Los movimientos de personal y
la falta de material en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) de
la clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), vulneran la salud
de los recién nacidos.
Se carga de responsabilidad a
un número insuficiente de especialistas, y éstos, se ven obligados a comprar
con su dinero lo faltante.
En este sentido se desarrolla
un relato dado a ZETA sobre la situación de la unidad. Incluso, el punto más
delicado de lo que pudo conocerse, es que a finales del año pasado, la noche
entre el 24 y 25 de diciembre, dos bebés tuvieron complicaciones –pérdida de
oxígeno–, que día después resultaron mortales. Lo anterior, relacionado con la
falta de atención a los pacientes, cuyo origen, fue la ausencia de dos
enfermeras por permiso. Eran cuatro para atender a 12 recién nacidos.
“Fue a raíz de eso, que hace
falta personal. Descuidamos a un niño, porque no nos cubren a la enfermera”, se
insiste.
En respuesta, el director de
la clínica 1, Pablo Gutiérrez Becerra, sostuvo que los permisos del personal se
autorizan sin arriesgar la salud de los pacientes, y que los movimientos de
enfermeras, se realizan apegados a la exigencia en las diferentes áreas.
Que información sobre
complicaciones derivadas, no ha tenido.
Pero, se menciona, que no
solo es la falta de personal en el área, originada también por el movimiento
constante de enfermeras, lo es la falta de material necesario, situación que
les he obligado a adquirirlo por su cuenta o a inventarse herramientas con lo
que tienen.
“Hoy la situación que se
presentó fue que tenemos 10 pacientes y cinco enfermeras, dos pacientes por
enfermera, está bien, pero cambian a una por la necesidad del servicio de que
hace falta en otra área, y dejan dos niños sin enfermera, y dicen que para
verlo entre todas”.
Sobre material, otra inconformidad
que se dio a conocer a este semanario, la denuncia hace referencia
específicamente sobre sistema de oxigenación para los bebés.
“Los ventiladores están en buen estado, pero
no nos proveen el material para el canje del circuito (mangueras) que va en el
ventilador. Ése se cambia cada siete días, entonces, si no contamos con ello,
lo inventamos con una manguera transparente. Se conecta como si fuera el equipo
de circuito para que jale el aire y poder entubar a los niños. Sirve, pero no
debe ser, ¿dónde está ese dinero?”, se preguntan.
Agregan que hace meses,
además fue sacado del cuadro básico un material que consideran indispensable
para que los tubos de oxigenación soporten un tiempo mayor. “Se les pone una
bigotera alrededor de los labios de arriba y va pegado a la cánula del tubo.
Ese material lo teníamos y lo
sacaron del cuadro base, por lo caro, porque nosotros lo hemos comprado y
cuesta como mil pesos”, que hace las veces de pegamento, y junto a una tela, se
utiliza para sostener la intubación.
También hablan de un líquido
que se utiliza como pegamento para la intubación –que se aplica directamente en
la piel del bebé–, que también han llegado a cubrir, y cuyo costo oscila en los
300 pesos.
Explican que usar material de
menor calidad es de riesgo porque: “Si se usa uno que no sirve el niño corre el
riesgo de ‘extubarse’ (que se le desprenda el material), y eso es de ‘córrele’
porque es peligroso que dejen de recibir oxígeno por un instante, son niños de
un kilo, incluso de 500 gramos”.
RIESGO DE INFECCION
Lizbeth nació hace 20 días, y desde entonces espera una cirugía que solucione la gastroquisis que padece, acostada en un cunero de la UCIN.
Lizbeth nació hace 20 días, y desde entonces espera una cirugía que solucione la gastroquisis que padece, acostada en un cunero de la UCIN.
A su madre, Rosario, médicos
les han explicado que si su pequeña pasa más de 30 días dentro en el área, corre
el riesgo de contraer una infección, ya que se estómago permanece abierto y sus
intestinos en el exterior dentro de una bolsa –especial– de Silo.
Rosario explica que ha
tratado de presionar a los especialistas de la clínica para que la intervención
se haga pronto, pero le dicen hay otros pacientes que deben ser operados de
urgencia.
La promesa es que dentro de
una o dos semanas se le hará el procedimiento. Lizbeth está en ayuno desde que,
a las 37 semanas de gestación, fue sacada del cuerpo de su madre mediante
cesárea, se le mantiene administrándole soluciones intravenosas.
Mejor que algunos hospitales
privados: director de la clínica 1 Gutiérrez Becerra, responsable de la clínica
1 del IMSS, sostiene que al ser ésta una institución certificada, “anteponemos
la seguridad del paciente ante cualquier situación, entonces no la pondríamos
en riesgo”.
Agrega que a su oficina no ha
llegado información sobre falta de personal o medicamentos.
“No, por supuesto que no. Ni
siquiera he tenido solicitud por parte del servicio donde digan que hace falta
algún material. Lo vemos con el jefe del servicio, con los médicos”. Sobre el
movimiento de enfermeras, dice que se basa en la demanda que existe en las
diferentes áreas pediátricas y neonatales, y que se actúa con base en las
competencias de cada una.
“En la UCIN tenemos siempre
una ocupación del 80 u 85 por ciento, hemos llegado a tener más pacientes, es
un área para ocho niños, pero cuando la demanda está rebasada llegamos a tener
más pacientitos ahí, con el personal suficiente y capacitado. En algunas
ocasiones cuando el personal es en exceso, agarramos personal de la unidad de
cuidados intensivos y sí las movemos a Pediátricos, pero forma parte de su
profesiograma, está dentro de su perfil”.
También mencionó: “siempre
procuramos tener abasto en esos sitios que son de soporte de vida, contar con
todo lo suficiente.
Déjeme decirle que es una
unidad de cuidados intensivos, de las más abastecidas que hay a nivel de la
ciudad. Incluso que algunos hospitales participarles, procuramos los insumos
suficientes”.
(SEMANARIO ZETA/ Ezenario/ Saúl Ramírez
Esparza /Lunes, 11 abril, 2016 01:00 PM)
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