Como
cada año, los habitantes de Taiji comenzaron con los asesinatos de delfines,
los cuales son acorralados en una playa donde son golpeados con barras de metal
TOKIO,
25 de septiembre.- La matanza de delfines comenzó nuevamente este año en una
pequeña villa japonesa, lo que enfrentó a ambientalistas y a personas de la
localidad que afirman defender sus tradiciones.
La
matanza ocurre en Taiji, un pequeño pueblo de 3 mil 500 personas localizada en
la prefectura de Wakayama, donde cada año desde septiembre hasta marzo del
siguiente año, se matan a cerca de mil delfines.
Aunque
la mayoría de los delfines son asesinados por su carne, muchos son vendidos
vivos a acuarios alrededor del mundo, según la cadena CNN.
La
práctica, desaprobada por muchos, es vigilada año con año por un grupo de
activistas llamado Sea Sheperd, que transmite en vivo desde la pequeña
comunidad mientras dirige una campaña en redes sociales para denunciar el caso.
Melissa
Sehgal, coordinadora de la campaña de Sea Sheperd, dijo a CNN que luego de 15
días de iniciada la campaña, comenzaron los asesinatos la semana pasada, cuando
fueron atrapados cuatro grupos.
La
organización difundió, a través de CNN, unas imágenes tomadas la semana pasada
donde se muestra a una familia de delfines que tras verse atrapados, se
mantienen juntos en todo momento hasta que llega el final.
Aunque
los habitantes de Wakayama ven a los delfines y a las ballenas como una fuente
legítima de recursos marinos, la cual permite a la comunidad sobrevivir
económicamente, la organización afirma que está en contra debido al método que
se utiliza para capturar a los delfines.
Golpeando
tubos de metal se crea una pared de sonido que desorienta y deja sordos al
grupo de delfines, los cuales luego son acorralados en una playa, donde son
atacados de una forma “bárbara”, según la organización.
Los
delfines son golpeados en la espina dorsal con piezas de metal, por lo que no
mueren inmediatamente, sino que generalmente se desangran lentamente debido a
heridas internas.
Por
la carne de los delfines muertos, el pueblo obtiene unos 400 o 500 dólares,
pero por los delfines que son capturados vivos y que son vendidos a acuarios,
llegan a obtener hasta 100 mil dólares por animal.
Según
Sea Sheperd, el año pasado fueron asesinados 850 delfines y 160 fueron vendidos
vivos, mientras que el año antepasado 920 fueron asesinados y 249 capturados y
vendidos vivos.
(EXCELSIOR/ Redacción /26/09/2014 08:54)
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