El arsenal de un grupo nazi confiscado en Alemania.
BERLÍN
(apro).- Mientras que cada día salen a la luz revelaciones increíbles
sobre el caso de la célula Clandestinidad Nazi, que durante años atracó
bancos, cometió actos terroristas y asesinó cuando menos a diez
personas, nueve de ellas de origen turco y griego en diferentes ciudades
de Alemania sin que la policía pudiera detenerla, en el centro de la
clase media alemana avanzan y se afianzan ideas y visiones de extrema
derecha.
Según un estudio presentado el lunes 12 por la Fundación
Friedrich-Ebert, durante los últimos dos años el porcentaje de la
población que podría considerarse de extrema derecha aumentó de 8.2 a
9%.
Y no es un dato para tomarse a la ligera. Elmar Brähler y
Oliver Decker, investigadores que están a cargo del estudio, advierten
que se trata de jóvenes en un rango de 14 a 30 años quienes más
coinciden con una visión del mundo radical.
“Podemos hablar de
una clara tendencia (de extrema derecha) en el Este alemán, que además
va al alza. Especialmente preocupante es el hecho de que esta tendencia
va de la mano de una nueva generación (pues) son los jóvenes los que
registraron los valores más elevados dentro del estudio”, explican los
científicos.
Desde el 2002, la Fundación Friedrich-Ebert, cercana
al Partido Socialdemócrata, investiga y publica –con un intervalo de
dos años– los valores antidemocráticos dentro de la población alemana.
En este 2012, los investigadores encuestaron a 2 mil 415 ciudadanos a lo
largo de todo el país en temas de xenofobia, antisemitismo, chovinismo,
darvinismo social (como en la naturaleza, en la sociedad se imponen los
más fuertes) y nacionalsocialismo. El resultado: la visión del mundo de
extrema derecha entre la clase media alemana va a la alza.
Xenofobia, supremacía racial y más
El
respaldo a expresiones xenófobas vertidas en el barómetro de valores
antidemocráticos que se aplicó a los encuestados genera que 39% de ellos
en el este del país y 22% en el oeste sean considerados xenófobos. Tal
cifra ha aumentado de manera constante en los últimos años.
Ante
la afirmación, por ejemplo, de que los extranjeros sólo vienen a
Alemania a aprovecharse de los beneficios del sistema social, más de la
mitad de los encuestados dijo estar de acuerdo. Y respecto de las otras
dos preguntas sobre el tema (en caso de haber pocos espacio de trabajo,
lo extranjeros deben ser enviados de vuelta a sus países de origen y que
la República Federal se está extranjerizando peligrosamente) las
aprobaciones rebasaron 40%.
Y si bien en la parte occidental del
país el nivel de xenofobia es más bajo, los valores de aprobación de
estas expresiones fluctúan de 26 a 38%, lo que no es poco.
Al
respecto, los investigadores advierten que la “xenofobia como ‘droga de
inicio o entrada’ al extremismo de derecha es una actitud muy
generalizada entre la población alemana”.
Otro rubro que también
prende focos rojos, tomando en cuenta que en los últimos seis años se
han incrementado sus porcentajes de aprobación, es el referente a la
superioridad de los alemanes.
Expresiones como la de que el
alemán es un pueblo superior por naturaleza o de que, como en la
naturaleza, en la sociedad también se imponen los más fuertes, o que
existen vidas valiosas y no valiosas, son compartidas por más de uno de
cada diez alemanes. Esto es, 22.7% en el Este coinciden en una
superioridad natural y 16.5% en el occidente también.
En
referencia al antisemitismo de los alemanes, si bien los números desde
el 2002 han permanecido constantes –para este año 18.7% de los
encuestados en el Este y 19.7 en el Oeste consideran que “todavía hoy la
influencia de los judíos es demasiado grande”–los investigadores llaman
la atención un dato: uno de cada seis alemanes no muestra recelo alguno
al coincidir con expresiones y prejuicios antisemitas. “Ello aplica
también para Alemania del Este, en donde hasta hace algunos años el
antisemitismo era escaso”, se detalla en el estudio.
Problema incrustado en la sociedad
Brähler
y Decker remarcan la poca atención que, dentro de la misma sociedad, se
da a pensamientos misántropos y de racismo que se presentan en la vida
cotidiana de los alemanes.
Si bien casos como el de la célula
terrorista Clandestinidad Nazi (NSU) han acaparado la atención no sólo
de los parlamentarios, sino de las fiscalías y policías en Alemania y de
los medios de comunicación, resulta contradictorio que en la vida
diaria no sea igual.
“Con frecuencia se brinda poca atención a
los pensamientos misántropos y de racismo en la vida cotidiana, pero son
éstos los que funcionan como caja de resonancia para el surgimiento del
extremismo de derecha organizado y violento. Y esto no se trata de un
problema secundario, sino de un problema que está incrustado en el punto
medio de la sociedad”, señalan los autores del reporte.
Un claro
ejemplo de ello es que hasta en lo niveles más altos del gobierno, las
percepciones sobre el tema no están a la altura de la realidad. Las
estadísticas oficiales tanto de la policía como de la Oficina Federal de
Protección de la Constitución son un caso de ello. Mientras que en mayo
de este año el diario Tagesspiegel informó sobre 149 víctimas mortales
de la violencia de la extrema derecha desde la reunificación alemana y
la Fundación Amadeu-Antonio en noviembre del año pasado contabilizó 182
muertes, el gobierno federal daba una cifra de 46. Luego del escándalo
de la célula nazi, corrigió y estableció una cifra de 58.
Después
de más de 120 páginas de análisis, el documento de la Fundación
Friedrich Ebert concluye que el potencial de visión extremista del mundo
que registraron los jóvenes del Este alemán es atribuido, entre otras
cosas, a las debilidades estructurales que todavía perduran de los
estados que formaron parte de la antigua Alemania Oriental.
“(En
esta parte del país) crece una generación que amenaza con superar a
todos los grupos (de edad) respecto de sus actitudes de derecha. Tales
datos no deben ser ignorados en el trabajo político”, advierten los
investigadores.
Pero Brähler y Decker plantean que lo anterior no
es sólo un problema de Alemania. Señalan que los países vecinos también
tienen que centrar su atención en ello y no subestimar la situación.
Este incremento no se explica sólo a partir de los problemas
estructurales en el Este alemán, que a 20 años de la reunificación
todavía no logran vencerse. Hay que mirar a los países vecinos en donde
también existen altas tasas desempleo entre la juventud y falta de
expectativas, ya que todo ello incide en la propagación de ideas de
extrema derecha. Tal situación no debe ser, en absoluto, subestimada”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario