VILLA
AHUMADA, Chih. (Proceso).- Para familias enteras de Villa Ahumada, Jesús Salas
Aguayo “El Chuyín”, líder del Cártel de Juárez aprehendido el pasado viernes
17, representaba “el infierno”, pero para la mayoría del pueblo era la salvación.
Se
convirtió en el jefe de la plaza del Cártel de Juárez del corredor noroeste,
Chihuahua, Parral y otras partes del estado, luego de la aprehensión en mayo de
2008, de su paisano Pedro Sánchez Arras El Tigre.
Aunque
adoptó un perfil más bajo que el de su antecesor Pedro Sánchez, lo conocía todo
el pueblo de Villa de Ahumada y sabían a lo que se dedicaba. Era originario de
ahí.
“El
Chuyín” es uno de los delincuentes más buscados por la Administración para el
Control de la Droga (DEA, por sus siglas en inglés), según el portal de la
dependencia estadunidense, que lo tiene considerado como fugitivo con el número
W032681616.
Pobladores
recuerdan a “El Chuyín” trabajando con Pedro Sánchez, se movía en una camioneta
Lincoln Navigator negra. “Andaba con El Güero y con su compadre”, recuerda una
persona cercana a Salas Aguayo, quien pidió el anonimato por seguridad.
“Eran
buenas personas (el grupo delictivo), “El Chuyín” tenía una cuenta abierta en
una farmacia a su nombre, para el pueblo. Sólo bastaba que fuera la gente para
que le dieran las medicinas. Decían que iban de parte de él o uno de sus
hombres iba por los medicamentos y se los llevaba a la familia que los
necesitaba” recuerda el testigo.
Entre
otras propiedades, era dueño del rancho que aseguraron las autoridades y de una
casa cerca de la carretera que va a Ciudad Juárez, enfrente de un hotel que
acababa de construir.
Pedro
Sánchez era más extrovertido, hacía fiestas frecuentemente, cada vez que
llegaba a Villa Ahumada.
“Pedro
Sánchez y luego “El Chuyín” sí armaban fiestas grandes en un salón de fiestas
que era de ellos, se llama ‘La Cabaña’. Pedro se vestía con traje negro pero
sin corbata”, recuerda otro testigo que dejó el poblado en el 2010.
El
antecesor de “El Chuyín” pasaba varios días en Parral o en Juárez.
“Cuando
llegaba, hacían fiestas en la plaza del pueblo y a veces en el gimnasio, que
está enfrente de la Presidencia Municipal.
Cuando
llegaba a la plaza, llegaba como candidato (…) en una fiesta de las que hizo en
el gimnasio, por ejemplo, llevó al grupo musical ‘Los Jilguerillos’, ahí
duraron como hasta las siete de la mañana”, cuenta uno de los hombres
entrevistados.
Eran
frecuentes las fiestas en el gimnasio y duraban hasta las seis o siete de la
mañana, y cuando eran en la plaza Pedro Sánchez llevaba carpas, con cerveza y
todo lo necesario. “Sus guaruras se vestían normales, pero tenían bien vigilado
a todo el que asistía”.
Recuerdan
que Pedro Sánchez y posteriormente “El Chuyín”, se refugiaban cerca de Benito
Juárez, municipio de Buenaventura, específicamente en las Playitas, cerca del
rancho donde detuvieron a Jesús Salas.
“Tenían
todo controlado, los empresarios tenían que negociar con ellos su propia
seguridad”, refieren.
Luego
de la detención de Pedro Sánchez, mediante el Operativo Conjunto Chihuahua, las
autoridades intentaron apoyar al grupo contrario, el cártel de Sinaloa, para
que éste se quedara con la estratégica aplaza para el trasiego de droga. “No lo
lograron”, asegura uno de los entrevistados.
Después
de que aprehendieron en Parral a Pedro Sánchez y asesinaron a su escolta
Gerardo Gallegos Rodelo, se evidenció que desde gobierno federal buscaban
“limpiar” la plaza para el grupo contrario, afirman los testigos.
También
hicieron evidente la colusión o sometimiento de agentes municipales al grupo
delictivo de esa región. En marzo de ese mismo año, 2008, el Ejército mexicano
aprehendió a cinco agentes por asociación delictiva y delincuencia organizada.
Rigoberto
Ruiz Sida, José Guadalupe Santana, Juan Pablo Remes Torres, Jesús Francisco
López Cadena y Daniel Solís Solís, fueron puestos a disposición de autoridades
federales y días después obtuvieron la libertad con el pago de cinco mil pesos
de fianza.
En
mayo, durante el funeral del escolta Gilberto Gallegos, su féretro fue llevado
al panteón de Villa Ahumada en una camioneta Escalade blanca con una caravana
de vigilancia, recuerdan los dos testigos.
Un
grupo de militares irrumpió en el cementerio, aprehendió a personas que
trabajaban con Pedro Sánchez y decomisó droga. Los soldados llegaron en dos
helicópteros y vehículos. “Había un hombre que tomaba fotografías, de la gente
de Pedro, también se lo llevaron”, recuerda el hombre que dejó el pueblo.
La
madrugada del 18 de mayo de 2008, habitantes de Villa Ahumada fueron alertados
por la autoridad municipal sobre la llegada de un comando armado que tenía la
instrucción de “limpiar” la región.
Un
grupo del Cártel de Sinaloa liderado por “Toño Marrufo”, llegó al pueblo en
busca de la gente del Cártel de Juárez. El enfrentamiento dejó nueve muertos.
“Los
soldados se fueron un día antes del pueblo y regresaron justo cuando terminó la
matanza”, coinciden los dos testigos.
“Dijeron
temprano que iba a llegar la gente de Toño Marrufo a ‘limpiar’, primero fueron
sobre cuatro policías”, recuerdan.
Alrededor
de la una de la mañana del 18 de mayo, llegó primero una Suburban con varios
hombres armados y encapuchados. “Traían máscaras como de calavera y atrás
llegaron más”, recuerda uno de ellos.
Primero
se fueron contra tres agentes de la Policía Municipal y los dejaron tendidos
afuera de la unidad, en una gasolinera: José Armando Estrada Rodríguez, Óscar
Adrián Zúñiga Dávila y José Luis Quiñónez.
Además
asesinaron a otros tres civiles y “levantaron” a otros tres que fueron hallados
ejecutados más tarde, en Ciudad Juárez.
En
el salón de fiestas había mucha gente porque se realizaban los XV años de una
joven. Los mismos sicarios cerraron el recinto por fuera para que la gente no
saliera.
Los
burreros (vendedores de tradicionales asaderos y burritos en Villa Ahumada), se
escondieron en los baños. “Se escuchaba que los hombres buscaban a alguien,
preguntaban dónde estaban. Luego abrieron el lugar donde estaban los burreros,
y sólo les dijeron que ahí se quedaran”.
Luis
Eduardo Escobedo Ruiz, de 21 años murió en la refriega, su cuerpo quedó tendido
dentro de una Ram azul. Su madre y otros familiares acudieron al lugar y
aseguraron que trabajaba como mandadero del rancho Santa Mónica.
“Le
apodaban El Bardito, era hijo de El Bardo. El muchacho vendía droga, es que
aquí si terminan la prepa se van a Juárez y los que no pueden o no quieren,
sólo se casan y se ponen a pistear, son presa fácil de los delincuentes”, dijo
uno de los testigos.
Las
otras víctimas mortales fueron Julio Armando Gómez Magallanes, dueño del
restaurante “Pollo Feliz” y Mario Alberto González Castro, empleado de las
oficina de Ómnibus de México. Otros tres hombres “levantados” y ejecutados en
Juárez fueron identificados como Aldo Aníbal Martínez Hernández, Arturo Flores
López y Héctor Guadalupe Sánchez Hernández, éste último era hermanastro de
Pedro Sánchez.
La
balacera se escuchó hasta las cuatro de la mañana. Luego prevaleció el
silencio. “Al rato pasaron todas las camionetas en caravana, se fueron rumbo
Chihuahua por una brecha que llega a Benito Juárez y da hasta Juárez, por ahí
pasan droga”.
Pocas
horas más tarde, llegaron los militares e instalaron su campamento en el
gimnasio donde realizaron la fiesta de 15 años.
Meses
después, Jesús Salas se convirtió en “protector” de gran parte del pueblo y en
el infierno de otros.
El
15 de julio de 2008, dos meses después de la detención de Pedro Sánchez,
cayeron en Lázaro Cárdenas, municipio de Meoqui, fuertes colaboradores del
capo: Gonzalo García García, El Chalo; Antonio Flores, El Toño, y Ricardo de la
Rosa Haros, El Cabe.
Y
a pesar de que estaban acusados por lo menos de cinco homicidios, fueron
liberados en enero del año pasado.
Gonzalo
García fue asesinado con otros cinco integrantes de su grupo delictivo, el
pasado 17 de marzo en el municipio de Buenaventura. También murió en el
enfrentamiento, De la Rosa Haro.
La
Policía Municipal de Villa Ahumada quedó sin elementos desde 2009 hasta hace
unos meses, entre agentes cesados y asesinados. A finales de 2008, mataron a un
comandante de la Secretaría de Seguridad Pública.
Jesús
Blanco Cano fue localizado con un narcomensaje en la carretera Panamericana,
entre ese poblado Ahumada y Samalayuca.
Ahora,
el poblado está a la expectativa porque desconoce quien tomará el lugar de
Salas Aguayo o qué grupo liderará la plaza.
“El
Chuyín”, fue capturado el pasado 17 de abril por militares y elementos de la
Marina, mediante un fuerte operativo que obligó a corporaciones de los tres niveles
de gobierno a “sitiar” la ciudad de Ahumada. Junto con él fueron capturados
cuatro presuntos delincuentes más.
Al
día siguiente su gente, sus protegidos huyeron hacia los poblados y ejidos del
noroeste, principalmente a Buenaventura donde amenazaron a los pobladores.
“El
Chuyín” tenía el control de Villa de Ahumada, municipio localizado a más de 100
kilómetros de Juárez, y las autoridades estadunidenses lo acusan de ordenar el
asesinato de José Daniel González Galeana, exintegrante del grupo delictivo
quien vivía en El Paso, Texas, y era testigo protegido del Servicio de
Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en el 2009.
De
acuerdo con el ICE, Salas desconfió de González Galena y le atribuyó la
detención, el 13 de mayo de 2008, de Pedro Sánchez Arras “El Tigre”, quien era
el tercero en el mando del cártel, dirigido por Vicente Carrillo Fuentes.
Villa
Ahumada se dio a conocer porque es la tierra que albergó a los jefes del Cártel
de Juárez como Rafael Muñoz Talavera, Rafael Aguilar Guajardo y Amado Carrillo
Fuentes.
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/ PATRICIA MAYORGA/ 30 DE ABRIL DE 2015)
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