La explosión de un electrodoméstico en una colonia de El Lago, reveló no solo una casa de seguridad donde se resguardaban más de millón y medio de dólares, sino la operación de las células del Cártel de Sinaloa en Tijuana y la criminalidad con el tráfico de drogas. A pesar de las declaraciones alegres de los funcionarios y personal militar, los cárteles siguen laborando con éxito en Baja California; de no ser por el accidente, el dinero hubiese seguido su rumbo criminal
No era un laboratorio de drogas; el domicilio donde una explosión
develó la billetiza del narcotráfico en una casa de El Lago, era a lo
mucho una casa de seguridad para resguardar el dinero producto de la
venta de droga.
Para las autoridades de Baja California, el recipiente del millón 553
mil 300 dólares localizados por la Policía Municipal, es Joaquín “El
Chapo” Guzmán Loera, vía la célula de Francisco Javier Mendoza Uriarte
“El Chapito”.
A esta hipótesis -la más sólida en las corporaciones locales- llegan
por la genealogía de la mujer que junto a su pareja, resguardaba el
dinero. Se trata de Miriam Elena Uriarte Delgado, a quien identifican
como familia de Mendoza Uriarte, sobrino a su vez de Raydel López
Uriarte “El Muletas”, quien antes de ser aprehendido en 2010, servía al
Cártel de Sinaloa al lado de Teodoro García Simental “El Teo”, detenido
en el mismo año.
Además, los paquetes de dinero -por cierto, enteipados a la
usanza de los bloques de marihuana- estaban dirigidos a “El Patas”,
apodo con el que miembros del Consejo Estatal de Seguridad identifican a
un miembro de la célula de “El Chapito”.
Otra teoría: “En nuestros archivos encontramos que ‘El Patas’ activo,
es ‘El Patas Cortas’, y éste es otro de los apodos de ‘El Chapito’;
además, la cantidad encontrada y la relación con la mujer, una
sinoalense que radicaba en Mexicali hasta que uno de sus familiares fue
asesinado, y ella se viene a vivir a Tijuana y paga la casa en efectivo,
un millón de pesos”.
Fundamentaron el cambio de domicilio: “El hermano de Miriam Elena,
Luis Alberto Uriarte Delgado, fue asesinado con arma de fuego en 2010,
probablemente relacionado con delincuencia organizada, el hecho fue
cerca del Canal Pacífico, atrás de la colonia Televisora en Mexicali”.
Otro indicio al análisis de los hechos, es que el dinero llegó a
Tijuana proveniente de los Estados Unidos. Habría cruzado la Garita de
El Chaparral hasta llegar a El Lago, producto de la distribución de
droga en la Unión Americana.
La baja denominación de los billetes encontrados sostiene tal
hipótesis. Del millón 553 mil 300 dólares localizados, únicamente unos
80 mil venían en papel moneda de 100 dólares. El resto eran pacas de 5,
10 y 20 dólares en su gran mayoría, de 50 muy pocos, indicio de que se
trata del dinero no de una sola operación, sino de la distribución al
menudeo de la droga.
Para los investigadores locales, las zonas de El Lago y Cerro
Colorado es territorio criminal de Francisco Mendoza Uriarte, lo que
refuerza la hipótesis de que el dinero es de la organización criminal de
Sinaloa.
Pero “Patas” no es un apodo que solo se utilice en el Cártel de Sinaloa.
En la organización criminal de los Arellano Félix también ha habido
criminales con esa denominación. José Gerardo Malagón Maciel “El Patas”,
hombre del CAF desde inicios de los noventa, y partícipe del crimen más
atroz que se tenga cuenta en Baja California: la matanza del Rodeo en
Ensenada, en septiembre de 1998.
“El Patas” Malagón fue detenido en marzo de 2010 por elementos del
Ejército Mexicano en el Cañón del Padre en La Presa -lo acompañaba Harry
Alberto Llamas-, cuando en dos vehículos le fueron localizados 52
paquetes de marihuana con un peso de 507 kilos, y 11 mil 210 dólares en
efectivo.
José Gerardo Malagón Maciel confesó a los militares ser miembro del
Cártel Arellano Félix desde inicios de la década de los noventa.
Que
primero laboró con Ismael Higuera Guerrero “El Mayel”, y posteriormente
bajo las órdenes de Efraín Pérez Pasuengo “El Efra”; que cuando
detuvieron a éste, se integró al equipo de Francisco Javier Arellano
Félix “El Tigrillo”, y después de 2006, bajo órdenes de Fernando Sánchez
Arellano “El Ingeniero”.
Una revisión en los datos de seguridad nacional, da cuenta que
Malagón Maciel fue liberado el 25 de agosto de 2010. Solamente estuvo
preso cinco meses en la Penitenciaría de Tijuana. De él, las autoridades
no han vuelto a saber; también desconocen los motivos por los cuales
fue liberado cuando lo detuvieron con media tonelada de droga.
La explosión y la revelación
Alberto Capella Ibarra andaba de turno con su operativo Cero
Tolerancia. Una centena de agentes municipales, entre tácticos y
especiales para barrer zonas conflictivas, cuando le avisaron de la
explosión en una casa del fraccionamiento El Lago. Por la cercanía en
que se encontraba, fue el primero en llegar después de los Bomberos.
En la casa de dos pisos, la explosión sucedió en el sótano, donde se
encontraba el cuarto de lavar. Suponen -aún no hay peritaje- que una
acumulación de gases en los electrodomésticos fue la causa de la
combustión. En el mismo lugar, de hecho frente a la secadora de ropa, se
encontraba un pequeño subterráneo donde fueron localizados varios
paquetes de dinero. El resto del efectivo se encontró en otro mueble del
sótano, en una de las recámaras en el segundo piso y en un automóvil de
la pareja que ahí habitaba.
Cuando los municipales y Capella arribaron, Miriam Elena Uriarte
Delgado y César Mariano González Castro ya habían sido trasladados a la
Cruz Roja para ser atendidos de las quemaduras. Sus hijos, cinco niños
-cuatro mujeres y un varón- de edades 14, 10, 9, 8 y 5, fueron llevados
al albergue temporal del Sistema para el Desarrollo Integral de la
Familia (DIF).
Las quemaduras fueron de gravedad. La mujer en el 50 por ciento de su
cuerpo, el hombre en el 30 por ciento, en ambos de segundo grado. Su
estado es grave y fueron trasladados al Hospital General a la Unidad de
Cuidados Intensivos para Adultos. Tanto ella como él están en calidad de
detenidos por la Procuraduría General de la República, debido a los
acontecimientos revelados tras la explosión.
A las siete de la noche llegó la alerta por el Centro de Control
sobre la explosión. La escena del accidente el sótano. Cuando los
Municipales entraron, observaron el sitio y divisaron la pileta bajo la
secadora y ahí los paquetes. A simple vista parecía que se trataba de
bloques de droga, pero cuando dieron una segunda inspección y divisaron
otros bultos boca abajo, descubrieron billetes. Dólares. Algunos
mojados.
Con el conocimiento del dinero, buscaron en el resto de la casa, fue
así como localizaron otro lote de dólares en el segundo piso. Los fueron
reuniendo uno a uno, y en la inspección encontraron sangre. Un vecino
alertó que había acompañado al herido a mover un carro. La historia es
increíble:
El hombre con el 30 por ciento de su cuerpo quemado, básicamente
tórax, brazos, manos y cara, recuperó el conocimiento luego de la
explosión. Tomó una cobija y en ella recolectó paquetes de dólares, los
subió a su auto -un Ford- y él mismo lo trasladó lejos de su
hogar a una cuadra de distancia. La Policía Municipal lo encontró.
Carro, volante y paquetes ensangrentados. Suponen que después regresó,
no saben si a rescatar a su mujer o en un intento por llevarse más
dinero, pero en eso llegaron los Bomberos y lo trasladaron a la Cruz
Roja para darle atención.
De entrada en la Municipal calcularon se trataba de casi 2 millones
de dólares, en base al número de paquetes y denominaciones que tenían,
así como los totales inscritos. En cada bulto se veían pacas de billetes
de 20 dólares, y afuera se leía el total: 20 mil dólares, 40 mil,
etcétera.
Una vez reunidos los paquetes de dinero, de la Municipal se
comunicaron a la Procuraduría General de la República para que el
Ministerio Público Federal diera fe de los hechos. El propio delegado
atendió la llamada y colaboró. En la Policía de Tijuana no tienen
máquinas para contar billetes, lo que sí existe en la PGR, por lo que el
conteo se realizó en las instalaciones federales en la Zona del Río,
con la presencia de contadores y policías municipales. El hecho -dicen-
quedó grabado.
Al final fueron reportados un millón 553 mil 300 dólares. La
explicación que dieron para manejar una menor cantidad a la que
suponían, es que muchos de los fajos no tenían la cantidad exacta
señalada, es decir, alguien les había sacado billetes de en medio.
En
otros casos revelaron que pacas que suponían eran de billetes de 20
dólares, solo tenían papel en esa denominación en los costados visibles.
El resto era relleno con billetes de un dólar y de cinco.
El vehículo en que suponen, trasladaron el dinero hasta El Lago, es un pick-up con doble fondo en la caja, Ford Ranger
modelo 2002 con placas de circulación AN38468 de Baja California. En la
cajuela del carro que el hombre movió, y en el cual se encontraban 30
bloques de dinero, con un total de 931 mil 978 dólares en denominaciones
de 5, 10, 20, 50 y 100 dólares. Al interior de la casa se localizaron
12 teléfonos celulares y dos radios Nextel.
El resto del dinero se localizó así: 10 bloques con un total de 465
mil 992 dólares en el sótano; cuatro bloques con 155 mil 330 en la
recámara.
El total, un millón 553 mil 300 dólares que de acuerdo a la autoridad
local, eran para el Cártel de Sinaloa, producto de la distribución de
droga en los Estados Unidos y de la célula de Francisco Mendoza Uriarte
“El Chapito”.