No se trata sólo de Los
Caballeros Templarios, contra quienes dirige todos sus esfuerzos el
gobierno federal: hay otras organizaciones criminales que desean el
control de Michoacán, entidad privilegiada geográficamente para el
trasiego de enervantes y la fabricación de drogas sintéticas. Los Zetas,
el Cártel del Golfo, el de Jalisco Nueva Generación y Héctor Beltrán
Leyva, entre otros grandes grupos delictivos, buscan el control de las
rutas michoacanas.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Mientras
el gobierno federal está centrado en combatir a Los Caballeros
Templarios y desarmar a las autodefensas en Michoacán, otros grupos y
personajes del crimen organizado avanzan sigilosamente en esa entidad.
Dos documentos confidenciales del gobierno federal, de los cuales Proceso
tiene copia y que circulan en ese estado, advierten acerca de la
debilidad de la estrategia gubernamental lanzada a principios de año
para acabar con Los Caballeros Templarios. Asimismo, alertan sobre
agrupaciones que aparecen o resurgen y que pelean el control de
Michoacán extorsionando, secuestrando y manteniendo el negocio del
narcotráfico.
Los documentos revelan que las autodefensas han sido infiltradas por
personajes del crimen organizado –como algunos extemplarios– que se ha
puesto la camiseta de este movimiento ciudadano para continuar el
tráfico de droga, esencialmente sintética, por Tierra Caliente y la
Costa.
Según uno de estos documentos, entre esos personajes se encuentra Miguel Gallegos Godoy, El Migueladas,
líder de un grupo denominado Los Gallegos y quien se alió con Nemesio
Oseguera Cervantes, cabeza del Cártel de Jalisco Nueva Generación
(CJNG), aliado a su vez con el Cártel de Sinaloa.
Se habla también de Luis Antonio Torres, Simón o El Americano,
jefe de las autodefensas de Buenavista Tomatlán y quien lidera un grupo
armado de aproximadamente mil 200 personas que se hace llamar
Autodefensa Operativa H-3 (Hermandad 3).
Pero también estarían disputando el control del narcotráfico en
Michoacán otras mafias, como el Cártel del Golfo (CDG), aliado con
Servando Gómez, La Tuta; Los Zetas; el cártel de los Beltrán
Leyva, quien habría hecho un pacto con Enrique Plancarte Solís, y los
restos de La Familia Michoacana.
De acuerdo con los documentos confidenciales elaborados por los
centros de inteligencia policial y castrense, esta reconfiguración de
grupos del crimen organizado en Michoacán se da a la sombra de la
estrategia gubernamental contra los líderes de Los Caballeros Templarios
y de las negociaciones con los grupos de autodefensa.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1955, ya en circulación)
/ 19 de abril de 2014)
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