Aguas Blancas, llegó al
lugar de los hechos una camioneta de judiciales del estado a quienes se les
conmina, por medio de un altavoz, a deponer las armas, orden que cumplen
algunos, mas no el comandante, que abre fuego en contra de nuestros
combatientes, los cuales repelieron la agresión infligiéndoles seis bajas,
procediendo nuestro destacamento a retirarse sin ninguna baja”.
En el contexto de la
aparición del EPR y la negociación que el gobierno Federal desarrollaba con el
EZLN en Chiapas, el 11 de julio de 1996, 13 días después de la aparición
pública del EPR, el entonces titular de Gobernación, Emilio Chuayffet, llamó
“pantomima armada” al grupo recientemente reivindicado.
En Los Pinos, con motivo del
Programa Nacional de Población 1995-2000, Chuayffet consideró que el EPR que
apareció en Guerrero no es una guerrilla, sino una “pantomima armada”. El
encargado de la política interior de México en ese momento, aseguró que la
situación en Guerrero “está absolutamente bajo control”, sobre todo porque días
atrás se había hecho pública la detención de cuatro presuntos integrantes del
EPR.
“De acuerdo con la
información que se tiene, se trata de tipos que aprovecharon la ocasión para
conmemorar el aniversario de Aguas Blancas. Yo no admito que se le llame
guerrilla a lo que han sido hechos delictivos”, dijo Chuayffet sobre el grupo
que ahora cumple su vigésimo aniversario de aparición pública.
Ahí no quedó la cosa. En su
segundo Informe de Gobierno, el 1 de septiembre de 1996, el presidente Ernesto
Zedillo, luego de la aparición del EPR, que en dos meses realizó varios ataques
en los que murieron 12 personas, aunque sin mencionar al grupo, dijo: “En el
país el poder político se disputa con las reglas de la democracia, no con la
irracionalidad del terrorismo”.
(DOSSIER POLITICO/ Tomado de: Andrés
Becerril / Excélsior/ 2016-06-28)
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