México, DF.- El
procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, tras los hechos del 26
y 27 de septiembre en Iguala, se detuvo a Patricio Reyes, Jhonatan Osorio Gómez
y Agustín García Reyes, quienes narraron cómo secuestraron, asesinaron y calcinaron
a un grupo de personas.
El procurador
presentó varios videos con la reconstrucción de los hechos, donde los
implicados dan a conocer detalles de ese homicidio y cómo se deshicieron de los
cuerpos, que calcinaron en el basurero de Cocula.
Esas declaraciones
indican que los restos calcinados fueron colocados en al menos ocho bolsas
plásticas para basura, que después arrojaron al Río San Juan por órdenes de un
sujeto apodado “el Tuerto”.
Los detenidos
aseguraron también que elementos de la policía municipal de Iguala les
entregaron al grupo de personas, que luego trasladaron a bordo de dos vehículos
hasta el citado basurero.
Los restos óseos
encontrados en las bolsas ya son analizados por peritos de la PGR y del grupo
de peritos argentinos, quienes determinaron que por su alto nivel de
degradación sería difícil la extracción de ADN, expuso Jesús Murillo.
Por ello, ambos
grupos de especialistas coincidieron en que las evidencias deben ser analizadas
por laboratorios altamente especializados, y se determinó que el idóneo es el
que se localiza en la Universidad de Innsbruck, en Austria; aunque no
estableció fecha para la entrega de los resultados.
INNSBRUCK, EL TOP EN GENÉTICA FORENSE
Walther Parson, uno
de los jefes científicos del Instituto Forense de la Universidad de Innsbruck,
es experto en ADN mitocondrial. Foto tomada de
http://gerichtsmedizin.at/schillercode.html
El Instituto Forense
de la Universidad de Innsbruck, en Austria, está entre los más avanzados del
mundo en la identificación humana en casos criminales.
Según la información
de su página de internet, el profesor Richard Scheithauer dirige la institución
y preside el Grupo de Expertos de Supervisión de ADN de la Policía
Internacional (Interpol), integrado entre otros por el profesor Walther Parson,
uno de los jefes científicos, miembro entre otras de la Sociedad Internacional
de Genética Forense y de la Comisión Internacional de Personas Extraviadas para
la Identificación de Víctimas en las Guerras de los Balcanes.
A fines de la guerra
de los Balcanes, la comunidad internacional decidió crear un centro
intergubernamental forense con el objetivo de identificar a los cientos de
miles de víctimas del conflicto que abarcó a Bosnia, Croacia, Kosovo y Serbia.
Parson supervisa en
particular la Unidad de Investigación sobre Biología Molecular Forense, que ha
desarrollado investigaciones sobre genética forense y médica en los últimos
cinco años.
El trabajo del
Instituto Forense incluye la creación y mantenimiento de una base de datos
internacional de ADN que puede ser consultada por expertos de todo el mundo. El
Instituto desarrolla trabajos incluso a nivel de ADN mitocondrial (organismos
celulares), los cuales se abrevian como ADNmt.
Así, Jesús Murillo
Karam, titular de la PGR, aseguró ayer que se intentaría identificar a los
normalistas de entre las cenizas y restos humanos hallados en Cocula. Incluso
científicos han logrado conocer la genética de las tribus nativas de Estados
Unidos.
Asimismo, el
Instituto ayuda a la Interpol y ha trabajado en investigaciones como la
identificación de víctimas del tsunami asiático de 2004, en Sri Lanka; la
identificación de los restos de los hijos del zar Nicolás II, muertos por los
revolucionarios bolcheviques en 1918; los esfuerzos por verificar la
autenticidad de la calavera del compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart y
la búsqueda de los restos del filósofo alemán Federico Schiller.
Si este Instituto ha
sido reconocido como de los mejores del mundo es por su gran experiencia en el
análisis de ADN modificados ya sea por condiciones climáticas o por el tiempo.
Debido a la ubicación geográfica del laboratorio, sus científicos han tenido
que identificar cadáveres de personas que murieron en accidentes alpinos y
quedaron enterrados bajo el hielo por décadas.
El laboratorio
austriaco aceptó la misión de analizar la ceniza y restos humanos de los
mexicanos, la cual varios países como Alemania y España rechazaron por el alto
grado de carbonización; el Instituto tuvo la enorme tarea de identificar 30
años después a decenas de víctimas de la dictadura de Pinochet en Chile.
En el país
sudamericano el material genético estaba en muy mal estado por su antigüedad y
la alta acidez y humedad de la fosa común donde fue encontrado.
Por ejemplo, en
2000, el Instituto logró la identidad de los asesores de Salvador Allende:
Enrique Paris Roa y Héctor Pincheira, que en 1973 fueron capturados, asesinados
con metralleta, lanzados a un pozo vacío de 10 metros y explotados con dinamita
para borrar sus rastros.
(ZOCALO/ Excélsior
/ 08/11/2014 - 09:07 AM)
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