El gerente de operaciones de la Central Camionera de Mazatlán, Víctor
Ávila Banderas, lamentó, que circular por la autopista Mazatlán-Durango
se haya convertido en un foco rojo durante las lluvias, porque no se
sabe qué nueva novedad se pueda presentar en esta vialidad.
Ayer a las 17:00 horas, fue reabierta a la circulación vehicular, la
nueva supercarretera Mazatlán-Durango, después de cerca de 35 horas de
que se registró un derrumbe de piedras y tierra de un cerro en el
kilómetro 144-550.
Fue cerca de las 12:20 horas del martes, cuando se registró un
derrumbe de cerca de mil metros cúbicos de material de un cerro, al
parecer por la humedad que hay en la zona, por lo que la carretera quedó
cerrada en ambos sentidos y como alternativa los conductores tomaron la
carretera libre 40 Matamoros-Mazatlán.
Ávila Banderas dijo que aunque a partir de hoy es posible transitar
las rutas con destino a Durango de manera normal, a la altura del
kilómetro 144 todavía se requiere tomar precauciones ya que se está
circulando en doble sentido en un tramo de cercano a los 20 metros,
debido a las obstrucciones rocosas que prevalecen en el lugar.
“cuando llueve es más peligroso, tomamos precauciones porque es
peligroso, porque imagínate esa piedra le cae a un automóvil particular,
a un autobús, puede causar accidentes y hasta pérdidas humanas”, dijo.
Ya no sólo se trata de lodo, piedras pequeñas y el cauce de algunos
ríos, sino de verdaderas amenazas, pues la roca que obstruye el paso
tiene casi el tamaño de un autobús, según lo describió.
Como transportistas indicó que únicamente les resta mantener
comunicación con las autoridades y conducir a una velocidad moderada,
sobre todo durante las lluvias.
(RIODOCE/ Redacción / enero 9, 2014)
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