El líder del PRI, Manlio
Fabio Beltrones, dice en privado que el próximo año su partido mantendrá al
menos las nueve gubernaturas que tiene, aunque no necesariamente en los mismos
estados que administra actualmente. Los priistas creen que uno de los estados
con los que compensará pérdidas probables en Aguascalientes, o posibles en
Veracruz, es Sinaloa, donde presumen que el renegado priista y gobernador por
el PAN, Mario López Valdés, viejo amigo de Beltrones, que trabajará para que su
sucesor sea del PRI. Pocos dudan que Malova, como llaman al Gobernador, quiera
eso, pero la pregunta es con quién. Una mala decisión provocará el caos interno
y una derrota para el PRI.
Hoy en día el único priista
que ganaría la Gubernatura, de acuerdo con las encuestas, sería el empresario
Jesús Vizcarra, que perdió con Malova, y que se vio involucrado en un escándalo
donde lo vincularon con Ismael “El Mayo” Zambada, el poderoso jefe del cártel
del Pacífico. Vizcarra, que tiene un emporio de carne que factura más de mil
500 millones de dólares al año, repite que no le interesa contender una vez más
por la Gubernatura. Su problema es que el presidente Enrique Peña Nieto le tiene
gran estima y quisiera que fuera el candidato. Si hubiera una petición
presidencial, difícilmente podría negarse, pero en automático se rompería a
alianza con Malova, que lo ubica como leal de su enemigo, el exgobernador Jesús
Aguilar Padilla.
En las encuestas internas del
Gobierno federal, sólo Vizcarra ganaría la elección por el PRI. Ninguno de los
otros aspirantes, la senadora Diva Gastélum, el senador Aarón Irízar, el
diputado David López, el exembajador y exdiputado Heriberto Galindo, y el secretario
general de Gobierno sinaloense, Gerardo Vargas, están por arriba de los ocho
puntos de preferencia electoral en los datos que tienen en el gobierno. Sin
Vizcarra en el panorama, Malova podría condicionar su apoyo a que le entreguen
la candidatura. El Gobernador se siente respaldado por Beltrones y debe creer
que sin el preferido presidencial en el tablero, tendrán que apoyar desde Los
Pinos a Vargas, su delfín.
No está claro que eso
sucederá, pero el secretario de Gobierno de Malova lleva meses actuando como si
la decisión estuviera tomada a su favor. Este año ha realizado 50 ferias de
servicios –más de una por semana–, y tapizado las calles de Sinaloa con
espectaculares, carteles en taxis, autobuses urbanos y en papel para envolver
tortillas; organizado reuniones públicas de proselitismo político; compras de
espacio en algunos medios de comunicación, y promoción en redes sociales, lo
que podría hacerlo inelegible si es que lo acusan de actos anticipados de
campaña.
Vargas piensa lo contrario.
En noviembre negó al semanario Río Doce que lo que ha hecho es ilegal.
Paralelamente, políticos y medios lo señalan como el autor de la guerra sucia
contra sus adversarios en el PRI. Por ejemplo, lo han señalado como responsable
de un audio difundido en YouTube donde mostraban la ludopatía del senador
Irízar. También le acreditaron una campaña de desprestigio en contra de la
senadora Gastélum, respaldada políticamente por el secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, al difundirse sus propiedades y sugerir corrupción. El último
afectado fue Sergio Torres, Alcalde de Culiacán, quien enfrenta un pleito legal
en un tribunal local. Políticos sinaloenses afirman que nadie fuera de Vargas
tiene los recursos para armar ese tipo de campañas, pero el secretario general
de Gobierno ha rechazado todas las imputaciones. Cuando la prensa le preguntó
hace unos días si se lavaría las manos ante esos señalamientos, respondió: “No
tengo porqué lavarme las manos si no me las he ensuciado”.
La lucha interna por la
candidatura del PRI para la Gubernatura de Sinaloa rompe por completo la
percepción de que la elección en el estado será un día de campo para el partido
en el poder. No basta ver los datos generales sobre preferencias electorales,
donde el PRI supera sólidamente al segundo lugar. La encuesta de encuestas de
preferencias partidistas que publicó Parametría en noviembre, le daba 53% de la
votación al PRI, 41% al PAN, y 5% al PRD. Un análisis de las elecciones en 2016
sin fecha de realización, difundida por Buendía&Laredo, mostró la misma
tendencia con números diferentes: 43% de la preferencia para el PRI, 22% para
el PAN, 5% para Morena y 4% para el PRD. El problema de fondo es quién será el
candidato.
Con Vizcarra que no desea
contender ante la posibilidad de que las acusaciones sobre sus presuntos
vínculos con “El Mayo” Zambada vuelvan a emerger, el PRI se queda sin opciones
electorales con posibilidad de ganar. En situaciones como éstas, el apoyo y
trabajo del Gobernador es indispensable, pero con Malova está condicionado. En el
entorno presidencial, donde han cruzado todas las variables, saben que si el
PRI opta por Vargas y le regala la Gubernatura a Malova, habrá un quiebre. ¿Dos
renegados del PRI se quedan con la candidatura del PRI?
El Gobernador sabe que entre
más tiempo pase, menores las posibilidades de que imponga sucesor. Peña Nieto y
Beltrones se encuentran en una encrucijada, frente a un Malova que actúa como
si los tuviera estratégicamente secuestrados. El estado de compensación del PRI
ante eventuales derrotas, está en riesgo. No se ve todavía, pero Sinaloa es la
realidad que enfrenta el PRI en el México profundo, revuelto en inconformidades
internas y externas. Derrotas en 2016, son menos difíciles de lo que hoy
parece.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx / @rivapa
(ZOCALO/ COLUMNA “ESTRICTAMENTE
PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 14 DE DICIEMBRE 2015)
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