Desde que era diputado local, Otto Claussen Iberri, tuvo un sueño, un sueño que se convirtió en pesadilla.
Como diputado prometió a la hermana república de Guaymas, o sea, Guaymas Norte, una Unidad Deportiva.
El entonces diputado local etiquetó para el presupuesto de Guaymas 20 millones de pesos para esa obra.
Obvio, presumió a los guaymenses su gran hazaña en el Congreso, pero la cristalización de la obra, nunca llegó.
Su
conflicto con el gobernador del Estado, Guillermo Padrés, impidió que
el recurso aterrizara en Guaymas Norte y por el contrario, los 20
millones se fueron a la Unidad Deportiva del sur del Estado.
En
el proceso electoral del 2012 prometió nuevamente la obra, pero
lógicamente ahora el dinero tendría que llegar de la federación.
Ya no fueron 20, sino 14 millones de pesos los que se aprobaron para dicha obra en el presupuesto federal.
El
diputado federal, Antonio Astiazarán, presumió haber sido quien
etiquetó el dinero para la gran obra de Otto Claussen Iberri.
El alcalde dice que fue su amigo Beltrones. “Haiga sido como haiga sido”, dijo Calderón, el dinero llegó, pero se perdió.
Los 14 millones de pesos se perdieron por falta de terreno.
¿Qué fue primero el huevo o la gallina? ¿ Qué era primero el terreno o el dinero? Supongo que las dos cosas.
Consiguió
el dinero pero no tenía terreno. Estaba seguro de tenerlo por su
relación con Francisco Uribe Maytorena, el empresario que escogió para
Guaymas como Síndico Procurador a Oralia Sánchez Hernández.
El “bissness” no les resultó, ese no, otros sí, por supuesto.
Como no hubo terreno el recurso se perdió y la Federación le requirió la devolución del dinero.
Otto
Claussen perdió la gran oportunidad de su carrera política, hacer una
Unidad Deportiva en el corazón de las jornadas electorales.
La
obra es buena, sin duda. Todas aquellas obras encaminadas a recuperar
espacios para los jóvenes serán siempre buenas obras, pero esta obra en
especial significaba para Otto Claussen votos.
Es decir, su único gran interés es meramente electoral.
El fin justifica los medios
Nunca como ahora está vigente esa frase de Nicolás Maquiavelo en una acción de gobierno.
Otto
Claussen recuperó los 14 millones de pesos perdidos y ante el fracaso
de sus transacciones con Francisco Uribe Maytorena, decidió hacer
transacciones con José Ordaz Aguiar. O sea, salió de Guatemala para
entrar a Guatepior y ahí están las consecuencias.
Sin dar ninguna explicación a los hermanos de Guaymas Norte, el alcalde planeó la construcción de la Unidad Deportiva en Niza.
Niza no es Guaymas Norte, aunque este ubicada al Norte de la ciudad.
Niza no representa tantos votos como la hermana república de Guaymas Norte, pero era Niza o nada. Es ahí o el suicidio político.
De
concretarse, esta sería la primera promesa de campaña cumplida después
de un año y ocho meses. De ese tamaño la preocupación del alcalde.
Pavimentar es lo más ordinario que un presidente municipal puede hacer, lo han hecho todos.
El panista César Lizárraga pavimentó como ningún otro alcalde en los últimos 20 años.
Que el gobierno de Otto Claussen pavimente calles no debe ser motivo de asombro.
Pero que Otto Claussen no haya cumplido, hasta ahora, ni un obra de las que prometió en campaña, sí es motivo de preocupación.
Ni
el teléferico, ni el mercado de mariscos, ni el cuartel de bomberos, ni
los puentes en la Calzada, ni el Centro de Convenciones, ni el mercado
de artesanías, ni la Unidad Deportiva en Guaymas Norte, ha podido
cumplir.
Ante eso, lo que caiga es bueno, donde caiga es bueno.
Y si el terreno está caliente, que importa, el fin justifica a los dueños.
José Ordaz Aguiar, se burló del Ayuntamiento, escribieron los amigos del presidente municipal.
No
señor, José Ordaz no se burló del Ayuntamiento, ni de Otto Claussen.
Aunque Otto Claussen tenga residencia temporal en Guaymas, sabe
perfectamente quién es José Ordaz Aguiar.
¿Quién no sabe en Guaymas que hacer negocios con José Ordaz es un riesgo?
¿Quién no sabe que cuando José Ordaz dona algo al municipio, más bien está regresando algo de lo que le ha quitado?
Lo
hizo con Antonio Astiazarán Gutiérrez, quien a cambio de varios
millones de pesos, ordenó a Hortensia Díaz Frayde, la entonces Síndica,
desistirse del pleito por 26 hectáreas en Las Tinajas.
Con
César Lizárraga, el malo, el transa, el corrupto, intentó hacer lo
mismo, pero a diferencia de Antonio Astiazarán y Otto Claussen, el
panista no hizo negocios con él. Claro que eso no lo hace menos
corrupto.
Con
César Lizárraga, José Ordaz también quiso entregar terrenos, es decir,
hacer una dación de pagos, a cambio de que se borraran del sistema los
más de 4 millones de pesos que debe de impuesto predial.
Los malos, los corruptos, o sea, los panistas, no quisieron.
Ordaz
esperó pacientemente que se fuera ese gobierno para que llegara el
nuevo, el del PRI, en donde él siempre ha recibido buenos tratos.
Mientras,
“fundó”, la Asociación Guaymas tú Puerto”, cuyo vocero Víctor Parra
Maldonado, tiene la encomienda de golpear, un día si al gobierno
anterior y el otro también.
En pocas palabras, El buitre es empleado, testigo, vocero, cómplice y sicario mediático.
La
función de Víctor Parra es mantener fresca la idea entre la memoria de
los guaymenses de que el gobierno anterior fue corrupto.
Mientras,
el gobierno del PRI metiendo goles, Ordaz, quemando terrenos y dañando
el único pulmón que le queda a Guaymas, el director de Ecología haciendo
como que lo sanciona y su vocero como si nada.
La donación
El
artículo 61 de la Ley de Gobierno y Administración Municipal establece
que toda donación que se le haga al Municipio debe ser aprobada por
cabildo.
Sin embargo, los regidores de Otto Claussen Iberri, le dieron al inicio de la administración un cheque en blanco.
Los ediles aprobaron darle la facultad absoluta al alcalde para que aceptara donaciones.
Quién sabe cuántas donaciones más y de quién habrá recibido y los regidores y los ciudadanos, ni enterados.
Al
alcalde se le “aguadeó” la fiesta luego de que se puso al descubierto
que el terreno donado tiene dueños, dicen que no uno, sino dos.
¿Por
qué Ordaz donó al Ayuntamiento un predio de 6 hectáreas y escrituró en
un mes cuando hay cientos de guaymenses que tienen añosssssssss
esperando que les entreguen sus escrituras?
¿Por qué Otto Claussen Iberri decidió hacer negocios con José Ordaz Aguiar?
El ex regidor del PRI hizo negocios con Otto Claussen porque no los pudo hacer con César Lizárraga, obvio.
Hizo
negocios con el Ayuntamiento de Guaymas donando este predio porque
sabía de la urgente necesidad de Otto Claussen por hacer la obra antes
de volver a perder el dinero.
Bien
lo dijo Alfonso Flores, el que cobra como director de APIM, pero en
realidad es pistolero del alcalde. “Se va a ver muy mal el Otto si no se
hace esta obra”, le dijo al representante de uno de los que se dice
dueño del predio.
La donación no es un acto generoso de amor a Guaymas, es una transacción.
Ordaz
busca dos cosas del municipio, que le condonen la deuda de 5 millones
de impuesto predial o que le cambien o le den claves catastrales del
predio de Las Tinajas.
Para lo primero, se necesita la autorización del Cabildo, para lo segundo no.
¿Seguirá la rebelión?
Si
bien es cierto, los regidores le dieron el poder absoluto al alcalde
para que aceptara donaciones, también lo es que el poder era para
donaciones simples.
Es
decir, para mala suerte del alcalde, si esta donación es a cambio de
la condonación de la deuda de prediales, sí necesita que la autorice el
cabildo.
Después
de saber con quién hizo acuerdos el presidente municipal, no creo que
los ediles de oposición arriesguen su pellejo para que se cristalice la
obra.
Y
no es frenar la obra, es pensar en las consecuencias que traería para
todos autorizar la transacción a sabiendas de que está en duda la
propiedad del terreno.
Me meto por que me meto
Otto
Claussen hubiese querido que este escándalo no trascendiera. Todavía
está muy reciente la pasada friega que le metieron los regidores de
oposición, por el tema de PASA, incluyendo tres de su partido, a quien
por cierto, intentó correr del PRI, como para que este escándalo
llegara a sus oídos.
El día que tronó la bomba, personalmente fue demostrar que él manda en Guaymas.
Intentó imponerse, porque no está acostumbrado a otra cosa. Cuando se dio cuenta quiénes reclaman el predio, optó por doblarse.
Pidió
misericordia para su obra y se la dieron, pero a cambio de presentar
denuncias contra Ordaz por donar un predio que había sido vendido hace
años.
Ahora se dice que no hay uno sino dos dueños y que el contrato de compra-venta se rescindió.
Lo
cierto es que se le calentó el terreno y detrás de esta transacción hay
cosas muy tenebrosas de las cuales han salido beneficiados, notarios,
contadores y hasta un Secretario del Ayuntamiento.
Aún cuando la obra se realice en ese lugar, nadie puede asegurar que las consecuencias no se verán más adelante.
El
que hace negocios con José Ordaz corre riesgos, al alcalde se lo
advirtieron y él decidió correr riesgos, veremos si los regidores hacen
lo mismo.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Agueda Barojas/ Domingo, 04 de Mayo de 2014 14:08)
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