Miles de jaliscienses con enfermedades terminales se encuentran
sin un lugar digno para vivir sus últimos días. Las instituciones se
dicen rebasadas, mientras que organismos de la sociedad civil sirven
como puente entre la vida
y la muerte
Paloma Robles
Basta con que diagnostiquen una enfermedad altamente mortal para considerar
que el paciente debe ingresar a cuidados paliativos.
Juntos Contra el Dolor está capacitando a nuevo personal médico, doctores y
enfermeras que dará atención a más de 300 personas
El
bien morir es un derecho que no se respeta en Jalisco. Si bien desde
hace más de 10 años se construyó el Área de Cuidados Paliativos de la
Secretaría de Salud, esta opera con un presupuesto raquítico.
La asignación es mínima, considerando que el personal del sector
público que atiende esta problemática es insuficiente y denota poco
interés en un asunto inevitable: la muerte.
Alrededor de 8 millones de pesos del presupuesto estatal se dedican
anualmente a la Clínica de Cuidados Paliativos ubicada en el hospital
Zoquipan en el municipio de Zapopan.
La cifra representa el 0.08 por ciento del presupuesto total del
sector salud que en el año 2012 ascendió a 9 mil 622 millones de pesos.
Ahí 10 médicos especialistas, cuatro psicólogas, ocho residentes y
dos trabajadores sociales dan atención a los pacientes que se acercan,
la mayoría de las veces con pocos meses de vida.
En total, 13 mil 335 consultas fueron atendidas en 2012 por personal
del Instituto Jalisciense de Alivio al Dolor y Cuidados Paliativos
(Palia).
9 mil 757 recibieron consulta en las instalaciones del hospital y otras 3 mil 578 en sus domicilios.
Pero pareciera que, pese al esfuerzo que realiza el personal de la
dependencia por atender a personas con patologías mortales, el
presupuesto resulta insuficiente.
Y es al evaluar el número de atenciones con el presupuesto asignado
por el estado se revela que cada paciente tiene asignado un presupuesto
de apenas 600 pesos, insuficientes para la atención medica integral que
requiere.
Considerando que para el año 2013 el presupuesto de salud disminuyó y
quedó en 8 mil 445 pesos, se cree que la situación de los pacientes en
cuidados terminales podría ser peor.
Se sabe que la atención mensual de un paciente con enfermedad
terminal va de 2 mil a 5 mil pesos, según datos de la organización
Juntos contra el Dolor.
De enero a abril del 2013 Palia ha atendido un total de 4 mil 172
consultas a pacientes terminales. 3 mil 305 son consultas externas,
mientras que 867 fueron visitas domiciliares.
Según el observatorio global de la salud, la población con ingresos
más bajos mueren por enfermedades en las vías respiratorias,
enfermedades diarreicas, VIH-SIDA y cardiopatías.
Mientras que en las clases media y alta, el principal factor de
muerte son los problemas del corazón, los ataques cerebrovasculares y
las enfermedades pulmonares.
Así como el cáncer de traquea, pulmones, colon, enfermedades
hepáticas (riñón) y la diabetes. Estas últimas representan las
enfermedades más socorridas en los centros de cuidados paliativos.
Dignidad en el derecho a morir
En Jalisco, un total de 2 millones 536 mil 61 personas no tiene garantizado su derecho a la salud, según datos del Inegi.
Eso significa que del total de 7 millones 350 mil 682 jaliscienses,
el 34 por ciento no tiene ningún tipo de seguro social y por ende tendrá
limitaciones a la hora de buscar atenderse por un problema grave de
salud.
Más de 590 mil personas murieron en 2011 en todo México, poco menos del 30 por ciento fue por enfermedades terminales.
Ante dicho panorama, el proyecto Juntos Contra el Dolor busca generar
un espacio de atención digna a enfermos terminales de Jalisco con bajos
recursos.
Silvia Susana Lúa Nava, médico general especialista en cuidados
paliativos, considera que las instituciones públicas no se dan abasto
con la carga de trabajo, pero también desatienden un sector importante
en un momento clave: morir.
“La asistencia demasiado limitada (…) me refiero a una consulta de 24
horas, me refiero a una atención domiciliaria de fijo, hay gente que
presta el servicio, pero no te puedes morir en fin de semana, ni en días
festivos, por que en ese tiempo no hay este servicio”.
Para la encargada del proyecto asistencial el reto es importante “si
la población tuviera más información de estos servicios, vería que en
realidad el costo a diferencia de internar a cualquier institución a un
paciente es muy menor”.
Lúa Nava refiere que su organización “trata de hacer la diferencia” ofreciendo un trato humano.
Basta con que te diagnostiquen una enfermedad altamente mortal para
considerar que el paciente debe ingresar a cuidados paliativos.
“Antiguamente se decía que el paciente en fase terminal es un
desahuciado ya no hay nada que hacer”. Sin embargo, la premisa es
errónea en ojos de la entrevistada, quien relata historias de jóvenes,
adultos y ancianos que se enfrentan a la muerte en medio de la vida.
Dejan familia, trabajo, estudios, proyectos, para atender un doloroso proceso que debe ser cuidado hasta el final.
“Debemos de ayudar para que este proceso sea más digno y menos doloroso.
“Las condiciones de vida cambian. Un ejemplo, hoy te dijeron que
tienes diabetes, ayer estabas bien, ya desde ahí el cerebro hace un
giro de actitud de comportamiento, ahí debemos de empezar a trabajar”.
La doctora Lúa Nava está actualmente atendiendo 20 pacientes y además
participa en la capacitación de un equipo médico de 7 doctores y 10
enfermeras, que darán servicio en la nueva unidad que está pronta a
abrir.
En sus estadísticas, con ese personal se pretende atender 300 ó 400
personas al mes, en consultas domiciliares, externas y hospitalización.
El centro hospitalario de Juntos Contra el Dolor, próximo a
inaugurarse, cuenta con un espacio de atención para 10 pacientes y sus
familiares.
Lunes 27 de mayo de 2013)
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