Para
el exgobernador Leonel Godoy la decisión del gobierno federal de
combatir al crimen organizado en Michoacán mediante un programa de
rescate social –al cual se destinarán 45 mil 500 millones de pesos– es
atinada aunque riesgosa, sobre todo si las autoridades no vigilan la
correcta aplicación de esos recursos. En cuanto a los grupos de
autodefensa, dice que los jóvenes que los integran son el eslabón más
débil ante lo que supone una solución de largo plazo. Y advierte: “Son
miles los integrantes de Los Caballeros Templarios; difícilmente los van
a terminar”.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Durante la gestión de
Leonel Godoy en Michoacán (2008-2012), Los Caballeros Templarios
comenzaron a posicionarse en la entidad; hoy mantienen en jaque al
gobierno del priista Fausto Vallejo.
Al perredista Godoy le
tocaron los granadazos en la plaza de Morelia y el famoso michoacanazo
en mayo de 2009, que marcó el fracaso de la estrategia militar de Felipe
Calderón. El plan de rescate social de Enrique Peña Nieto, dice a
Proceso, es correcto, pero advierte: existe el riesgo de que parte de
los 45 mil 500 millones de pesos vayan a parar a manos de esa
organización criminal.
Nadie sabe, por ejemplo, si los fondos
prometidos por Peña Nieto para impulsar programas sociales en la entidad
se desviarán a campañas electorales. Y es posible incluso, asegura, que
la “figura anticonstitucional” de mediador intente aplicarse en otros
estados y que en Michoacán no se actúe contra las autoridades corruptas
que permitieron el crecimiento de los templarios y que al final sus
integrantes se beneficien con el cobro de cuotas del ramo social 33.
Godoy,
quien siempre se opuso a la estrategia de Calderón, no evade su
responsabilidad como gobernador. “Cada uno tendrá que responder. Se lo
dije varias veces (a Calderón) y siempre se enojó y me lo reclamó en
varias ocasiones. Lo único que hizo fue alebrestar el avispero y dejar
las cosas sin control”, dice a Proceso.
Responde con cautela pues,
añade, aún se siente vulnerable ante los sicarios. “Son miles los
integrantes de Los Caballeros Templarios; difícilmente los van a
terminar”.
En su primer intento el presidente Enrique Peña Nieto
intentó combatir el crimen organizado con la misma estrategia de
Calderón, pero fracasó; sin embargo, corrigió el camino y optó de manera
correcta por la inversión social, sostiene el entrevistado.
E
insiste: esta estrategia también podría fracasar si se usa con fines
políticos para rescatar al PRI michoacano o si no se vigila que los
recursos vayan realmente a programas sociales de las comunidades y no a
los bolsillos de delincuentes, como ha ocurrido desde que llegó Fausto
Vallejo al poder.
“Yo esperaría dos cosas: que el dinero se
utilice de manera transparente y no se desvíe a cuestiones electorales;
menos aún, que se quede a medio camino, considerando la corrupción y las
claras complicidades (de las autoridades estatales) con Los Caballeros
Templarios. Esperemos que sea una estrategia correcta, lo necesitamos
los michoacanos.”
–¿Cómo se daría eso, cómo se financiaría a un grupo criminal? –se le pregunta.
–Como
le estaban haciendo los integrantes de ese grupo, quienes extorsionaban
a los presidentes municipales vía la obra pública, en los programas
especiales como el ramo 33. Creo que el gobierno federal debe
cerciorarse de que el dinero llegue a las comunidades y a los pueblos,
porque requieren de mucho apoyo.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1945 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
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