MÉXICO,
D.F. (Proceso).- El diario Noroeste, que circula en los 18 municipios
de Sinaloa, con plantas de edición en Culiacán y Mazatlán, vive hoy
momentos de tensión por el acoso a su equipo de redacción. Hasta ahora
ha habido ataques a sus oficinas con armamento de alto calibre, tres
reporteros golpeados por la policía por cubrir la nota de un grupo de
personas que mostraba su apoyo a Joaquín El Chapo Guzmán, amenazas
telefónicas anónimas y, en días pasados, el robo del vehículo del
director general, Adrián López Ortiz, quien además fue baleado en ambas
piernas. Esto no es casual. Noroeste es culpable de ello. Veamos.
Primero.
Noroeste es culpable de ser el único diario que se ha apartado de la
verdad oficial de lo que sucede en Sinaloa, y de no reconocer a diario
las virtudes del gobernador Malova.
Segundo. Noroeste es culpable
de abrir sus páginas a las más distintas voces que aportan sin censura
sus puntos de vista sobre la vida pública, a efecto de que sea el lector
el que tenga la última palabra para formar su criterio.
Tercero.
Noroeste es culpable de ser autocrítico y de actuar con responsabilidad
social al contar con un código de ética y un defensor de los lectores
que funciona y no es una simulación, como sucede en los pocos diarios
que disponen de esta figura de autorregulación.
Cuarto. Noroeste
es culpable de ser el único diario que ejerce, con profundidad y
veracidad, un periodismo de investigación de lo que sucede en Sinaloa,
utilizando la ley de acceso a la información pública y todos los
elementos lícitos a su alcance.
Quinto. Noroeste es culpable de
promover la socialización del conocimiento, y de dirigir y acompañar
movimientos sociales para evitar que se violen derechos humanos de los
sinaloenses, por ejemplo las “licencias intrusivas” que en el mundo al
revés buscaban promover un gobierno opaco y una sociedad abierta.
Sexto.
Noroeste es culpable de dar cabida a las denuncias de la sociedad civil
frente a los abusos de los poderes públicos y privados, así como de
procurar su seguimiento si son de interés público.
Séptimo.
Noroeste es culpable de organizar foros y talleres de discusión sobre
los temas de la agenda nacional con diversos expertos para generar
conciencia crítica en la sociedad sinaloense.
Octavo. Noroeste es
culpable de ser un activo promotor de las prácticas democráticas y de
criticar aquellas que no lo sean, independientemente del partido en el
que se presenten.
Noveno. Noroeste es culpable de ser el medio que
busca desterrar la apatía colectiva, el miedo social y la derrota moral
derivada del sentimiento de que nada puede cambiar y de que lo que
sucede hoy en Sinaloa es un destino fatal.
Décimo. Noroeste, en suma, es culpable de no incurrir en complicidades.
Por
las razones anteriores, no extraña la embestida del gobierno de Malova
contra Noroeste. El ataque a Adrián López Ortiz fue calificado por el
gobernador como ¡mala suerte!, haciendo juicios a priori, sin tener
elementos derivados de una averiguación previa bien hecha por la
Procuraduría General de Justicia del Estado, a cuyos funcionarios, en
cambio, felicitó por su trabajo. Los felicitados, según relatan los
detenidos, los amenazaron si no se autoinculpaban del ataque al director
general de Noroeste. Es comprensible en ese contexto que Sinaloa se
haya convertido en tierra de nadie.
El Consejo de Administración
de Noroeste ha responsabilizado por acción u omisión al gobernador
Malova, lo cual comparto sin reservas a la luz de los hechos que aquí he
señalado. Los ataques a Noroeste y a la otra expresión crítica, el
semanario Ríodoce, que también ha sido objeto de agresiones, constituyen
agravios a la sociedad porque se busca intimidar y silenciar a la
crítica constructiva para uniformar la información en agravio del
derecho a la información de los sinaloenses y de los mexicanos en
general, así como del ejercicio de la libertad de expresión en perjuicio
de todos.
La PGR debe investigar a fondo al gobernador Malova,
quien fue señalado por uno de sus escoltas como parte del narcotráfico.
Si ayer fue Jesús Reyna, exgobernador interino de Michoacán, puesto a
investigación con menores elementos públicos de juicio que los que
existen en contra de Malova, ¿por qué en Sinaloa no se procede de manera
similar? Se le imputa haber enviado a la policía a golpear a reporteros
de Noroeste porque sabía que harían un trabajo sin consigna al cubrir
la marcha a favor de Joaquín El Chapo Guzmán, además de que exonera de
antemano a su propio gabinete de seguridad de los ataques a Noroeste y
responsabiliza a la “mala suerte” de esos delitos. ¿Qué falta,
procurador Jesús Murillo Karam, para que abra una investigación sobre el
gobernador Malova?
evillanueva99@yahoo.com
@evillanuevamx
www.ernestovillanueva.blogspot.mx
/21 de abril de 2014)
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