Santiago Samaniego
/ Dossier Politico
Sigo yo también, y
gran parte del pueblo de Guaymas, sin saber en que se utilizan los recursos que
Otto Claussen gasta en lo oscurito, en operaciones extrañas y amañadas.
Tal es el reciente asunto de un cheque que públicamente
le entregó el Sr. Gobernador Padres junto a otros Presidentes Municipales en
ceremonia exprofeso en el Salón Gobernadores de Palacio de Gobierno.
Tal cheque amparaba
la cantidad de cuatro millones de pesos y provenía del programa SUBSEMUN, mismo
que es exclusivo para apoyo en adquisiciones y equipamiento a Seguridad Pública
Municipal, esto es, Vehículos o Patrullas, armamento y equipamiento en general.
Pero, solo para uso
exclusivo de este Departamento, ya sea Policía Preventiva o Tránsito Municipal,
o sea que viene etiquetado, esto es que no podrá ni deberá desviarse para otro
gasto diferente, so pena de enfrentar los apercibimientos correspondientes del
parte del Gobierno Federal, ya que estos dineros provienen del erario federal.
Pero, al parecer, a
Otto Claussen esto no le mortifica los más mínimo, ya que ni a su propia gente
le informa con precisión cómo y cuándo utiliza esos recursos ajenos y con un
destino definido.
Lo más correcto y
normal, para verse bien, es que diga e informe en que se utilizaron, cuando,
donde y como, pero, esa costumbre que tiene de hacer cosas buenas que parecen
malas y viceversa no se le quitará nunca, parece.
¿Por qué obstinarse
en estar en el ojo del huracán siempre? Luego se enoja con uno por andar de mal
pensados, él tiene la culpa, siempre “se pone de pechito”, y luego “ái” anda de
llorón, lo peor de todo es que es tan burdo para hacer las cosas que todo el
mundo se da cuenta; ahora hasta su propia gente lo critica, no sé si por ser
tan obvio en sus movimientos, o porque “no se mocha” ¡Vaya Usted a saber!
Dice la valiente
Periodista Águeda Barojas en su gustada columna El Portal, de su blog
periodístico, El Portal de la Noticia, que hace tiempo, Roberto Romano
Terrazas, Regidor priista del Ayuntamiento, Presidente de la Comisión de
Hacienda y amigo personal del Otto, le confió, sin malicia y de buena fe, que
el Otto acababa de recibir en donación un determinado número de patrullas por
parte del Segundo California, Ciudad Hermana de Guaymas.
Siete Patrullas
exactamente, decía en aquella ocasión Roberto Romano Terrazas, sin contar,
dicen, una grúa y dos automóviles Ford Focus, estos dos últimos nadie sabe
donde están, pero la grúa aparece estacionada a tres casas de la de Juan Carlos
Bellot, primo del Otto y Jefe de Mantenimiento de Servicios Públicos
Municipales, de quien se rumora se quedará con ella al final de la
Administración.
El pasado primero de
Junio, día de la Marina, el Presidente Claussen no hizo acto de presencia en
los festejos acostumbrados anualmente y que son de mucha importancia en el
Puerto, después se supo que dicha ausencia se debió a que Otto Claussen andaba
de viaje por el Segundo, California, y como siempre, nadie sabía dar razón del
Presidente que ni siquiera pide permiso a su Cabildo para ausentarse, como
marca la ley de Administración Municipal, pero, eso es lo de menos, lo demás es
la lana ¿Dónde está? ¿En que se gasta?
¡Porque esa maldita
costumbre de dar pasos en lo oscuro y no informar a la ciudadanía para evitar
tantas suspicacias? No lo comprendo, neta que no.
Siguiendo
cronológicamente con esta historia, a mediados de Junio el Gobernador Padres
convocó a ciertos Presidentes Municipales para hacerles entrega de los cheques
del SUSEMUN, ya mencionados al principio, y es en los primeros de Julio cuando
Águeda Barojas cuestiona a Otto Claussen sobre
el destino de dicho cheque y contestó que ya se estaba gastando, no dijo
en que, acto seguido Águeda le pregunta sobre las patrullas “donadas”, a lo que
contesta Otto, “No fueron donadas, fueron compradas”.
Versión por supuesto
contraria a la dada por el Regidor Romano Terrazas, a quien la misma Águeda
vuelve a cuestionar días después sobre las patrullas “donadas” y le contesta,
entre nervioso y no saber que decir, con testigos alrededor que festinaron
después su nerviosismo y dijo: “No fueron donadas, fueron compradas en subasta
a mil dólares cada una”.
Sacando cuentas,
nada me cuadra, si siete patrullas costaron siete mil dólares, más siete
mil en promedio por legalizarlas, más
equipamiento, tomando en consideración que si eran patrullas allá pues ya viene
equipadas, pero bueno, hay que rotularlas,
equiparlas con radios, etc. otros siete mil dólares más súmele Usted.
Ya van veintiún mil
dólares, más gastos de traslado, etc. etc. póngale otros quinientos dólares por
unidad, y me voy largo conservadoramente, ya van 24,500 dólares, más la grúa,
póngale 30,000 dólares en total ¿Ok?
Si tomamos en
consideración que Otto Claussen recibió del SUBSEMUN cuatro millones de pesos,
traducidos a dólares de doce cincuenta nos da una cantidad aproximada de
320,000 dólares, menos los 30,000 dólares invertidos, entonces si Pitágoras no
se equivoca nos sobran 290,000 dólares aprox. ¿Dónde están? ¿Y la Cheyenne Apá?
Por otro lado, esas
patrullas fueron adquiridas muchos días antes de recibir los cuatro melones,
luego entonces, el dinero del SUBSEMUN me imagino debe estar invirtiéndose en
otras cosas de Seguridad Pública, por supuesto que no en casas en San Carlos y
Hermosillo donde dicen que se construyen fastuosas mansiones, pero, dicen, a mi
no me consta.
¿Por qué desdecirse
de la primera versión que Roberto Romano Terrazas dió? ¿Qué esconden y por que?
¿Por qué a esta Administración la persiguen los fantasmas del malentendimiento?
¿Por qué no demuestran claridad en todo lo que tiene que ver con dineros? Por
que prefieren soltar a sus perros (Trolls) y atacar a todo aquel que les
cuestione? ¿Por qué mejor no dan una explicación amplia, clara y precisa sobre
el uso y destino de estos y muchos otros recursos?
¿Tendrá todo esto
que ver con la burda autorización que consiguió de los Regidores al principio
donde lo relevaban de la obligación de informar sobre el origen y destino de
las donaciones? Quien sabe, mientras tanto, seguiremos cuestionándonos hasta
cuando habrá algo o alguien que obligue al Otto a rendir cuentas claras, la
sociedad en su conjunto tiene la palabra.
Lo que si puedo
opinar, es que conozco bien a los hermanos Romano, son gente bien, de trabajo,
con buen nivel social, aceptados donde quiera y gozan de prestigio y reputación
profesional. Lo que quiero imaginarme es que Roberto Romano nunca pensó que se
vería entre las patas de los caballos al formar parte de buena fe en algo que
no acostumbraba, la prueba es que nunca antes había participado en política, y
su ignorancia al respecto no le permitió deducir que sería utilizado con todo
dolo y mala leche por la falta de calidad moral en el proyecto político de Otto
Claussen, misma carencia que sería suplida con la inclusión de gente como
Roberto Romano Terrazas, y otros dos o tres por ái.
Todavía están a
tiempo, él y los otros, de abandonar ese barco pirata que terminará hundido
como todos los del Otto, si quieren hundirse con él, pos allá Ustedes, yo
cumplo con advertirles.
Y como me dijo uno
de sus principales colaboradores en campaña el año pasado, “De los Claussen no
esperes nada bueno”, obviamente nunca diré quien es, saquen Ustedes sus propias
conclusiones.
(DOSSIER
POLITICO/ Santiago Samaniego / 2013-07-16)
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