De 2013 a la fecha, 30 mujeres han sido
asesinadas en el Estado. En 2015, solo el 10 por ciento de estos casos han sido
resueltos. “No puedo afirmar que haya feminicidios, ni uno solo”: procurador
Palemón Alamilla Villeda
San José del Cabo, Baja
California Sur.- La noche del 14 de octubre, la guardia de la Policía
Ministerial del Estado recibió una llamada sobre el hallazgo de un cuerpo de
una mujer dentro de una camioneta en la calle Magisterio esquina 3 de Mayo,
Colonia 8 de Octubre en este destino turístico.
Los agentes de investigación
fueron hasta el sitio y corroboraron el reporte, por lo que acordonaron la zona
con una cinta amarilla y resguardaron la escena del crimen: una camioneta
Nissan Pathfinder modelo 1997 de color verde, con placas de circulación 3UTX063
del Estado de California y con número de serie JN8AR05S6VW121953.
Dentro del vehículo, en el
piso de la parte trasera, yacía el cadáver de una mujer delgada en posición
decúbito dorsal, con la cabeza orientada al poniente y los pies al oriente,
pierna izquierda flexionada hacia el tórax, y pierna derecha debajo del cuerpo.
El cuerpo femenino solo era
cubierto por ropa interior color rojo, y en la cabeza tenía una venda blanca,
así como un trapo negro.
El agente del Ministerio
Público de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ordenó el
levantamiento de todo indicio, evidencia y objetos productos del delito, entre
otras:
* Alrededor de 12 huellas semi-legibles localizadas en
el medallón del vehículo, marco interior de la puerta del chofer y marco
interior en puerta trasera del lado del chofer.
* El cuerpo sin vida de la mujer de aproximadamente 40
años.
* Una maleta de color verde camuflaje conteniendo en
su interior zapato para dama.
* Una mochila de color negro con dos envases de
cerveza de vidrio en su interior.
* Un cuchillo con mango de plástico de color negro
marca Victorinox.
* Una sombrilla de color rosa.
* Una bolsa de plástico de color rosa con zapatillas
para dama.
* Una bolsa de plástico blanca, en cuyo interior había
una cobija de color vino.
El dictamen medico forense
arrojó que la víctima, de nombre Matilde Esperanza Sibaja Alba, de 43 años,
originaria de Tecate, Baja California, había sido asesinada a pedradas en la
cabeza.
La causa de la muerte fue por
traumatismo craneoencefálico severo con exposición encefálica. La occisa
presentaba cuatro heridas contundentes en la parte de la nuca, dos en la parte
derecha de la cabeza y una en el lado derecho de la boca.
El agente del Ministerio
Público de la PGJE abrió la averiguación previa CSL/035/HOM/2015 por el delito
de homicidio agravado con premeditación y ventaja.
LA INVESTIGACIÓN
Después del hallazgo, agentes
de la PGJE emprendieron la investigación oficial sobre el cruel asesinato de la
mujer.
En la misma escena del
crimen, comenzaron a recabar datos y testimonios, uno de ellos, el de un
pensionado de 72 años, quien expuso que
el vehículo tenía estacionado desde la madrugada del 9 octubre, es decir,
alrededor de cinco días, en la acera de su domicilio, por lo que ese día -tras
pasar cerca de la unidad- comenzó a percibir olores fétidos desde el interior,
por lo que de inmediato dio aviso al número de Emergencia 066.
Cuando los agentes
cuestionaban a los vecinos, una persona identificada con el nombre de Víctor
Eduardo Anaya Olguín, se acercó a los policías y dijo ser amigo de la víctima.
“Yo recibí una llamada de mi
compañera de nombre Alejandra, y me dijo que si podía ir al departamento de
Esperanza, ya que había ocurrido algo malo”, explicó, para agregar que por eso
estaba en ese momento en la escena del crimen.
El sujeto de 25 años,
originario de la Ciudad de México y con domicilio en la colonia Centro de San
José del Cabo, casi frente al restaurante El Fogón, atestiguó que “la última
vez que vi a Esperanza fue el pasado 8 de octubre, cuando recibí un mensaje en
donde me decía que se sentía mal, y me pedía ir a su domicilio; yendo a su
casa, vi que estaba acompañada de dos personas más, por lo que decidí no llegar
y mejor me fui”.
Después le envió un mansaje
de texto, transcribiendo que “no llegué a tu departamento, porque te miro muy
bien”.
Sin embargo, alrededor de las
11:30 pm, Esperanza llegó al departamento de Víctor Eduardo y le tocó por la
ventana, argumentando que quería hablar con él, por lo que pasó al área de la
sala. Hablaron sobre una serie de problemas que supuestamente tenía la hoy
occisa, quien también era conocida como “Matty”.
Según el testigo, hablaron de
que no tenía empleo, la notó muy tomada y mejor le pidió que se fuera a
descansar, observando cuando se retiró que iba acompañada de un hombre y una
mujer, a quienes él nunca había visto.
Desde entonces “ya no supe
nada de ella hasta que el 11 de octubre (tres días después), cuando recibí una
llamada de un amigo en común, de nombre Miguel, quienes juntos participan en un
mismo grupo de baile de salsa, diciendo que no sabía nada de Esperanza, ya que
desde el 9 de octubre está incomunicado con ella, y estaba preocupado porque se
iba a quedar en su departamento para cuidar a sus mascotas, ya que él había
salido a Puebla”.
Es así como Víctor Eduardo
decide ir al departamento de su amigo Miguel, localizado en el Edificio
Eucalipto en los condominios de Vista Encanto en San José del Cabo, donde tras
tocar la puerta nadie abre, por lo que decide entrar, ya que trae llave y, una
vez adentro, ve a las mascotas de Miguel y Esperanza, por lo que les da comida
y se retira.
Dentro de las indagatorias,
los agentes de investigación, llegaron hasta el amigo común de Esperanza y
Víctor Eduardo, identificado como Miguel Ángel Gómez Toribio, de 44 años y
originario del Distrito Federal, quien expuso que por haber salido a Puebla,
había dejado encargado el departamento a Esperanza, con quien “hace poco menos
de una semana, inicié una relación sentimental, y con la cual perdí
comunicación desde el día 9 de octubre”, por lo que tuvo que recurrir a su
amigo en común, Víctor Eduardo Anaya Olguín, pidiendo que fuera a su domicilio
y buscara a la mujer.
En su declaración, Miguel
Ángel atestiguó que “Esperanza y Víctor, y previamente a su relación, habían
tenido una relación sentimental, la cual había terminado un mes atrás, aproximadamente”.
Incluso el último día que
habló con Esperanza, había enviado vía WhatsApp, una fotografía donde se
encontraba acompañada de sus amigos Julio César Mercado Hernández y Karen
Yarazeth Cabrera Hernández. Después no supo nada de ella.
Tras rendir su declaración,
los dos amigos de Esperanza expusieron que la noche del asesinato se habían
puesto de acuerdo para verse en la tarde en el departamento de la occisa e
ingerir algunas cervezas.
La reunión -según Julio César
y Karen Yarazeth- había sido desde las tres de la tarde del 8 de octubre hasta
las tres de la mañana del 9 de octubre, dejándola en su departamento y no
sabiendo más de ella.
En el inter de la reunión,
“cuando estábamos en su departamento, siendo aproximadamente las 11:30 de la
noche, Esperanza nos dice que quiere ir a la casa de una persona a terminar un
asunto, por lo que no la dejamos ir sola, y la acompañamos, llevándola en el
vehículo a la Zona Centro, frente a un restaurante de nombre El Fogón”.
Por lo que una vez en el
lugar, ella se baja y se mete a un departamento, y ellos esperan afuera, por lo
que Karen Yarazeth, tras 15 o 20 minutos, comienza a desesperarse, y cuando se
dirige a buscarla, Esperanza sale y nota que “había llorado y tenía los ojos
lagrimosos”.
La joven solo atino a decir
que “había terminado algo” y regresan a su domicilio, por lo que siguen
conviviendo hasta las tres de la mañana, y se van, recordando que ese día
Esperanza vestía shorts verde oscuro, un top de traje de baño y una playera de
color rosa de manga corta.
EL CRIMEN
Agotados todos los
testimonios, los agentes de investigación observan un evidente triángulo
amoroso, por lo que comienzan a sospechar de la ex pareja de Esperanza, Víctor
Eduardo Anaya Olguín, en virtud de que durante el interrogatorio mintió y nunca
señaló haber tenido una relación amorosa con la víctima.
Es entonces que lo vuelven a
interrogar, y reconoce -entonces sí- haber tenido un romance con la víctima, a
quien conoció desde hace seis meses en las clases de baile de salsa, donde nació
su relación amorosa.
Sin embargo, cuando
Víctor creía que su relación estaba en
su mejor momento, a principios del mes de octubre, comenzó a notar extraña a
Esperanza, por lo que pide hablar y lo hacen el 8 de octubre.
El tema de conversación de
esa noche fue terminar su relación y no lo que originalmente había dicho de que
estaba desempleada, por lo que la hoy occisa pide perdón por no sentir amor por
él, y sí por su amigo común, Miguel Ángel Gómez Toribio.
“Me dijo que ya había
encontrado a otra persona con la cual estaba mejor”, comentó, por lo que le
pregunté ¿quién es esa persona?, y entonces me respondió que era nuestro amigo
en común, Miguel Ángel Gómez Toribio.
“Sentí mucha rabia y coraje
por lo me dijo”, aceptó, y explicó que “de inmediato pensé que ya vivían
juntos, cuando me habló Miguel Ángel, y me dijo que había dejado a Esperanza
encargada de su departamento, y cuando vi, observé a las mascotas de ambos en el
patio de su casa, y supuse que ya habían formalizado su relación”.
Según el sujeto, esa noche ya
no pudo dormir, hasta que alrededor de las cuatro de la madrugada del día 9 de
octubre, nuevamente llegó Esperanza a su departamento, y le toca la ventana, y
le vuelve a decir que quiere hablar con él y pedir perdón, por lo que había
hecho.
Entonces aprovecha que iba
sola y le dice que vayan a otro lugar para no despertar a los vecinos, por lo
que van rumbo a la comunidad de La Playita en San José del Cabo.
El declarante no no recordó
el punto exacto donde llegaron, solo recuerda que comenzaron a discutir, por lo
que se deja llevar por el rencor, coraje y odio, y levanta y agarra una piedra
que estaba cerca, golpeando a la víctima en la cabeza, y cuando la ve caer le
da otros cinco o seis golpes, observando que empieza a sangrar, por lo que
coloca una venda y un trapo en la cabeza de la víctima, y la desviste,
dejándola solo en ropa interior.
Finalmente, sube el cuerpo a
la parte trasera de la camioneta, y abandona el carro cerca del domicilio de la
víctima, quedándose con su teléfono celular, hasta que después va y lo tira a
la basura.
LOS NÚMEROS
El crimen de Esperanza o
“Matty” es solo uno de los 30 homicidios cometidos -de 2013 a la fecha- en
contra de mujeres en Baja California Sur.
Los asesinatos de féminas no
solo han provocado malestar y preocupación en todos los estratos sociales,
además, abrieron el debate sobre el tema del feminicidio, el cual provocó
cambios inclusive en el marco jurídico del Estado.
En febrero de 2014, y tras el
sonado crimen de una joven estudiante preparatoriana del COBACH en Cabo San
Lucas, de nombre María Fernanda, quien fue violada y ahorcada por su victimario
en diciembre de 2013, los diputados de la XIII Legislatura se apuraron y
aprobaron fast-track la tipificación del feminicidio como delito, en virtud de
la presión social.
Cuatro meses después, el
entonces procurador Adonaí Carreón Estrada, anunció la creación de una Agencia
del Ministerio Público Especializada en el Delito de Feminicidio, incluso fue
creado un protocolo de investigación del delito de homicidio de mujeres por
razón de género por la PGJE.
El 27 de octubre, ZETA
solicitó información sobre homicidios de mujeres en el Estado vía Instituto de
Transparencia y Acceso a la Información Pública (ITAIP), y la búsqueda en la
base de datos de la PGJE arrojó lo
siguiente:
* 13 crímenes perpetrados en 2013.
* 6 en 2014.
* 11 en el transcurso de 2015.
De estos casos -según la
información remitida por la PGJE-, se tienen los siguientes estatus:
* En 2013, el 90% fueron resueltos y solo el 10%
estaba bajo investigación, consignando a seis presuntos responsables.
* En 2014, el 100% fueron esclarecidos, consignando a
ocho presuntos responsables.
* En 2015, el 10% apenas han sido resueltos, y el 90%
se encuentra todavía en proceso de investigación, consignando solo a tres
presuntos responsables.
De acuerdo con la PGJE, las principales causas de
muerte de las víctimas han sido:
* Asfixia por estrangulamiento.
* Traumatismo craneoencefálico por golpe en la cabeza.
* Anemia aguda secundaria producida por navaja u
objeto punzo cortante.
Tan solo en 2015, y con base
a estadísticas de la propia PGJE, una mujer es asesinada cada 33 días en Baja
California Sur, lo que ha desatado un verdadero debate entre los grupos
organizados, como el llamado Centro de Mujeres, Instituto Sudcaliforniano de la
Mujer y el Colegio de Abogados en Baja California Sur.
La presidenta del Colegio de
Abogados en el Estado, Ligia Muñoz Peña, reconoció que el tema del feminicidio
es “muy delicado” y hasta cierto punto “complicado”, ya que ha venido
evolucionado en los últimos años por la igualdad del género en todo México.
La representante de los
abogados consideró que el principal problema es justamente la “propia
desvalorización de la mujer”, donde desgraciadamente está muy arraigado el
machismo, inculcado desde la infancia a casi todos los niños y niñas, y
preservado de generación en generación.
Con esos antecedentes, “no es
tan fácil erradicar la desigualdad y violencia contra la mujer, tan es así que
frecuentemente la mujer tiene que luchar por los espacios en su trabajo, y
tiene que salir a demostrar que es diez veces más capaz que cualquier hombre, y
acceder a un puesto de relevancia”.
Desde su punto de vista, el
delito de feminicidio es “muy difícil tipificarlo” porque debe haber ciertas
causales, y en la mayoría de los casos no se pueden encuadrar o configurar
jurídicamente.
La líder de los abogados
agregó que el 65% de los casos de homicidios de mujeres, ya tenían antecedentes
y denuncias de violencia intrafamiliar, como golpes, humillaciones y ultraje en
todos los aspectos, desde el económico hasta el sexual.
Lo más grave es que
“comúnmente ninguna autoridad da el debido seguimiento a este tipo de denuncias
por la falta de sensibilidad de los servidores públicos, porque por desgracia,
aquellos que atienden a las víctimas de un delito, no son sensibles ni están
capacitados siquiera en el tema de los derechos humanos, y en la mayoría de los
casos ya traen estereotipos, paradigmas, creencias y educación que ellos mismos
adquirieron en sus senos familiares, donde vieron o les tocó vivir golpes,
ultrajes y humillaciones de los padres hacia las madres, y ven normal cuando
alguien llega a presentar una denuncia”.
Lo anterior es muy visible,
cuando -de acuerdo con la presidenta del Colegio de Abogados-“van con la
Policía, Ministerio Público y juez, y lo primero que tienden es a señalar a la
mujer, argumentado -tras recibir la explicación- ‘¡Tú tuviste la culpa!’ o
consignas como ‘A lo mejor tú lo provocaste’ o ¿Cómo andabas vestida?, o ¿Pues
qué le dijiste?’, o de plano, ‘¡Es que no le haces caso!’”.
La abogada denunció que
incluso “las llamadas órdenes de restricción hacia padres violentos son letra
muerta y ni siquiera se aplican los protocolos que están establecidos en la
Ley”, lo que trae como consecuencia la consumación de algunos asesinatos de
mujeres que ya habían denunciado maltrato, violencia o amenazas.
“Es un tema muy
controversial”, donde el 80% de los casos de homicidios en contra de mujeres
están impunes en el país.
De tal suerte que, preocupado
por los feminicidios, el Colegio de Abogados y el Centro de Mujeres actualmente
ofrecen un curso de sensibilización -del 18 al 27 de noviembre- a servidores
públicos de la PGJE, los cuales tienen trato directo con las víctimas de la
violencia y deben adquirir conocimientos sobre protocolos y derechos humanos,
entre otros puntos.
LA VISIÓN DE LA PROCURADURÍA
Según las propias
estadísticas de la PGJE sobre el crimen de mujeres, hubo 13 en 2013, 6 en 2014
y 11 en 2015. ¿Qué le dicen estos
números?, preguntó ZETA al titular de la PGJE, Palemón Alamilla Villeda.
“Como números es una cuestión
fría. Es algo que se tiene que analizar desde diversas perspectivas. Aquí, la
Procuraduría tiene que ser muy responsable de todo tipo de homicidios que se
presenten, y obviamente deseamos que sean los menos. Sin particularizar el
género, porque el agente del Ministerio Público, tan responsable es conocer de
un asunto que de otro, y hacer la cuestión del género sin problema alguno”.
Durante una entrevista con
este Semanario, aceptó no estar muy de acuerdo en la tipificación o creación de
figuras jurídicas de todos los delitos que vayan surgiendo.
“Nosotros no podemos ver que
si muere una persona, no sea ni varón ni dama, tengamos que crear otra figura
jurídica para atenderlo, y después muera otra persona que no es varón ni dama o
vamos a pensar que es una trabajadora doméstica, y no tengamos que hacer otra
figura jurídica e ir llenando el Código Penal de figuras jurídicas”.
El procurador agregó que la
institución tiene que atender el delito de homicidio -sea mujer o varón- y no
particularmente el del feminicidio, explicó el porqué: “Cuando se crea una
figura jurídica se tienen que crear una serie de conceptos que deben ir
aparejados para su comprobación, y en ocasiones por ser algo muy peculiar (como
el feminicidio), en cuanto a algún aspecto de tipo jurídico, ello genera que el
día de mañana, si algún aspecto jurídico no se cuidó, equivale a una sentencia
absolutoria, y es cuando se dice que el Ministerio Público no trabajó. Lo que
sucede es que por estar creando tantas figuras, nosotros mismos nos vamos
generando responsabilidades que en ocasiones procesalmente no son capaces de
cumplirse”.
— El debate es: crímenes de
mujeres o feminicidios. ¿Cuál es su opinión?
“Para nosotros es un
homicidio genéricamente y no le ponemos más alias ni somos partidarios a crear
figuras y figuras jurídicas, al rato vamos a poner tantos tipos penales que ni
nosotros nos vamos a entender en el Código Penal”.
— De los crímenes que se han
cometido en contra de mujeres en el Estado, en las investigaciones oficiales
¿ya lograron acreditar el delito de feminicidio en algún caso? Es decir, si una
de las mujeres fue asesinada por razones de género.
“¡No! No estamos en
posibilidad de afirmar ese hecho de tal naturaleza. En un asunto que
recientemente tuvimos, se trató solamente de una agresión, de una pareja a
otra, y por razones de aspecto sentimental. Creemos, y no por cuestiones de
género. Yo creo que aquí nos estamos preocupando más por crear figuras
jurídicas, mucho antes de que aparezcan en la vida real. Por lo que respecta en
Baja California Sur, no puedo afirmar que haya feminicidios, ni uno solo, y sea
esa una conducta que tengamos de manera recurrente todos los días y en todos
los momentos, y en todos los municipios”.
— Entonces ¿considera que la
aprobación de la tipificación del delito de feminicidio por parte de la
anterior Legislatura se adelantó? ¿Cree que se debió haber hecho un estudio
mucho más profundo y especializado en este delito?
“Yo debo ser muy respetuoso
de lo que ya hayan hecho, y ya está hecho, y no hay manera de revertirlo, salvo
que después el Congreso actual considere que tiene que promover una
contrarreforma o adiciones a la Ley, y yo no puedo saber si ellos se
precipitaron. Seguramente eran otros tiempos, había otra óptica y consideraron
que era necesario crearla, insisto en la opinión de quien habla, para mí no es
necesario estar creando figuras jurídicas que algunos de los extremos no se
podrá cumplir, y entonces viene el auto de libertad o la sentencia
absolutoria”.
Alamilla destacó que la
Agencia del Ministerio Público especializada en feminicidios, creada en mayo de
2014, actualmente trabaja con lo que tiene que cumplir, pero “no necesariamente
debemos estar creando nuevas figuras cada vez que aparece un evento que en
apariencia no está contemplado en nuestro Código Penal”, donde afortunadamente
no son muchos los delitos que se presentan de este tipo.
Aunque la PGJE creó el
Protocolo de Investigación del Delito de Homicidio de Mujeres por Razones de
Género, en la palabras del funcionario, “ahorita está sujeto a unas revisiones,
y vamos analizarlo, discutirlo y tal vez llevarlo a la Conferencia Nacional de
Procuración de Justicia, ahora ya viene un Nuevo Sistema de Justicia Penal, y
ya tenemos un Código Nacional de Procedimientos Penales, y lo ideal es que el
día de mañana el Código Penal Nacional opere para toda la República; eso
vendría a tipificar todas estas cuestiones, y ello motivaría a que no hubiera
tantas figuras delictivas que no aparecen en algunos Estados y sí aparecen en
otros”, finalizó.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ BCS/ GERARDO
ZÚÑIGA PACHECO / FOTOS. ESPECIAL ZETA/
24 DE NOVIEMBRE DEL 2015 A LAS 12:03:32)
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