APATZINGÁN, Mich. (apro).- La fila de autodefensas era algo
numerosa por la mañana y los jefes militares veían con gusto la llegada
de cada civil con rifles de asalto y pistolas calibre .38 y .45 listas
para su registro.
Los tronidos eran secos en una especie de botes donde quedaban las
balas disparadas para que sus estrías fueran registradas en los
expedientes de la Secretaría de la Defensa (Sedena).
Pero lo que el comisionado Alfredo Castillo había anunciado como el
“desarme” de las autodefensas ciudadanas en realidad era otra cosa
distinta, pues nunca se despojó de sus armas a los autodefensas; en
realidad, cada pistola o fusil registrado se regresó a sus portadores
para que los siguieran utilizando para defenderse del crimen organizado.
Por segunda ocasión en lo que va del año, el gobierno federal ha
tratado de desarmar a los grupos de autodefensa ciudadana sin lograrlo.
Entre enero y febrero, el Ejército instaló el programa de registro de
armas y en dos meses únicamente logró un enlistado de mil 200 armas.
Ahora, en el tercer día de la nueva campaña llevaban mil 100 y eso ya
era motivo de júbilo para las fuerzas armadas que observan así una
señal de pacificación en Michoacán.
Este gesto de optimismo del gobierno federal y de las fuerzas armadas
tendría que ser más cauteloso, pues como ya se sabe el mercado de armas
en Michoacán es muy importante desde hace tiempo y las autodefensas
ciudadanas no están registrando todo su arsenal, sino sólo una parte,
pues siguen argumentando, con toda razón, que no podrán desarmarse en un
corto periodo de tiempo ante las amenazas de que los remanentes de los
Caballeros Templarios los ataquen o lo hagan los grupos que ya han
estado en la entidad en años anteriores, como Los Zetas, el Cártel del
Golfo (CDG), los Beltrán Leyva o el Cartel de Jalisco Nueva Generación
(CJNG).
Sin embargo, mediáticamente el comisionado Alfredo Castillo ha
querido dar la impresión de que antes del 10 de mayo los grupos de
autodefensa serán desarmados y con eso las autoridades darán un paso
importante para tranquilizar a Michoacán, una vez que también se logre
descabezar por completo a los Templarios con la detención de Servando
Gómez, La Tuta, quien se encuentra prófugo.
Castillo y el gobierno federal quieren cerrar el episodio de la
violencia en Michoacán lo antes posible para que no se les compliquen
los tiempos de las elecciones para gobernador previstas el año que
entra. Para el PRI es importante mantener el gobierno en Michoacán luego
de que el PRD lo tuvo en sus manos por una década con Lázaro Cárdenas
Batel y Leonel Godoy.
Es más, el gobierno de Enrique Peña Nieto no se puede dar el lujo de
perder una entidad dando muestras de debilidad no sólo ante otros
partidos políticos sino de cara al crimen organizado.
El grupo político de Peña Nieto representado por Castillo ya no puede
dar una muestra de debilidad como lo está haciendo el gobernador del
Estado de México, Eruviel Ávila, ante otro grupo político fuerte que
viene empujando con miras a la Presidencia de la República, como es el
de Hidalgo, representado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, y el procurador general de la Republica, Jesús Murillo
Karam.
El desarme de las autodefensas anunciado por Castillo representa algo
más que el avance de la paz en Michoacán, significa un triunfo político
para Peña Nieto y para el PRI en este otro campo de batalla alejado del
escenario de las reformas legislativas, como es el combate al crimen
organizado, donde evidentemente van perdiendo la batalla, pues no cesa
la violencia y la presencia de las bandas y cárteles de la droga.
De ahí que la fecha fatal del 10 de mayo como el tiempo límite para
desmovilizar a las autodefensas quizá haya sido un error cometido por
Castillo y el gobierno federal, pues difícilmente lograrán este
cometido, así como la demanda que el líder de las autodefensas, José
Manuel Mireles, estableció: que para esa fecha ya debería haberse
desterrado al crimen organizado de Michoacán.
El publicitado desarme es más bien una estrategia mediática y eso
tendrá que explicarlo Castillo cuando atestigüemos, una vez más, el
actuar de las autodefensas que, a pesar de que no han avanzado como
pretendían liberando dos o tres municipios por día las últimas semanas,
sí siguen operando con rifles de asalto y pistolas de grueso calibre que
no han registrado ante el Ejército.
Twitter: @GilOlmos
/ 30 de abril de 2014)
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