A cuatro meses de haberse entregado la
investigación sobre los ejercicios fiscales 2011, 2012 y 2013 al Ayuntamiento
de Los Cabos, el expediente fue “guardado”, ya que aparece una serie de
irregularidades, desde la utilización de recursos públicos federales
etiquetados en pago de nómina, así como la asignación de contratos millonarios
a familiares del alcalde, obras inconclusas o inexistentes y viajes de placer
de regidores
Los Cabos, Baja California
Sur.- La última vez que el presidente municipal de Los Cabos, José Antonio
Agúndez Montaño, habló públicamente de la auditoría externa a los ejercicios
fiscales 2011, 2012 y 2013, ordenada por el Cabildo del XI Ayuntamiento local,
fue el 31 de diciembre de 2014, cuando durante una entrevista radiofónica en el
programa “Los Cabos a la Carta”, presumió que la transparencia era uno de los
“pilares” de su administración y anunció que los resultados estaban listos y se
publicarían en breve.
El edil admitió que pretendía
recobrar la confianza de los habitantes del destino turístico -tras estallar el
escándalo del gasto irregular del excedente de 224 millones 643 mil 638 pesos
en el ejercicio 2012-, y prueba de ello era que “habían contratado al despacho
Bejar, Galindo, Lozano y Cía para realizar la investigación contable y ofrecer
resultados”.
“Ya nos entregaron la información y ya le
informé al Cabildo que la tenemos”, citó textualmente, para después justificar
que por el momento “no la daría a dar a conocer porque apenas vamos a tener una
reunión con el despacho auditor, cuya firma es reconocida nacionalmente porque
ha trabajado para la Auditoría Superior de la Federación, quien nos vendrá a
dar el resumen general”.
Lo cierto es que -según la
fecha del dictamen de la firma contable- el alcalde de Los Cabos tuvo en sus
manos el informe ejecutivo general de la auditoría independiente desde el 22 de
diciembre de 2014, es decir, nueve días antes de la entrevista radiofónica.
El resultado de la auditoría
externa firmada por el contador Gerardo Lozano Dubernard, contiene alrededor de
500 hojas tamaño carta -de acuerdo a la copia obtenida por ZETA-, la cual se
divide en los siguientes apartados en cada uno de los ejercicios fiscales:
1.- Dictamen presupuestal.
2.- Informe sobre la revisión de operaciones
reportables relacionadas con obra pública y servicios.
3.- Carta de observaciones derivada de la auditoría
sobre los estados financieros.
4.- Informe ejecutivo y propuestas de mejora. La
auditoría externa fue ordenada por Cabildo en pleno el 17 de octubre de 2013
-según el acta de Cabildo número 41- para revisar las finanzas de los
siguientes periodos fiscales:
* De mayo a diciembre de 2011.
* De enero a diciembre de 2012.
* De enero a junio de 2013.
De acuerdo al acta de
Cabildo, el objetivo de la investigación contable era “elaborar un estudio
general, del cual debería rendirse un informe profesional, bajo las normas y
procedimientos de auditoría, partiendo de los principios básicos de
contabilidad gubernamental, el cual debería contener las observaciones que
deriven de los resultados, refiriéndose al señalamiento de deficiencias,
irregularidades u otros hallazgos relevantes que en su caso, puedan advertirse,
debiendo describirse las causas, efectos y preceptos legales que pudieran
incumplirse, a efecto de que puedan emitirse recomendaciones preventivas o
correctivas”.
Es decir, los regidores
solicitaron una “auditoría forense” que permitiera principalmente detectar
fraudes, robos y trucos legales y contables, además de situaciones anómalas en
las que se pudiera investigar y dar con los presuntos responsables, sobre todo
por las sospechas que surgieron tras el hallazgo del gasto irregular de los más
de 224 millones de pesos en el ejercicio fiscal 2012.
El precio de esta
investigación contable -en base a la factura en poder de este Semanario- tuvo
un costo de 2.5 millones de pesos, y de la cual, a pesar de su promesa, el
propio alcalde José Antonio Agúndez Montaño no volvió a tocar el tema.
Después de obtener la copia
de la auditoría externa, ZETA solicitó la opinión de un contador y un auditor
para conocer la versión de expertos en el tema de investigaciones contables y,
luego de revisar la copia del documento, determinaron se trata de “una
auditoría tipo financiera”, porque “solo se auditaron los estados e información
financiera presupuestaria, el cual comprende un analítico de ingresos, ingresos
de flujo en efectivo, egresos de flujo en efectivo y del ejercicio
presupuestario de egresos; clasificados en administrativo, económico y objeto
del gasto de los ejercicios fiscales 2011, 2012 y 2013”.
Según los expertos,
actualmente existen veinte tipos de auditorías, entre las más comerciales
destacan las siguientes: financiera, operacional, sistemas, fiscal,
administrativa, social y forense.
“La copia de la auditoría que
estamos viendo definitivamente no es forense”, dijo tajante el auditor a este
Semanario, y con base al informe del auditor expuso; “El despacho únicamente se
limitó a revisar los estados e información financiera que el propio Ayuntamiento
entregó, y a sentar una base para que fueran solventadas cada una de las
observaciones (irregularidades), y corregir todo con base a las disposiciones
legales en la materia, como son la Ley General de Contabilidad Gubernamental;
Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y su reglamento;
Normatividad sobre el Contenido y Control de la Cuenta Pública del Estado de
Baja California Sur; Manual de Contabilidad Gubernamental y la normatividad
emitida por el Consejo Nacional de Armonización Contable”.
Pese a que desde el punto de
vista del regidor y presidente de la Comisión de Transparencia de Cabildo,
Pablo Díaz Rivera, “la auditoría externa fue más bien un intento de ordenar el
cochinero en el caso de los más de 224 millones de pesos y hacer un saco a la
medida del gobierno municipal”, la investigación contable arrojó información
que definitivamente ya no pudo ocultarse y vino a confirmar una serie de
irregularidades cometidas en la feneciente administración del alcalde de Los
Cabos, José Antonio Agúndez Montaño.
La más grave, según el
apartado de Dictamen Presupuestal de la auditoría en el ejercicio 2011, es la
utilización de recursos federales etiquetados por el orden de 22 millones 300
mil pesos en el pago de nómina a trabajadores de base y confianza del
Municipio, los cuales salieron del Subsidio para la Seguridad de los Municipios
(SUBSEMUN), Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS) e
incluso del Impuesto (estatal) sobre Nómina.
No solo eso. Algunos
regidores como el perredista Víctor Ortegón Góngora, utilizaron dinero público
bajo el concepto de Gastos para atender asuntos personales.
Por ejemplo, el 30 de
diciembre de 2011 -de acuerdo a la póliza de diario 551-, el edil con licencia
y actual candidato a diputado local del Partido de la Revolución Democrática
(PRD), gastó dinero del XI Ayuntamiento de Los Cabos en la compra de cuatro
boletos de avión viaje redondo Los Cabos-Canadá-Canadá-Los Cabos, acompañado de
su esposa Jessica Olsen y sus dos hijas.
Peor aún, el despilfarro del
XI Ayuntamiento de Los Cabos es tal, que desde la toma de protesta del alcalde
Agúndez -según el apartado Operaciones
Reportables de Obra Pública y Servicios- “no se encontró evidencia de la
existencia del programa anual de obra pública, tampoco datos de su existencia
en Compranet y los procedimientos de adjudicación”.
La opacidad permitió que el
edil asignara hábilmente contratos millonarios de obra pública a sus sobrinos
Christian y Argelia María Agúndez Gómez, propietarios de la constructora Scala,
S.A. de C.V.
Según la muestra de revisada
-contrato R33-DGDS-OM-01-APO-2011-, la empresa recibió un contrato de 60 pies
de casa por el orden de un millón 598 mil 135 pesos con 60 centavos.
Las fianzas de vicios ocultos
de las empresas constructoras, como las de los hijos de Narciso Agúndez Montaño
fueron entregadas -según el dictamen contable- dos años y cuatro meses después
de la fecha en que las obras fueron entregadas y recepcionadas al Municipio,
inclusive el finiquito de las mismas fue después de dos años transcurridos.
En base al resultado de la
auditoría, el platillo fuerte de las irregularidades cometidas en el gobierno
del alcalde de Los Cabos fue evidentemente en el ejercicio fiscal 2012.
En ese periodo nuevamente
fueron desviados recursos federales etiquetados para el pago de nómina de los
trabajadores, a pesar de que hubo un excedente en la recaudación de impuestos
por 224 millones 643 mil 638 pesos, incluso un superávit presupuestal de 12
millones 300 mil pesos.
Las cantidades desviadas se
canalizaron de las siguientes maneras;
* De los 9 millones del programa SUBSEMUN, se
descubrió que 3.4 millones fueron utilizados en el pago del concepto de
suplemento de nómina correspondiente a la segunda quincena del mes de diciembre
de los empleados de base y de confianza del Municipio. El dinero del programa
encaminado a la profesionalización y equipamiento de los cuerpos de seguridad
fue tomado para pagar salarios, a pesar de estar etiquetado.
* De los 8 millones 100 mil pesos del programa del FAIS,
se observó que dos partidas con importes de un millón 100 mil pesos y de un
millón 900 mil pesos se emplearon en pago de la nómina, en vez de financiar
obras, acciones sociales básicas e inversiones en beneficio directo a sectores
de la población en condiciones de rezago social y pobreza extrema.
* De los 25 millones 100 mil pesos recaudados por
Participaciones Estatales, particularmente Impuesto sobre Nómina, 7 millones
800 mil pesos se usaron para el pago de salarios, lo que contraviene lo
establecido de que este dinero debe gastarse exclusivamente en obras de
infraestructura social.
Según el dictamen, la
auditoría arrojó que el XI Ayuntamiento gastó 20 millones 169 mil 81 pesos en
presuntos servicios de “asesorías, estudios e investigaciones”, excediéndose
por 14 millones 627 mil 310 mil pesos de más, de los 5 millones 541 mil 771
pesos previamente autorizados por el Cabildo para el ejercicio fiscal 2012.
— ¿Qué asesorías, qué
estudios y qué investigaciones?, se le preguntó a la nueva tesorera, Emilia
Vega Uribe.
“No lo sé, la verdad es mucho
dinero, y justamente ahora que nos dieron la auditoría, solicité me hagan
llegar el informe de ese gasto, porque algunos regidores están solicitando la
información de ese gasto en particular”.
El propio auditor Gerardo
Lozano Dubernard -según su dictamen- calificó el gasto como “un desahorro”, lo
que coincidió con la opinión del regidor y presidente de la Comisión de
Transparencia del Cabildo, Pablo Díaz Rivera, quien consideró “una verdadera
grosería” ese presunto gasto, “es ilógico que se hayan gastado una fortuna,
casi poco más de un millón de dólares en el mes de diciembre”.
Afirmó el edil: “No tenemos
evidencias de que esas supuestas asesorías fueron prestadas, porque hasta
ahorita no sabemos cómo y a quién, y tampoco nadie nos ha enseñado ninguna
evidencia; ahora también nadie ha justificado si eran necesarias o no, o de qué
tipo de asesorías estamos hablando”.
El dinero gastado por ese
concepto -y de acuerdo a la auditoría- es 12 veces mayor que el destinado al
programa de alimentación de personas de escasos recursos; cuatro veces mayor
del dinero gastado en combustibles y lubricantes, y 19 veces superior al
presupuesto cultural, social y deportivo, incluso a apoyos a la educación.
Lo más grave es que justo cuando
se gastaron esos 20 millones, incongruentemente, el XI Ayuntamiento de Los
Cabos había implementado un programa de “racionalidad y austeridad
presupuestaria” para -según la disposición oficial- “mejorar los niveles de
vida de los cabeños”, en el que estaban instrumentando “medidas concretas” en
materia de gasto social para dar prioridad al gasto de inversión de
infraestructura urbana, seguridad pública y servicios públicos.
De acuerdo al concepto
Cuentas por Cobrar, la investigación contable arrojó hasta el 31 de diciembre
de 2012 un adeudo de 129 millones por conceptos de préstamos otorgados a
empleados, particulares e instituciones gubernamentales por parte del XI
Ayuntamiento, como si se tratara de una beneficencia pública y que datan desde
2006.
LA AUDITORÍA DESTACA:
* 75 millones 40 mil 757 pesos al Organismo Operador
Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Los
Cabos (OOMSAPAS).
* 14 millones 797 mil 865 pesos a la coordinación
municipal de Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT).
* 12 millones 680 mil 483 pesos a la compañía
particular Promotora y Desarrolladora de Vivienda, S.A de C.V.
* 2 millones 558 mil 758 pesos a la Secretaría de
Finanzas del Gobierno del Estado.
La propia tesorera del
gobierno municipal, Emilia Vega Uribe, consideró que “las cuentas de los
adeudos prácticamente son incobrables”, ya que en el caso de los trabajadores,
muchos ya fallecieron y otros ya no están laborando.
“Ahorita estamos en un
proceso de revisión y depuración, porque no tiene caso dejar de herencia esas
deudas al nuevo gobierno, cuando de antemano sabemos que no van a poder
recuperar ese dinero”, comentó a ZETA.
No obstante, guardó silencio
sobre la desaparición de un millón de pesos --al cierre del ejercicio fiscal
2012- cuando el gobierno de José Antonio Agúndez, logró recuperar un préstamo
otorgado por el IX Ayuntamiento de Los Cabos en 2007, al gobierno de Mulegé,
dinero que simplemente se esfumó.
“La Tesorería ha tenido
acercamiento con el actual Ayuntamiento de Mulegé, girando oficios de gestión
de cobro por dicho préstamo, sin embargo, han respondido que éste ya fue
cubierto, mostrando su estado de cuenta bancario con el retiro y concepto del
pago de préstamos a favor del Ayuntamiento de Los Cabos; sin embargo, no se
encuentra el depósito en las cuentas bancarias, de que dicho dinero se haya
recibido”, transcribió el informe de la auditoría.
Pero las irregularidades no
solo versan sobre el desvío de recursos federales y pagos millonarios a
proveedores de familiares del edil cabeño, también –según el catálogo de la
célula de resultados sobre la revisión de operaciones reportables relativas a
Obra Pública y Servicios- sobre 14 obras inconclusas o inexistentes por 40
millones 626 mil 376 pesos con 31 centavos.
Las obras están relacionadas
con la pavimentación, colocación de red de drenaje y agua potable en las
colonias Los Cangrejos, Mesa Colorada, El Zacatal y San José Viejo en Cabo San
Lucas y San José del Cabo.
“Las operaciones que se
muestran en este documento fueron realizadas bajo el amparo de la Ley de Obras
Públicas y Servicios, relacionadas con las mismas (federal), debido a que
fueron contratadas con recursos federales. Estas obras aún no se encuentran
concluidas, por tal razón, no aplica el atributo”, describe el informe firmado
por el contador Gerardo Lozano Dubernard.
De igual manera, la auditoría
arrojó que el XI Ayuntamiento de Los Cabos actuó de manera irresponsable, ya
que “no se cuenta con la evidencia de cómo el Municipio verificó ante la
Secretaría de la Función Pública que los contratistas con los que se celebraron
los contratos, no estuvieran sancionados”.
El dinero pareciera no ser un
problema en el gobierno del alcalde José Antonio Agúndez, porque de acuerdo al
formato de observaciones, en algunos casos pagó dinero de más en la ejecución
de obras públicas, como es el caso de la pavimentación de la calle José Antonio
Castro Guluarte, donde incluso tuvo la negativa de la Secretaría de Desarrollo
Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).
La calle que originalmente se
pavimentaría sería la Abelardo Rodríguez Montijo, donde se asignó un
presupuesto de 5 millones 245 mil 432 pesos con 85 centavos, sin embargo, por
“problemas técnicos” y tras el fallo de la licitación, de manera discrecional,
el Ayuntamiento construyó sobre la calle José Antonio Castro Guluarte y pagó
664 mil 999 pesos con 58 centavos de más.
Finalmente, y según la
auditoría, el gobierno municipal no termina por pagar el adeudo histórico por
111 millones 820 mil 238 pesos por concepto del pago de aportaciones de
cesantía en edad avanzada y vejez, Sistema de Ahorro para el Retiro y
FOVISSSTE, a pesar de que cada quincena descuenta las cuotas del sueldo de los
trabajadores.
Los adeudos -según el
apartado Cuotas y Aportaciones- son los siguientes:
* 3, 4, 5 y 6
bimestre del ejercicio fiscal 2008.
* 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de los ejercicios 2009, 2010, 2011
y 2012.
* 3, 4, 5 y 6 bimestre de 2013.
El retraso repercute en los
trabajadores porque no se están cubriendo las aportaciones descontadas vía
nómina, y por ende, no amortizan en créditos de vivienda.
Con estas irregularidades, el
alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño, no tuvo más remedio que
esconder el resultado de la auditoría externa y evitar que pudiera filtrarse la
información.
La tesorera del XI
Ayuntamiento de Los Cabos, Emilia Vega Uribe, rechazó que escondieran el
resultado, “más bien todavía esta pendiente una segunda reunión con el despacho
auditor, donde van a entregarnos el total de la información”.
— El 31 de diciembre de 2014,
el alcalde de Los Cabos se comprometió públicamente a dar a conocer el
resultado de la auditoría. Sin embargo, han pasado cuatro meses y nada. ¿Qué
fue lo que pasó, cómo va el asunto?
“En la reunión que tuvimos
con el despacho auditor, habíamos pocas personas, porque no a todos los
regidores, y lo voy a decir abiertamente, les interesa el tema, y por lo tanto,
quedó pendiente una segunda reunión con el bufete, y hasta donde llegamos, los
resolutivos que nos dieron son casi los mismos que están marcados en las
cuentas públicas y abrimos unas mesas de trabajo para ir depurando la
información. Yo te pudo decir que el despacho no presentó nada relevante o
nuevo, donde tengamos que fincar responsabilidad por robo o dolo o irregular,
porque solo son observaciones que se pueden resolver”, justificó la
funcionaria.
Obviamente su dicho no
corresponde con los resultados de la auditoría publicada en esta edición de
ZETA.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ BCS/ GERARDO
ZÚÑIGA PACHECO / 20 DE ABRIL DEL 2015 A
LAS 13:00:00)
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