Ciudad
Juárez.- La riña campal ocurrida la noche del viernes en el estadio “Juárez
Vive”, donde un agente de la Policía Ministerial Investigadora (PMI) –que
estaba fuera de servicio– blandió un arma de fuego, causó indignación entre la
afición debido a que no había vigilancia en el inmueble.
Al
respecto, organizadores del evento prometieron reforzar la seguridad para
entrar y aficionados exigieron colocar detectores de metal.
El
saldo fue de cuatro detenidos y dos lesionados, entre ellas el elemento de la
PMI, Joel González, considerado como víctima de la agresión porque, según la
carpeta de investigación integrada por el Ministerio Público, fue agredido
cuando le quisieron quitar la pistola escuadra de cargo que llevaba consigo.
Asistentes
a este tipo de eventos deportivos denunciaron la venta indiscriminada de
cerveza y la presencia de un grupo de “porras”, identificado como “Hooligans”,
señalado como instigador de éste y otros hechos violentos durante los partidos.
Se
estableció que para la realización del encuentro no se solicitó vigilancia
preventiva de la corporación estatal ni municipal, a pesar de ser un evento
multitudinario donde se venden bebidas alcohólicas.
Ante
lo sucedido, las autoridades deportivas anunciaron que vetarán del estadio
tanto a la persona que portaba el arma, desconociendo que es un agente
policiaco, así como a los demás involucrados en la riña y en general a los
integrantes de “Hooligans”.
González
y un ciudadano no identificado resultaron lesionados durante la trifulca, informó
Arturo Sandoval Figón, vocero de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Por
estos hechos violentos fueron asegurados y se encuentran en calidad de
presentados Martín Eduardo Duarte Rodríguez, Álvaro Delgado Navarro, José
Manuel Cervantes Torres y Enrique Alejandro Acosta Domínguez, quienes son
interrogados en torno a los hechos.
El
portavoz dijo que el agente se encontraba en su día de descanso y acudió con su
familia al encuentro deportivo.
Según
la declaración del lesionado ante el Ministerio Público, se registró una riña a
un lado de los asientos donde estaba su esposa y sus hijos y en un intento por
protegerlos forcejeó con varios hombres alcoholizados.
El
portavoz explicó que el personal operativo tiene permiso de portar el arma de
cargo, la cual él llevaba en una “cangurera”.
“El
agente estuvo a punto de perder el ojo, tiene dañado el globo ocular. A él lo
quisieron despojar de su arma de fuego y no lo permitió, su actuación fue en
defensa propia y de su familia”, dijo el funcionario.
Sandoval
Figón informó que el agente se encuentra hospitalizado y presenta hematomas en
el ojo izquierdo además de golpes en diferentes partes del cuerpo.
Comentó
que por esta agresión ya fue interpuesta la denuncia de hechos por parte del
agente y del ciudadano lesionado, cuya identidad fue reservada por el vocero de
la Fiscalía.
“Ya
se abrió la investigación correspondiente por el delito de lesiones y se dio
vista a la Oficina Descentralizada de Gobernación por el hecho violento
registrado”, dijo el vocero de la FGE.
La
Policía Estatal Única (PEU) y la Secretaría de Seguridad Pública Municipal
(SSPM) no fueron notificadas por los promotores del encuentro deportivo, por lo
que la vigilancia preventiva fue mínima y sólo se dispuso de un patrullaje de
vigilancia en el exterior del estadio de beisbol.
Alejandro
Ruvalcaba, vocero de la PEU informó que esta corporación no intervino en la
vigilancia del lugar, ya que la seguridad al interior del parque deportivo es
exclusiva del promotor del evento, ya sea particular o del gobierno.
El
secretario de Seguridad Pública, César Muñoz Morales, afirmó que tuvieron
conocimiento del evento masivo durante el patrullaje de rutina y él ordenó que
acercaran unidades al exterior para prevenir robo de autos y porque en estos
eventos el consumo de alcohol entre los asistentes es elevado y buscaban evitar
percances en el exterior del estadio y las vialidades.
“El
promotor, que no sabemos quién es, omitió notificar del evento a la Policía
Municipal, mínimo debió haber mandado un oficio para solicitar patrullaje
preventivo”, dijo el secretario, quien ofreció los servicios de la Policía
Especial, para la seguridad en este tipo de eventos masivos.
Entre
los denunciantes está Susana Duarte, una de las testigos, quien dijo que
resulta vergonzoso ver este tipo de zafarranchos en un evento de esta
naturaleza.
“Cómo
los transforma el alcohol, chavos inmaduros que se creen dueños de todo, como
el de la pistola”, indicó. “Que confianza de ir, es un bar público, hasta que
no pase una tarugada van a reforzar su seguridad”.
Patricia
Martínez Soto, otra quejosa, mencionó que el estadio se convierte en una
cantina donde las personas cambian después de tomar cerveza y sugirió que las
autoridades apliquen medidas como meter a la cárcel a los rijosos o multarlos.
Luis
Rodríguez, otro de los asistentes, hizo incluso una relatoría de los hechos en
la que destaca que hubo revisiones aleatorias a las bolsas de las mujeres, pero
que vio tolerancia para meter al estadio cerveza y otros productos.
Afirmó
que hay venta de cerveza en cantidades exageradas por persona, ya que pueden
adquirir desde “un seis” hasta una docena, incluso después de terminado el
juego continúan expendiéndola sin control.
Se
quejó de la tolerancia hacia “la porra” que lanza insultos y palabras soeces en
sus cantos, incitando a la violencia no sólo verbal sin importar que el evento
sea de carácter familiar.
El testigo contó que la primera batalla campal ocurrió en las gradas, en el
área de los “Hooligans” al término del encuentro, pero siguió en el área de
comida.
Para
el presidente de la Liga Estatal de Beisbol “Chihuahua Vive”, Sergio Medina
Ibarra, lo sucedido la noche del pasado viernes en el estadio ‘Juárez Vive’ fue
un hecho aislado y solamente involucró a aficionados del equipo Indios.
Advirtió
que se tomarán las medidas preventivas necesarias, exigiendo a la directiva de
la Primera Zona, Juárez que establezca un control estricto para revisar una a
una a las personas que ingresen al estadio el próximo fin de semana.
En
caso de que la Primera Zona no brinde todas las condiciones de seguridad
exigidas por las autoridades de Protección Civil y la misma Liga Estatal de
Beisbol, se habrán de tomar medidas más estrictas, que podrían derivar en el
veto a la plaza o la toma del control de la seguridad por personal asignado por
esta Liga.
También
afirma que se establecerán controles más estrictos en la venta de cerveza,
prohibiéndose que se expenda antes y después de iniciado el juego.
Una
vez identificados los protagonistas de la riña, en especial quien sacó el arma,
no se les permitirá el acceso al estadio durante la final.
Por
su parte Luis Manuel Aguirre, presidente del equipo Indios de Ciudad Juárez,
dijo que se actuará en consecuencia, explicó.
El
directivo dijo que habrá revisión al momento de ingresar al estadio y que no
podrán acceder aficionados con distintivos de los “Holligans”.
Tampoco
se permitirá el uso de tambores como instrumento de apoyo al equipo y habrá
otras medidas que se anunciarán con anticipación.
El
entrenador de los Indios de la UACJ, Víctor Flores, lamentó el incidente ya que
atentó gravemente contra la seguridad de los verdaderos aficionados y sus
familias.
“Esto
no debe ocurrir en el beisbol que tanto amamos, este hecho es condenable,
completamente reprobable. La verdad que es increíble que esto ocurra, pero se
dan al calor de las copas, y no se puede negar que en el estadio se vende
cerveza de forma indiscriminada”, señaló.
El
presidente de la Liga Paso del Norte, Gregorio Rentería, enfatizó que se debe
vetar del estadio de por vida a los que participaron en la riña, sobre todo a
la persona que sacó el arma de fuego y que puso en riesgo la vida de los
asistentes.
Manifestó
que muchos de los agresores son aficionados que ven el beisbol “de espaldas”
porque están en otros asuntos menos en el juego, si se le añade que “toman
hasta embrutecerse”, el resultado es ese que se vio el viernes.
(ZOCALO/
EL DIARIO, EDICION JUAREZ/ M. Orquiz /L. Sosa/J. Rodríguez/07 DE SEPTIEMBRE
2014)
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