martes, 26 de enero de 2016

LAS MIL Y UNA NOCHES DE “LA GAVIOTA”


MÉXICO, DF (apro).- En la gira internacional número 42 del presidente Enrique Peña Nieto, la primera de este año y también de la segunda mitad de su gobierno, la comitiva oficial, atildada y cosmopolita, acudió a promover el eje de gobierno “México con responsabilidad global”, y difundió sus andanzas por la Península Arábiga y el Cantón de los Grisones, en Suiza.

La recompensa: el testimonio de imponentes paisajes naturales que ofreció en redes sociales el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa Reza –menos tímido que sus compañeros que sólo tuitearon actos oficiales–, y la portada de la revista ¡Hola! para la esposa del presidente, Angélica Rivera.

El glamour como política comunicacional es cosa de estos tiempos, con fotografías y videos de viajes, y relatos que describen, entremezcladas las actividades oficiales del mandatario, con la ropa en anglicismos: outfit, clutch, leggings, flap bag y todo, muy fashionista, aunque a veces conceden que una “embajadora de la moda” –como llaman a Rivera— lleve moda made in México.

Dicho está que desde la presidencia de Adolfo López Mateos (1958-1964) ningún mandatario mexicano había viajado tanto como el actual. Con 41 giras en todo el sexenio, el ingenio popular le descompuso el apellido para imponerle el mote de “López Paseos”. Peña Nieto, suma ya 48 a mitad del periodo para el que fue electo, pero ha escapado al humor público.

También es conocido que ni siquiera en el sexenio de Vicente Fox fueron tan frecuentes las apariciones de la entonces primera dama Marta Sahagún en revistas del corazón y páginas de sociales tan afecta como fue a las portadas, como este sexenio.

La afición de postín ha tenido sus costos, como el hasta ahora mayor escándalo de corrupción en la familia presidencial, “La Casa Blanca de Las Lomas”, que devino de una aparición en la revista ¡Hola!, o que convertir la residencia oficial de Los Pinos en locación de modelaje para la versión mexicana de Marie Claire, provocara críticas severas a la familia presidencial y diera pie a la exhibición de las remodelaciones-intervenciones en la casona que lleva por nombre “Miguel Alemán”, el chalet de estilo inglés, sobre las que se desconoce el dinero gastado.

Sin embargo, mediante el uso de información oficial y fotografías difundidas por la Presidencia de la República, la construcción de contenidos parte de la exhibición de la primera dama, concentrándose en su look.

EL VIDEO QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO

A veces –como ocurrió en las giras internacionales de 2015 y en la más reciente por el mundo árabe– la primera dama de México salta de la página oficial de la Presidencia de la República a las de revistas de moda y de chismes del jet set, por su vestido rojo intenso de 3 mil 300 dólares –por ejemplo, en la revista Quién– en Londres, codeándose con la realeza.

En otras ocasiones, puede desatar comparativos entre sus atuendos y los de la reina Letizia de España, o bien, provocar la insidia con un episodio público como ocurrió con la visita a México de los reyes españoles que Vanity Fair describió así:

“Si tu marido no te trata como te mereces, tienes que demostrar que no vas a estar siempre para él. Y así lo dejó ver la Primera Dama en un video que ha dado la vuelta al mundo”.

Porque hay un lenguaje en ese tipo de publicaciones, para las celebrities, ricas, bellas y famosas de quienes se ocupan las portadas. En un numero de ¡Hola! –valga el ejemplo– la primera gira internacional, realizada por Peña Nieto como presidente electo, Angélica Rivera fue “infatigable”, y no caminó, “dio sus primeros elegantes pasos como primera dama”.

Angélica Rivera vistió en esa ocasión “un discreto vestido negro con mangas ¾, creación de su diseñador de cabecera Benito Santos, a juego con una mantilla de encaje y complementó con un par de tacones de punta y una flap bag de Channel”.

Esta vez, Angélica Rivera no acompañó al presidente Peña Nieto en una gira de Estado por los países árabes; de acuerdo con ¡Hola!, viajó “junto al presidente Enrique Peña Nieto por los exóticos reinos de las mil y una noches”.

El texto, titulado “Angélica Rivera. La dama de oriente”, se publicó sin firma y fue ilustrado con profusión, principalmente con fotografías oficiales compartidas por la Presidencia y la cuenta de Facebook de Peña Nieto. También con las actividades que el mandatario realizó en su gira por Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Qatar.

A través de la narración se registra a detalle la agenda que siguió la comitiva oficial, los convenios que se firmaron, los compromisos que se asumieron, y todo aderezado con digresiones sobre los lugares:

“Pudo disfrutar el espectáculo de fuentes danzantes del Burj Khalifa –curiosamente al ritmo del tema de Enrique Iglesias, Héroe— “y, naturalmente, visitar el Dubai Mall, el centro comercial más grande del mundo, es “toda una tentación para los amantes de la moda”, dicho lo anterior en el contexto de la presencia ahí de la primera dama.

MADE IN MEXICO

Impuesta por el protocolo, durante la gira por el mundo árabe, la hiyab, el velo que cubre la cabeza y el pecho por mandato del Corán y las leyes teocráticas –una prenda asociada a la humildad, la modestia y el recato de las mujeres musulmanas en presencia de varones–, permitió a la primera dama lucir, en palabras de ¡Hola!, con “el típico velo” y “siempre perfectamente coordinado con su outfit”.

Aunque no salieron en revistas del corazón ni suplementos de moda, las mujeres que viajaron en esa gira –incluidas las reporteras de la fuente presidencial— fueron obligadas a utilizar prendas a tono con la costumbre, excepto en Emiratos Árabes.

La única mención que hay sobre ellas, las reporteras, no es por ningún estilo outfit ni se les atribuye o no seguir el dress code. De acuerdo con ¡Hola!, ellas “debían, en señal de respeto, llevar velo y vestir pantalón o falda por debajo de la rodilla, así como blusas y suéteres de manga larga y cuello alto”.

En todas esas publicaciones no hay espacio para las cosas feas del mundo, como el hecho de que el rey saudí, primer anfitrión de la pareja mexicana, Salman bin Abdulaziz Al Saud (“guardián de los santos lugares y jefe de la casa Saud), famoso por mandar decapitar a sus críticos, fue condecorado con la máxima distinción que concede México a un extranjero, “la Orden de Águila Azteca” en grado de collar. Recíproco, el rey saudí condecoró a Peña Nieto con un reconocimiento de autoafirmación de su nobleza: la Medalla Rey Abdulaziz.

Del encuentro, ¡Hola! escribió:

“Con chaqueta de color crudo, y velo en color crema, el elegante outfit de Angélica Rivera recordó mucho al que, años atrás, lució Rania de Jordania en estas mismas tierras”.

La especialización en atuendos no arroja mucha luz sobre los costos de la indumentaria, si acaso, hay una mención:

“Angélica Rivera no sólo llevó moda made in Mexico, sino que también los complementos, como el cluth que lució en Kuwait, obra de Alexia Ulibarri”.

Pese a lo “estiloso” –como ha descrito ¡Hola! más de una vez a Rivera Hurtado y lo hizo en esta ocasión–, el suplemento Pink, del diario Reforma reparó un detalle de austeridad que tituló “Reciclando”, pues en Qatar la primera dama usó una de las prendas que había utilizado en una gira por Australia en noviembre de 2014… gira en la que por cierto, se le sorprendió en el famoso Jade Buddha Bar & Casual Dining, “donde acostumbran divertirse figuras como Kim Kardashian y Justin Timberlake”.

(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA/ 25 DE ENERO DE 2016)

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