No sólo es el agua… La
comunidad menonita que habita en México desde más de 90 años ha comenzado a
abandonar el país por la falta de apoyo al campo del Gobierno de Chihuahua y
las carencias que le imponen altas tarifas federales. Aquí, dicen, no ven
futuro para sus actividades productivas y para el de sus familias.
Ciudad de México, 19 de
noviembre (SinEmbargo).– El diario estadounidense The New York Times lo dejó
claro en días pasados: Chihuahua atraviesa por una crisis de escasez de agua
que ha complicado las actividades agrícolas y ganaderas de la región y, por ello,
la comunidad menonita ha comenzado a buscar nuevos destinos para desarrollar,
de nueva cuenta, su sistema productivo. Sin embargo, la falta de agua no es el
único problema: en los últimos años el escenario ha empeorado por el constante
aumento en los precios de combustibles, fertilizantes y electricidad, lo que
también ha impactado negativamente el precio de sus productos y sus ganancias.
Algunos miembros de la
comunidad, que además promueve como principios básicos la paz y la
reconciliación, esperan alguna respuesta por parte de los tres niveles de
gobierno. La exigencia es sólo una: quieren recibir los apoyos a los que todo
agricultor en México tiene derecho y a los que ellos, durante décadas, no han
tenido acceso.
En días anteriores, la
Consultoría Ambiental Agropecuaria Forestal y Financiera (CAAFF), despacho
encargado de llevar el caso de algunas comunidades menonitas, ha solicitado un
diálogo presencial con Enrique Ochoa Reza, director general de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE), y con Roberto Ramírez, director de la Comisión
Nacional del Agua (Conagua), para tratar los conflictos de electrificación de
sus pozos agrícolas, que son además los motores de su actividad central.
Las comunidades buscan
explicarles de viva voz lo que están viviendo a diario y la situación que los
lleva ahora a buscar otro país, ya que de la electricidad esos pozos depende la
realización de sus actividades agrícolas y ganaderas.
En lo que respecta a unas
comunidades, el destino que se han planteado es Colombia. Incluso la
consultoría encargada de la defensa, ya ha elaborado un documento que ha sido
presentado a la Embajada de Colombia en México y al Ministro de Agricultura de
aquel país en el que se explica quiénes son los menonitas y lo que han
realizado tanto en Chihuahua como en México y solicitan que los diferentes
órdenes de gobierno analicen la factibilidad económica, política y social de
las peticiones que presentaron.
Desde su llegada a México en 1922, la comunidad menonita ha demostrado su capacidad para ser autosuficiente. Ha desarrollado casi en su totalidad varias cadenas de producción, lo que incrementa la eficacia éstas e incrementa las ganancias finales; tienen organizaciones crediticias a partir de las cuales pueden acceder a cajas de ahorro, préstamos, fondos de aseguramiento agropecuario y cuentan con consultorías que les ofrecen asesorías administrativas y fiscales.
Eso es parte de lo que se ha negociado con las autoridades colombianas, que de aceptar la llegada de esta comunidad, aumentaría la producción y productividad de la actividad agrícola de los departamentos de Meta y Sucre, generando un impacto positivo tanto en el mercado local, como a nivel estatal y nacional.
“También se puede lograr una mejora en la calidad de vida de la población en su conjunto por la creación de empleos y la generación de más productos agrícolas y de mayor calidad. Todo esto, generando también una derrama económica”, puede leerse en el documento que presentó CAAFF.
Los menonitas en su mayoría son gente pacífica y una de sus principales posturas es contra la violencia. Foto: Cuartoscuro
De acuerdo con María Dolores Ortiz Huerta, representante legal de la comunidad menonita, parte del problema surge porque las autoridades parecen no reconocer la importancia de esta población conformada por 70 mil personas, de las cuales 50 mil habitan en Chihuahua.
“Ellos son una parte importantísima en la economía del estado. Son parte importante en la producción de algodón y de maíz y se les debe reconocer”, dijo en entrevista para este medio digital.
Agregó que algunos aún tienen la esperanza de que las condiciones en el país, para ellos, mejoren, que las autoridades hagan algo, “es una comunidad muy trabajadora y se le debe dar la oportunidad para que sigan trabajando, pero parece que eso no se tomando en cuenta”.
Juan Klassen integrante y representante de la colonia menonita El Camello, explicó a SinEmbargo que es el conjunto de estos factores lo que los obliga a dejar el país.
“Primero tenemos que abrir terrenos para riego y es muy difícil. Por ejemplo, para hacer un pozo, primero los permisos son muy latosos para conseguirse y muy tardados. Segundo, los trámites de la CFE también son muy tardados y realmente, el servicio que nos brindan no es bueno. Sucede que si uno empieza a invertir en un terreno y tardamos entre tres y hasta cinco años para hacerlo producir, no se puede porque a diario salen gastos y al final tenemos que ver la manera en cómo salir adelante, porque aparte los granos están demasiado bajos de precio. Todo eso es lo que provoca es que veamos las condiciones de otros países”, comentó.
La salida de los menonitas
del país, podría traer serios problemas en un contexto de crisis alimentaria
que organismos internacionales estiman se recrudecerá en los próximos 40 años.
Las proyecciones de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO,
por sus siglas en inglés) sugieren que para el año 2050 la producción agrícola,
a nivel mundial, deberá aumentar un 70 por ciento –y cerca del 100 por ciento
en los países en desarrollo– solamente para satisfacer las necesidades
alimentarias, excluyendo la demanda adicional de productos agrícolas como
materia prima para la producción de biocombustibles.
Con base en esto, el
documento presentado a las autoridades colombianas expresa lo siguiente: “De
llevarse a cabo la aprobación del gobierno de Colombia de la entrada de este
grupo de menonitas a dicho país, el sector agropecuario se verá sustancialmente
beneficiado”.
Como lo explicó Klassen, el
problema con el agua es que es muy costosa por lo costosa que es también la
electricidad.
“Lo que queremos es una buena
tarifa, lo que es viable para la agricultura. Que nos apoyen con los
fertilizantes, los combustibles y apoyo con equipamiento para riego […] La
agricultura en Colombia nos interesa, cualquier cosa se da allá. El futuro se
ve bien allá; en México, así como están las cosas, no”, expuso.
Miembros de la comunidad menonita en
México. Foto: Cuartoscuro
Los menonitas llegaron a México
en seis trenes, el 8 de marzo de 1922. Nueve mil 263 personas se distribuyeron
en diversos municipios del estado de Chihuahua; llegaron con automóviles,
caballos, vacas lecheras, pollos, gansos, cerdos, semillas, maderas y material
para construir sus casas.
Actualmente, se estima que en
Chihuahua habitan alrededor de 50 mil menonitas, distribuidos en tres zonas,
Ojinaga, Nuevo Casas Grandes y Cuauhtémoc. Se trata de una comunidad que ha
generado un sinnúmero de conocimientos sobre la agricultura, incluso en zonas
improductivas, ya que a través de riego y fertilización reviraron algunos
campos de la zona.
Lo que han logrado no es
poco. El maíz es el principal cultivo de la región de Cuauhtémoc, seguido del
frijol. En El Valle, gran cantidad de superficie es utilizada para la
producción de algodón y cuenta con su propia planta despepitadora, lo que crea
una cadena de producción-industria.
La colonia El Chapulín
incursionó recientemente en la producción de hortalizas como cebolla, melón y
chile.
En maíz, los campos de Los
Cienes son reconocidos a nivel nacional por los altos índices de rendimiento,
que alcanzan las 14 toneladas por hectárea, lo que al año representan 400 mil
toneladas y por el algodón, han convertido al Estado en el productor más importante
de algodón en el mundo.
Según los datos de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa) de 2012, en la regiones en las cuales hay comunidades menonitas, la
producción de maíz de grano generó ganancias que fueron de los 2 hasta los 61
millones de dólares.
Sólo en 2012, el valor de la
producción de maíz de 10 comunidades, fue de 269 millones 551 mil 178 dólares
por 895 mil 750 toneladas.
En el caso del algodón, las
ganancias que se obtuvieron tras la producción de 318 mil 495 toneladas, fue de
235 millones 471 mil 827 dólares, también en 2012. Para 2013, el valor aumentó
casi ocho millones de dólares más.
Trabajaron en la cría de
ganado vacuno y porcino, lo que les permitió adentrarse en la producción de
embutidos. Posteriormente se enfocaron a la industria lechera y de sus
derivados como leche y crema, actividad salva su economía en época de sequía y
según lo detalla la consultoría, ésta fuente de ingresos es la más estable y
para algunos colonos, es la única. En la región de Cuauhtémoc hay alrededor de
24 queserías que procesan cerca de 300 mil litros de leche al día.
“Ahorita ya hay grupos que
compraron terrenos en Brasil, Colombia y Argentina. Ellos ya se van y al ver
que les está yendo bien, pues todos tomarán el mismo camino. Mucha gente que
estamos establecidos aquí en México estamos esperando una mejora, pero si no
llega, vamos a tener que buscar la manera para seguir adelante”, enfatizó
Klassen.
(SIN EMBARGO.MX/ Daniela Barragán/
noviembre 19, 2015 - 00:02h)
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