INAGURACION DEL PRIMER ENCUENTRO ENTRE LOS PUEBLOS ZAPATISTAS Y LOS PUEBLOS DEL MUNDO
TUXTLA
GUTIÉRREZ, Chis. (proceso.com.mx).- El Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) cumple hoy 29 años de gestación, cuando aquel 17 de
noviembre de 1983 en que un reducido grupo de hombres armados llegó a la
Selva Lacandona para fundar el primer campamento guerrillero, La
Pesadilla, misma llama subversiva que se propagaría después en toda la
región hasta sorprender a México con el levantamiento armado del 1 de
enero 1994.
Carlos Tello Díaz, en su polémico libro repudiado por el EZLN, La rebelión de Las Cañadas,
refiere que hacia fines de 1983, en efecto, los dirigentes más
importantes del movimiento llegaron a la Selva para fundar el EZLN.
Llevaban varios meses dedicados a recorrer el territorio que sería
después la zona de sus operaciones en Chiapas.
Señala que a
mediados de noviembre, con el fin de las lluvias, salieron en un camión
de carga rumbo a Las Cañadas. Arrobaron con sus mochilas a cuestas a las
orillas del río Jataté, que cruzaron para pernoctar en el ejido La
Sultana. Entonces comenzaron a caminar hacia el oriente, en busca del
centro de la selva.
“Al pasar por las comunidades de la región
usaban siempre los uniformes de trabajo color caqui, que solían llevar
los ingenieros de Pemex. Al cabo de dos o tres jornadas de marchas
divisaron el nacimiento del río Negro. Allí establecieron su campamento.
Era el 17 de noviembre. Formaban un grupo de cinco personas nada más,
dos indígenas (Frank y Javier) y tres mestizos (Germán, Elisa y
Rodolfo). Todos acaban de cambiar sus nombres por razones de seguridad.
Con el paso del tiempo llegaron varios compañeros más, algunos mestizo,
otros indígenas del norte de Chiapas”, escribe Tello Díaz.
Según
él, los cuadros que fundaron el EZLN entrenaban bajo las órdenes del
comandante Germán, el jefe Supremo de las FLN. Germán les daba cursos de
guerra de guerrillas, les enseñaba a caminar en la montaña, a cazar, a
manejar las armas que serían después fundamentales en la guerra de
liberación.
La versión del subcomandante Marcos, dada en noviembre
del 2003, al cumplir los 20 años de la fundación del EZLN, dijo que
ésta tuvo varias etapas: “La primera de ellas es cuando se seleccionó a
quienes formarían parte del EZLN, alrededor de 1982. Se organizaban
prácticas de uno o dos meses en la selva, y en ellas se evaluaba el
desempeño de los asistentes para ver quién podía “dar el ancho”. La
segunda etapa es la que llamamos de “implantación”, es decir, la
fundación propiamente dicha del EZLN”.
Refirió que a principios de
1983 un grupo de personas preparaba en alguna casa de seguridad los
implementos que habría de llevar a las montañas del sureste mexicano.
Que el día transcurría checando la impedimenta, recabando informes sobre
los caminos, las rutas alternativas, los tiempos; detallando
itinerarios, órdenes, dispositivos.
Que abordaron un vehículo e
iniciaron el viaje hacia Chiapas: “Si pudiéramos estar ahí, tal vez les
preguntaríamos a esas personas qué es lo que iban a hacer. Y seguro nos
hubieran respondido: “fundar el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional”. Habían esperado muchos años para decir esas palabras”.
“Unos
días después llegan al final de un camino de terracería, bajan sus
cosas, despiden al chofer con un ´hasta luego´ y, después de acomodar
sus mochilas, inician el ascenso de una las sierras que atraviesan,
inclinadas al occidente, la Selva Lacandona. Muchas horas después de
caminar, con unos 25 kilos de peso en su espalda, montan su primer
campamento, ya sierra dentro. Sí, es posible que ese día hiciera frío y
hasta lloviera”.
El primer campamento se llamó paradójicamente “La Pesadilla”.
“La
noche se ha adelantado debajo de los grandes árboles y, ayudados por
lámparas de mano, estos hombres y mujeres ponen un techo de plástico con
un cordón como travesaño, amarran sus hamacas, buscan leña seca y,
prendiéndole fuego a una bolsita de plástico, encienden la hoguera. A su
luz, el mando escribe en su diario de campaña algo así como: “17 de
noviembre de 1983. Tantos metros sobre el nivel del mar. Lluvioso.
Montamos campamento. Sin novedad”. En la parte superior izquierda de la
hoja en la que se escribe, aparece el nombre que le han puesto a esa
primera estación de un viaje que todos saben muy largo. No ha habido
ninguna ceremonia especial, pero ese día y a esa hora se ha fundado el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.
“Seguramente alguien
propuso entonces un nombre para ese campamento, no lo sabemos. Lo que sí
sabemos es que ese grupo estaba formado por 6 personas. Los primeros 6
insurgentes, cinco hombres y una mujer. De esos 6, tres eran mestizos y
tres indígenas.
Según el propio subcomandante Marcos, la tercera
etapa de la gestación del EZLN, previo al alzamiento del 1 de enero, es
cuando se dedican a las tareas de supervivencia, es decir, a cazar, a
pescar y a recolectar frutos y plantas silvestres: “En este tiempo nos
aplicamos al conocimiento del terreno, es decir, orientación, caminata,
topografía. Y en esta época estudiamos estrategia y táctica militar en
los manuales del ejército estadunidense y del federal mexicano, y el uso
y cuidado de diversas armas de fuego, además de las llamadas “artes
marciales”. También estudiábamos historia de México y, por cierto,
llevábamos una vida cultural muy intensa”.
“Yo llego a la Selva
Lacandona en esta tercera etapa, en 1984. Por ahí de agosto-septiembre
de ese año, unos 9 meses después de que llegara el primer grupo. Mi
llegada fue con dos compañeros más: una compañera indígena chol y un
compañero indígena tzotzil. Si mal no recuerdo, a mi llegada el EZLN
tenía 7 elementos de base y dos más que “subían” y “bajaban” a la ciudad
con correos y por abastecimiento. El cruce por los pueblos se hacía de
noche o disfrazados de ingenieros”, narró el encapuchado en un
comunicado.
Señaló que los campamentos de aquella época eran
relativamente sencillos: tenían un área de intendencia o la cocina, los
dormitorios, el área de ejercicio, la posta, el área de 25 y 50, y los
campos de fuego para la defensa.
“Tal vez alguno de los que me
escuchan se pregunte qué rayos es el “área de 25 y 50″. Bueno, resulta
que para hacer las necesidades que llaman “primarias”, había que
alejarse a una cierta distancia del campamento. Para ir a orinar había
que retirarse 25 metros; y para defecar eran 50 metros, además de hacer
un hoyo con el machete y luego tapar el “producto”. Claro que esas
disposiciones eran cuando nosotros éramos, como quien dice, un puñado de
hombres y mujeres, es decir, no pasábamos de 10. Tiempo después,
construíamos letrinas en zonas más alejadas, pero los términos “25″ y
“50″ se quedaron”
“Había un campamento que se llamaba El Fogón,
porque ahí fue la primera vez que construimos uno. Antes de eso, el
fuego se hacía a ras del suelo y las ollas (dos: una para el frijol y
otra para el animal que cazáramos o pescáramos) colgaban de un travesaño
amarrado con bejucos. Pero luego ya éramos más y entonces entramos a
“la era del fogón”. En ese entonces la plantilla del EZLN era de 12
combatientes”, escribió el Sub.
“Tiempo después, en un campamento
llamado Reclutas (porque ahí es donde se entrenaban los nuevos
combatientes), entramos a “la era de la rueda”. Y es que labramos con
machete una rueda de madera e hicimos una carretilla para cargar piedra
para las trincheras. Deben haber sido los tiempos, porque la rueda era
bastante cuadrada y terminamos cargando la piedra en el lomo”.
“Otro
campamento se llamó Baby Doc, en honor de quien azoló, con el
beneplácito y apoyo de Estados Unidos, las tierras haitianas. Resulta
que, con una columna de reclutas, nos estábamos moviendo para acampar
cerca de un pueblo. En el camino topamos una piara de jabalíes, o sea un
chingo de puercos salvajes. La columna guerrillera se desplegó con
disciplina y habilidad, es decir, que el que iba de vanguardia gritó
“¡puercos!” y, con el pánico como motor y combustible, se subió a un
árbol con una habilidad que no le volvimos a ver.
Otros corrieron
con valentía… pero hacia el lado contrario de donde estaba el enemigo, o
sea los jabalíes. Algunos tomaron puntería y dieron cuenta de dos
cerdos salvajes. En la retirada enemiga, o sea, cuando los puercos se
fueron, quedó abandonado un cerdito, de apenas el tamaño de un gato
casero. Lo adoptamos y le pusimos por nombre Baby Doc, porque en esas
fechas Papá Doc Duvalier moría y le heredaba la carnicería a su vástago.
Acampamos ahí para aliñar las piezas y comer. El puerquito se encariñó
con nosotros, creo que por el olor.
“Otro campamento de aquellos
años se llamó De la juventud, porque ahí se formó el primer grupo de
jóvenes insurgentes, que se llamó Jóvenes rebeldes del sur. Una vez por
semana los jóvenes insurgentes se reunían para cantar, bailar, leer,
hacer deportes y concursos”.
“El 17 de noviembre de 1984, hace 19
años, fue la primera vez que celebramos el aniversario del EZLN. Éramos
9. Creo que fue en un campamento que se llamó Margaret Thatcher, porque
habíamos agarrado una changuita que, se los juro, era el clon de la Dama
de Hierro”.
“Un año después, en 1985, lo celebramos en un
campamento llamado Watapil, porque así se llama una planta con cuyas
hojas hicimos un cobertizo para los alimentos”.
“Yo era capitán
segundo, estábamos en la llamada “Sierra del Almendro” y la columna
madre había quedado en otra serranía. Tenía bajo mi mando 3 insurgentes.
Si las matemáticas no me fallan, éramos 4 en ese campamento. Celebramos
con tostadas, café, pinole con azúcar y una cójola que matamos en la
mañana. Hubo canciones y poesías. Uno cantaba o declamaba y los otros
tres aplaudían con un aburrimiento digno de mejor causa. En mi turno,
con un discurso solemne les dije, sin más argumentos que los mosquitos y
la soledad que nos envolvía, que un día seríamos miles y que nuestra
palabra le daría la vuelta al mundo. Los otros tres estuvieron de
acuerdo con que probablemente la tostada estaba hongueada, que
seguramente me había hecho daño y que por eso deliraba. Recuerdo que
llovió esa noche”.
En la que se considera la cuarta etapa de la
creación del EZLN, se hicieron los primeros contactos con los pueblos de
la zona: “Primero se hablaba con uno y ése uno hablaba con su familia.
De la familia se pasaba al poblado. Del poblado a la región. Así, poco a
poco, nuestra presencia se convirtió en un secreto a voces y en una
conspiración masiva. En esta etapa, que corre paralela en tiempo a la
tercera, el EZLN ya no era lo que habíamos pensado cuando llegamos. Para
entonces ya habíamos sido derrotados por las comunidades indígenas, y
producto de esa derrota, el EZLN empezó a crecer geométricamente y
hacerse “muy otro”, o sea que la rueda siguió abollándose hasta que, al
fin, fue redonda y pudo hacer lo que debe hacer una rueda, es decir,
rodar”.
La quinta etapa de la del crecimiento explosivo del EZLN:
“Debido a las condiciones políticas y sociales, crecimos más allá de la
selva Lacandona y llegamos a Los Altos y al norte de Chiapas. La sexta
etapa es la de la votación de la guerra y los preparativos, incluida la
llamada “Batalla de la Corralchén”, en mayo de 1993, cuando tuvimos los
primeros combates con el ejército federal”.
Antes de ese primero de enero de 1994, la víspera, fue la séptima etapa del EZLN.
Para
recordar este día en San Cristóbal de las Casas se lleva a cabo el
“Festival de La Memoria: Basta que alguien me piense para volverme un
recuerdo”.
Este sábado 17 de noviembre del 2012, la Red de Medios
Libres Chiapas, organizó el “Festival de la Memoria” para honrar ésta y
muchas otras historias de los pueblos y luchas de Chiapas.
En el
festival hay conciertos de bandas, exposición de fotos y carteles,
maratón de cine durante todo el día, venta de comida y productos de las
comunidades, y pláticas que serán presentadas y abiertas a participación
colectiva junto con personas protagonistas de la historia, que
compartirán su testimonio acerca la transformación del proceso
organizativo de las luchas de los pueblos en Chiapas
El evento es
transmitido en Internet en las páginas de los colectivos de la Red de
Medios Libres Chiapas y en el blog del festival:http://festejemosrecordando.blogspot.mx/
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