* Aumenta a 17 el saldo de víctimas
mortales de los narcoatentados del 1 de mayo en Guadalajara y otros municipios
* Anuncian reforzamiento de ofensiva
operativa contra el Cártel Jalisco Nueva Generación y su líder Nemesio Oceguera
“El Mencho”, quien en 2012, en juicio de amparo, manifestó vivir en Tijuana
* Un General de División encabeza las
acciones
* “Los Cuinis” sufrieron un atentado con
granadas de fragmentación en un palenque de Tonalá, en 2005
* Miembros de la organización criminal
-detenidos- empiezan a recuperar su libertad
A Jalisco, el Gobierno
Federal no le designó un comisionado especial para que regrese la seguridad a
sus habitantes, tras la ola de violencia que se vive en la entidad; tampoco exhibió a su gobernador, Aristóteles
Sandoval, como sí lo hizo con los de Michoacán o Guerrero, por una simple
razón: es una administración emanada del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) y las elecciones están a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, ante la
manifiesta incapacidad operativa de las fuerzas policiales de los municipios y
estatales para enfrentar a los grupos del crimen organizado, principalmente el
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), será un militar quien encabece los
esfuerzos para detener al enemigo número uno del momento, Rubén o Nemesio
Oceguera Cervantes “El Mencho”.
Los traumáticos actos de
narcoterrorismo vividos por los jaliscienses el viernes primero de mayo, y de
los que estuvieron muy cerca los habitantes de algunos municipios de Colima,
Michoacán y Guanajuato, alcanzaron a las Fuerzas Armadas del país, justo el
primer día que iniciaban con la Operación Jalisco para buscar y detener al capo
y sus secuaces.
El derribo del helicóptero
Cougar matrícula 1009 de la Fuerza Aérea Mexicana arroja hasta ahora un saldo
de siete militares muertos. Nueve soldados y dos agentes federales lesionados.
Otras ocho personas murieron en la jornada del terror en Jalisco; unos eran
policías, y otros, presuntos sicarios.
Los daños colaterales de 39
narcobloqueos en calles, avenidas y carreteras, donde autos, autobuses y camiones de carga fueron
incendiados, son algo más que pérdidas económicas superiores a los 10 millones
de pesos para el transporte público, 150 millones para el sector gasolinero y
otro tanto para los banqueros, las arcas públicas y automovilistas que
perdieron sus unidades.
El agravio psicológico fue
colectivo, un escenario de guerra avivado por las redes sociales y los mensajes
de familiares y amigos alterados por la grave situación. Unas autoridades
lentas, muy lentas en sus políticas de informar adecuada y oportunamente a la
población lo que estaba sucediendo. Y unos medios de comunicación masiva, sobre
todo los radiofónicos, que estuvieron a la altura de confirmar cada una de las
noticias que iban proporcionando.
Aun pasada la fase de Código
Rojo, como denominan las autoridades a la activación del protocolo de coordinación
policial, la psicosis permanece en los ciudadanos y en las autoridades
estatales que “esperan nuevos atentados” de la organización criminal
predominante en la región.
Hoy se busca a criminales que
en anteriores ocasiones han estado a disposición de diversas autoridades y que
en esos ayeres no pudieron retener. También ahora están saliendo de las
cárceles viejos miembros del Cártel del Milenio y que posiblemente podrían
reforzar al CJNG, al conocer las rutas y contactos del negocio desde Sudamérica
hasta los Estados Unidos. Otros narcos están a un tris de verse favorecidos
judicialmente ante las pifias de la procuración e impartición de justicia de
nuestro país.
“VIERNES NEGRO” EN JALISCO
El primero de mayo de 2015
será recordado en todo Jalisco como uno de los días más horrendos en la
historia de la entidad. Día de asueto. Mucha gente se levantó más tarde que de
costumbre. A otros los despertaron sus familiares que empezaron a correr la voz
de los narcobloqueos. Uno a uno se conocía de los cruceros bloqueados por
vehículos incendiados. Nadie sabía los motivos de los ataques.
A los entronques de avenidas,
periférico y carreteras, se sumaron los incendios a instituciones bancarias en
poblaciones del Sur de Jalisco y de gasolineras en la Costa Norte. Balaceras
tanto en la Zona Metropolitana de Guadalajara, como en municipios del interior
del Estado, como Autlán de Navarro y Jalostotitlán.
Mientras los medios de
comunicación confirmaban cada incidencia y la reportaban con rapidez a través
de sus micrófonos, cámaras y portales web, las cuentas oficiales en redes
sociales de los gobiernos, estatal y municipales, poco decían. Confirmaban las
noticias con retraso hasta de 45 minutos.
Más tarde se informaría por
parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) una noticia que provocó
escalofrío entre los habitantes del país entero: un helicóptero militar fue
derribado por sicarios del temido cártel en la ruta Casimiro Castillo-Villa
Purificación, el corazón de la región Costa Sur, donde tiene asentados sus
reales “El Mencho” y sus huestes. Hasta ese instante solo se conocía de tres
soldados muertos.
Fueron horas de angustia
total. Con personas recluidas en sus hogares, otras en los hoteles donde
vacacionaban y unos más atorados durante prolongados lapsos en los
embotellamientos carreteros, afectados por las acciones criminales. Quienes se
hallaban en tránsito estaban desesperados, y a la vez temerosos de que algo les
pudiese ocurrir.
Los balances de la sangrienta
jornada fueron actualizados paulatinamente hasta conocer los datos finales,
confirmados por autoridades estatales y después por las federales. Los 39
narcobloqueos se registraron en 25 municipios de Jalisco, y cuatro, en otras
tres entidades. La cifra inicial de siete muertos, hoy ya es de 17 fallecidos
-con la muerte de una policía federal que iba a bordo del helicóptero caído-,
19 heridos y 19 detenidos, nueve de los cuales fueron liberados casi de
inmediato, cinco consignados y el resto aún son investigados.
El impacto social de estos
hechos disparó el sentimiento de inseguridad real y virtual de la población que
todavía no acaba de digerir feroces enfrentamientos registrados este año en
Puerto Vallarta, donde un francotirador mató a un soldado en enero, la
emboscada que mató a 11 personas en Ocotlán -cinco de ellas elementos de la
Gendarmería Nacional- en marzo, la balacera con cuatro sicarios muertos en
Zacoalco de Torres y el atentado contra el comisionado de Seguridad en Jalisco,
Francisco Solorio, en Zapopan, en el mismo mes, y la masacre de 15 policías
estatales en San Sebastián del Oeste, en abril pasado.
A raíz de estos sucesos, más
de 20 policías del Estado de Jalisco han presentado su renuncia, e
inmediatamente después de los bloqueos, unos 50 choferes del transporte público
también dimitieron a su trabajo.
LA OPERACIÓN JALISCO
Tras los lamentables
acontecimientos, el martes 5 de mayo se reunió -en un hotel de Guadalajara- el
Gabinete de Seguridad Federal con el gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles
Sandoval. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció que
la fallida Operación Jalisco continuará y será un militar quien la encabece.
El General de División DEM,
Miguel Gustavo González Cruz, comandante de la V Región Militar, fue designado
como el responsable de coordinar los esfuerzos del Gobierno de la República y
autoridades locales para detener a los criminales y desmantelar la estructura
del Cártel Jalisco Nueva Generación.
En la implementación de las
órdenes operativas participan la SEDENA, Secretaría de Marina, Procuraduría
General de la República (PGR), Policía Federal, el Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (CISEN) y el Gobierno del Estado de Jalisco.
A diferencia de lo ocurrido
en Michoacán y Guerrero, gobernados por políticos emanados del Partido de la
Revolución Democrática (PRD), en Jalisco los miembros del gabinete fueron a
darle el espaldarazo a un Aristóteles de tan malas cuentas y pobres resultados
en la lucha contra el crimen organizado. No podía ser de otra manera. El
proceso electoral está en marcha y, aunque serán comicios intermedios, perder
Guadalajara y municipios metropolitanos sería caótico para el PRI.
El secretario de Gobernación
aseguró que se restablecerá la tranquilidad en la entidad como se ha logrado
“en estados como Michoacán, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y en regiones como
la Laguna, y en otros lugares más. Y que siguen el mismo camino, Tamaulipas y
Guerrero”. El General González Cruz estuvo recientemente adscrito en
Tamaulipas, donde la violencia continúa.
Según Osorio Chong, Nemesio
Oceguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, es uno más de los 122 objetivos
prioritarios de la actual administración. “Recordemos que tenemos 93 ya
detenidos o abatidos”, reconoció el funcionario federal, al tiempo de minimizar
el grado de influencia del grupo criminal y de su líder al territorio de
Jalisco “y algunos estados colindantes”.
Aunque a los funcionarios del
ámbito de seguridad pública estatal no se les vio con buen talante en días
recientes, aseguraron que la llegada y apoyo de más efectivos del Ejército, la
Marina y agentes federales siempre serán bienvenidos. Por cierto, las propias
autoridades que aseguraban que Jalisco estaba tranquilo y no era necesaria la
intervención del Centro, ahora dicen que en su momento advirtieron al Gobierno
Federal sobre el poder y peligrosidad del CJNG.
Por cierto, en la Catedral
Metropolitana de Guadalajara se realizó una misa de acción de gracias por el
Día del Policía, que se celebra en los primeros días de enero, pero que no se
había llevado a cabo este año, y dados los últimos acontecimientos con la
muerte de agentes de distintos niveles y soldados, el miércoles 6 de mayo los
uniformados llenaron la sede del Arzobispado tapatío.
El Cardenal Francisco Robles
Ortega ofició la misa, en la que “de manera muy en especial encomendamos a la
muy infinita misericordia de Dios a quienes han muerto en el cumplimiento de
esta delicada misión de brindar seguridad a nuestro pueblo. El Señor los acoja
en la vida eterna”. El Arzobispo pidió también por los familiares de los
policías y también por “aquellos que causan el dolor y la muerte”.
“EL MENCHO” Y EL CJNG
En averiguaciones previas de
la PGR, desde hace tres y cuatro años constan los datos del Cártel Jalisco
Nueva Generación y de su líder, Rubén o Nemesio Oceguera Cervantes y/o Oceguera
Ramos y/o Oceguera Valencia. El arribo del helicóptero militar al municipio
Casimiro Castillo no fue casual, sino una acción dirigida al “corazón
operativo” del territorio donde “El Mencho” y su gente se mueven con confianza.
Informes glosados a las
indagatorias de 2011 y 2012 detallan cómo la organización de Los Valencia o
Cártel del Milenio fue el antecedente del nuevo cártel, y cómo a la detención
de Óscar Orlando “El Lobo” Nava Valencia, en 2010, se asumieron como líderes
Oceguera Cervantes y Erick Valencia Salazar “El 85” (detenido en marzo de
2012).
Detalla el documento oficial
que la organización criminal estableció su “base en Guadalajara y con zonas de
operaciones en los poblados de Casimiro Castillo, Aguijullo, Autlán, La
Cofradía, municipio de La Huerta, Tecalitlán, El Grullo, Ciudad Guzmán y
Tonalá, del Estado de Jalisco”. En Colima se ubicaron en Cuyutlán, Ixtlahuacán,
Tecomán, Manzanillo y la capital; mientras que en Michoacán dominaron
Tepalcatepec, Las Trojes y Villa Victoria.
“El Mencho” contó con la
alianza de grupos delincuenciales que ya trabajaban para los Valencia (Valencia
Valencia, Valencia Cornelio y Nava Valencia), entre ellos los hermanos Pulido
de Apatzingán y los hermanos González Valencia “Los Cuinis”, de Aguililla,
Michoacán, hombres económicamente poderosos.
El gobierno del ex Presidente
Felipe Calderón intentó detener a Rubén Oceguera y capturó a algunos de sus
principales lugartenientes, mas no debilitó la estructura del cártel que, por
el contrario, mostró una rápida recomposición.
En 2012, “El Mencho” promovió
un juicio de amparo en Tijuana, aduciendo -bajo protesta de decir verdad- que
tenía su domicilio en esta ciudad. La dirección proporcionada por Oceguera
Cervantes se guardó en el sigilo del ex Juzgado Séptimo de Distrito con
residencia en Tijuana. El presunto narcotraficante reclamó la única orden de
aprehensión que se había dictado en su contra -en esa fecha- en el Juzgado
Octavo de Distrito en Materia Penal en el Estado de Jalisco.
El capo, quien se dijo
“mexicano, casado, mayor de edad, sin adeudos fiscales…”, afirmó en su escrito que
“es el caso elementos de la Policía General se encuentran por fuera de mi
domicilio tratando de detenerme, y con ello me torturarían para confesar hechos
que no he cometido”. El juez federal de Tijuana declinó la competencia porque
la orden de captura fue dictada por un juzgador de Jalisco, pero otro juez de
amparo de dicha entidad rechazó conocer del asunto.
Tras un conflicto
competencial, el Quinto Tribunal Colegiado de Baja California resolvió que el
juzgador tijuanense debía ser quien resolviera sobre la protección solicitada
por Rubén Oceguera.
El 31 de octubre de 2012, el
juez Ulises Torres Baltazar concedió el amparo y protección de la justicia
federal al líder del CJNG, dejando sin efecto una orden de captura por
delincuencia organizada con el propósito de cometer delitos contra la salud.
EL PODER DE “LOS CUINIS”
Al igual que su cuñado Rubén
Oceguera, los hermanos de apellidos González Valencia y mejor conocidos como
“Los Cuinis”, iniciaron sus actividades delictivas desde los primeros años de
la década de los noventa en Michoacán, trabajando para sus familiares que
fundaron una organización criminal, en la que además de traficar con drogas
tradicionales como la marihuana, cocaína y heroína, empezaron a fabricar drogas
sintéticas.
A los hermanos González
Valencia se les ubica en estas actividades desde hace más de 15 años. Algunos
de ellos se encuentran en los Estados Unidos y han hecho una fortuna del
trasiego de drogas desde Sudamérica y México hacia la Unión Americana.
Hoy el más conocido de ellos
es Abigael González Valencia, por estar detenido desde el último día de febrero
de 2015. La PGR informó de su captura en Puerto Vallarta, donde se movía bajo
las falsas identidades de Luis Ángel Gómez Flores, Luis Ángel González Valencia
y Paul Jonathan Toledo. Es originario de Aguililla, donde nació el 18 de
octubre de 1972.
Tres de “Los Cuinis”, entre
ellos Abigael, salvaron el pellejo en un atentado ocurrido hace casi nueve años
en Jalisco, cuando delincuentes rivales trataron de matarlos en el palenque
-remedo de hipódromo- establecido en el municipio de Tonalá, donde celebraban
peleas de gallos.
La madrugada del 2 de agosto
de 2005, desconocidos arrojaron dos granadas de fragmentación y efectuaron
disparos con armas de fuego en “El Carril”. El saldo de los estallidos fue de
cuatro personas muertas y 28 lesionadas. Entre los heridos por las esquirlas de
los explosivos figuraban José González Valencia y Antonio Oceguera Cervantes,
hermano de “El Mencho”.
Otro de los familiares del
líder del CJNG, que en ese entonces militaba en el llamado Cártel del Milenio,
era Saúl Díaz Oceguera “El Cangrejo”, de 52 años, vecino del Naranjo de Chila
(donde nació Rubén), municipio de Aguililla, Michoacán, quien fue uno de los
cuatro muertos. Su prima Adela Valencia Oceguera declaró que el fallecido era
agricultor.
Los tres occisos restantes no
guardaban relación con el grupo agredido. Uno era comerciante, otro panadero, y
el último, un caballerango del mismo hipódromo donde acontecieron los hechos.
Producto de las
investigaciones fueron asegurados dos fusiles AK-47 y 90 personas fueron
retenidas para declarar ante el Ministerio Público. José González Valencia fue
remitido a un hospital privado, donde sus familiares pretendieron sacarlo de
manera clandestina, pero fueron descubiertos. Uno de sus carros blindados tenía
rastros de sangre.
Al ser atraídas las pesquisas
por parte de la PGR, José y sus hermanos Édgar y Luis Ángel González Valencia
fueron investigados junto con otros sospechosos de pertenecer a la organización
criminal de los Valencia de Michoacán; sin embargo, por tratarse de las
víctimas del atentado, pronto fueron liberados.
Con el tiempo se estableció
que la persona que se identificó con el nombre de Luis Ángel en realidad era
Abigael González Valencia, y hoy en día, es uno de los alias con los que el gobierno
de los Estados Unidos, a través del Departamento del Tesoro, le mantiene en sus
listas de presuntos cabecillas del narcotráfico.
PENDIENTES DE “LOS CUINIS”
A su captura, Abigael
González fue arraigado en el Centro Federal que para esos efectos tiene la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO) en el Distrito Federal. Los cómplices detenidos con el presunto
operador financiero del CJNG, sicarios mexicanos, venezolanos y colombianos,
fueron internados en el penal de máxima seguridad de Puente Grande.
Para pronto “El Cuini”
presentó demandas de amparo en el Distrito Federal. La primera contra la orden
de arraigo y dos más contra la orden de detención provisional con fines de
extradición internacional. Concluyó el arraigo y el mandamiento judicial fue
cumplimentado. En los primeros días de mayo, González Valencia fue trasladado
al Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “El Altiplano”, en Almoloya
de Juárez.
Los juicios de garantías
continúan su curso en el Juzgado Noveno de Distrito especializado en la materia
en la Ciudad de México. En uno de ellos se concedió la suspensión definitiva
del acto reclamado, lo que prohíbe que por el momento -en lo que se resuelve el
fondo del amparo- el indiciado sea entregado al gobierno de los Estados Unidos
de América que lo reclama.
Por si fuera poco y temiendo
otras posibles órdenes de aprehensión por la comisión de delitos del orden
federal, Abigael González Valencia solicitó sendos amparos en Toluca, en contra
de todos los jueces de distrito de los estados de Chiapas y Durango.
Otro de los hermanos de “El
Cuini” cuenta con orden de aprehensión vigente en Jalisco, en el fuero común,
en la misma causa penal que “El Mencho”. Se trata de José Luis González
Valencia, señalado como uno de los presuntos autores del homicidio del que
fuera secretario de Turismo de Jalisco durante una semana, J. Jesús Gallegos
Álvarez.
“JUSTICIA” REFUERZA AL CJNG
Algunos de los miembros de la
organización criminal que fueron detenidos en acciones de las Fuerzas Federales
han regresado a las calles tras una breve o prolongada estancia en prisiones
del país. El caso más reciente fue el del hijo de “El Mencho”, Rubén Oceguera
González “El Menchito”, aprehendido en enero del año pasado. Salió del penal de
máxima seguridad de Puente Grande a inicios del actual.
Pero no es ni el primero, ni
será el último de los liberados. Algunos de los miembros del viejo Cártel del
Milenio ya se encuentran libres y otros del CJNG están en vías de combatir
jurídicamente sus procesos. Así, hace apenas unas semanas fueron excarcelados
los miembros de una de las células del grupo de Los Valencia, detenidos en
julio de 2008.
El gobierno de Felipe
Calderón anunció una más de sus “victorias” contra el crimen organizado al
detener a once presuntos narcotraficantes a los que se les atribuía “que por lo
menos desde 2005, pertenecían a una organización delictiva comandada por Óscar
Nava Valencia, dedicada al tráfico de cocaína, que ocultaban entre fruta que
trasladaban desde San Pedro Zula, Honduras, a México, valiéndose de diversos
transportistas”.
El Juez Quinto de Distrito de
Procesos Penales Federales en el Estado de Jalisco los condenó a diez años de
prisión por delincuencia organizada el 7 de marzo de 2011, y el Tercer Tribunal
Unitario del Tercer Circuito confirmó la sentencia el 13 de junio de 2012. Sin
embargo, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal en la misma entidad les
concedió el amparo liso y llano, ordenando su inmediata libertad.
Los mismos magistrados que en
2013 obsequiaron un amparo al narcotraficante Rafael Caro Quintero para que
consiguiera su libertad, resolvieron en el caso de los michoacanos que las
pruebas aportadas por el Ministerio Público Federal fueron insuficientes para
acreditar la pertenencia de los quejosos a la organización criminal del
Milenio.
Entre los liberados se
encuentran Sergio Rangel Ávila, Daniel Rangel González, Gabriel Ramírez
Fernández y Juan Carlos Aguirre Guzmán, de los que el Órgano Administrativo
Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), de la Comisión
Nacional de Seguridad (CNS), ya confirmó su egreso del CEFERESO Número 2
“Occidente”.
Otros reclusos del CJNG que
aún tienen varios procesos penales en su contra, pero que los van librando
gracias al otorgamiento de amparos son algunos de los homicidas del secretario
de Turismo Jesús Gallegos y los hermanos Ramón, Rafael y Santiago Álvarez Ayala
“Los Erres”, quienes han recibido la protección de la justicia federal porque
muchas de las acusaciones en su contra fueron obtenidas de personas que
estuvieron bajo arraigo tras la reforma constitucional de 2008, que reservó la
facultad para aplicar la medida cautelar exclusivamente al fuero federal.
Las declaraciones rendidas
durante arraigos solicitados y ordenados por autoridades de las entidades
federativas, son calificadas como inconstitucionales y, por tanto, no tienen
validez legal. Por dicho motivo, son muchos los delincuentes que están
interponiendo juicios de garantías.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Luis Carlos
Sáinz Martínez / Cuartoscuro.com/ 11 de Mayo del 2015 a las 12:00:00)
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