Un grupo de sacerdotes
exigió, a través de una carta, a las autoridades eclesiásticas
encabezadas por al arzobispo José Luis Chávez Botello “extirpar de raíz
el infame crimen de la pederastia que se dejó incubar en la Iglesia con
su silencio cómplice”.
En respuesta, la Curia y los vicarios de la
Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca emitieron un comunicado donde afirman
que “la Iglesia no avala ni encubre a nadie”, sin embargo, considera
que “no se trata de politizar la justicia ni de judicializar la
política”.
Luego de que un grupo de sacerdotes denunció la
existencia de varios casos de abuso de sexual cometidos por un clérigo,
el pasado 29 de noviembre fue detenido el sacerdote Gerardo Silvestre
Hernández, en cumplimiento a una orden de aprehensión librada por el
Juzgado VII de lo Penal, acusado en el expediente penal 140/2013 por el
delito de corrupción de personas menores de 18 años.
El vicario
general Francisco Reyes Ochoa, el secretario canciller, Lorenzo Fanelli
de Liddo;los vicarios episcopales Gregorio Cruz González, Saturnino
Hernández, Miguel Pérez Xavier, Aureliano Díaz Jiménez, Pedro Luis Ortiz
Luna, Ignacio Cervantes Montes así como el ecónomo diocesano, Alejandro
Rodríguez; el apoderado legal, Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, el
vicario judicial, Zeferino Cruz Joaquín, el vicario de Pastoral, Carlos
Franco Pérez, el vicario de Religiosas, Jorge Flores Ulloa y el de
Comunicación Diocesana, Guadalupe Barragán, reiteraron que “la Iglesia
lleva un proceso interno” al sacerdote acusado de pederasta.
En
relación con el caso del ministro que enfrenta una denuncia y que
actualmente está sujeto a proceso penal, manifestó que “no somos ni
seremos una institución que promueva o busque fueros o privilegios. Cada
quien tendrá que responder de manera personal por las consecuencias que
se deriven de sus actos, específicamente cuando son delictuosos”.
A
manera de justificación dijo que “desde que tuvimos conocimiento de las
acusaciones, se inició un proceso interno en el cual se investiga y se
desahoga un procedimiento respetando los derechos humanos de la probable
víctima y del inculpado”.
Resaltaron que “en estos casos, en
irrestricta defensa al principio del interés superior del niño, nunca
vacilaremos en poner a disposición de las autoridades competentes ni a
quienes, abusando del privilegio de su encargo cometan actos que
denigren la integridad y dignidad, ni a quienes, teniendo el
conocimiento y las pruebas no acudan a tiempo ante las instancias de
autoridad correspondientes a denunciar lo que conocen, en pleno
encubrimiento y complicidad”.
En el mismo comunicado, la
Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca hace un reconocimiento a la
Procuraduría General de Justicia del estado por la investigación
desarrollada que derivó en la detención del sacerdote católico, evitando
con ello su impunidad.
De igual forma, “expresamos nuestro voto
de respeto y confianza al juzgador; esperamos que, sin presiones de nada
ni de nadie, emita un dictamen justo, objetivo y serio, no para
satisfacer opiniones o posiciones, sino en estricto apego al debido
proceso”, puntualizó.
También manifestaron su disposición para
esperar con sensatez y prudencia el veredicto que el juez emita al
sopesar denuncias, testimonios y pruebas para, finalmente, dictar
sentencia. “Confiamos en que la verdad resplandezca y les invitamos a no
dejarse confundir por opiniones o posiciones que entorpezcan el
desarrollo de un proceso apegado a lo cierto y a la realidad”.
En
clara alusión a los sacerdotes insumisos, hizo un exhorto “a todos a no
obstaculizar ni obstruir de ningún modo el proceso penal, a quienes
tengan que aportar ojalá que lo hagan a través de los cauces
correspondientes; porque no se trata de politizar la justicia ni de
judicializar la política, invitamos a permitir que sean las autoridades
competentes las que, sin ningún tipo de presión y en estricto apego a la
verdad y a la justicia, investiguen, enjuicien y sentencien de acuerdo a
la verdad histórica y a la razón jurídica”, finalizó.
Antes, en
enero pasado, los presbíteros Juan Ruiz Carreño, Juan Antonio Jiménez
Gómez, Miguel Ángel Morelos García, Jorge Pérez García, David Elías
Mendoza Maldonado, Ángel Noguera, Manuel Arias Montes, Guillermo
Velázquez Gordillo, Sergio Herrera Arias y Leoncio Hernández Guzmán,
exigieron a las autoridades eclesiásticas encabezadas por al arzobispo
José Luis Chávez Botello, a pedir perdón por los casos de pederastia
cometidos por el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández.
A través
de un documento intitulado “Ante la pederastia en Oaxaca demos la cara
como Iglesia”, los sacerdotes católicos insistieron en que “como Iglesia
diocesana ya no podemos eludir una realidad que nos cuestiona y nos
pone en el escaparate de la opinión pública”.
Una vez detenido el
sacerdote acusado de varios casos de pederastia, consideran que “es
preciso dar la cara, con nuestros obispos a la cabeza, los presbíteros
que tomaron distancia por propia decisión e incluso los que nos juzgaron
y sentenciaron como calumniadores y enemigos del arzobispo y de la
Iglesia (por haber denunciado los abusos sexuales cometidos por el cura
Gerardo Silvestre Hernández)”.
Los presbíteros aclararon que “no
hemos jugado a tirar la piedra y esconder la mano, cuando correspondió
una advertencia sobre el caso del padre Gerardo Silvestre Hernández, la
hicimos”.
Y ahora que las circunstancias han cambiado y el padre
está formalmente preso esperando la sentencia judicial que lo declare
culpable o inocente, a través de este documento, lo invitaron a
transitar el camino arduo de la readaptación social.
Al fijar su
postura, resaltaron que “con el dolor humillante de las víctimas, sus
familias y sus pueblos zapotecos, por el agravio físico y moral y la
vergüenza que sufrieron, exigimos a nuestras autoridades eclesiásticas,
encabezando el arzobispo, pedirles perdón y reparar el daño”.
“Con
el dolor deshonroso que carga nuestra Iglesia diocesana, por el
escándalo, creemos que es de toda necesidad reafirmar nuestro compromiso
con la verdad y la justicia”, puntualizaron.
/ 9 de febrero de 2014)
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