Giovanni
Velázquez
Vícam, Sonora. El
bloqueo carretero en Vícam, que realizan la tribu yaqui y la sociedad civil de
siete municipios del sur de Sonora, representa la acción de protesta de mayor
duración en la historia reciente del estado y un cambio en la estrategia de los
yaquis, que movilizarán a habitantes de todos los pueblos. Los manifestantes,
apostados desde el 28 de mayo, rechazan la operación del Acueducto
Independencia, que ya extrae agua del río Yaqui.
Las violaciones que el gobierno de Sonora
comete con la construcción del acueducto fueron denunciadas desde 2010, y
ratificadas por órganos jurídicos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN), el 27 de junio de 2013, notificó a las partes demandantes la resolución
al amparo 461/2011. El amparo, ganado contra la autorización en materia de
impacto ambiental emitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT) para la construcción del acueducto, fue ratificado en el
expediente 361/2012 el 8 de mayo del presente, con voto unánime de los cinco
magistrados de la Primera Sala. En el documento se señala que se confirma la
sentencia, que “la justicia de la Unión ampara y protege” y que “se requiere a
la responsable por el cumplimiento”.
Sin importar los
triunfos jurídicos y la confianza en la legalidad manifestada por la tribu
yaqui, no se detuvo el robo del agua del río a través de dos bombas habilitadas
por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Tampoco la Secretaría del Medio
Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) anunció la invalidación del Manifiesto
de Impacto Ambiental, ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
(PROFEPA) giró instrucciones para clausurar el Acueducto Independencia. Aunque
los hechos desilusionan al pueblo yaqui-yoeme, esperaba esta posibilidad basado
en la impunidad de la que gozan las acciones del gobierno de Guillermo Padrés
Elías.
Desde el inicio de
los bloqueos realizados en el municipio de Cajeme y hasta su consolidación en
la carretera internacional número 15 México-Nogales, a la altura del Pueblo de
Vícam, la respuesta oficial de los gobiernos estatal y federal es nula. Ignoran
a los manifestantes en espera de que la temperatura cercana a los 35 grados
centígrados desgaste a una población cuya existencia en el desierto sonorense
antecede a la noción de desarrollo exportada por los conquistadores yoris.
Mario Luna,
secretario de la autoridad tradicional de Vícam y portavoz de las resoluciones
de las autoridades de la tribu presentes en el bloqueo, señala: “Puede que la
estrategia del gobierno sea cansarnos para obligar a que abandonemos la lucha,
pero quiero recordar que llevamos 500 años luchando. El cansancio no se ve muy cerca
aquí”.
La tribu yaqui no
sólo pelea contra el robo del agua y por el restablecimiento del Estado de
Derecho violentado por Padrés Elías y la CONAGUA. También resiste en otro
frente, diseñado por las autoridades para desacreditar las protestas, aunque en
los bloqueos intermitentes sobresale la atención que las tropas yaquis dan a
los viajeros. Los medios de comunicación, aunque están presentes diariamente,
únicamente señalan las afectaciones a transportistas y viajeros generadas por
el bloqueo. Desatienden la razón principal de la protestas, que cotidianamente
se manifiesta en las asambleas al lado de a la carretera. A ellas asiste un
gran número de integrantes de los ocho pueblos tradicionales, así como las
tropas y autoridades tradicionales de Loma de Guamúchil, Loma de Bácum, Vícam,
Pótam y Belén.
Mario Luna agrega
que “molesta la campaña mediática tan discriminadora y burda, en la que
enfrentan a los propios hermanos. Por eso, la Tribu Yaqui en conjunto decidió
visitarse y darse la mano para abrir el diálogo interno. Al calor de la lucha
se cometen errores y para evitarlo, la autoridad tradicional decidió sentar a
las autoridades de cada pueblo en un diálogo frente a sus tropas”. El
secretario informa que quienes están dispuestos a acatar las disposiciones
asistieron, “y los que quieren seguir como comparsas del Estado,
desafortunadamente no llegaron”.
A lo largo de la
protesta se dan constantes visitas y diálogos e las autoridades tradicionales
para resolver en conjunto el problema del robo de agua del río y combatir las
diferencias y divisionismo producidos por el gobierno de Sonora y sus
operadores yaquis, conocidos como torokoyoris (traidores). La función de estos
operadores es ofrecer dinero y proyectos productivos a la población, pero las
instancias gubernamentales no cumplieron estas promesas.
La labor del bloqueo
es intensiva. Las 24 horas del día hay gente resguardando el lugar mientras que
la tropa (llamada Wikot Yaura en yaqui) recorre la carretera y las brechas en
constante vigilancia, ante las posibles represalias del gobierno estatal y
federal. Se anunciaron órdenes de aprehensión contra los voceros Mario Luna y
Tomás Rojo.
Las estrategias de
acción y defensa se planean y ejecutan de manera colectiva. “Se refrenda la
firme convicción de seguir en la lucha hasta no ver rescatadas cabalmente las
aguas que le corresponden a la cuenca del río Yaqui, a la tribu y a todo el sur
de Sonora”, afirma Luna. Para ello se reforzará toda la estructura tradicional
de defensa, agrega, la cual “no se había activado hasta este momento”. El plan
es movilizar a las tropas en el resto de pueblos yaquis para dar una señal de
que no están dispuestos a permitir un despojo más “que nos condenará a la
muerte”, anuncia el secretario.
Los yaquis indican
que las constantes declaraciones, desplegados y notas en los medios locales en
su contra solamente les confirman que esa estrategia no logra debilitarlos, y
que para defender su derecho irán hasta las últimas consecuencias.
(DOSSIER
POLÍTICO/ Giovanni Velázquez | Desinformémonos/ 2013-07-10)
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