Dos años
lleva la Presidencia de la República negando que se haya reconvertido la casa
Miguel Alemán –habilitada por Vicente Fox como oficinas– en un palacete para
Enrique Peña Nieto y su familia. Sin embargo, en una entrevista sobre la
polémica propiedad de la Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec, el vocero
Eduardo Sánchez admitió que el mandatario vivió en ésta mientras se remodelaba
la residencia Miguel Alemán en Los Pinos. Así evidenció que las respuestas
oficiales dadas a Proceso, donde se niega la existencia de las obras, son
simples mentiras. Con ellas, Peña Nieto viola la Ley Federal de Transparencia y
el Código Penal Federal.
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- El vocero del presidente Enrique Peña Nieto, Eduardo Sánchez
Hernández, reconoció públicamente el 19 de noviembre pasado que se remodeló la
residencia Miguel Alemán, en Los Pinos, para transformarla de oficinas a casa
habitación de Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, después de que la
Presidencia ha negado esa transformación durante dos años.
En un intento de
disminuir la crisis generada por la revelación del presunto conflicto de
interés por la Casa Blanca –de la que Rivera se dice propietaria pero que está
a nombre de una filial de Grupo Higa, uno de los principales contratistas de
los gobiernos de Peña Nieto, el mexiquense y el federal–, Sánchez abrió un
nuevo frente sobre la falta de transparencia y rendición de cuentas del jefe
del Ejecutivo federal.
En septiembre último
este semanario reveló que a inicios del presente sexenio la residencia Miguel
Alemán, que abarca más de 5 mil metros cuadrados y se usaba como complejo de
oficinas en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, fue radicalmente
remodelada y adaptada con nuevo mobiliario, al estilo de un lujoso palacete
para el presidente y su familia (Proceso 1976).
Al admitir que se
remodeló la residencia Miguel Alemán, el vocero presidencial tácitamente
reconoció que la administración de Peña Nieto ocultó a la opinión pública la
obra y los recursos del erario que se gastaron en ella.
El miércoles 19, la
periodista Carmen Aristegui entrevistó al vocero en su noticiero radiofónico
transmitido por MVS. Sobre la Casa Blanca, que Rivera dice estar pagando con
recursos personales pero en el Registro Público de la Propiedad aparece a
nombre del contratista, sin hipoteca alguna, la periodista preguntó: “¿Asiste
el presidente Peña Nieto a la casa de Sierra Gorda?”.
Sánchez respondió:
“El presidente Peña Nieto, recordarás, Carmen, que al principio de la
administración, cuando la casa Miguel Alemán, en la residencia oficial de Los
Pinos, que está destinada a albergar a la familia presidencial, había sido
ocupada para oficinas y en tanto se estaba haciendo esa modificación, el
presidente de la República tuvo su domicilio ahí (en la casa de Sierra Gorda)”.
PERSISTENTE NEGACIÓN
Desde antes de la
transición gubernamental entre las administraciones de Felipe Calderón y Peña
Nieto, fuentes vinculadas al primer círculo de este último comentaron sobre la
remodelación de la residencia Miguel Alemán.
Al inicio de la
administración de Vicente Fox, con el supuesto fin de acabar con la imagen de
una “presidencia imperial”, la construcción donde vivían los presidentes desde
la década de los cincuenta fue transformada en oficinas del mandatario y de su
equipo, con salas de espera y de juntas, así como comedores para visitas
oficiales.
En la transformación
de la residencia Miguel Alemán y de dos cabañas que fueron acondicionadas para
que las habitaran Vicente Fox y su familia, se gastaron más de 61 millones de pesos.
La administración calderonista mantuvo el uso burocrático de esos espacios.
Ya que tiene
autoridad administrativa y la responsabilidad del uso del inmueble, la
Presidencia autorizó la mencionada remodelación para reconvertir nuevamente las
oficinas en residencia al gusto de la familia Peña-Rivera. Pero lo hizo sin
explicación, en la opacidad absoluta.
Una investigación
realizada por Proceso durante dos años documentó, incluso con fotografías de la
propia Presidencia, los notorios cambios al inmueble.
Entre noviembre de
2012 y septiembre de 2014 se hicieron cinco solicitudes de información, a
través de la Ley Federal de Transparencia, acerca de la remodelación y
redecoración de la casa Miguel Alemán (solicitudes números 021000134112,
0210000064213, 0210000076514, 02100000 94114 y 0210000094014).
EL SEGUNDO DE ESTOS REQUERIMIENTOS ESPECIFICA:
“En diciembre de
2012 presenté la solicitud de información 021000134112, en la que pedí los
contratos, convenios o cualquiera que fuera la modalidad para la realización de
remodelaciones en Los Pinos, incluyendo la residencia Miguel Alemán y las
cabañas que han servido de casa habitación para el presidente y su familia
desde el sexenio de Vicente Fox.
“La Presidencia no
informó sobre los trabajos de remodelación que actualmente se llevan a cabo
para adecuar las instalaciones a las necesidades del presidente Enrique Peña
Nieto y su familia, así como las actuales remodelaciones a oficinas que se
están llevando a cabo en Los Pinos.
“La propia esposa
del presidente, la primera dama Angélica Rivera, en la entrevista concedida
recientemente a la revista Hola, afirmó que se estaban llevando a cabo
remodelaciones en Los Pinos.
“Con base en la Ley
de Transparencia solicito que la Presidencia de la República me informe desde
qué día comenzaron las remodelaciones que se están realizando en Los Pinos con
motivo de la llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia, así como de su
familia. Solicito el desglose detallado de qué trabajos específicos se están
realizando, en qué edificios y áreas de Los Pinos se están haciendo dichos
trabajos y cuándo serán concluidos cada uno de ellos.
“Solicito copia del
documento, minuta o cualquiera que sea la modalidad en la que se autorizaron
dichos trabajos y bajo qué criterio. Así como el plan de obras, si es que éste
existe.”
Como respuesta a
esta y las otras solicitudes, el Estado Mayor Presidencial, la Dirección
General de Finanzas y Presupuesto y la Dirección General de Recursos Materiales
y Servicios Generales, dependientes de la Coordinación General de
Administración de la Presidencia, afirmaron que no existía tal remodelación en
la residencia Miguel Alemán.
Aseguraron, también
oficialmente, que no existía ningún registro documental, ni de ningún tipo, del
contrato de servicios y presupuesto destinado a la “remodelación, adecuación o
construcción de dicho inmueble”.
No obstante, las
fotografías de antes y después de los trabajos muestran el dramático cambio: se
demolieron cuatro columnas de cantera monumentales que enmarcaban el recibidor
de la residencia; se quitaron los plafones falsos y la instalación eléctrica
propia de oficinas, y se construyeron nuevos baños, recámaras, clósets,
vestidores y estancias para la familia Peña-Rivera.
EL NUEVO MENAJE
Para atender los
gustos de los nuevos inquilinos se le quitó a la residencia el estilo mexicano
contemporáneo que se le impuso en la costosa remodelación realizada en el
inicio del sexenio de Fox, y se le dio el aspecto de palacete.
Se decoró con nuevo
mobiliario de estilos Luis XV y provenzal. Se amueblaron las salas con sofás y
sillones de tapices capitonados, de terciopelo y telas con brocados. Se
eligieron mesas doradas y plateadas. Se cubrieron paredes con tapices de
brocados y rayas, y se colgaron en los grandes ventanales, algunos de doble
altura, cortinas con cenefas drapeadas tipo imperial en forma de cascada. Se
colocaron cuadros y tapetes de tipo persa.
En dos de las
solicitudes de información interpuestas por Proceso con base en la Ley de
Transparencia se pidió a Los Pinos el monto erogado, las facturas y los correspondientes
registros –en el inventario que por ley se lleva en todos los inmuebles
públicos– de las cortinas, muebles, floreros y demás adornos que se ven en las
fotografías de la residencia Miguel Alemán publicadas en internet por la
Presidencia.
A través de la
Secretaría Particular de Peña Nieto, el Estado Mayor Presidencial y la
Dirección de Finanzas y Presupuesto, la Presidencia respondió que no tenía
información sobre esos bienes.
La Dirección General
de Recursos Materiales y Servicios Generales contestó que los muebles, adornos
y cortinas “son propiedad particular perteneciente a la familia que ocupa el
inmueble”, pero no entregó documentos de prueba; además, se negó a proporcionar
las bitácoras de registro de cuando fueron ingresados a Los Pinos los muebles y
objetos decorativos supuestamente propiedad de la familia Peña-Rivera.
Según la declaración
patrimonial que Peña Nieto hizo pública la semana pasada, entre propiedades,
obras de arte y joyas, es dueño de un menaje con valor de 1 millón de pesos.
Pero los muebles y cortinas que se encuentran en la residencia Miguel Alemán, y
que a decir de la Presidencia son propiedad de su familia, superan con mucho
esa cantidad.
El engaño en que
incurre la Presidencia al ocultar la remodelación de los edificios mencionados
y su costo viola la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública, lo mismo que el Código Penal Federal.
De acuerdo con la
primera, se hacen acreedores a una sanción administrativa los funcionarios que
sustraigan, destruyan u oculten total o parcialmente “información que se
encuentre bajo su custodia, a la cual tengan acceso o conocimiento con motivo
de su empleo, cargo o comisión”.
También incurren en
responsabilidad al “actuar con negligencia, dolo o mala fe en la sustanciación
de las solicitudes de acceso a la información o en la difusión de la
información a que están obligados conforme a esta ley”, y al “entregar
intencionalmente de manera incompleta información requerida en una solicitud de
acceso”.
A su vez, el artículo
214 del Código Penal Federal señala que el delito “de ejercicio indebido de
servicio público” lo comete aquel funcionario que “por sí o por interpósita
persona, sustraiga, destruya, oculte, utilice, o inutilice ilícitamente
información o documentación que se encuentre bajo su custodia o a la cual tenga
acceso, o de la que tenga conocimiento en virtud de su empleo, cargo o
comisión”.
Lo mismo ocurre con
el servidor público que “por sí o por interpósita persona, cuando legalmente le
sean requeridos, rinda informes en los que manifiesten hechos o circunstancias
falsos o niegue la verdad en todo o en parte sobre los mismos”.
Desde septiembre
pasado el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos
(IFAI) procesa diferentes recursos de revisión interpuestos por este semanario
contra la Presidencia por las respuestas mencionadas.
(PROCESO/ REPORTAJE
ESPECIAL/ ANABEL HERNÁNDEZ/ 28 DE
NOVIEMBRE DE 2014)
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