Qué bueno que Daniel Moreno,
aclaró el punto. El en sus tiempos libres y de manera personal, sin involucrar
al Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) apoya a su amigo José Luis
Marcos León Perea, en la implementación de un programa cultural durante el
tiempo de su campaña electoral para alcanzar la alcaldía guaymense con los
colores del PRI.
Y no es que se dude de la
integridad de Daniel como artista o promotor cultural, pero la desconfianza en
los partidos y en los políticos es mucha. Ahí están las encuestas más
confiables para probarlo.
La inmensa mayoría no cree en
sus políticos. Más cuando partidos como el PVEM paga con dinero público de sus
prerrogativas multas millonarias aplicadas por el INE por violar la ley.
En un país en donde se viola
la ley a placer y la impunidad (de casi 95%) da status social, nade debe
extrañar. Y ahí está el caso del exalcalde César Lizárraga, que después de una
desastrosa gestión, con constructoras fantasmas incluidas, se pasea tan
campante, como si hubiera hecho una mejor labor que el bien recordado Mocho
Martínez en Guaymas o de Rudolph Giuliani en Nueva York y su política de “cero
tolerancia”.
LA POLÍTICA COMO NEGOCIO
Dicen que luego de terminado
el “combate del siglo” Floyd Maywather Jr. “El Money” se acercó al “Pacman”
Manny Pacquiao, para abrazarlo y consolarlo y ya en corto le soltó: “Hicimos un
montón de billetes”. Y así, muchos ven a la política como negocio.
Lejos, quedó aquella
concepción del sociólogo alemán Max Weber de tener a la política como vocación.
Antes el cargo de regidor era un puesto casi honorario, hoy en cambio es visto
como un medio de vida. El regidor de los viejos tiempos asistía a las sesiones
de cabildo cuando era convocado y no daba lata. Actualmente muchos ediles son
una verdadera pesadilla y salen carísimos para mantenerlos a raya.
Otros aprovechan el puesto
para sacarle raja. Ahí están los casos de Librado Navarro, regidor pluri de
Movimiento Ciudadano que metió a su hijo como encargados de cobranzas en
Tesorería o el de los ediles panistas en la administración de Antonio
Astiazarán que tenían de asesora a Mónica Marín y cobraba como tal o el de la
regidora perredista Norma Castro que contaba con asesor de cabecera pagado por
el municipio o el de Sergio Ibarra Quintero, que llegó a cabildo con las siglas
del partido de la Rosa de Rincón Gallardo y al tiempo se sumó a las filas de
Acción Nacional o el de José Ramón Uribe que siendo edil bajo los colores del
PT terminó convertido en fiel cancerbero de Carlos Bebo Zataraín.
¿A poco cree el desconfiado
lector que Porfirio Villa Brito, el ex presidente del PRD porteño y candidato a
regidor en la planilla de Lorenzo de Cima, se va a rasgar las vestiduras por
los guaymenses y va a llevar al extremo la representación popular que busca?
¿A poco el observador lector
se traga el cuento de que el regidor cetemista filo patronal Jesús Chuy
Fajardo, quien se gano el mote de “El Carlos Ahumada de Guaymas”, durante el
gobierno del Bebo, hace valer su origen “obrero” en cabildo y defiende con
denuedo los intereses del proletariado, como lo hace a su vez su “sensei”
Javier Villarreal?
POLÍTICA EN SÍ O POLÍTICA PARA SÍ
Algunos candidatos actuales
tampoco se salvan de la quema. De León Perea se rumoró que cuando pidió permiso
para ausentarse del Congreso del Estado, solicitó un crédito por las dietas que
le faltaban para terminar su mandato. Y si eso no es gandallismo, el amable
lector póngale el calificativo que quiera.
Hay otro candidato que se vio
envuelto en una investigación de la CONAPESCA por un lío que incluía la
clonación de un permiso de pesca. El atrevido tipo modificó por sus pistolas un
permiso para la pesca de camarón y lo convirtió para captura de calamar o
viceversa.
Del profe José Guzmán, se
puede decir que su máximo pecado es militar y ser fiel a la tribu de sus
amores, los desprestigiados y pactistas “Chuchos”, que lideran Jesús “El
Tragabalas” Zambrano y el aguilartalamantista Jesús Ortega, “El Chucho mayor”,
dueños de la franquicia denominada PRD y que dio cobijo a malandrines como el
ex alcalde de Iguala José Luis Abarca y a ex priístas como el ex gobernador de
Guerrero Angel Heladio Aguirre Rivero, involucrados en la masacre de Ayotzinapa
o que negoció la gubernatura de Michoacán para Silvano Aureoles, el también
candidato de Peña Nieto y Beltrones a cambio de impunidad para Fausto Vallejo y
su hijo “El Gerber”, intermediario con Servando Gómez, “La Tuta”.
Rodolfo Lizárraga, “El Fofo”,
en cambio ya le agarró sabor y modo a la polaca y viene por una regiduría para
el PT. Otra beca de tres años no le caen nada mal al también artista del
espectáculo. Y por las mismas anda Marcos Ulloa candidato de Movimiento
Ciudadano. El “Cachorro” estuvo becado toda su “vida laboral” en Pemex hasta su
jubilación, después en el INEA y ahora trata de llegar a cabildo para pasársela
cachetona tres añitos. Nada güey el bato.
En efecto, el uso
patrimonialista del poder es una realidad y ejemplos hay hasta para tirar pa´
arriba.
Como broma se comenta en los
mentideros porteños que al “Papito” Córdova Campa, le faltó tiempo en su
trienio sino hasta la Plaza de los Tres Presidentes hubiera vendido o de que en
la casa de un expresidente municipal están instaladas algunas bancas de la
plaza 13 de Julio o de que Jesús Monreal Espinoza, “El Güero Donas”, era el
prestanombres de Bernardino Cruz Rivas, para diluir sus transas.
UN POLÍTICO POBRE ES UN POBRE POLÍTICO
A partir de lo anterior es
claro que la política no es para los idealistas y los románticos. “Un político
pobre, es un pobre político” decía el profe Carlos Hank, mentor del grupo
Atlacomulco en el poder.
“Me gusta esta época, me
gusta esta sensación. los jóvenes han empezado al fin a pensar. y cada día son
más los jóvenes. pero en cuanto consiguen un ariete de sus sentimientos, perece
asesinado. los viejos y los atrincherados están muertos de miedo. saben que la
revolución puede llegar a través de las urnas a la manera norteamericana.
podemos matarlos sin un tiro. podemos liquidarlos simplemente siendo más reales
y humanos y no votando mierdas. pero que listos son. ¿qué nos ofrecen?(…) como
dije, mierda fría, mierda caliente, todo es mierda”
Así, con su estilo propio lo
escribió Charles Bukowski (1920-1994), el último escritor maldito de la
literatura norteamericana en su libro “Escritos de un viejo indecente” y por lo
que se ve no estaba tan loco.
Los políticos tienen el deber
de volver a ganarse el respeto de la gente, por su sobrevivencia. No hay de
otra.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA
VIÑA DEL SEÑOR/ 05 Mayo 2015, 16:25)
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