Sabinas, Coah.- Los datos de
prueba que aportó la agencia del Ministerio Público en donde solicitaron la
vinculación a proceso del enfermero, acusado de homicidio calificado con
alevosía, ventaja, traición y premeditación, fortalecieron el caso de la
representación social y crearon una duda razonable que el enfermero pudo
asesinar al pastor.
Estos datos de prueba
recabados por la autoridad permitieron establecer que el pastor Servando Dávila
Rivas fue asesinado por una fractura múltiple de cráneo causada por un objeto
contundente; es decir, el bate que fue utilizado para golpearle el cráneo y
recibió siete heridas en su cuerpo, cinco de ellas causadas con un desarmador y
las otras dos con un objeto cortante.
Otro dato de prueba que
presentó el Ministerio Público en la audiencia fue la denuncia que presentó la
esposa del pastor (hoy occiso) en donde señalaba que el imputado llegó a su
domicilio en Múzquiz a las 7:00 de la mañana del pasado 9 de abril para pedirle
a su marido que fuera a su domicilio en el barrio Obrera Dos del mineral de
Palaú.
Ya una vez en su casa, el
Ministerio Público estableció que el imputado utilizó un bate y un desarmador
para privar de la vida a su pastor con el pleno conocimiento de que este tenía
una relación amorosa con su esposa, con la cual anteriormente había tenido una
discusión con ella hasta el grado que decidió retirarse a Ciudad Acuña con
otros familiares.
La relación entre el imputado
y su esposa se estableció en la audiencia que no era muy buena, pues la misma
esposa declaró en una entrevista que era objeto de agresiones físicas y hasta
confesó que pensaba mudarse con el pastor a Ciudad Acuña, en donde comenzarían
una nueva relación como pareja.
La mañana del nueve de abril
el señor Servando llegó al domicilio del enfermero y fue atacado en la sala de
su domicilio. Su cuerpo fue llevado a un camino de terracería muy cerca de la
planta lavadora del mineral de Palaú, en donde arrojó el cuerpo junto con un
colchón, partes de un mueble destrozado y hasta un animal muerto.
De estos hechos el enfermero
notificó a su esposa vía telefónica pidiéndole que regresara con el a Palaú ya
que sabía de la relación que tenía con el pastor pero le aseguró que ya no
serían molestados. El le confesó a ella que lo había asesinado y que su cuerpo
lo había tirado en una noria, datos que más tarde fueron corroborados al
encontrarse el cuerpo en donde se señalaba.
Para que el ministerio
Público conociera de estos hechos fue necesaria la comunicación que tuvieron
con la esposa del enfermero, quien en todo momento cooperó con las autoridades
y detalló todo lo que su marido le había confesado respecto al crimen.
(ZOCALO/ SINHUÉ SAMANIEGO/ 30/04/2016 -
04:05 AM)
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