De 2012 a 2015, el aumento del salario mínimo fue de 17.18 por ciento, mientras la Canasta Obrera Indispensable (COI) sufrió un aumento de 32.53 por ciento. Para los mexicanos de la calle, en los mercados, la mejora económica que presumen los políticos no es cierta: “El aumento del salario es una burla, es un insulto”. Y en estas condiciones, los mexicanos se la buscan para comprar lo indispensable.
Ciudad de México, 2o de enero
(SinEmbargo).– Desde el inicio del sexenio, el Presidente Enrique Peña Nieto
planteó como uno de sus objetivos económicos primordiales el de mejorar la
economía familiar de los mexicanos.
Sin embargo, a tres años de
una de las promesas más importantes del mandatario la realidad que viven día a
día los mexicanos es distinta. Un estudio del Centro de Análisis
Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
reveló que durante la administración actual se perdió un 9.65 por ciento del
poder adquisitivo de las personas y se agudizó la súper explotación del
trabajo.
Según sus datos, los
incrementos salariales nominales han sido significativamente menores al aumento
de costo de vida de las familias trabajadoras, pues adquirir la Canasta Obrera
Indispensable (COI) es “humanamente” imposible.
Al primero de diciembre de
2012, fecha en la que Peña Nieto asumió el poder, se podía adquirir un 18.21
por ciento de la COI, pero en la actualidad sólo el 15.45 por ciento.
El Consejo Nacional para la
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó en julio
pasado que el número de personas en situación de pobreza se incrementó a 55.3
millones, cuando dos años antes era de 53.3. Asimismo, se registraron 63.8
millones de mexicanos en pobreza por ingresos; es decir la población con
ingresos inferiores a la línea de bienestar.
Estudios de organismos
internacionales coinciden. Tanto el Banco Mundial (BM) como la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicaron que México se
ubica en los últimos lugares de generación de empleos en América Latina y
ofrece actualmente a sus trabajadores los salarios más bajos de la región,
catalogados incluso dentro del umbral de la pobreza extrema: 2.50 dólares o
37.5 pesos diarios.
En los últimos tres años, el
salario mínimo aumentó 10.71 pesos, mientras la canasta obrera indispensable lo
hizo en 111.38 pesos, al pasar de 342.3 en 2012 a 453.68 para el año pasado. El
incremento fue de 17.18 por ciento de 2012 a 2015. Por su parte, la COI lo hizo
en 32.53 por ciento.
La Comisión Nacional de
Salarios Mínimos (Conasami) aprobó un aumento de apenas 2.94 pesos al salario
mínimo para 2016 dejándolo en 73.4 pesos por una jornada de trabajo de ocho
horas.
Con ese aumento, los
mexicanos podrían agregar a su lista de compras, apenas un bolillo, cuyo costo
de entre 1 y 1.50 pesos, un ramo de epazote de 2.00 pesos, dos limones, o bien,
un chicle.
El mismo Coneval advirtió que
para 2014 se registró un total de 27 mil 990 millones de mexicanos con
carencias por acceso a la alimentación.
En promedio, una “comida corrida” con sopa, arroz, frijoles,
guisado y agua cuesta en el Distrito Federal entre 40 y 75 pesos, casi lo de
una jornada laboral de un trabajador con salario mínimo.
–Con información de Xanath
Lastiri.
(SIN EMBARGO.MX/ Redacción / Sin Embargo
enero 20, 2016 - 00:03h)
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