La disputa intestina entre grupos del
Cártel de Sinaloa y la otra batalla, contra los Beltrán Leyva, nutren la
violencia que se vive en el Estado de Sonora. Capos de ambas organizaciones
delictivas han cooptado a malos elementos del Ejército Mexicano en la región a
cambio de 40 mil pesos semanales o droga. Autoridades mexicanas basan su
estrategia en el aseguramiento de grandes cargamentos de marihuana, cocaína,
heroína y metanfetaminas. El gobierno de Arizona de plano se acercó a Claudia
Pavlovich para unir fuerzas en la región y combatir a la delincuencia
(EDICIÓN IMPRESA) Desierto de
Altar, Sonora.- La guerra contra el narcotráfico en Sonora, una de las
entidades federativas de mayor incidencia en la comisión de delitos federales
en el país, se ha convertido en un pulpo del crimen organizado, tan difícil de
combatir para las autoridades mexicanas, que sus pares estadounidenses han
ofrecido ayuda para reforzar las labores de inteligencia.
Además del trasiego de drogas
para el consumo interno y su introducción a la Unión Americana, los grupos
delincuenciales realizan gran diversidad de actividades ilícitas como la trata
de personas, secuestro de migrantes, robo de hidrocarburos, tráfico de armas y
homicidios, contando para ello con la protección de algunos mandos militares en
la región.
El fuego amigo e intestino
entre diversas facciones del Cártel de Sinaloa y éstos contra la organización
de los hermanos Beltrán Leyva mantienen en estado de zozobra a los pobladores,
desde Navojoa en los límites con el Estado de Sinaloa, hasta San Luis Río
Colorado, colindante con Baja California.
Debido a lo extenso del
territorio sonorense y de la insuficiencia de elementos humanos y materiales
para poder paliar el problema, las acciones del Gobierno Federal se han
enfocado al aseguramiento de las drogas que por tierra, mar y aire, transportan
grupos de narcotraficantes y verdaderas hordas de “burreros” que con mochila al
lomo recorren el desierto para entregar sus cargas al otro lado de la línea.
Ante esta nebulosa situación,
el 4 de enero de 2016 autoridades en materia de seguridad de ambos lados de la
frontera se reunieron en Hermosillo para anunciar el acuerdo para establecer
una agenda bilateral de participación conjunta y combatir la delincuencia en la
región.
El gobierno norteamericano ya
había mostrado su preocupación, al asegurar -en más a de alguna ocasión- que el
corredor Sonora-Arizona es “la ruta primaria utilizada para introducir drogas
desde México hacia los Estados Unidos”.
Por su parte, la actual
administración estatal, a cuatro meses de que la priista Claudia Pavlovich
Arellano asumió la gubernatura, se mantiene más ocupada en demostrar presuntos
actos de corrupción de sus antecesores que en cumplir la promesa de dar mayor
seguridad y justicia a los sonorenses.
LA GUERRA ENTRE “SINALOAS”
El Gobierno Federal ha
identificado a dos cárteles predominantes en Sonora. Se trata del Cártel de
Sinaloa y el de sus escindidos hermanos Beltrán Leyva. Del primero se reconocen
en franca guerra las organizaciones criminales de Los Salazar, de Navojoa, y
Los Memos, de Sonoyta. Ambos grupos mantienen otra confrontación con los
Beltrán, representados por el clan de Los Trinis de Ciudad Obregón.
Aunque los principales
líderes de Los Salazar -Adán Salazar Zamorano y Jesús Alfredo Salazar Ramírez-
se encuentran presos en penales de máxima seguridad y en cualquier momento se
podría anunciar su extradición a los Estados Unidos, sus familiares no han
cejado en sus pretensiones de expandirse hacia Puerto Peñasco, punto clave para
el desembarque de grandes alijos de drogas.
Dirigidos por el fugitivo
Adelmo Niebla González “El Señor Memo” o “El G-3”, Los Memos se encuentran en
la recuperación del terreno perdido durante el tiempo en que estuvo encarcelado
su líder, quien se fugó del penal de Aguaruto, en Culiacán, en 2014, mediante
un túnel de más de medio kilómetro de extensión.
Un informe rendido por el
director regional adjunto de la DEA con motivo del aseguramiento de 427 kilos
de marihuana en Menager, Arizona, en 2008, señala que Niebla es socio de Joaquín
“El Chapo” Guzmán y de Ismael “El Mayo” Zambada. Agrega que el referido
narcotraficante “compró un rancho con pistas de aterrizaje clandestinas
utilizadas por miembros del Cártel de Sinaloa, tiene registros de tener el
control de tráfico de heroína, marihuana y cocaína a través de Sonoyta, Caborca
y Puerto Peñasco”.
Durante 2015 los episodios de
violencia fueron frecuentes con feroces enfrentamientos entre ambos grupos,
principalmente en Caborca, El Sásabe, Sonoyta e Ímuris, hechos en los que
además de sicarios, hubo policías estatales y municipales heridos o que perdieron
la vida.
Quienes también mantienen una
guerra con Los Salazar son Los Trinis, pues los navojoenses se han metido
fuerte en el negocio del narcomenudeo en Ciudad Obregón. El poder de Trinidad
Olivas Valenzuela “El Chapo Trini” se ha magnificado por ser el líder visible
de los de Obregón y sobre todo por su crueldad para eliminar a sus rivales,
aunque labores de inteligencia reconocen a Sajid Emilio Quintero Navidad “El
Cadete” como el verdadero capo que busca predominancia en toda la entidad.
Quintero Navidad es hijo del
legendario narcotraficante Emilio Quintero Payán, sobrino de Juan José Quintero
Payán y primo de Rafael Caro Quintero. Emilio y “El Juanjo”, quienes fueron los
jefes y maestros de muchos de los pistoleros y jefes de plaza que hoy dirigen
organizaciones delictivas en todo el país, incluidos “El Chapo” Guzmán Loera y
los hermanos Beltrán Leyva.
Aunque las ejecuciones han
disminuido en Ciudad Obregón por el supuesto repliegue de Los Salazar, que
entre 2012 y 2014 sufrieron muchas bajas, las acometidas delictivas continúan y
han alcanzado hasta los medios de comunicación. El último día de 2015, en la
madrugada, dos vehículos de Medios ObSon fueron atacados con bombas molotov
cuando se hallaban estacionados en las casas de los periodistas a los que
estaban asignados, uno de ellos el director Martín Alberto Mendoza Salazar.
MILITARES EN ESCENA
El avance de los clanes
delictivos que hoy disputan los territorios de Sonora no sería posible sin la
cooptación de jefes policiacos. Tampoco el Ejército Mexicano escapa del alcance
del poder corruptor del narcotráfico, como quedó de manifiesto con algunos
mandos y elementos comisionados en la Base de Operaciones Caborca y en el grupo
de Inteligencia Militar en Esperanza, Sonora.
Declaraciones de algunos soldados
y sicarios permitieron a las autoridades descubrir la reciente infiltración de
las filas castrenses, que ha sido aprovechada por los delincuentes en su afán
de continuar con sus actividades de narcomenudeo y conquista de territorios en
la entidad y de cruzar cargamentos de drogas.
La persecución del presunto
lugarteniente de “El Memo”, en la plaza de Sonoyta, Humberto Cantón Pradel “El
Cantón” o “El Chilango”, en enero de 2015, llevó a las autoridades militares a
descubrir la presunta protección que elementos adscritos al 22 Regimiento de
Caballería Motorizada, brindaban al capo.
Al menos tres tenientes de
caballería, un sargento, un cabo y otro número indeterminado de soldados fueron
investigados. Algunos de ellos, como el Teniente Hugo Andrés Robles Muciño,
fueron encarcelados y sometidos a proceso por el delito de traición a las
Fuerzas Armadas en el Juzgado Cuarto Militar adscrito a la Primera Zona
Militar.
De acuerdo a las actuaciones
de la causa penal 85/2015, a Robles Muciño se le atribuye que en su calidad de
militar e integrante de la Base de Operaciones de Caborca, Sonora, en marzo de 2014 comenzó a filtrar
información a “El Cantón” a cambio de una retribución económica aproximada a 40
mil pesos semanales.
La información que el mando
castrense y algunos de sus elementos filtraban, estaba relacionada con los
movimientos que ejecutaba el personal militar, así como datos de las denuncias
ciudadanas que recibían y de los aseguramientos que realizaban.
La acusación detalla que
Robles -y coacusados- “en reiteradas ocasiones proporcionó información
considerada como clasificada, a integrantes de la delincuencia organizada” para
evitar que los integrantes del Cártel de Sinaloa fueran detenidos al realizar
su ilícita actividad, consistente principalmente en el trasiego de narcóticos
de territorio nacional hacia los Estados Unidos de América.
Los testimonios del Cabo
Damián Ibarra Fierro, y los soldados Francisco René Ramírez García y César
Alexis Cruz González, destacan que aunque el Teniente Robles Muciño y los otros
dos tenientes encargados de los turnos en la Base de Operaciones de Caborca
eran muy discretos era un secreto a voces que “los oficiales estaban
arreglados” para dejar operar al grupo de Cantón Padrel.
El soldado Ramírez García
reconoció que algunos de sus compañeros de tropa se reunían ocasiones con “El
Cantón” en una marisquería para proporcionarle información. Aunque el
narcotraficante no hablaba sobre su relación con los tenientes, Francisco René
recuerda que su compañero, el Cabo Fierro “me confirmó que dichos tenientes
trabajaban igual que nosotros para la organización criminal”.
El del 22 Regimiento de
Caballería Motorizada no fue el único caso, también la banda del “Chapo Trini”,
de la organización criminal de los Beltrán Leyva, infiltró a las Fuerzas
Armadas gracias al apoyo de militares del área de Inteligencia, quienes durante
las tareas de recolección de información que realizaban en Ciudad Obregón se
fueron compenetrando con los narcotraficantes hasta pasarse del otro lado.
El testimonio del ex elemento
del Ejército Mexicano, Juan Pablo Arvizu Servín, fue clave para conocer la
estructura del grupo delictivo que responde al liderazgo general de Sajid
Emilio Quintero “El Cadete” y de la forma en que algunos soldados sucumbieron
ante las tentaciones que impone el narcotráfico. También participaron en
algunos homicidios.
A los 18 años, Arvizu hizo
trámites para ingresar a la Secretaría de la Defensa Nacional. Lo llamaba el
hecho de que su hermano Jorge Alonso era militar y le miraba con orgullo. El
primero de junio de 2008, Juan Pablo causó alta en la milicia y su desempeño lo
llevó a ganarse la confianza de los mandos, pues a un año y medio de su ingreso
le comisionaron al grupo de Inteligencia Militar.
El muchacho captaba la
información sobre las personas que vendían droga al menudeo, nombres, apodos,
domicilios, horarios y datos de los vehículos en los que se movían.
Sentía mucha satisfacción con
su labor, recordó al rendir su declaración ministerial cuando fue detenido. Su
interés lo llevó a adentrarse en la organización criminal predominante en
Ciudad Obregón. Se hizo adicto al cristal y la marihuana. Entonces todo cambió
para él.
Con la información que
reportaba a sus superiores, Arvizu logró que miembros de Los Salazar fueran
detenidos, lo que le costó muy caro, pues sicarios ejecutaron a su hermano
Arnoldo Arvizu Servín a las puertas de una ferretería que poseía. Meses después
Juan Pablo desertó y se convirtió en distribuidor de droga para Los Trinis,
además de que participaba en homicidios.
El militar en activo Onichi
Campos “El Güerito”, que fuera compañero de Juan Pablo en el área de
Inteligencia, fue aprehendido primero, después cayó el susodicho, quien reveló
los nombres y apodos de los principales colaboradores de “El Chapo Trini” y “El
Cadete”.
LOS DECOMISOS
Durante el año que recién
terminó, pequeños, medianos y grandes cargamentos de droga fueron asegurados en
territorio sonorense, lo que prueba las enormes cantidades y movimiento de
enervantes que transitan por la entidad rumbo a Arizona y hacia Baja California
para ser llevados al vecino país del norte.
Entre las acciones más
relevantes se reportó el 28 de enero, en Navojoa, el aseguramiento de más de
cuatro toneladas de mariguana en un tractocamión, cuyo chofer fue detenido. El
17 de abril mediante el uso de
tecnología, se descubrieron ocho toneladas de cannabis dentro de un tráiler que
estaba en el Puerto Fronterizo Nogales III. El 2 de mayo, un trailero fue
arrestado en Hermosillo cuando transportaba casi una tonelada de la droga con
rumbo a Tecate y, cuatro días después, se incautó media tonelada de la yerba en
Agua Prieta.
A partir de junio los
decomisos se incrementaron. El día 17, elementos del Ejército encontraron 14
toneladas de marihuana en una caja refrigerante abandonada sobre la carretera
federal Puerto Peñasco-Sonoyta. El 24, en la Garita de San Emeterio fueron
asegurados 350 mil dólares que estaban ocultos en un compartimento en la caja
de un tráiler. A finales del mes, autoridades federales informaron de la incineración
de 73 toneladas de marihuana en zonas de cultivo detectadas tan solo días
antes.
En diferentes hechos, el 10
de julio agentes federales aseguraron una tonelada 470 kilos de la hierba en
Nogales y 45 kilos de metanfetamina en Santa Ana. Otras dos toneladas y media
del estupefaciente, armas, cartuchos y granadas, fueron sumadas de acciones del
13 de julio en Caborca, Altar y San Luis Río Colorado. Ese mismo día,
nuevamente se aseguraron dólares en San Emeterio, pero eta vez eran 11.5
millones dentro de un camión cargado con fruta.
En Ciudad Obregón, el 31 de
julio de 2015, durante un cateo se logró el decomiso de ocho armas de fuego,
792 cartuchos, 23 cargadores y una granada. Al día siguiente en Agua Prieta,
soldados aseguraron media tonelada de marihuana. El 13 de agosto, en San Luis
Río Colorado se incautaron tres toneladas 250 kilogramos de marihuana; hubo
tres detenidos. Mientras que en Nogales, el 17 de agosto se reportó la captura
de un sujeto con 30 kilos de droga sintética que tenía como destino Tijuana. El
26 de agosto en Yécora y Naco fue asegurada una tonelada y media de marihuana
empaquetada; y cuatro días más tarde en Agua Prieta, otra tonelada del
enervante.
Elementos de la SEDENA y la
Procuraduría General de la República (PGR) incautaron durante un cateo el 10 de
septiembre en Puerto Peñasco casi dos toneladas de cannabis y un arsenal. Cinco
días después, la Marina descubrió 4.8 toneladas de la misma droga en dos navíos
cerca de Puerto Libertad. El día 21, en Plutarco Elías Calles se aseguró una
tonelada de la hierba, y al día siguiente, soldados hallaron 60 kilos de
metadona ocultos en el municipio de Opodepe. Para cerrar septiembre, agentes
federales incineraron unas 200 toneladas del enervante en dos hectáreas de
cultivos.
En octubre, el día 11 un
transportista llevaba una tonelada de marihuana en un doble fondo de su
tráiler, en la vía Hermosillo-Nogales. El 19, en Caborca, en un furgón del
tren, entre maíz se localizaron 21 kilos de cocaína y 5.5 kilos de marihuana.
El día 20, sobre la carretera Santa Ana-Caborca, fue interceptado un
tractocamión con 24.5 kilos de metanfetamina y un día después, en Sonoyta,
otros 11 kilos de droga sintética en un autobús de pasajeros.
Para noviembre, militares
aseguraron el primer día de mes 400 kilos de marihuana en Caborca, 25.5 kilos
de cristal y 47.5 litros de metanfetamina en San Luis Río Colorado, y 100 kilos
de mota en El Sásabe. En Puerto peñasco, el día 5, durante un cateo militares
localizaron 20 armas de fuego y más de 5 mil cartuchos, además de droga y otros
objetos ilícitos. Dos días después se reportó el decomiso de una tonelada de
marihuana y seis armas en Plutarco Elías Calles, 115 kilos de marihuana en El
Sásabe y 100 kilos de la hierba en Altar.
En el Aeródromo de Caborca, el
12 de noviembre se informó del decomiso una avioneta tipo Cessna y más de 200
mil pesos. Seis días después fue asegurada tonelada y media de marihuana
en Nogales. Una aeronave y más de una
tonelada de cannabis fueron incautadas en Magdalena de Kino el 6 de diciembre.
Otra avioneta con residuos de marihuana y dos detenidos fueron asegurados por
militares en Caborca dos días después.
Diciembre de 2015 cerró con
el decomiso de casi 600 kilos de cocaína y 56 de heroína en el interior de un
tráiler el día 12. En Álamos, federales
destruyeron 150 toneladas de marihuana en diversos plantíos y finalmente, el
miércoles 16, en el puesto militar de Querobabi, fueron asegurados mil 650
kilogramos de marihuana.
PGR BUSCA PRUEBAS CONTRA ELVIS GONZÁLEZ VALENCIA
(ARRAIGADO), CUÑADO DE “EL MENCHO”
Una orden de arraigo hasta
por cuarenta días, en vez de consignación directa, es el resultado que arrojó
el aseguramiento del presunto narcotraficante Elvis González Valencia, señalado
como operador financiero del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por parte
de la Procuraduría General de la República.
La medida cautelar fue
dictada el lunes 4 de enero por el Juzgado Tercero Federal Penal Especializado
en Cateos, Arraigos e Intervención de Comunicaciones con Competencia en toda la
República, luego de que el hermano de Abigael González Valencia “El Cuini” fue
plenamente identificado.
El arraigado, también cuñado
de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, fue delatado en
forma anónima luego de ser trasladado al Hospital Real San José, en el
municipio de Zapopan, durante el fin de semana próximo pasado, herido de bala
en uno de sus antebrazos.
A pesar de que González
Valencia ha sido señalado como miembro de la organización criminal de Los
Cuinis en el trasiego de drogas y como uno de los cerebros financieros del
CJNG, la PGR no contaba con orden de aprehensión en su contra, aunque es
señalado en diversas averiguaciones previas.
Debido a que la retención del
indiciado no fue en la flagrante comisión de un delito, el Ministerio Público
de la Federación optó por “lavar” la captura mediante la orden de arraigo
concedida por el juez federal especializado, a efecto de que se robustezcan las
indagatorias.
Elvis González Valencia se
encuentra en el Centro Federal de Arraigos de la Subprocuraduría Especializada
en Investigación de Delincuencia Organizada en la Ciudad de México, luego de
fue trasladado desde Guadalajara la noche del domingo 5 de diciembre para
confirmarse su identidad.
Todo parece indicar que el
indiciado se encontraba en el nosocomio particular desde el viernes primero de
mes, pues fue en esa fecha cuando su esposa, Adriana Sánchez Reyna, presentó
una demanda de garantías ante el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en
Materia Penal en el Estado de Jalisco para que el quejoso no fuese detenido o
arraigado.
En su escrito, la señora
Sánchez señaló como autoridades responsables a todos los jueces federales
especializados en cateos, arraigos e intervención de Comunicaciones con
competencia en toda la República y por reclamo asentó “los actos de
incomunicación de los que esté siendo objeto el quejoso directo en lugar en el
que se encuentra hospitalizado”.
El fiscal general de Jalisco,
Eduardo Almaguer Ramírez, fue el primero en adelantar la identidad de González
Valencia, quien fue agredido a balazos en el municipio de San Miguel el Alto
cuando detuvo su vehículo sobre una carretera para desahogar una necesidad
fisiológica.
Almaguer señaló en su momento
que Elvis es acusado en tres averiguaciones previas por delitos del fuero
común, como daño en las cosas y extorsión.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/
INVESTIGACIONES ZETA / FOTOS. CORTESÍA / CUARTOSCURO.COM / INTERNET/ 11 DE ENERO DEL 2016 A LAS 21:45:39)
No hay comentarios:
Publicar un comentario