Una mujer narra cómo la trataron los
agentes de tránsito del ayuntamiento de Los Mochis como a las 11:30 de sábado
Operativo de alcoholímetro en Los
Mochis. ENRIQUE ROSAS
El Debate
Los Mochis, Sinaloa.- Era el
sábado 2 de abril, 11:30 p.m., aproximadamente. Mi esposo, mis dos pequeños
hijos, niña de 3 años y niño de 5 y yo, nos dirigíamos a nuestra casa después
de convivir en familia con una tía.
Por el bulevar Rosendo G.
Castro y al dar vuelta a la izquierda por el Macario Gaxiola, estaba el
operativo alcoholímetro, del cual para nosotros no existe problema porque ni mi
esposo ni yo tenemos vicios de ninguna índole.
UN OFICIAL, "SI SE LE PUEDE LLAMAR ASÍ", NOS
ORDENÓ DETENERNOS PARA SU OBJETIVO.
TRÁNSITO: De dónde vienes,
cuántas te tomaste? Mi esposo se confundió, por no ser razón ni manera de
diálogo, y momentáneamente no le contestó.
Y ESTE FUE EL PECADO, POR NO CONTESTARLE DE INMEDIATO,
PARA QUE NOS HUMILLARA DE LA SIGUIENTE MANERA:
TRÁNSITO NUEVAMENTE: en tono
más fuerte, cuántas te tomaste, de dónde vienes.
Yo su esposa, soy maestra de
profesión, y contesté que veníamos de casa de una tía; y me ignoró.
Mi esposo le dijo: de dónde
vengo y a dónde voy, esas preguntas no se las puedo contestar.
TRÁNSITO: ¡AH, SÍ! ¡ORÍLLATE!
Bájate y dame tu licencia, tarjeta de circulación y el seguro del carro (esto
en tono prepotente). Mi esposo le dio la licencia, único documento que
traíamos. Le comunicamos que la tarjeta de circulación estaba vencida y la
camioneta no está asegurada.
ACTO SEGUIDO. Bájense todos
del carro, porque se los voy a decomisar y a ti (mi esposo) te voy a meter a la
barandilla y se lo llevó atrás de la camioneta.
Yo inmediatamente me bajé con
mi niña dormida en brazos, seguido de mi niño llorando asustado.
Viviendo tal situación, le
dice a mi esposo ya todo humillado: DISCÚLPAME, (?) no me quites la camioneta,
todos los lunes nos vamos a la 5 de la mañana al medio rural donde mi esposa
imparte clases. Y de manera altanera, el tránsito le dijo que eso a él no le
importaba. ¡DESALÓJENLA! Porque se las voy a quitar.
Estaba arriba de la
camioneta, una prima mía, testigo de todo lo que estaba sucediendo. Le dice mi
esposo “No me la puedes quitar, no he hecho nada malo, levántame la
infracción”.
TRÁNSITO. Yo soy la autoridad
y lo pueda hacer, y altaneramente le pregunta, ¿dónde trabajas, a qué te dedicas?
Mi esposo le respondió que como yo trabajaba en escuela rural, al llegar al
pueblo se encargaba de atender a los niños, mientra yo impartía clases.
TRANSITO: así que estás de
mantenido, huevón, no sirves para nada, ¿dónde están tus huevos? ¡no tienes
pantalones! bueno para nada, mujercita. Voy a hablar con la señora de la casa,
que es la que te mantiene. En eso llegó mi mamá que venía atrás de nosotros en
otro carro y escuchó las groserías que le decían a su yerno.
Le dice: ¿Por qué lo tienen
detenido, él jamás ha tomado, es un buen muchacho.
FUIMOS HUMILLADOS, OFENDIDOS
ante mi esposo, mi prima y mi pequeño hijo.
Mi esposo le seguía pidiendo
disculpas (?) lo que queríamos es que nos dejara ir. El lector comprenderá, mas
NO el gobierno, porque esto no es novedad, la cultura de mi esposo, ante tanta
sandez y escarnio.
TRÁNSITO. ¡GRÁBATELO BIEN EN TU CABEZA, YO SOY LA
AUTORIDAD AQUÍ, TÚ NO ERES NADIE.
(EL DEBATE/REDACCION/ 13 DE ABRIL 2016)
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