En
la colonia Insurgentes, barrio ícono de la ciudad que fue fundado por obreros
del ingenio Mochis, don Francisco ya no tiene cómo llevar el alimento a su
mujer.
Pensionado
de la fábrica, tienen seis meses sin recibir pago, y a casi dos años de no
cobrar las prestaciones, que se ganó tras 20 años de trabajar zafra tras zafra,
en la producción de azúcar refinada.
Él
debe casi dos mil pesos de comida. El abarrotero ya no quiere fiarle. Adeuda
casi mil pesos más por consumo de agua potable, y está por llegarle el recibo
de la luz. Sabe que la Comisión Federal de Electricidad le cortará el fluido
porque no podrá abonarle a la cuenta.
Tampoco
tiene quien le preste, porque aquí se ha corrido la versión de que los patrones
de don Francisco están quebrados. Y así, el deudor tampoco podrá pagar lo que
ya debe.
Don
Francisco dice que Alejandro Elizondo Macías y Rodolfo de la Vega Valladolid ya
no quieren pagarle, y él ha comprendido que esos muchachos quebraron
intencionalmente la fábrica, en complicidad con el gobernador, Mario López
Valdez, quien siempre los engaño y alimentó las falsas esperanzas de que la
industria no se iría de la ciudad.
Don
Francisco los maldice. Y los llama ¡cabrones! con un desprecio que le obliga a
escupir en el piso. Con sus casi 65 años de edad, él es uno de los ex obreros
del ingenio Mochis que este jueves se sumó al contingente que bloquea los dos
accesos a la fábrica.
A
él ya poco le importa que la justicia se lo lleve a la cárcel, como el
gobernador López Valdez acostumbra a hacer cuando los trabajadores se
manifiestan contra los “cuates de su gobierno”. Ahí están los campesinos de
Paradox, y Don Gervasio Osuna, dice. Ahí están los de Picachos, recuenta. Ahí
están los muertos, los que fueron asesinados por el Gobierno por protestar.
Él
dice estar resuelto a sufrir las consecuencias que lleguen.
Y
muy pegados a él están los obreros. Estaban de vacaciones, pues al final de
cada zafra tienen 35 días descanso, mientras un puñado de mecánicos lava las
tuberías y fierros de la maquinaria. Después de ese mes de asueto, debería de
llegar la reparación de la maquinaria, pero ahora ya no hay certeza de que
regresen a trabajar.
Por
eso están ahí, bloqueando los accesos.
Dicen
que les deben las vacaciones, el ahorro de dos años, el retroactivo salarial
desde el 2012, 14 meses de bonos de despensa, una semana de útiles escolares,
convivencia familiar, canasta básica e incentivos, más seis semanas de sueldos.
En promedio, les adeudan casi 20 mil pesos a cada uno de los 800 obreros que
zafra tras zafra trabajaban en la industria.
Los
obreros no quieren identificarse. Temen por su integridad, y la de sus familias.
Comprenden que en Sinaloa, el gobierno es criminal, y usa tácticas de tirano
para defender a sus cómplices en el saqueo de la riqueza, en el amasamiento de
fortunas con el hambre de los pobres, con la necesidad de los gobernados.
Y
del plantón, nadie los mueve. Quieren sus sueldos, quieren que se larguen los
Macías y los Valladolid, quieren que el Gobierno Federal tome el ingenio, lo
audite y encarcele a los responsables de la quiebra.
Mientras
los obreros se movilizan, la dirigencia de la Sección 12 del Sindicato Nacional
Azucarero se esconde. “Y cómo no, si reciben mochada”, justifican los
inconformes.
El
cierre del ingenio Mochis fue anunciado por Gilberto Irazoqui Galaviz,
presidente del Comité Municipal Campesino Número Cinco, y Carlos Álvarez
Barreras, presidente de la Unión Local de Productores de Caña del Municipio de
Ahome y Luis Xavier Zazueta Ibarra, presidente de la Asociación de Pequeños
Propietarios del Norte de Sinaloa Los Mochis, quien precisó que el 27 de
agosto, miles de campesinos recogerán una superficie indeterminada de siembras
de caña.
“Los
campesinos ya no dieron más prorroga a los Elizondo y a los Valladolid. La
fecha fatal seré el 27 de agosto. Pagan la deuda y continúan con la renta. No
pagan, y se rastrean los cultivos”, dijo.
“Ya
no hay vuelta, el cierre del ingenio Mochis es inminente”, precisó.
El
presidente de la Asociación de Pequeños Propietarios Rurales en la zona norte,
Luis Xavier Zazueta Ibarra, coincidió en que el cierre del ingenio es inminente
porque los industriales incumplieron el convenio de pagos.
Carlos
Álvarez Barreras, manifestó que sólo están a la espera de que la fecha del
convenio se llegue para tomar sus tierras.
Reveló
que la deuda a miles de campesinos es de 40 millones de pesos.
“Se
vienen encaramando más los compromisos que se hacen semanalmente con ellos,
porque los pagos se hacen cada mes, cada seis meses y anuales y como somos más
de mil ejidatarios, aquí se les complica porque semana tras semana se juntan
los compromisos de pago”.
LAS CIFRAS DE LA QUIEBRA
Deuda
a obreros: 35 MDP
Afectados:
800 obreros
Tiempo de retraso: 9 meses
Deuda a campesinos: 40 MDP
Afectados: Mil productores
Tiempo
de retraso: dos ciclos agrícolas
FEBRERO DE 2011
Cuando
se anunció el rescate del ingenio, dijo Malova:
“Voy
a hacer más cosas por los azucareros, porque tengo muy claro que hay que
defender nuestra historia y nuestros orígenes, a nuestros hombres valientes que
por primera vez son locales”, dijo al hacer un recuento de los anteriores dueños,
como fueron Benjamin Johnston, Aarón Sáenz, luego el gobierno, y después don
Carlos García Arce.
“Este
rescate del ingenio se incluye en el propósito de industrializarlo, para que
tenga más rentabilidad, y en un futuro pueda producir biocombustibles y energía
eléctrica, no solamente azúcar”.
“Me
da mucho gusto que tengan esa visión de largo plazo, modernista, esa visión que
nos va permitir poder tener otros productos, que nos puede enseñar a los
sinaloenses y a los mexicanos que no podemos pensar como tercermundistas, sino
como empresarios de primer mundo”.
(RIODOCE/
Luis Fernando Nájera/ agosto 24, 2014)
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