MÉXICO, D.F.,
17DICIEMBRE2015.- XXXII Asamblea General Ordinaria del Consejo Nacional
Agropecuario, la que fue presidida por Enrique Peña Nieto, presidente de
México, Benjamín Grayeb Ruiz, Presidente del Consejo Nacional Agropecuario y
José Eduardo Calzada Rovirosa, Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación.
– Oficialmente, el gobierno de EPN reconoce solo 54
mil 454 asesinatos intencionales
– Secretaría de Gobernación no reporta por lo menos 10
mil 755 homicidios dolosos
– Estado de México, gobernado por el PRI, líder en
muertos con 8 mil 845
– 185 mil 428 homicidios intencionales en los últimos
9 años
– La estrategia de “México en Paz”, una política
fallida
– “Las fosas clandestinas de plano no se están
registrando adecuadamente”: OC
(EDICIÓN IMPRESA) En términos
de inseguridad y violencia, para Enrique Peña Nieto la misión no está cumplida.
En los tres primeros años de su gobierno, la promesa de disminuir la incidencia
delictiva relacionada con homicidios dolosos en el país ha quedado frustrada.
Durante su campaña
presidencial, Peña Nieto prometió que “en un año” se empezarían a ver
resultados de su estrategia contra el crimen organizado, al grado que
supuestamente disminuiría la cantidad de ejecuciones; hubo incluso quienes
generosamente concedieron el beneficio de la duda al gobierno priista luego de
seis mortíferos años que protagonizó Felipe Calderón Hinojosa, entre 2006 y
2012.
Pero se cumplió el primer año
del peñato el 30 de noviembre de 2013, luego el segundo en 2014 y la realidad
es que los datos duros presentados por ZETA al concluir la primera mitad de la
administración de Enrique Peña Nieto, cumplida el 1 de diciembre de 2015, demuestran
que su sexenio es más cruento que el de su antecesor.
Tal como se ha investigado en
los últimos sexenios y recurriendo como metodología a la comparación de la
información oficial del Gobierno Federal con registros hemerográficos,
Servicios Médicos Forenses, Institutos Forenses en los Estados, el equipo de
investigación de este Semanario llegó a la conclusión de que en los primeros
tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto, del 1 de diciembre de 2012 al 30
de noviembre de 2015, sucedieron en el país 65 mil 209 homicidios dolosos.
Comparando la información
oficial del Sistema Nacional de Seguridad Pública, dependiente de la Secretaría
de Gobernación, el primer trienio de Peña Nieto supera al de Felipe Calderón en
homicidios dolosos:
Del 1 de diciembre de 2006 al
30 de noviembre de 2009, el Secretariado Ejecutivo reportó 20 mil 005
homicidios dolosos, mientras que del 1 de diciembre de 2012 al 30 de noviembre
de 2015, el mismo sistema registró 54 mil 454 asesinatos intencionales.
Una significativa diferencia
de 34 mil 449 ejecutados más en el presente sexenio, hasta superar Peña la
violencia que se vivía en la época de Calderón.
Incluso, comparando los últimos tres años de
gobierno calderonista con el primer trienio peñista, los homicidios dolosos en
la gestión de Peña Nieto no disminuyeron: 65 mil 118 ejecuciones del 1 de
diciembre de 2009 al 30 de noviembre de 2012; mientras tanto, en los tres
primeros años de gobierno de Peña Nieto, del 1 de diciembre de 2012 al 30 de
noviembre de 2015, sucedieron 65 mil 209.
EPN ELIMINA DEL DISCURSO EL TEMA DE LA INSEGURIDAD
Salvo en ocasiones en las
cuales se ve obligado, como el caso de los 43 normalistas desaparecidos en
Ayotzinapa, Iguala, Guerrero, en septiembre de 2014, o la recaptura del capo
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Peña ha omitido hablar de inseguridad y
violencia. La estrategia federal fue sacar al país de la percepción de la
“Guerra contra las Drogas” que declaró Calderón, llevando el discurso y la
estrategia a un “México en Paz”.
Sin embargo, la realidad
anota un escenario distinto al que plantean tanto el Presidente Enrique Peña
como su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que en el
discurso oficial, insisten en presumir una disminución en las cifras de la
inseguridad.
En su mensaje en Palacio
Nacional a propósito del tercer año de gobierno, Enrique Peña Nieto presumió
estrategia y disminución de cifras, sin más sustento que su palabra. De las
acciones dijo: “Desde el primer día de esta administración, nos propusimos
construir un México en Paz.
Esto significa, por una
parte, disminuir la violencia y recuperar la tranquilidad de las familias
mexicanas en todas las regiones del país… además, realizar cambios de fondo en
el funcionamiento de nuestras instituciones y en la vida de las comunidades, a
fin de alcanzar una seguridad duradera.
Para hacer frente a la
delincuencia, el primer acuerdo fue trabajar en equipo, más allá de filiaciones
políticas u órdenes de gobierno”. Y así, sin más, le entró a las cuentas
alegres.
“Hoy, es un hecho que la
violencia está disminuyendo en México”. Se explayó: “Como ha informado el
INEGI, en 2014 el número de homicidios fue 24.3% menor al de 2012, y 27.7%
inferior al de 2011.
En diversas regiones, la tranquilidad está
volviendo gradualmente a las calles y localidades. En este mismo periodo, el
número de homicidios en las entidades fronterizas del norte se redujo 41.6%.
En estos dos años, ocho Estados del país
lograron disminuir los homicidios en más de 40%. Sobresalen Nuevo León, con una
baja de 69.8%; Durango, con 63.6%; o Coahuila, en donde se redujeron 62%”.
De hecho, hace unos días, en
el Sistema Nacional de Seguridad dieron a conocer la cifra oficial de
homicidios dolosos en México durante los primeros tres años de gobierno de
Enrique Peña Nieto, 54 mil 454; es decir, 16.49% menos de los contabilizados en
la investigación de ZETA, en instancias de origen de información y datos en las
diversas entidades federativas.
Para poner en contexto la
cifra de asesinatos violentos en los primeros tres años de Enrique Peña Nieto,
volveremos a los números que se reflejaron en el sexenio de Felipe Calderón:
Del primero de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2012, ZETA contabilizó,
en el apogeo de la “Guerra contra las Drogas”, 83 mil 191 ejecuciones. En tres
años, Peña Nieto ha registrado el 78.38% del total de ejecuciones en el sexenio
anterior.
SEGOB NO REPORTA 10 MIL 755 ASESINATOS INTENCIONALES
EN TRES AÑOS
Desde el inicio del sexenio
de Enrique Peña Nieto el discurso oficial ha sido opinar sobre una supuesta
“incidencia delictiva a la baja” en cuanto a homicidios dolosos en México.
“La violencia se ha reducido
a su mínima expresión”, opinó Miguel Ángel Osorio Chong, titular de
Gobernación, el 29 de julio de 2014, sin proporcionar datos duros que
respaldaran su dicho.
“Sin duda los niveles de violencia que se
están registrando están disminuyendo, sobre todo los homicidios y secuestros”,
consideró Peña Nieto el 11 de junio de 2015 en una entrevista a EFE en
Bruselas, durante su campaña de imagen en Europa.
La opinión más reciente en
cuanto a homicidios dolosos en México sucedió en una entrevista que Osorio
Chong otorgó a La Jornada, publicada el 17 de enero de 2016:
“Nosotros ya los bajamos de
una manera significativa”, consideró sin presentar nuevamente ninguna
numerología ni metodología que respaldara su suposición. Oficialmente, el
gobierno de Enrique Peña Nieto, a través del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, da cuenta nada más de 54 mil 454 víctimas por homicidio doloso y
averiguaciones previas por el mismo concepto del 1 de diciembre de 2012 al 30
de noviembre de 2015; no obstante, ZETA documentó 65 mil 209 muertes
intencionales en el mismo lapso.
En otras palabras, el SNSP, bajo la tutela de
la Secretaría de Gobernación, no informa de por lo menos 10 mil 755 asesinatos
intencionales.
LAS EJECUCIONES
AÑO CON AÑO
De Felipe Calderón a Enrique
Peña Nieto, año por año, las disminuciones en el número de ejecuciones entre
uno y otro, no inciden en la cifra en los totales por sexenio y por trienio. La
realidad es que los asesinatos violentos, producto de enfrentamientos,
vendettas, ajustes de cuentas, secuestros, extorsiones, van a la alza. Así los
números del horror de la “Guerra contra las Drogas” al “México en Paz”:
2007: 2 mil 826 ejecuciones,
2008: 6 mil 837.
2009: 11 mil 753.
2010: 19 mil 546.
2011: 24 mil 068.
2012: 22 mil 433. (Únicamente en diciembre de 2012, el
primer mes de Peña: 2 mil 325)
2013: 23 mil 928.
2014: 20 mil 276.
2015: 17 mil 962
(Al 30 de noviembre, para calcular los tres años de
Enrique Peña y dado que los registros de ejecuciones no se han cerrado para
determinar la cifra en 2015).
Aun cuando se advierten los
decrementos, en los primeros tres años de Enrique Peña Nieto, se contabilizan
más ejecuciones que en los primeros tres años de Felipe Calderón. El Presidente
del “México en Paz” ha superado en violencia, al Presidente de la “Guerra
contra las Drogas”.
ESTADO DE MÉXICO: EL TERROR, 8 MIL 845 EJECUCIONES
De los 65 mil 209 homicidios
dolosos sucedidos en el primer trienio peñista documentados por ZETA, del 1 de
diciembre de 2012 al 30 de noviembre de 2015, el Estado de México que gobierna
el priista Eruviel Ávila es el más sangriento, con 8 mil 845 ejecuciones.
Lamentablemente, la
administración de Ávila, través de la Procuraduría General de Justicia del
Estado de México, reporta nada más 6 mil 529 víctimas por homicidio doloso y
averiguaciones previas por el mismo concepto en el mismo lapso.
Dicho de otra forma: la
gestión eruvielista no informa de por lo menos 2 mil 316 asesinatos
intencionales del 1 de diciembre de 2012 al 30 de noviembre de 2015. Chihuahua, con 16 mil 467 ejecuciones
LOS ESTADOS MÁS
PELIGROSOS Y OTROS FOCOS ROJOS
Durante el sexenio de Felipe
Calderón, de las 83 mil 191 ejecuciones documentadas por ZETA, el Estado de
Chihuahua fue el más sangriento, con 16 mil 467.
Actualmente, en la
administración de Enrique Peña Nieto, el Estado de México se erige como el más
cruento, superando incluso a Guerrero y Chihuahua: Estado de México, en primer
lugar: 8 mil 845 ejecuciones en tres años, del 1 de diciembre de 2012 al 30 de
noviembre de 2015. Le sigue, en segundo lugar, Guerrero, con 6 mil 040; en
tercer escaño se ubica Chihuahua con 5 mil 176; en cuarto, Jalisco, con 3 mil
946; y Michoacán en quinto sitio, con 3 mil 629. Después, entre el sexto y
décimo lugar como los Estados más sangrientos se ubican, en ese orden: Sinaloa
en sexto sitio con 3 mil 514; en séptimo, la Ciudad de México con 3 mil 212;
Tamaulipas con 2 mil 660; Veracruz registra 2 mil 600 asesinatos y Baja
California, en décimo lugar todavía, con 2 mil 547. En el sexenio de Enrique
Peña Nieto, Guanajuato y Oaxaca son los nuevo focos rojos.
Mientras en la administración
de Felipe Calderón, Guanajuato registró mil 999 homicidios dolosos en los seis
años, solo en los primeros tres años de administración peñista se documentaron
2 mil 448, escalando del lugar número 14 en el mandato calderonista, al onceavo
sitio en la gestión peñista. Y Oaxaca es evidentemente otro foco rojo:
Mientras en todo el sexenio
calderonista se registraron mil 246 homicidios dolosos, en el primer trienio de
Peña Nieto suman ya 2 mil 348, subiendo del lugar número 20 al sitio número 12
entre el sexenio anterior y el actual.
Jalisco. 185 MIL 428 HOMICIDIOS DOLOSOS EN 9 AÑOS
Uno de los datos duros más
escalofriantes de los últimos nueve años, incluyendo tanto el sexenio
calderonista como el primer trienio de Enrique Peña Nieto, es que en total
suman 185 mil 428 homicidios dolosos entre el 1 de diciembre de 2006 y el 30 de
noviembre de 2015, de acuerdo con información registrada por ZETA con
investigación sustentada en el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), procuradurías estatales, Secretariado Ejecutivo, SEMEFOs,
Institutos Forenses y registros periodísticos en las 32 entidades
federativas.
“LAS FOSAS CLANDESTINAS DE PLANO NO SE ESTÁN
REGISTRANDO ADECUADAMENTE”: OC
Francisco Rivas, director del Observatorio Ciudadano, habló del incremento en
el tema de homicidios, incluso en las cifras oficiales a partir de abril de
2015.
“De abril hasta noviembre,
por siete u ocho meses consecutivos tuvimos aumento en los datos que reportó el
Secretariado Ejecutivo, y esto, primero interrumpe la serie a la baja de estos
números que se había iniciado en agosto de 2012, por lo tanto, nos habla de un
aumento en la violencia”. Además persisten los falsos registros:
“Desafortunadamente, los
asesinatos que están reportando dentro de la categoría de homicidios dolosos,
no representan el universo de homicidios violentos del país. Por ejemplo, las
fosas clandestinas de plano no se están registrando adecuadamente, no aparecen
en la estadística oficial. Y muchos casos robos, secuestros que termina en
homicidio se califican como culposo en lugar de doloso, y eso también te falsea
la estadística”.
Pese a la aparente mejora en
secuestros y extorsiones expuesta por las autoridades Rivas considera que no se
puede hablar de estar haciendo lo correcto cuando “… casi la mitad del país que
tiene una crisis de seguridad, Estado de México, Chihuahua, Tamaulipas,
Veracruz, Tabasco, Morelos, Distrito Federal, Guerrero, Michoacán, Jalisco
Colima, Baja California, Zacatecas, Sinaloa y Durango. Luego tienes algunos
Estados que van medio mal, como Querétaro y Baja California Sur.
“Y hay otros Estados con
condiciones aparentemente aceptables de seguridad como Coahuila, Nuevo León,
que han mejorado de manera substancial; Sonora, que si bien tiene algunos
municipios con alta incidencia de homicidios, en general las condiciones son
calificadas como aceptables. Oaxaca similar; Chiapas, una entidad
subdesarrollada, pero las condiciones de seguridad aparentemente son buenas;
Yucatán, Quintana Roo, Campeche.
“La mitad del país está aceptable y la mitad
del país no. Con los delitos repartidos, por ejemplo en Zacatecas existe un
gravísimo problema de secuestro, no de homicidio, pero en Morelos es secuestro,
homicidio, robo; en Tamaulipas el robo es muy bajo, pero el secuestro y
homicidio hicieron que la incidencia delictiva creciera en un 200%, son
condiciones desmedidas.
“Entonces, no puedes decir
que las cosas están mejor, puedes decir que aparentemente algunos delitos están
disminuyendo, que aparentemente hay una mejora pero no tienen la certeza porque
seguimos con problemas de registro en las estadísticas de los delitos,
problemas de confianza del ciudadano para denunciar (la cifra negra es del 93%
según el INEGI) hacia las instituciones, etcétera”.
En cuanto a la efectividad en
la captura de criminales líderes de cárteles, el analista cuestionó la
mencionada clasificación de objetivos principales y los resultados, porque: “Nunca supimos quiénes eran, entonces
es muy fácil que mañana me detienen a mí y dicen que soy de los objetivos
principales porque era el líder del Cártel de los Observatorios”.
Concluyó refiriéndose a los grupos delictivos:
“Uno de los problemas es precisamente que por un lado hay jugadores nuevos
(traficantes) que vienen a desestabilizar una situación.
Desafortunadamente lo que podemos analizar por la experiencia a
lo largo del país es que inciden más y tienen más resultados el que los grupos
criminales se pongan de acuerdo entre ellos o logren un equilibrio, ganen una
plaza respecto de lo que logra incidir el Estado los homicidios.
Y eso es muy desafortunado
porque en la medida que un grupo delictivo ve posible hacerse de un territorio,
lucha por ese territorio, y es lo que hace que aumenten los delitos”.
Con información de Enrique
Mendoza Enero de 2016, el más violento
en los últimos cinco años Del 1 al 20
de enero de 2016, los archivos de la Procuraduría General de Justicia del
Estado de Baja California tienen registrados 56 homicidios violentos, 48 de
éstos cometidos en Tijuana.
Con 48 asesinatos perpetrados
a nueve días de terminar el mes, este enero se posiciona como el más sangriento
en la ciudad en los últimos cuatro años. Los más altos fueron 2011, con 51
homicidios violentos, 2010 con 99 ejecuciones y 2009 con 56.
Entre el jueves 14 de enero y
el día 21, casi dos decenas de
residentes de Tijuana fueron asesinados, incluido un niños de tres años muerto
a golpes a principios de semana por el novio de su mamá, Jesús Mercantes
Armenia, quien se encuentra prófugo.
En lugares públicos,
destacaron el ataque a un guardia de seguridad, al que balearon en la plaza
comercial con mayor vigilancia de Tijuana en la Zona del Río.
Y el hombre que mataron
frente a decenas de testigos en el centro comercial Mercado de Todos en la
delegación La Mesa.
El jueves 14, dos balaceras seguidas
por la noche: en la colonia Leyva Mortera de Playas de Tijuana quedó el cadáver
de Daniel Murillo en un desagüe, y en un lote baldío de la colonia Nueva
Tijuana, en Otay, encontraron los cuerpos sin vida de los que en vida llevaron
los nombres de Guillermo Guerrero y Julio González. Vendían droga en el Módulo
4 y los vendedores del Módulo 1 los habían amenazado.
Alfredo Vierra Buenrostro y
Genaro Sánchez Peñaloza fueron acribillados el día 15, el primero a balazos en
la colonia Remoza de la delegación Sánchez Taboada, y el segundo a golpes en la
colonia Camino Verde.
Cuatro fueron los muertos
sumados el sábado 16 d enero. Al albañil
Juan Hernández y la señora “Susana” los mataron a golpes en una casa móvil que
estaban arreglando en el fraccionamiento Jacarandas de la delegación San
Antonio de Los Buenos; también localizaron el cuerpo de un hombre envuelto en
una cobija y enteipado en la colonia Alemán; y por la noche balearon a un
hombre que vendía tamales en la colonia Libertad.
Mientras lavaba su auto en la
colonia Hidalgo, el señor Alfredo Sánchez fue ultimado por sujetos que días
antes habían estado buscando a sus hijos, quienes se dedican al trasiego de
droga. Mientras a José Helio Barrios lo balearon al conducir una bicicleta en
la colonia Lomas de la Misión en Playas de Tijuana; le dispararon desde un taxi
libre que después abandonaron frente a las oficinas del PRI en la Zona Centro.
El lunes 18 de enero, Gerardo
Puga murió en el interior de la casa hogar Casiopea, el mismo día fue
localizado el cadáver de un hombre en el interior de un auto abandonado en un
camino vecinal de la colonia Vista Encantada, el carro tiene placas HCA2008 del
Estado de Guerrero; le encontraron documentos a nombre de José Vicente González
Pérez.
También localizaron el cuerpo de un hombre de
entre 45 y 50 años, envuelto en cobijas y bolsa negra, sobre la calle Natividad
Vargas de la colonia Ampliación Ejido Lázaro Cárdenas. Lo golpearon, lo
torturaron y le amputaron un dedo. En la bolsa dejaron un mensaje con la leyenda
“Una loca más putos atte CAF”.
No daban las nueve de la mañana cuando los
reportes de homicidio iniciaron el martes 19 de enero. El joven Antonio Medina,
hijo de familia panista, recién egresado como abogado, había metido solicitud
para entrar a trabajar a la Procuraduría del Estado, un hombre que lo esperaba
cerca de su casa lo mató a balazos en la calle Piedra de la colonia Tejamen,
Delegación San Antonio de Los Buenos.
El homicida huyó a pie,
cuadras adelante subió a un carro, en una de las vialidades principales se topó
a un policía que estaba infraccionando a otra persona, le marcó el alto porque
iba a exceso de velocidad -no por el
homicidio- y el matón fingió que se iba a detener, pero huyó. El auto fue localizado
en la colonia Altamirano.
También el martes, tres
sujetos asesinaron a José Miguel Mendoza Macedo, guardia de un centro cambiario en Plaza
Río. Le robaron una bolsa con 10 mil
dólares y de 10 mil a 15 mil pesos. Ninguno de los agentes en las patrullas que
había en las inmediaciones -algunas a menos de 50 metros- pudo detener a los
perpetradores.
Dos fueron los asesinatos del
miércoles 20: con un arma calibre 223 y otra calibre 32, acribillaron en el
patio de su casa, en la colonia Terrazas del Valle, a Alejandro Omar Piña; y en
el Mercado de Todos, mientras salía del estacionamiento acompañado de su
concubina y su hija, mataron a Giovani Saucedo Serrano.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/Lunes, 25
enero, 2016 07:47 PM)
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