Comunidad del
municipio de Hermosillo, ubicado al poniente de la ciudad, en el kilómetro 60
de la Calle 26
Carlos M.
Valenzuela Quintanar / Dossier Político
El rancho se rehúsa
a descubrir sus secretos, no fácilmente deja ver cómo, cuándo y quiénes fueron
sus primeros residentes. Los documentos se pierden entre el olvido y la memoria
de aquellos que se mecieron en sus tierras y bañaron sus vidas en las madrugadas
con el rocío suave de la lejana y la vez cercana "playa virgen de Tastiota" eran
caricias de las aguas del mar Bermejo, hoy Mar de Cortés.
Entre mezquitales
añosos, señoriales e imponentes cabalgaron los hombres, siempre con la
convicción de sus mujeres, firmes en su postura de ganarle un espacio a la
aparente inhóspita tierra y bañados con sudor, que el desierto y el sol les
brindaba marcando su territorio, quizás para que desistieran de su
objetivo...,pero ni así desfallecieron en su epopeya.
Los misterios se
esconden, si no lo hacen ellos mismos, otros los guardan conforme transcurre el
tiempo. La historia pareciera
convertirse en especie de leyenda..., hasta que alguien escudriña los
baúles existentes y surgen destellos que nos permiten confirmar la realidad de
entre las marañas que se han tejido con los años.
El Sapo, rancho
ganadero de terrenos de agostadero y pequeñas milpas permitieron a sus
pobladores subsistir con la aguas de las lluvias aprovechadas como riegos de
temporal, para legumbres y algún forraje
para el ganado vacuno y caballa,r en su gran mayoría.
Según la oralidad de
la gente esos terrenos pertenecieron originalmente a un terrateniente Sr.
Aguilar de la vecina ciudad de Guaymas, aún sin comprobarse. Otra versión la
manejó la Srita. Guadalupe López Hernández (tía Lupe), quién murió de 99 años.
Comentaba que su Sr. Padre, Don Santiago López Burgos había adquirido los
terrenos a un residente de Guaymas de apellido Bravo, también existe un censo
que manda realizar el Presidente de la República Mexicana Don Porfirio
Díaz, para conocer quienes y que ranchos
eran los más importantes del distrito de Hermosillo, resultando que uno de los
grandes terratenientes en esa época, 1908, era el francés Don Pedro Dessens
Sulé. Con los ocho ranchos más grandes donde era considerado El Sapo, El
Tajungo, La Biznaga, San Rafael, La Polka, Tastiota, La Pimienta, El Carmen,
todos ubicados hacia el poniente de la ciudad de Hermosillo, en dicho documento
se especifica que los ranchos tenían un total de 5000 cabezas de ganado vacuno,
1000 caballar, 500 mular y 100 burros, (Fuente: El Estado de Sonora y su
situación económica al aproximarse el primer Centenario de la Independencia de
México.
Autor Pedro N.
Ulloa. Paginas; 120, 121 y 181)
A ciencia cierta
desconocemos hasta hoy en día la realidad de la fundación del Sapo, rancho que
debe su nombre según la tradición oral,
al encuentro de un sapo de gran tamaño cuando se realizaba la excavación
del pozo a una profundidad considerable, cosa inusual de estos anfibios. Las
familias originales de ahí son: Los López Hernández, los Romero Bernal, los
Hernández Molina, los Bourjac López, los Ruíz Ruíz, los Arvizu Ruíz.
Existe otra versión
sobre la propiedad del rancho, siendo la de tres ciudadanos franceses que
llegan a Sonora después de haber trabajado en las minas de California: Don
Pedro Dessens Sulé, Don Juan María Rouillon y Don Antonio Bourjac Fuentes. Todo
indica que trabajaron en tierras mexicanas alrededor de 12 años, llegando a
Sonora y estableciendo su residencia en
Villa de Seris en 1855, de acuerdo al testamento que deja el Sr. Rouillon. En
este documento de 1859, EL Sr. Rouillon,
nos informa que en compañía de sus amigos
compraron unos terrenos a Don Víctor Dávila en el rancho La Viznaga a partes
iguales, y que él, dejó su parte, como herencia a su amigo Don Antonio Bourjac
Fuentes y he aquí la versión de que los terrenos de la Biznaga, no le gustaron
a Don Antonio y se los cambió a Don
Pedro Dessens por los del Rancho El Sapo. La realidad aún no se descifra y
no se han encontrado documentos
oficiales que determinen la procedencia del Sapo.
Oficialmente solo se
ha encontrado en mapas la presencia del nombre del Sapo con fecha de 1895,
expedido en los Estados Unidos y con la firma de don Luis Torres.
Lo que no ha podido
negarnos el rancho es su belleza, con especiales postales fotográficas, quizás
para no olvidarnos de él, ni del susurro del viento al caer la tarde cuando
el sol se despide para dormir en el horizonte al cobijo de
las Playas de Tastiota, en las rojizas aguas del Mar Bermejo, reflejo
hoy del rojo atardecer de nuestra tierra.
Carlos Martín
Valenzuela Quintanar, es promotor cultural, mediador de Salas de lectura por el
ISC/CONACULTA, es Vicepresidente de SIPEA Sonora. Cronista del Rancho El Sapo e
integrante de ACROS. Puedes contactarlo en su
facebook: Carlos Valenzuela
Y su correo
es: valenzuelacarlo@gmail.com
(DOSSIER
POLITICO/ Carlos M. Valenzuela Quintanar / 2013-08-03)
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