Lavado de dinero,
robo de combustible, giros negros y simple y llano saqueo del erario son
algunas de las actividades que les habrían llenado el ojo y los bolsillos a
unos cuantos líderes del PAN en el Estado de México. En consecuencia, dicen sus
críticos, sin calidad moral para alzar la voz, esos dirigentes del panismo
mexiquense han optado por el silencio y la sumisión ante quien ejerce el poder.
Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Ante la crisis de inseguridad en el Estado de México, el gobernador
priista Eruviel Ávila tiene un aliado clave: El dócil Partido Acción Nacional
(PAN) que controla el diputado Ulises Ramírez, “cooptado” desde el sexenio de
Enrique Peña Nieto y vinculado a numerosos escándalos de corrupción.
No sólo eso:
Ramírez, coordinador de los diputados locales del PAN, es señalado como socio
de presuntos mafiosos, como Francisco Héctor García Cárdenas, a quien la
Procuraduría General de la República (PGR) detuvo en 2011, acusado de ser el
líder financiero de la organización delictiva Los Carcachos y de realizar
operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Coordinador de
asesores del secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, muerto en un
avionazo en noviembre de 2008, Ramírez –entonces alcalde de Tlalnepantla–
otorgó la licencia para instalar en ese municipio el Excess, un burdel en el
que era socio de García Cárdenas, asegura Rubén Mendoza Ayala, su antecesor en
el cargo.
“Sé que eran socios
en el Excess y se dice en corrillos, no lo puedo afirmar, que junto con Juan
Camilo comenzaron a lucrar con los ductos de Pemex, sacando pipas que iban para
las gasolinerías de éste”, puntualiza quien en 2005 fue candidato del PAN a la
gubernatura y perdió ante Peña Nieto.
Mentor político de
Ramírez durante 20 años –desde que ambos militaban en el PRI y luego en el
PAN–, asegura que éste tiene también estrechas relaciones con Juan José Rojas
Cardona, El Zar de los Casinos, a través de José Serrano Montoya y Anuar Muñoz
Pisano, ambos panistas.
“Son los operadores
económicos en todas las campañas y distribuyen el dinero”, destaca el político
mexiquense, quien dice conocerlos muy bien. “Estos muchachos ya están
riquísimos”.
Serrano Montoya es
socio minoritario en Tango Media, la agencia de los hermanos Rojas Cardona
mediante la cual han financiado campañas de panistas como Gustavo Madero,
cuando buscó la presidencia del PAN, y miembros de su facción, como los
diputados Rodolfo Dorador, Jorge Villalobos y Guillermo Anaya.
El propio Mendoza
Ayala reconoce que Serrano lo invitó a Monterrey, sede de Tango Media, para
diseñar la publicidad de su campaña para gobernador en 2005, pero asegura que
desconocía el nexo con El Zar de los Casinos.
–¿Conoce a Rojas
Cardona?
–De vista. En una
ocasión, en un cumpleaños del obispo Antonio Chedraui me tocó al lado.
Con base en la
vinculación de Ramírez con ese grupo de panistas se prevé que, el lunes 11, el
CEN del PAN ratifique como presidente estatal a un incondicional de éste: Óscar
Sánchez Juárez, un confeso partidario de Adolfo Hitler, quien ganó por un voto
en el Consejo Estatal y cuya elección, el pasado 24 de noviembre, fue impugnada
(Proceso 1883).
Esta confrontación
ha escalado: La noche del pasado 15 de enero Sánchez Juárez irrumpió en el
edificio del PAN para asumir el cargo, respaldado por decenas de simpatizantes,
una acción que coincide con la multiplicación de evidencias sobre la venta de
candidaturas que ha hecho Ramírez, líder del Grupo Tlalnepantla.
Así, en medio del
encono y ubicado como tercera fuerza política en el Estado de México, el PAN se
mantiene mudo ante los problemas en la entidad, como la ola de violencia, y no
ejerce su papel de oposición porque, según Ramírez, esa es la instrucción de
Madero.
“No vamos a ser una
oposición rijosa, irresponsable, sino una que construya los cambios que requiere
el país, en este caso el estado. Esa fue la línea que nos dio nuestro
presidente nacional”, reveló al reportero.
Sin embargo Mendoza
Ayala asegura que la realidad es otra: Ulises Ramírez está cooptado por el
gobierno estatal desde que Peña era gobernador y ha hecho del PAN un partido
“castrado”.
“La oposición en el
Estado de México está castrada, sin banderas, sin nada”, subraya Mendoza Ayala,
quien afirma que el erario estatal se usa para la cooptación de los líderes que
repentinamente dejan de vivir en colonias proletarias y se mudan a
fraccionamientos de lujo. “¿Y qué pueden decir? ¡Ni pío!”.
Es el caso del
presidente electo del PAN en el estado, Óscar Sánchez Juárez, quien de vivir en
Palo Solo, una colonia popular de Huixquilucan, compró una residencia de más de
10 millones de pesos en la exclusiva zona de La Herradura apenas fue diputado.
Pero así como “el
PAN está corrompido” en el Estado de México, advierte Mendoza Ayala, también a
nivel nacional se reproduce el esquema a través del Pacto por México, con base
en las enseñanzas de Carlos Hank González.
“Se está
reproduciendo el esquema del Estado de México. Son las cuatro ‘C’ del profesor
Hank, muy usadas en la terminología política: ‘Convences, compras, cooptas o
chantajeas’. Y con esto tienen a la oposición en paz.”
“Era un muchacho limpio”
En el caso del PAN,
explica Mendoza, la cooptación del gobierno priista es a personajes “ad hoc que
comulguen con su estilo de vida cínico y de esa manera ir fraccionando y
castrando al partido”.
Ulises Ramírez es un
ejemplo: “Llegó a trabajar conmigo a los 19 años, recomendado por un primo
hermano de él, Alejandro Ramírez, que era secretario de Francisco Casanova,
director de comunicación de Pemex. Se veía un muchacho limpio. Vivía en San
José de la Escalera, delegación Gustavo A. Madero, en una casa bastante
modesta, de láminas”.
Desde 1986, en su
paso por el PRI, Mendoza Ayala le consiguió puestos: Pidió a Abraham Talavera
hacerlo coordinador administrativo del Instituto de Investigaciones
Legislativas y asesor en Naucalpan con Enrique Jacob.
Ya en el PAN lo hizo
su colaborador y operador en Tlalnepantla, hasta que fue su sucesor como
alcalde, en 2003, y luego su coordinador de campaña por la gubernatura, en
2005, aunque él se opuso.
“En mi campaña se me
mete a fuerza como coordinador, convenciendo a Francisco Gárate y Manuel Espino,
que presidían el PAN a nivel estatal y nacional. Yo les decía que necesitaba un
Carlos Medina o un Ernesto Ruffo.”
Mendoza Ayala dice
que ya le tenía desconfianza: “Supe que se entrevistó con Peña en la casa de
Enrique Jacob y luego de la campaña, cuando regresa al ayuntamiento, le
autorizaron un préstamo de 200 millones de pesos, que desaparecieron, y compró
bastantes inmuebles en la zona de Ciudad Satélite. Desde ahí se percibe ya la
compra de él”.
En 2006 coordinó la
precampaña interna de Felipe Calderón en el Estado de México –clave para que
obtuviera la candidatura–, en cuyo periodo se hizo amigo de Mouriño, quien,
cuando fue nombrado secretario de Gobernación, lo nombró coordinador de
asesores.
Luego de la muerte
de Mouriño, Ramírez se reunió con Peña en una cena en la que estuvo presente
Tereso Martínez, asesor del hoy coordinador de los diputados priistas: Aarón
Urbina.
“Y ahí dijo que él
ya no tenía otro gallo más que Peña, ratificando su obediencia. De ahí en
adelante se ha inscrito en puras cuestiones de corrupción con el gobierno
estatal”, puntualiza Mendoza.
Contactos con la mafia
Antes, según Mendoza
Ayala, ya se había relacionado con Ramírez Cárdenas –encarcelado por robo de
combustible y delincuencia organizada– en el centro nocturno Excess, que en
noviembre de 2010 fue asegurado por la PGR “como parte de las investigaciones
relacionadas con el lavado de dinero derivado de la sustracción de hidrocarburo
de la banda Los Carcachos”.
Según el expediente
UEIORPIFAM/AP/127/2010, miembros de Los Carcachos eran accionistas de los
centros nocturnos “por medio de los cuales lavaban el dinero ilícito producto
de la venta del hidrocarburo extraído de manera ilegal”.
Medio año después,
en julio de 2011, la Agencia Federal de Investigación detuvo a García Cárdenas,
presunto socio de Ulises Ramírez, acusado de ser el líder financiero de Los
Carcachos, de delincuencia organizada y de operaciones con recursos de
procedencia ilícita por más de 80 millones de pesos.
Según la PGR, la
organización criminal operaba en una bodega de Tultitlán, donde entraban y
salían pipas llenas de diésel que extraían del ducto de Pemex detrás de dicho
predio, lugar que era custodiado por personas armadas.
Mendoza Ayala
asegura que Calderón tenía conocimiento de todo esto: “Finalmente actuó en
consecuencia y, como siempre, el hilo se rompe por lo más delgado y encarcelan
a su socio, que sé que está muy dolido con Ulises porque lo abandonó”.
Candidato a la
alcaldía de Tlalnepantla por una “alianza ciudadana” con los partidos de
izquierda, que no ganó pero que obtuvo tres veces más votos que el PAN, Mendoza
Ayala recuerda que “los contactos con la mafia” del diputado Ramírez los
conocía bien el general Mario Arturo Acosta Chaparro.
En efecto, Acosta
Chaparro fue emisario de Calderón para negociar con los líderes de las mayores
organizaciones del narcotráfico en el país la disminución de la violencia, y
como tal supo de las relaciones de Ramírez con el narco (Proceso 1779).
En el encuentro que
el militar tuvo con Joaquín El Chapo Guzmán le dijo, “en tono de queja”, “que
el propio Juan Camilo Mouriño y su entonces coordinador de asesores en la Segob
(Ulises Ramírez) les vendieron a los Beltrán Leyva la plaza del Estado de
México en 10 millones de dólares”, a pesar de que la entidad ya había sido
comprometida con él.
Ramírez rechazó ese
nexo, como todos los señalamientos que sobre su conducta se hacen, pero va de
escándalo en escándalo. El más reciente es por la “venta” de candidaturas a
diputados y alcaldes, que van de 1 millón a 5 millones de pesos.
“Para que me dejaran
el camino libre rumbo a la candidatura del PAN a la presidencia municipal de
Tlalnepantla, me pidieron 5 millones de pesos”, aseguró Jonás Sandoval, quien
afirmó que en febrero de 2012 Carlos Bello Otero, secretario de Ramírez, le
pidió esa cantidad.
De ese mercadeo
Ramírez dejó huellas: El diario La Razón publicó, el 8 de enero, dos
conversaciones telefónicas en las que se habla de venta de candidaturas en 1
millón de pesos. Una de ellas es entre Ramírez y su operador político, Óscar
García.
Expulsado del PAN en
2009, luego de 13 años de haber ingresado con el aval de Carlos Castillo
Peraza, aunque con la oposición de Calderón, Mendoza Ayala insiste en que
Ulises Ramírez es el emblema de la “quiebra moral y política” de ese partido en
el Estado de México.
–Pero se fortalecerá
si el CEN ratifica a Óscar Sánchez, de su grupo.
–Sí. Indudablemente
se fortalecerá la corriente de compra y cooptación. Es simplemente un apoderado
del stablishment, pero no del liderazgo panista, porque 120 delegados no
representan a los 30 mil o 40 mil miembros activos que había.
–¿Por qué ha llegado
hasta donde ha llegado?
–Le encontró muy
rápido el modito a la doble moral panista: Entre el esquema de alcohol y drogas
descubrió muy bien ese ambiente de ciertas élites del PAN, los fue involucrando
en cuestiones de dinero, de negocios, y fue haciéndose una persona que, decía
Calderón, es un mal necesario, que era como el plomero de la casa.
–¿Eso lo dijo
Calderón?
–Calderón, sí, y que
a veces había que usarlo. Nada más que ese mal necesario se convirtió en cáncer
y perjudicó a todos.
–¿Qué tanta buena
relación tiene él con Peña?
–No creo que tanta.
Circunstancialmente Peña lo utilizó para sus fines. En la mística priista, si
tú tienes algún valor te utilizan y luego te dan la patada. Creo que Ulises
está ya en ese ángulo. No tardan en darle la patada.
Lo que es un hecho
es que Ramírez se cree fortalecido con la relación que tiene con Madero y su
grupo, conocidos ya por los panistas como los “casineros”, y adelantó al
reportero en diciembre que el proyecto del que forma parte dará mucho que decir
en 2013.
–Su grupo, el de
Madero, Villalobos y Dorador, está vinculado a negocios no transparentes –le
dijo el reportero.
–Yo en los negocios
de la gente no me meto y en la parte política yo respeto y admiro a mi
presidente nacional, a mis amigos que fuimos senadores y diputados juntos.
“Compartimos un
proyecto nacional y estoy seguro de que este grupo dará mucho que decir en la
elección del próximo presidente nacional del PAN”.
(PROCESO/ Reportaje Especial/ Álvaro Delgado/8 de
febrero de 2013)
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