A propósito de anterior
columna titulada “¿Y la cultura, apá?” publicada en este mismo espacio el
domingo reciente, llama la atención diverso mensaje enviado por Daniel Moreno,
director en el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) y que a la letra
dice:
Daniel Moreno · Director en
Instituto Municipal de Cultura y Arte de Guaymas
Que tal Agueda?, es un gusto
saludarte. Quisiera comentarte que el Dr. León Perea hace unos días nos pidió
diseñáramos un pequeño pero sustancioso programa cultural a desarrollarse
durante su campaña, y precisamente hoy iniciamos con "Tardes culturales en
el quiosco", donde estaremos presentando, los domingos, diferentes
manifestaciones artísticas y culturales. El programa no sólo plantea eso, si no
también, algunos conciertos con la Orquesta de Cámara de Guaymas en diferentes
locaciones, lecturas en voz alta para promover la lectura, entre otras
actividades. Me complace mucho saber que líderes de opinión tan importantes en
Guaymas, se interesen tanto por el desarrollo de la cultura en nuestro puerto,
agradezco tu atención, estaremos informándote de las próximas actividades,
saludos!
En el fondo la intención
puede parecer buena y hasta saludable para la vida cultural en el puerto, pero
como dice conocido refrán, no hagas cosas buenas que parezcan malas, porque todo
se viene al traste.
Como es sabido, la etapa
actual es de campañas electorales y por lo mismo los programas oficiales están
vedados (salvo aquellos prioritarios para la población) y los partidos y sus
candidatos a puestos de elección tienen prohibido la utilización de recursos
públicos de todo tipo para promoverse, pues lo contrario sería caer en la
comisión de delitos como el tráfico de influencias o el desvío de recursos
públicos u otros delitos de tipo electoral.
QUEMAR LAS HABAS
Es un grave error creer que
en la etapa de campaña se está en la de ejercicio de gobierno. Y aunque la
tentación es grande entre los candidatos y se les queman las habas por mandar,
existe una diferencia abismal entre las dos.
Partido y Gobierno son dos
entidades de diverso género, el primero es un instrumento de la ciudadanía para
acceder a los cargos públicos y de conformación de la representación política y
el segundo un elemento sustancial del Estado, encargado del implemento de las
políticas públicas, entre ellas la cultural, encargada a la SEP y al CONACULTA
a nivel federal, a la SEC a nivel estatal y al IMCA en lo municipal.
Así las cosas, si José Luis
Marcos León Perea, candidato del PRI a la alcaldía pidió el apoyo para la
elaboración y ejecución de un programa cultural al IMCA que dirige Mauro Barrón
y este lo apoyó por “órdenes superiores”, solidaridad partidista o para ganarse
el refrendo de su puesto en la siguiente administración a sabiendas de la
prohibición existente, se está incurriendo en una violación a las normas
electorales y éticas que rigen la competencia política, entre ellas las que
regulan la equidad.
Es más, casi podemos afirmar
que ni Mauro Barrón, ni Martín Moreno, ambos gente de cultura, necesitan
exponerse para quedar bien con nadie, a sabiendas que el alcalde Otto Claussen
Iberri, ha venido desplegando un accionar faccioso a favor del tricolor y su fórmula
y le ha dado por utilizar el poder en sus manos en contra de sus opositores y
rivales políticos, en claro abuso del mismo.
No está de más recordar que
constitucionalmente los partidos políticos son considerados como entidades de
interés público aunque su credibilidad esté por los suelos y en ese entendido
están obligados a acatar las disposiciones legales.
Por lo anterior, no está
permitido que un candidato, cualquiera que este sea, tenga a disposición suya
las instituciones públicas (y el IMCA lo es) y se aproveche de los recursos
materiales y humanos con los que cumple su tarea o de que estos sean desviados
de su objetivo para promover su imagen o para apuntalar su campaña, por más
loable o buena fe que tuviesen quienes lo apoyan en su carácter de servidores
públicos o funcionarios.
LA CULTURA CIVILIZA
Que la cultura tiene una
función civilizadora, de eso no hay duda, aunque existen comentarios que los SS
de Hitler quemaban cadáveres oyendo a Wagner y los soldados alemanes iban a la
ópera en sus días francos.
Es sabido que en los partidos
hay buenos cuadros en el área de la cultura. Tienen promotores culturales y
artistas. Quizás los candidatos muestren ignorancia en el tema, pero hay gente
que por su quehacer están obligados a saber. Ahí están tanto el profesor José
Guzmán López González, candidato del PRD a la alcaldía de amplio desempeño en
el magisterio y la exalcaldesa Sara Valle Dessens, maestra del CET del Mar,
escritora de cuentos y candidata a diputado local por el PT que puede “cochar”
a Rodolfo Lizárraga.
Heriberto Aguilar de Morena,
tiene cerquitas al profesor Antonio Torreblanca Arrendondo, exdirector de la
escuela secundaria federal Abelardo L. Rodríguez y exdirector de Acción Cívica
en el Concejo Municipal panista (1991-1994) y en León Perea tiene en Mauro
Barrón, escritor e historiador, a un buen consejero. Marcos Ulloa de Movimiento
Ciudadano puede ser orientado por Sergio García, maestro por muchos años del
ITSON y conoce del tema. Lorenzo de Cima, tiene en Acción Nacional gente valiosa
como el profe Oscar Acosta, quien trabajó en la Casa de la Cultura durante el
Concejo panista y fue director de Ecología con el doctor Vicente Pascual.
Como se ve todos los partidos
tienen gente de cultura y no hay pretexto entre los candidatos para obviar el
tema y tomarlo como eje de un gobierno humanista. Para robar cualquiera sirve.
Para construir con proyección de futuro es donde se complica la cuestión. Pero,
hacer accesible la cultura a todos los públicos, ese es el reto.
Relataba hace poco un comentarista
de televisión que a su paso por El Salvador, un político de aquella nación
centroamericana le dio su propia versión sobre las elecciones: “Mira las
elecciones son para definir qué partido va a robar”.
“Si las cosas que valen la
pena se hicieran fácilmente cualquier alas haría” decía un viejo anuncia de la
tele en voz del chihuahuense Anthony Queen.
“Cuando oigo la palabra
cultura, amartillo la pistola”, solía decir Goering, un alto jerarca del
nazismo.
Por algo será.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA
VIÑA DEL SEÑOR/ 04 Mayo 2015, 12:36)
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