Águeda Barojas Ontiveros
Cuando me dijeron,
hace como dos semanas, que al alcalde Otto Claussen Iberri, le habían robado
una table o un teléfono celular, la verdad no creí.
Y es que suena
increíble. Sin embargo, resultó cierto y
gracias a que al presidente municipal le robaron, San Carlos se libró de una
banda de ladrones que quién sabe desde cuándo estaban cometiendo estos
ilícitos.
¿Por qué el
presidente se quedó callado? ¿Por qué si sabía que se aproximaba el periodo
vacacional de Semana Santa no alertó a lo vacacionista para que extremaran
precauciones?
No lo hizo por
cuidar su imagen, más que la del destino turístico. Dejó a merced de esa
“banda” de ladrones a miles de personas.
Desde el día en que
le robaron y gracias a que el restaurante donde se encontraba le proporcionó el
video cuando se observa cómo abren su carro, es que pudieron dar con ellos.
De no ser por el
video, la victoria no se estaría presumiendo. Así de sencillo.
Una vez esclarecido
su robo el alcalde filtró a través de su director de Seguridad Pública, a uno
cuantos medio la detención de esta familia dedicada al robo en ese lugar.
Ojalá le robarán más
seguido al alcalde, Guaymas sería otro. Y es que el robo es el pan nuestros de
todos los días.
¡BURROSS!
Los que demostraron
padecer el síndrome de Enrique Peña Nieto, fueron las autoridades municipales
de Guaymas, quienes por ignorancia, indiferencia o valemadrismo, dejaron ir la
oportunidad de que el Librobus de Conaculta estuviera unos días en esta ciudad.
Como se sabe, el Librobus es un proyecto que pretende
accesar material bibliográfico y productos culturales a bajo costo, con el
cometido de incentivar el interés de las nuevas generaciones por el hábito de
la lectura.
En un país en donde
está comprobado que se lee poco, proyecto como estos deben ser impulsados y
apoyado, pero a las autoridades de Guaymas les pasó de noche.
Los encargados del
proyecto intentaron solicitar el permiso correspondiente para instalar el
Librobus y nunca fueron recibidos por las autoridades. ¿Dónde he escuchado
esto?
El proyecto llegó
hace una semanas a Empalme, Huatabampo, Navojoa, Nogales, entre otros
municipios, menos Guaymas.
Los encargados del
Librobus se fueron con un mal sabor de boca y por supuesto que sus comentarios
fueron que en esta ciudad las autoridades nunca los recibieron.
EL COBIJO EN EL ABANDONO
Hace uno días un
conocido guaymense, el señor Chago Castro, denunció a este medio que haría una
huelga de hambre en el Cobijo San José para protestar por las irregularidades y
malos tratos cometidos contra los ancianos.
Bastó con que
iniciara su protesta para que el DIF enviara personal al lugar a regañarlo.
El también inquilino
de ese lugar hizo serias acusaciones relacionadas no solo con los malos tratos
que dan a los ancianos sino con el robo del dinero que algunos tienen por su
pensión.
Dio nombres y
apellidos y ancianos a los que mes a mes le quitan de su tarjeta la pensión.
Es una acusación muy
seria, que debería investigarse, pero mientras la protesta sirvió para que el
DIF y sus “benefactores” despertaran y se acordaran que tienen un compromiso
con ese lugar.
Ahora mismo el DIF y
su “benefactor” Marco Antonio Llano Zaragoza, promovió el cambio del Patronato.
Queda claro que
nadie se acordaba del Cobijo, tan no se ocupaban de ese lugar y sus ancianos
que después de la protesta de Chago Castro, reaccionaron.
En el boletín de
prensa enviado a los medios lo reconocen
todo: “con el fin de cambiar el estilo de vida, eficientar el servicio y
brindar una mejor atención a los adultos mayores que se encuentran asistidos en
ese lugar, impulsamos la renovación del Patronato. O sea, las cosas sí andaban
mal.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Águeda Barojas Ontiveros/
Jueves, 04 de Abril de 2013 19:38)
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