El activista Nepumuceno Moreno luchó por
encontrar a su hijo de 18 años, y en el camino encontró la muerte el 28 de
noviembre de 2011 en el centro de Hermosillo, Sonora, y a plena luz del día.
Ciudad de México, 19 de
noviembre (SinEmbargo).- Nepumuceno Moreno Núñez sabía que iba a morir. Días
antes de que lo asesinaran dejó un testimonio que ahora es revelado por primera
vez. Se trata de un video en el que habla sobre la posibilidad de un ataque a
su integridad física, pero parece resignado por su lucha para recuperar a su
hijo, desaparecido tiempo atrás.
“Si se muere uno pues hay que morirse por algo
que sea justo. Como yo le dije a todos […] Si se muere uno, o si le llega a
pasar en esta guerra que andamos que digan nada más que murió porque andaba
peleando por su hijo”, dice Moreno en el video.
El activista del Movimiento
por la Paz con Justicia y Dignidad murió asesinado en uno de los peores
momentos del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, quien lanzó una guerra contra
las drogas en diciembre de 20o6 y desató una violencia que no termina hasta el
día de hoy. Muchos mexicanos han muerto desde entonces. Se calcula que con
Calderón fueron entre 60 mil y 90 mil. En sólo tres años, Peña Nieto acumula
cerca de 40 mil bajas.
La muerte de Nepomuceno trajo
un gran desaliento nacional, porque representaba una lucha ciudadana por
recuperar a los miles de desaparecidos en el periodo de Calderón.
El activista luchó de manera
incansable por encontrar a los responsables de la desaparición de su hijo de 18
años, y en el camino encontró la muerte el 28 de noviembre de 2011 en el centro
de Hermosillo, Sonora, y a plena luz del día.
El video, que fue enviado a
SinEmbargo por una persona cercana a Nepumuceno, quien además alerta sobre el
peligro que corre la familia del sonorense, a casi cuatro años de su muerte.
“El Estado Mexicano desde la
PGR [Procuraduría General de la República] y la Presidencia de la República, le
falló a Nepomuceno Moreno Núñez asesinado; a su hijo Jorge Mario secuestrado y
desaparecido; ahora pretende hacerlo con su familia, exponiéndoles a la
violencia de la delincuencia organizada”, destaca la fuente.
Y prosigue: “El próximo 28 de
noviembre es el cuarto aniversario del asesinato de Nepomuceno Moreno Núñez,
padre-buscador-activista integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad, luchaba por Jorge Mario, su hijo menor secuestrado y desaparecido a
los 18 años de edad.
La última llamada de los
secuestradores salió de la Procuraduría General de Justicia del Estado de
Sonora, él se lo reclamó al titular, denunció en la PGR. Buscó e hizo lo que la
Procuraduría no fue capaz: dio con los responsables, integrantes peligrosos de
la delincuencia organizada que ya eran buscados por la PGR por diversos delitos
federales, pero que con toda la tecnología y los recursos de investigación, no
habían podido localizar”.
En la grabación de más de
casi cuatro minutos de duración, el activista y padre de familia habla, días
antes de ser asesinado, sobre cómo su familia lo intentaba persuadir de que no
hiciera nada, de que parara, sin embargo él aseveraba que nunca podría olvidar
a su hijo. Explica también el por qué las autoridades se negaron a investigar
con él la desaparición de su hijo, Moreno dijo, fue por miedo.
Narra que su familia trató de
convencerlo de que no hiciera nada, sin embargo no lo pudieron convencer. Él
aseveraba que su hijo nunca se le iba a olvidar hasta que hubiera una razón
para ello, por ejemplo, “que lo encontrara”, luego de decir esto, el activista
rompe en llanto.
“No hay vuelta pa’ atrás, ya
me metí en la jaula de los leones y no hay vuelta pa’ atrás”, decía.
Señalaba que lo único que le
restaba era continuar adelante con sus investigaciones, “nunca he pensado para
atrás”, decía.
“Todo el mundo sabe quiénes
son los ‘asesinazos’ […] pero si les tienes miedo es peor, es peor se te
encaraman. Y si te pasa algo vamos a estar conscientes por qué te pasó, porque
andabas peleando por tu hijo”.
“Qué esperanza tiene uno si
el Gobierno tiene miedo”, dice Nepomuceno en la grabación.
Mientras, la mujer que
dialoga con él, le cuestiona: ¿Te dijo eso el Procurador?
Y Moreno responde: “Me dijo
el Procurador no puedo meter a un comandante a que investigue este caso, por
qué, porque el comandante me va a decir ‘renuncio’, mejor renuncio a que me des
este tipo de casos”.
Señala que los comandantes
renunciaban porque conocían al tipo de “gente que se [iban] a enfrentar”, con
lo que el funcionario le había respondido, aseveraba Nepomuceno, le dijo que
ellos conocían todo el movimiento.
“En todos los estados está
igual. Las policías protegen a los delincuentes, los protegen al cien por
ciento”, alertaba el activista.
Al final de la grabación,
Nepomuceno expresa también la confianza que le tenía al entonces Presidente
Felipe Calderón y el beneplácito que le causó el que lo haya recibido a él
junto a su familia para escuchar su caso.
LA BÚSQUEDA DE DON NEPO
Un primero de julio de 2010
“levantan” al hijo. Su padre, desesperado, inicia una campaña con sus propios
recursos: dibuja cartelones, copia fotos, camina por las calles de su ciudad,
habla con los plagiarios y ruega a todos que le ayuden: a policías, a
autoridades locales y estatales, al gobierno federal. Se une a las marchas de
Javier Sicilia y, a pesar de su edad, hace plantones, reclama justicia.
Pero nada. El hijo no aparece
y los gobiernos le dan la espalda. Como a esos miles que sufrieron lo mismo
durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa y su guerra contra el
narcotráfico.
El padre de ese desaparecido,
Nepomuceno Moreno Núñez, es acribillado en plena luz del día en una céntrica
avenida de Hermosillo. Después la familia tuvo que irse al exilio.
Don Nepo, como era llamado
entre sus amigos, luchó durante más de un año por encontrar a Jorge Mario, de
17 años, su muchacho, y nunca se dio por vencido. Pero en lugar de justicia,
encontró las balas que le arrebataron la vida el 28 de noviembre de 2011.
La familia del activista ha
vivido durante casi cuatro años errante. No tiene un domicilio estable y ha
estado incluso fuera del país, porque tienen miedo de regresar a México, en
especial a Sonora, por temor a sufrir una agresión, específicamente, del ex
Procurador de Justicia del Estado de Sonora, el priista Abel Murrieta
Gutiérrez, actual Diputado .
Nepomuceno narró en un video
que circula en la red social YouTube lo que ocurrió aquel primero de julio de
2010.
“Fue entre el área de Obregón
y Guaymas. Ahí las autoridades y delincuentes los persiguieron, los balacearon
y se salieron de la carretera. Ahí en un Oxxo entró a meterle saldo a su
teléfono y fue cuando nos enteramos. Me habló a las siete pasaditas, yo le dije
que no se saliera del Oxxo para que no lo fueran a encontrar, pero me dijo ‘ahí
vienen por mí’, era demasiado tarde; entraron los policías y delincuentes y con
pistola en mano llegaron y lo sacaron”, dijo.
El padre continúa: “No
hallábamos qué hacer, si correr, pero a dónde íbamos a correr si estábamos en
Hermosillo nosotros y pues yo empecé a buscarlo. Toda la familia, le marcábamos
al teléfono y le contestaron a mi hija los delincuentes. Y le dijeron ‘aquí los
que hacemos las preguntas somos nosotros, somos policías municipales’, después
a mí me dijeron que eran policías del Estado. Me dicen que querían 30 mil
pesos, ‘somos tres danos 30 mil y te lo regresamos’, yo reuní el dinero”.
Pero aunque Nepomuceno estaba
dispuesto a pagar la suma, jamás volvió a ver a su hijo, sólo logró escucharlo
por última vez:
–¿Cómo estás hijo?, ¿cómo te
va?, que gusto hablar contigo, aquí la familia estamos muy preocupados por ti–,
le dijo.
–Estoy bien apá, estoy bien,
dile a mi amá que no se mortifique, más al rato allá les caigo en Hermosillo–,
contestó el muchacho.
Esa fue la última vez que el
padre y el hijo hablaron. Después vino la búsqueda y la desesperación y luego,
la muerte.
(SIN EMBARGO.MX/ Redacción / noviembre
19, 2015 - 21:21)
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